El esclavo de D. Diego
No hay cosa más entretenida ni curiosa que un archivo parroquial. En Braojos se conserva íntegro desde el siglo XVI y es una gozada perderte entre libros viejos para toparte con las cosas más curiosas.
Transcribo literalmente una partida de defunción:
“En primero de octubre del año de mil seiscientos y noventa y ocho, de repente, en un pajar, se halló muerto a José de Mozambique, celibato (soltero), y esclavo de D. Diego de Vargas, vecino de esta de Braojos, siendo de edad poco más o menos de treinta años. Está sepultado en esta iglesia de dicho lugar en el estado y grada de doscientos y diez y ocho maravedíes que dio su señor a la fábrica de esta iglesia por el rompimiento de la sepultura. Hizosele su entierro con solemnidad: el poyal, vigilia, misa y responso que se acostumbran en esta iglesia. Y por ser verdad lo firma el licenciado D. Juan Guixarro, cura propio de esta iglesia”.