InfoCatólica / De profesión, cura / Archivos para: 2017

6.07.17

La vida parroquial es una cosa muy simple

Quizá es que en la medida que uno va cumpliendo sus años las cosas se terminan haciendo cada vez más simples. O que uno se va haciendo cómodo, que también pudiera ser. Pasaron, a mí se me pasaron, los años en que todo el objetivo de la parroquia era hacer cosas, muchas cosas, mil actividades, cien grupos, movimiento, todo el día estresados, todo el día a carreras. Ya saben lo que es eso: de la catequesis a los scouts, de los jóvenes al grupo de manualidades, de la vida ascendente al grupo de liturgia, de la revista al reparto de alimentos, del teatro al ensayo, del ensayo a la misa.

Parroquias con mil actividades, doscientos grupos y creativas. Sobre todo, creativas y participativas. Comisiones, consejos. De junta en junta, de reunión en reunión.

Hoy cada vez me importan menos los grupos y tengo hecho un voto privado -perdón por la broma- de acudir a las menos reuniones posibles. Mis treinta y tantos años de cura me han conducido a dedicarme a cuatro cosas que entiendo básicas y a poner en ellas el acento. El resto se nos dará por añadidura.

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4.07.17

Entre la doctrina de la Iglesia y la ley civil

Está siendo noticia estos días la persecución contra D. Claudio Ballester por una homilía de hace algunas fechas. Para nada voy a meterme en el contenido de la misma, pero sí necesito reflexionar sobre algo que tenemos ya sobre la mesa. Se trata de qué hacer cuando se produce un conflicto abierto entre la doctrina de la Iglesia y la ley civil.

Dos frentes tenemos abiertos y lo que se nos viene encima. Uno, evidente, el del aborto, que será legal de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico, pero que es del todo inmoral con la doctrina de la Iglesia en la mano.

El otro frente es el de la ideología de género y las leyes que la amparan, entre las cuales está le conocida como “ley Cifuentes” de la comunidad de Madrid que entre otras cosas, castiga con severísimas penas cualquier expresión que se entienda de discriminación, incitación al odio o menosprecio a personas con identidades y prácticas sexuales propias.

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2.07.17

Más de Medinaceli: usted es intolerante, fariseo, antifrancisco e infocatólico

Me cuenta un pajarito que, desde la tarde del jueves, y especialmente la mañana del viernes, ha habido “movida” en la basílica de Jesús de Medinaceli.

Me cuentan, me dicen, que el jueves por la tarde comenzaron las llamadas, tanto a la librería como a la parroquia, al punto que hubo momentos en que la cosa se ponía especialmente molesta. Pero lo del viernes fue de antología. Algunos dicen que la causa fue el post de un servidor aquí mismo, en Infocatólica, amplificado al ser recogido en su blog por Fernández de la Cigoña. 

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30.06.17

La librería capuchina de Jesús de Medinaceli con banderitas arco iris

Ayer me llegaba la foto que ustedes pueden contemplar. Difusora bíblica franciscana. Tienda ubicada en los locales de la Basílica de Jesús de Medinaceli. Dos banderas del orgullo gay bien visibles. Creí que era una broma, un montaje. Gente de mi total confianza hizo una llamada a la parroquia y a la librería. No. No es ningún montaje. Las banderas están colocadas “porque para Jesús todos somos iguales y él no discrimina a nadie”. Palabras textuales de la persona que atendió el teléfono.

Esa respuesta es una simpleza y, además, mentir con toda desvergüenza. Simpleza porque eso de que ante Dios todos somos iguales es más viejo que la tos. Simpleza porque eso de que a nadie se discrimina, y en concreto por sus inclinaciones homosexuales, lo dice el catecismo de la iglesia católica, que se supone se venderá en la librería, que aquí parece que acabamos de inventar la pólvora. No hace falta poner banderitas. Basta con leer el catecismo, que, por cierto, no da calambre.

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29.06.17

Orgullo gay: se echa en falta una palabra

En estos días de madrileño jolgorio color arco iris, uno no va a perder la oportunidad de recordar algunas cosas a sus siempre pacientes lectores.

Lo primero reconocer el hecho de que siempre se han dado casos de hombres y mujeres con tendencias homosexuales, es decir, que se sienten atraídos por personas de su mismo sexo. Eso es un hecho de explicación aún no definitiva, con teorías sobre sus causas muy dispares. Así lo recoge la doctrina de la Iglesia en el catecismo, número 2358: “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”.

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