El rizo de Estrellita Castro
Tras finalizar el concilio Vaticano II y hasta casi los noventa, tocó el tiempo de las novedades más novedosas. Frente a la supuesta inmovilidad y rigidez de la liturgia del misal de Juan XXIII, llegó el momento del cambio especialmente en el culto público.
Todos nosotros vivimos el momento de guitarras, bongos e incluso alguna batería, los textos en lengua vernácula, adaptación de viejas canciones a las que se colocaba una letra pseudo católica, carteles en los templos, ofendas interminables, palmadas, gestos, niños arriba y abajo, plegarias experimentales y ornamentos escasos.
Desde que se iniciaron esas supuestas innovaciones, han pasado no menos de cuarenta años. Evidentemente hoy escasean tales originalidades. Cualquiera que vaya a misa, se encuentre con una guitarra y unos bongos tocados por señoras sesentonas, un cartel sobre el atar que dice algo tan sorprendente como “Dios te ama”, un sacerdote sin casulla y los niños subiendo al altar en la consagración y a darse la manita en el padrenuestro para acabar dándose la paz al ritmo de “Paz Señor en el cielo y la tierra, paz Señor en las olas del mar…, experimentará un insufrible olor a naftalina.
Salvo algunas excepciones, pienso en cosas de Palazón, Manzano o tal ves Deiss, que se siguen cantando y todo el pueblo conoce, lo que es buena prueba de su calidad y acierto, poco tenemos que rescatar y aprovechar de aquellos años. El fruto pastoral fue escaso y hoy nadie apuesta por esas formas salvo algún despistado.
Hoy los tiempos y las ciencias adelantan por segundos. El teléfono de ayer hoy es un patatófono, las redes sociales nos han cambiado, los niños pasan de todo y el más tonto hace relojes digitales, con wifi y geolocalización. En cuarenta años hemos cambiado más que en siglos.
La opción cada vez más general es dejarse de bobadas y volver a algo tan simple como el misal, los leccionarios y la institución general “Missale Romanum”. La gente tan contenta, tan en paz y todos tan felices.
Es igual. Viva la caspa. Todavía te encuentras gente, y en ocasiones hasta gente joven, empeñados en que el camino para la evangelización y la mejor pastoral sigue pasando por las palmas, infantilizar la liturgia y considerar a los fieles como tontitos a los que agradan las gansadas de Locomotoro y el capitán Tan.
Tan fuera de sitio como el famosísimo rizo en la frente de Estrellita Castro o la pulga de la Chelito. Tuvieron su momento, pero nadie se imagina hoy a una señorita con un rizo en la frente y buscando una pulga que siempre se escondía en lugares interesantes. Hoy las pulgas son escasas y se combaten con un buen insecticida y lo del rizo tiene menos futuro que un submarino descapotable.
Es igual. Viva la modernidad. Imaginen que alguien en los ochenta celebrase y cantara como en los años cuarenta. Le llamarían antiguo. ¿Y cómo hay que llamar al que hoy, según corren los tiempos, se agarra a las cosas de los ochenta? Simplemente hay que decir que está más fuera de sitio que una influencer con el rizo de Estrellita. Pero allá cada cual.
35 comentarios
No entiendo tu valoración musical "o tal vez Deiss": compuso cantos que son musicalmente muy buenos, sonoros, y con letras magníficas, ya sean bíblicas o del Misal, como el "Cielos lloved vuestra justicia", y cada estrofa una antífona de la O.
Aún hoy tengo que aguantar a personas buenas y fieles que aman esa naftalina, que piensan que "para atraer" a los niños hay que meter ese ruido de guitarras, cajas, bongos, y demás, a grito pelado, y niños subiendo y bajando y llevando cosas... No ven la realidad, no son capaces de cambiar esa valoración.
Ayer estuve en la Basílica de San Miguel, escuchando un concierto de música paralitúrgica, de los siglos XII y XIII, la mayoría de las piezas de las cantigas de Alfonso X; pues ¡menuda diferencia con los bongos postconciliares! No era oración, sino un concierto, pero invitaba al recogimiento y la oración. Desde luego, cuánto hemos retrocedido desde aquellos dos excelentes siglos, incluso en la música sacra.
Le rezo su Avemaría.
No, es el camino. No lo fue antes ni lo será ahora.
La naftalina y el buenismo compresa por el que todas las homilías, diga lo que diga la Palabra del Señor, se reduce a paz y amor, y a amor y paz, son payasadas todavía muy vigentes. Los Chiripitifláuticos era una cosa muy seria: hacer feliz, nada menos.
Un abrazo de un rendido fan chiripitifláutico de 57 tacos.
Triste sería tener que elegir. Me quedo con la opción de un sacerdote amigo que de tanto en tanto me ofrece y disfruto alimento espiritual preconciliar, y el resto sigue la "ortodoxia" actual (sin bongos a Dios gracias).
Pero salvo excepciones como tu caso y pocos mas... si quieres ver niños (esperanza de futuro) me temo que será con guitarras... o no será.
Dios nos ilumine.
¡Eso es lo que estoy cansado de decir y nadie me cree!
Estoy con usted.Pero se ha dejado en el tintero a los hermanos Malasombra que eran "malos de verdad y más malos que la quina" ( la quina Laroche, porque la San Clemente o la Santa Catalina bien rica estaba).
Cuando TVE española los jubiló, se dedicaron a perpetrar canciones para las iglesias modernas y a ser creativos en la litugia.
Esto lo escribe otro fan de los chiripitiflaúticos de 56 tacos.
Pues yo creo que habría que probar.
Total, cuanto sucedió la reforma litúrgica, supongo que se habrán preguntado si iba a funcionar.
Soñar es gratis: imaginemos que todos los curas del mundo vuelven desde el domingo que viene a la inmovilidad y rigidez de la liturgia del misal de Juan XXIII.
¿Qué pasaría?
Si todos los sacramentos están ordenados al de la Eucaristía (me parece que fue Claudio el que transcribió un precepto del Código Canónico en dicho sentido), forzoso es concluir que también los principales esfuerzos pastorales, catequéticos y de las familias deberían estar dirigidos en tal sentido, insistiendo a tiempo y destiempo en la centralidad de la Eucaristía: celebrada, adorada y comulgada.
Y los niños, que sólo son niños, pero no tontos (su lógica funciona a las mil maravillas), rápidamente empiezan a hacerse preguntas de mucha enjundia para su edad y a tratar de tú a tú al Señor (le hacen dibujos, van corriendo a saludarle al sagrario, le largan besos al Santísimo... y no digamos las peticiones tan elevadas -y tan generosas- que hacen!). Los niños son realmente sorprendentes y no me extraña que el Señor quiera tenerlos cerca. Por algo nos ha dicho que tenemos que hacernos como ellos...
Siempre leo su blog. Un saludo.
Le rezo su avemaría
Perdone pero no le pillo.
Contrapone usted dos cosas de una manera improcedente.
Una cosa es la banalización de la liturgia, puesto que el niños arriba y abajo es eso, y la otra como van vestidos los niños. Se puede banalizar la liturgia de muchas maneras.
La misa no es un juego. Ni un salon de entretenimiento. Es lo que es. Creo que menosprecia usted a los niños, como si estos no pudiesen asimilar los conceptos y contenidos de la misa.
Dios no necesita la Liturgia, la necesitamos nosotros, como forma de maximo respeto a Dios, y como forma de asombrarnos cada día de lo que ocurre en Misa. Descafeinar la liturgia o pretender hacerla divertida es como si usted pretende hacer una operación mas divertida para un cirujano. El cirujano tiene que operar para conseguir el fin de su acción, pues la liturgia lo mismo. Ademas repetir lo que no funciona, y ya se ha comprobado que lo que usted dice no ha funcionado, no es muy inteligente, es mas bien una receta a seguir fracasando.
Se ha introducido en la Liturgia algo que nunca había estado ahí: el aburrimiento.
Yo cada vez veo más Misas ortodoxas, en español, y no tengo el placer de encontrar moniciones, preces inventadas, parrafadas, elementos extralitúrgicos... y ni punto de comparación la Liturgia de Crisóstomo con la de Bugnini, con guitarras o sin ellas.
Asistí a la primera misa de un amigo sacerdote en la década de los 60, soy muy viejo pero servible. El misacantano, mi amigo, estaba muy preocupado porque quería utilizar la nueva casulla que empezaban a llevar como a escondidas los progres, que es la que normalmente se utiliza ahora, pero no tan "descarada", no pretendía tanto, con las mangas colgaban solo un poco, y su preocupación era que si se enteraba el obispo no le iba a gustar y por otro lado no quería actuar en contra de la voluntad del obispo. Un problemón, que es posible que le distrajera de lo fundamental.
Pues esa casulla tan escandalosamente moderna es la que utilizan ahora todos los obispos y todos los curas. Modas pasajeras.
La casulla que entonces se utilizaba ahora se ve en los museos y el P. Jorge tiene en el ropero de una de sus parroquias, y alguna vez ha caído en la acertada tentación de utilizarla. Y ahora farda un montón.
Son modas, niñerías que en personas mayores no pegan. Cuando mi hija iba al colegio de la Divina Pastora de García Morato, así se llamaba la calle entonces y así daba nombre al colegio, la buenas monjas decidieron cambiar el uniforme, un abrigo azul precioso, es mi color, por uno marrón. Dejando claro que cada niña cambiara según tuviera que comprar otro. A los dos meses solo mi hija seguía con el viejo. Tuve que convencerla que no se debía derrochar y que lo importante no era el vestido, y esas cosas que mis principios me dictaban. Pues bien al poco tiempo muchas niñas volvieron a utilizar el vestido viejo, porque de lo que se trata es de ser diferentes en lo que es fácil.
Esto en los niños es pasable. En los mayores preocupante.
El gregoriano me encanta y la Misa cantada de Angelus no digamos, es verdad que a veces no se lo que se dice, pero me llega.
Pues ala, en mi parroquia no solo se toca la guitarra sino que se tocan palmas y se hace unas cosas con los brazos como palomitas y como las olas del mal y unos círculos por encima de la cabeza, a la vez que se canta que "Dios se esparrama por este lugar". Todo muy expresivo. Mientras tanto, raro de mi, me estoy quietito y rezo, cada vez son más los que se están quietitos, porque el cura que lo invento se ha ido y el nuevo anda entre mantener la costumbre, que por cierto gusta mucho a las personas mayores y estarse también quietito.
Pero es mi parroquia y si Dios me ha puesto allí pues a convivir lo mejor posible. Que no es para tanto.
Si san Pablo nos dice que vayamos a lo importante, que si hay que comer carne ofrecida a los ídolos pues se come y si alguien se escandaliza pues que no la comamos. Es decir que tengamos más en cuenta el deseo de nuestros hermanos que el nuestro.
También voy a una misa que organiza un sacerdote con personas que fuimos a Tierra Santa, y en esta misa resulta que el sacerdote, un santo, explica las razones por las que todos y todas nos tenemos que dar la paz (el Shalom) con un abrazo, mientras cantamos en castellano, hebreo y creo que palestino "la paz este con nosotros". Somos 50 y me parece un rollo pero... pues trato de ver que siempre hay algo de positivo.
Y mientras andamos peleándonos que si son galgos o podencos, nos estamos dejando comer la merienda.
Y encima les echamos la culpa a ellos, cuando la verdad es que tenemos menos cabeza que las vírgenes necias .
Los músicos como Falla, Albéniz y otros lo que hicieron es recoger o actualizar el folclore porque todo el mundo es capaz de reconocer en el fondo de sus músicas una malagueña, un aurresku o una jota, es decir aprovecharon la tradición. Aunque ahora no haya nadie capaz de reconocerlo tras el "Corpus Christi en Sevilla" de Albéniz lo que oyes es la Tarara y no le dolieron prendas. Y no digamos nada de la poesía de García Lorca. Pero ahora eso no es posible porque el folclore ha muerto, la música religiosa también y hay que inventarlo todo y, como no nos sale, a repetir se ha dicho.
¡Bienvenidos a la modernidad de la segunda mitad del S. XX estando en la segunda década del XXI!
En el siglo XXII dirán: aportaciones musicales del S. XXI, cero patatero, vayámonos más atrás.
"La Instrucción concluye diciendo que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos espera que,
también “mediante la diligente aplicación de cuanto se recuerda en esta Instrucción, la humana fragilidad obstaculice menos la acción del santísimo Sacramento de la Eucaristía y, eliminada cualquier irregularidad, desterrado cualquier uso reprobable, por intercesión de la Santísima Virgen María, «mujer eucarística», resplandezca en todos los hombres la presencia salvífica de Cristo en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre” (Instrucción, 185)".
Y la homilética ? existe algún Directorio ?.
Ahora les pregunto a los presbíteros Jorge y Javier, es bueno y posible cumplir con el Misal Romano, la IGMR, los Leccionarios, la Instrucción R.S. o se trata de documentos para ser conservados en la Sacristía sin abrir ?.
https://www.youtube.com/watch?v=0dzhz7fDTOY
Aunque vayamos a la parroquia más mujeres que hombres, o más mayores que pequeños, el Señor hace su iglesia con todos, pendiente de que los pequeños crezcan y se multipliquen a su tiempo, siempre ha sido así, los mayores fuimos pequeños aburridos en largas misas cantadas en latín, rosarios y viacrucis a medio entender.
Lo que pasa es que no se predica la Palabra tal como es, *para que haga aquello para lo que se envió* , no se evangeliza bien, se dan charlas en lugar de enseñar, hay que explicar el evangelio, las lecturas, los salmos de la misa para que vayan entrando en la mente y el corazón de quienes escuchan. No se ama lo que no se conoce y todos conocemos quien es el cura, pero muchos no conocen bien quién es Dios y que quiere de nosotros, no es el cura que nos habla es la Palabra la que nos convierte y nos hace vivir la liturgia.
De todos modos para los que no la reconozcan, ella ya avisó que iba a dejar su nick para firmar con su verdadero nombre.
Aparte de sus homilías en las Nieves, y de muchas conferencias en parroquias de la Vicaría, a este sacerdote le debemos cancioes como 'La muerte no es el final', que se ha apropiado la Legión, pero cuyo autor es don Cesáreo, y otras como 'Pescador de hombres, más conocida por la orilla, 'Iglesia peregrina de Dios', 'Hoy te quiero cantar, Madre mía del cielo', y así hasta más de cincuenta que yo conozca, todas ellas muy dignas, con buen gusto y que acercan a Dios.
Como bien sabes, yo también soy un sesentón que toca la guitarra, pero en cuanto puedo meto algún canto gregoriano, y si aparece alguien que toque el órgano, inmediatamente guaro la guitarra, porque el órgano es mucho más digno.
Pero, esencialmente, valga este comentario como recuerdo a don Cesáreo Gabarain, por quien sigo rezando para que Dios lo tenga en el cielo, y que creo que se merece un recuerdo al tratar de la música litúrgica.
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