Lavabo y COVID-19
El lavabo en la misa, tras la presentación de ofrendas, es uno de esos signos que casi ha desaparecido en la liturgia de la Iglesia, aunque últimamente parece que algo se recupera. De hecho, todavía hay gente, no solo laicos, también sacerdotes que, abiertamente, cuestionan su obligatoriedad. Es de esas cosas que van desapareciendo y que de repente, un día, no existen y si alguien se empeña en continuar con ese rito ya sabemos que va a ser tachado como mínimo de “rarito” y “tiquismiquis”.
No hay nada más extendido que el vicio de no querer leer ni estudiar. Muchas veces he escrito que la mayor parte de las dudas y errores en dogmática, moral o liturgia se solucionan dedicando a su lectura no mucho más de lo que se dedica a leer la crónica del último partido de fútbol.
Demasiadas veces hemos tenido que escuchar esa gracieta según la cual no se hace el lavabo en misa porque uno ya viene con las manos lavadas de casa. Quizá el primero que lo dijo tuvo su gracia. Después de oírlo mil veces no pasa de mueca grotesca. Que alguien siga hoy identificando el rito del lavabo con higiene personal es que ha dedicado al asunto no digo el tiempo de leer la última crónica deportiva, sino la mera alineación de los jugadores de su equipo.
La Instrucción general del misal romano dice exactamente esto sobre el particular: “En seguida, el sacerdote se lava las manos a un lado del altar, rito con el cual se expresa el deseo de purificación interior”.
Y así lo recoge el misal romano: “Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto: “Lava del todo mi delito, Señor, y limpia mi pecado””.
Es decir, y por si acaso alguien tenía duda, que estamos ante un gesto penitencial que prepara al sacerdote especialmente para que llegue a la parte central de la misa, la liturgia eucarística, en medio de la cual se consagrarán el pan y el vino, limpio de todo pecado.
En estos días de pandemia he podido observar en distintas ocasiones cómo el gesto del lavabo se sustituye por la desinfección de las manos del sacerdote con hidrogel. No acabamos de entender las cosas. El hidrogel sí es algo meramente sanitario. El lavabo es penitencial. Lo hacemos rematadamente mal. Me explico.
Si utilizo el hidrogel después de presentar las ofrendas, eso quiere decir que me desinfecto pero tras manipular cáliz y patena. Si a cambio suprimo el gesto litúrgico del lavabo, me cargo el sentido fundamental, que es el penitencial.
Se me ocurre una forma de hacerlo.
Antes de comenzar la liturgia eucarística es momento para el hidrogel y en abundancia, para que a partir de ese momento no haya peligro de contaminación en todo lo que toque el sacerdote. Tras la presentación de ofrendas, el gesto del lavabo con una precisión: a veces somos un tanto abandonados tanto en los utensilios del lavabo como en el manutergio. A ver si nos va a pasar que mucho gesto penitencial con mucho contagio.
Y, por supuesto, más hidrogel antes y después de distribuir la comunión.
Pero sustituir el gesto del lavabo por el hidrogel acaba con el sentido penitencial y además no garantiza la suficiente asepsia. O a la menos yo lo veo así.
28 comentarios
Es un gesto éste del lavabo obligatorio en la misa, como dice. Pero ya sabe de sobra cómo actúan los progres en liturgia: el hecho de ser obligatorio y mandado por la Iglesia lo hace presa de ser carca, tridentino, poco abierto al Espíritu, encorsetado, etc.
Y las chorradas que nos obligan a soportar algunos curas, actos totalmente ajenos a la liturgia y en muchos casos expresamente prohibidos, son proféticos, en sintonía con el signo de los tiempos, carismáticos, evangélicos, etc.
Muy cansado, pater, pero que muy cansado como diácono que me obliguen a ser partícipe de estas chorradas, de sostener globos, ofrendas-símbolos tontos, gestos, performances y chorradas varias. Y si me quejo, pues eso: eres un carca, un antiguo, poco misericordioso (¿?) e intolerante. Y tratarlo con la curia y el obispo, como no hay autoridad ni se la espera, no sirve de nada absolutamente. Si acaso para que me llamen la atención a mí (encima).
¡Señor, ayúdanos!
Uno de ellos es: Cuando el sacerdote invita a los fieles al arrepentimiento y dice: "Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios , reconozcamos nuestros pecados". La rúbrica dice que: "se hace una breve pausa en silencio"...
Pues no son solamente los sacerdotes, que también lo hacen muchos obispos y antes de que haya uno expirado ya se hace la confesión de los pecados. Cuesta tanto trabajo para esa breve pausa para decir interiormente: "Jesús, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mi soy pecador".
Si ese brevísimo tiempo de silencio con el que se nos invita al arrepentimiento, es mejor suprimirlo y punto, porque es que no tiene sentido común ya que el sacerdote ha el acto penitencial el oír nosotros.
Otro gesto es que usted pone sobre el tapete para que todos nos enteremos, el tema del lavado de manos, que algunos se mojan un poquito la uña y para de contar.
Lo de los comentaristas, es que le sacan a uno de sus casillas.
En la Consagración, cuando eleva el sacerdote la Hostia y la Copa de vino con la Sangre de Cristo para su adoración, tiene muchos las costumbre de girar para un lado y para otro, cuando eso es un signo papal, no de ellos. Pero lo más grave del caso es que a lo mejor es una iglesia reducida y de frente se ve perfectamente todo bien.
Los del canto de los salmos, hay gentes que hacen de salmistas y cantan como si fuera un canto clásico y con voz de soprano o barítono, arrastrando las palabras y las sílabas que hacen insufrible ese hermoso canto. Son muchas las deficiencias que se ven, pero les tiene sin cuidado y de esta forma, poco a poco, todo resulta monótono y se vive una Eucaristía lamentable.
Ahora con la pandemia el ir a recibir el Cuerpo de Cristo, resulta ofensivo. Después de tantos años, no se sabe comulgar ni en la boca ni en la mano. Por ahora vale. Pero se pone interés en hacer las cosas con amor y saber por qué y para que se hacen y, en caso contrario terminará para se con el tiempo haya que rescatar celebraciones dignas. Y así, una tras otra vez y con cada cosa. Gracias por sus enseñanzas. Paz y Bien
La naturaleza del cristiano debe ser Cristo Jesús, pero ahora en muchos sitios, el ser cristiano es como un "acto social", y muchas almas por lo social, no creen en Jesucristo, y participan de la Santa Misa solamente como evento social, y los sacramentos lo mismo, como hacen la Primera Comunión, que es la última.
Las vestimentas son más bien según las modas del mundo, y es en verano y los días de mucho calor, como hay personas que van como quieren, no tienen fe, son sus frutos los que nos lo muestran. Prendas inadecuadas para ir al encuentro del Señor, debería ser así, encontrarnos con el Señor, y en lugar de eso, es el encuentro de unos con otros y para hablar entre ellos en plena casa de oración, a estas personas no les cuestan nada obedecer los mandatos del mundo, pero hacen oídos completamente sordos, a lo que el Señor nos pide. Y es así, que no están en comunión con Jesús nuestro Señor, necesitan desesperadamente los productos que ha ciencia a inventado para la desinfección. Pero la fe nos enseña otros detalles más importantes, que es la vida de la gracia de Dios, la que nos ayuda a vencer nuestras enfermedades, y no contagiarnos. Aunque también hay santos que se han contagiados, en su cuerpo, pero nunca en su vida espiritual.
Los productos desinfectantes nunca pueden ser una seguridad para el alma que está en pecado grave, en pecado mortal, no es efectivo para los que se mantienen como tibios, mundanos, o superficiales, y no son efectivos para su vida espiritual. Solo acudiendo al Señor, practicando los sacramentos que corresponden a nuestra vocación personal, y perfeccionarnos con la vida en Cristo, perseverando.
La desesperación por que haya alguna vacuna, por decirlo así, existe un antídoto, y es lo que voy diciendo; la Gracia de Dios, confesarnos con frecuencia nuestros pecados, no recaer en ninguno de ellos.
En la pandemia, que muchos han visto como una tragedia, incluso han llegado a maldecir, porque no renuncian a sus vidas de pecados y corrupción, y esta pandemia, que no es malo, sino como anteriormente comentaba, es un instrumento de la justicia de Dios, ha habido muertes. Pero la muerte no es la misma para los pecadores impenitentes ni para quienes han querido vivir siendo libres completamente en la obediencia a los Santos Mandamientos de Dios, y al Magisterio Tradicional Apostólica de la Iglesia Católica. Unos van al cielo, otros lo pierden para toda la eternidad.
En este confinamiento, todas las personas, sobre todo los cristianos, han tenido tiempo que el Señor nos ha concedido a todos, para la oración, para mayor profundización y conocimiento de la Palabra de Dios, no se pierde, sino que se gana en abundancia para bien en el tiempo, y para la feliz eternidad. Si hay quienes no han querido poner en orden su vida, conforme a la Voluntad de Dios, se provocan así mismo un inmenso daño espiritual. Y el tiempo que se pierde para con Dios nunca se puede recuperar.
El final del confinamiento, es haber crecido en la fe, el amor a la Iglesia, que cuando recibamos la Sagrada Comunión, por la fe y la caridad ya no es necesario ninguno de los productos desinfectantes. Porque sabiendo que en la Sagrada Forma, recibimos a Jesús, nunca seremos infectados. Pero recibir cuando alguien necesita tales desinfectaste, significa que desconfía del Misterio de la Eucaristía.
¿Se puede tener más confianza cuando en un restaurante la vajilla está desinfectadas? Incluso los cubiertos que otros han usado, el vaso para beber agua o zumo de fruta, no hay tanto temor.
Que el sacerdote se lave las manos, están escritas en las rúbricas del Misal, pero esto el mundo no le interesa, porque no tiene fe ni tiene caridad, ni respeto por las cosas del Señor. Y la astucia del Maligno, que ha conseguido, que las almas tibias terminen por tener un terror muy profundo por miedo a un virus que jamás puede afectar al alma obediente a Dios, es la tibieza la principal causante de la que haga cobardes a tantas almas.
Y lo que es peor, que hay muchos traidores que son capaces de denunciar a los sacerdotes que tienen plena confianza en el Señor, y en Internet se ha visto, como policías por la fuerza obligaban a sacerdotes a no continuar con la Santa Misa, y le cierran el templo. Y es que la caridad en España se ha enfriado, y la maldad por el momento, es lo que domina. Pero ya queda poco tiempo, aunque no lo sabemos, cuando el Señor venga, pondrán en su sitio a los malvados, a los que han sembrado "líos", cuya intención es del maligno, porque no quiere que se adore a Dios como es debido, será nuevamente encadenado el maligno y arrojados a todos los malvados al lago de fuego y azufre.
Como bien dice nuestro hermano sacerdote Jorge Guadalix, que el lavado de mano, es penitencial.
Se supone que continua las rúbricas en el Misal en que explica cada momento de lo que debe hacer el celebrante. Pues el Papa Benedicto XVI enseñaba la importancia de la santa obediencia a las rúbricas. Como van cambiando cada vez los rituales del Misal, no sé como están ahora, pues estos cambios pueden causar daños irreparables a las almas, porque se aleja cada vez más en hacerlo en memoria de Jesucristo. Y cada cambio es de mal en peor.
Se supone que las rúbricas del Misal, no hay nada escrito que debe usarse productos profanos como desinfectantes o guantes.
Se ha de recuperar la Tradición de la Fe Apostólica del Señor para salvarnos.
Este texto "a favor" del hidrogel es desgraciadamente una terrible realidad .
¡Reír, o por lo menos sonreír por no llorar!
Si se me permite la autocita, la semana pasada explicaba el sentido del Lavabo de la Misa en la sección semanal de Liturgia en la revista diocesana de mi diócesis:
https://www.diocesisdecordoba.com/noticias/lava-del-todo-mi-delito-senor-mientras-el-ministro-vierte-el-agua
Estas cosas hay que enseñarlas y repetirlas una y otra vez hasta que calen.
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Jorge:
¿Cómo que si te lo permito? Y te lo agradezco un montón.
Obispos he visto que bajaban del altar para "saludar" campechanamente en ese momento a las autoridades cuyas manos tenían de limpias lo que yo de obispo, aunque para ello tuviesen que abandonar el presbiterio. Y con esas mismas manos "limpìas de todo delito y pecado", dar la Comunión a continuación.
Pero qué le vamos a hacer: hay que "bajarse al moro", digo al pueblo llano. ¡Con el acervo de sabiduría que tienen en la Patrística y que en tantos casos nos suelten esas homilías tan insulsas a la altura de...¿ellos mismos?!. ¿Y para eso tantos años de preparación al sacerdocio?. Porque lo de convertir el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de N.S.Jesucristo es como un poder mágico, pero explicar o glosar las Sgdas. Escrituras necesita preparación próxima y remota.
Tiene usted el don de la provocación y creo que he caído, una vez más.
En primer lugar, como sacerdote, muchísimas gracias por este blog. Con frecuencia me sirve para aprender y revisar mi propia práctica, con no poco provecho.
Sobre este tema, me surge una duda sobre mi propio hacer. Desde que fui ordenado, hace relativamente pocos años, he mantenido el lavabo, con su sentido penitencial y con la oración que debe decirse. Con la pandemia, utilizo el gel en vez de el agua, eso sí con la misma oración penitencial. Es decir, uno el sentido penitencial al sanitario. Aclaro que para consagrar dispongo de patena y cáliz propios, si hay que consagrar más, consagro en un copón con lo que no lo tocaría y menos las formas, hasta el momento de la comunión donde vuelvo a usar el gel, en este momento ya solo con un fin sanitario. Con todo lo cual, creo que hago bien, pero al leerle y escuchar otras opiniones, me entra la duda.
En cualquier caso, una vez más muchas gracias por su labor en esta parroquia digital y cuente con las oraciones de este pobre fraile.
2. Pero, no todos los ministros, muchos desde el CVII, han seguido el misal romano de atender en beneficio de la salvación cristiana, la purificación interior propia y la de su rebaño. El lavado de la mancha del pecado, pandemia en el mundo por el pecado original.
3. Y sigue sobresaliendo en los epíscopos: el aforo máximo en los lugares de culto a 1/3 y en los locales comerciales y en servicios abiertos al público 1/2. La Iglesia debe de existir en otra tierra y en otra sociedad siendo más importante que el comercio y el servicio público. Pobres soberbios políticos... y ¿qué disciplicina en Cristo es esta de los sucesores de sus Apóstoles?
El ósculo ha perdido todo significado que pudiese tener en la Antigüedad semítica. En España, al menos, es el saludo a las personas de otro sexo, en otros países es simplemente saludo, y yo con los argentinos, por ejemplo, me besuqueo también. Más allá de nuestra cultura pocos besos he visto darse a la gente, o ninguno, y siempre como saludo.
Mantener el ósculo, y no digamos nada el apretón de manos, es un craso error, porque el significado de ambos gestos es pura y exclusivamente saludo. Y estaba fuera de lugar.
De niño en mi pueblo lo llamaban por su nombre: pereza. En realidad se utilizaba un vocablo bastante mas folklórico cuando se veía a alguien que no quería estudiar. Las buenas monjitas nos enseñaban el catecismo y lo contaba dentro de los siete pecados capitales. ¡Qué tiempos aquellos!
Hoy no parece quedar ninguno de los siete como pecados.... ya casi se consideran virtudes, al menos entre los filo-modernistas.
Compadezco a DIÁCONO, a misa no se va a hacer payasadas como si fuera la fiesta de cumpleaños de un niño, pero lo más grave es que obliguen a una persona a hacer el payaso y no tengo nada contra esos profesionales del humor, al contrario.
Pero el problema es la falta de sanción y de vigilancia desde arriba, como siempre.
No olvidemos que, por ejemplo, la única forma canónica de comulgar es de rodillas y directamente en la boca (en la mano es tan solo un indulto a la norma, y además tendría que ser en la mano pero de rodillas), y aún así ni siquiera hay reclinatorios en un 99% de los templos, y como lo anterior un larguísimo etcétera.
Cada uno a hacer su parte, ánimo padre, a seguir haciéndolo lo mejor posible en la medida de nuestras posibilidades y con la ayuda de Dios poder obedecerle a Él en todo.
¿Pereza? Sí, pero aunque grave, me preocupa más la posible mentalidad que puede haber detrás de esa ignorancia: Eso es cosa del cura y él sabrá el porqué lo hace. Yo con venir a Misa ya cumplo con el Precepto.
Que traducido a palabras más gruesas es: Yo voy a Misa por imperativo legal.
Y también hay que señalar que para que el pueblo perciba el lavatorio como signo visible de la Liturgia es conveniente realizarlo con la ayuda de los acólitos y las reverencias correspondientes.
Esto lo señalo porque en alguna ocasión he podido apreciar como el cura casi de espaldas y en una mesa muy retirada del altar ha realizado el lavatorio de Juan Palomo dando la impresión, al menos a mí, de que estuviera realizando algo vergonzante o ajeno a la Misa.
¡Caramba! Que a través de esas manos Cristo se va hacer realmente presente en Cuerpo y Sangre.
¡Ave María, padre!
Por qué hay una liturgia ? Sacrosanctum Conciulium lo explica: "la cumbre a la que tiende toda la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza".
El lavabo es un acto penitencial cuya importancia no solamente es su naturaleza sino su ubicación en la Misa sobre las ofrendas e inmediatamente se inicia la Plegaria Eucarística, pertenece el lavabo a la parte de la Misa denominada Liturgia Eucarística.
IGMR 76 y 145. Después de la oración Humilde y sinceramente arrepentidos, o después de la incensación, el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto: Lava del todo mi delito, Señor, mientras el ministro vierte el agua.
Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus,
nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
No me sorprende padre que la gente haga lo que le de la gana, se lo han permitido. Los peores los obispos, padre.
Dice usted padre 'lavabo' para referirse a la purificación del sacerdote con agua, y es que se decía, y aún dicen los que mantienen el misal de 1967, «lavabo inter innocentes manus meas», pero ahora se dice con el nuevo misal reformado por mandato del último concilio ... «lava me, Domine».
___________________________VINCEMMO, VINCEREMO. ✠
Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus,
nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
Está noche me costará dormir, me he merendado la tercera encíclica de Francisco.
___________________________VINCEMMO, VINCEREMO. ✠
Ave María
En cuanto al ósculo de la paz, en las provincias ESPAÑOLAS donde vivo,sobre todo en las más rurales, se dividió a hombres y mujeres en los dos lados de la iglesia. Las necias e ignaras feministas, dicen que esto es una forma de machismo, cuando no saben que se tomó esta resolución para evitar que los rijosos aprovecharan el momento para achuchar y besuquear a las bollitos del pueblo.
En fin: Nihil novum sub sole.
No defiendo que deban darse abusos litúrgicos, desviaciones, inventos raros, palabras improvisadas...........pero me pregunto (y pregunto) que hay una cuestión fundamental de la que creo que poco se habla: ¿nuestras asambleas eucarísticas (o sea, las Misas), rezuman fraternidad, cercanía, cierto calor humano? Porque creo que eso mas bien interesa poco o nada, o da igual; he estado en Misas impecables litúrgicamente, pero estando "cuatro gatos" y cada uno en un extremo del templo.
Quizá no sea una comparación adecuada, pero un conocido mio fue a un culto evangélico; y sin conocerlo, hubo gente que se le acercó interesándose por él, por su vida; ¿quizá por proselitismo? Puede ser, pero se sintió arropado y acogido. En una Misa católica te puedes morir en un rincón del banco, que nadie te dice ni mú. (quizá exagero, si).
Creo que esto nos tendría que dar de pensar, y no en tantos "tisquismiquis" litúrgicos que interesan a cuatro, me parece.
Y tal como está la situación social y eclesial, pienso en los "alejados", muchos jóvenes (y adultos jóvenes y no tanto), que estan totalmente desconectados de nuestras liturgias, lenguajes, modos y maneras.
Aunque en el fondo quizá haya que reconocer que tampoco nos interesan demasiado; lo importante parece que es ser fieles a cánones, rubricismos y demás cosas, aunque nos quedemos con seis abuelos en Misa, que es hacia donde vamos a marchas forzadas.
Roberto, no se equivoque: las relaciones humanas en las parroquias se han ido deteriorando al mismo ritmo que lo hacía la liturgia. El cuidado de las cosas de Dios en el culto y el cuidado de los hermanos. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Los protestantes se quedan en ese amor al prójimo fofo, que es lo que queda en las parroquias, no se crea, como un amor entre gente de una misma categoría, de un mismo partido, de una misma clase. Es decir, un amor que no es caridad. Y que quizá esté más cercano a la caridad en los evangélicos sólo porque allí no prima la historia de las relaciones de un lugar, porque en España ser evangélico, con excepciones, es abrazar de nuevas la fe (en el error).
. Quien hace la inclinación de cabeza en el " incarnatus". ¿Cumplen los sacerdotes con la obligación de hacer el gesto de la cruz en determinados momentos de la Santa Misa? En la Misa antigua el celebrante hacía 33 veces la señal de la cruz en recuerdo de los 33 años de Cristo. No hablamos de cosas menores. En el momento más sagrado y Santo, en el Canon, los sacerdotes leen, literalmente, de corrido, con prisa y a veces distraída,. La plegaria eucarística. La Iglesia no quiere ni manda eso. Deben incluso cambiar el tono de voz y pronunciar las palabras despacio. No es un recitativo monótono y cansino como veo con frecuencia. Con esa palabras sagradas se transforma el pan y el vino en el sacratisimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Un milagro que a mí me sobrecoge. El sacerdote está obligado a la genuflexión doble. ¿Lo hacen? A veces un remedo. Qué dolor me produce todo esto. Para mi flagelan otra vez a nuestro Señor
Y una palabra sobre el hidrogel. El Señor es un Dios vivo, autor de la Vida. Es una persona. No un objeto tóxico. Se debe recibir de rodilla y en profunda adoración. Jamás en la mano y menos de pie. La Eucaristia es un don. Un cristiano del siglo II jamás acogería al Señor con la mano izquierda. En el mundo antiguo la izquierda, siniestra, es el símbolo de la muerte. ¿ Se dan cuenta la profanación que cometen los que comulgan en la mano , ofreciendo la mano izquierda para recibir al autor de la Vida, a la Vida misma??
Una muestra más de esa arqueología litúrgica, condenada por Píó XII. Sigamos
. Somos indígnos de recibir al Señor y El quiere ser el alimento de nuestra alma. Debiamos recibirle no ya de rodillas, sino postrados , en el Suelo, como hizo Moisés ante la zarza ardiente, símbolo de Cristo y su unión hipostática. En la Eucaristia no estamos ante un signo, como ya he oído decir ,sino ante el mismo Cristo, con su Cuerpo, Sangre, Alma y divinidad. Y es maltratado en cada una de las misas del Novus ordo. ¿Creen los sacerdotes que los fieles no sufrimos viendo con qué falta de amor tratan al señor, con qué desobediencia incurren al saltarse las rúbricas que manda la Santa Madre Iglesia? Sufrimos y mucho. Hay veces que lloro al ver cómo han transformado la Santa Misa en un vulgar teatro, eso sí, muy higiénico gracias al hidrogel. En el nombre de Dios vuelvan a descubrir el sentido sagrado y Santo de la liturgia y de la sagrada Misa,. Mejor aún Descubran la Misa Antigua, ese tesoro que nos ha sido arrebatado. Celebren la forma extraordinaria al menos en la Misa dominical. Les aseguro. Verán milagros.
Soy un seglar forofo de la liturgia, mi profesor virtual es el Padre Javier Sánchez Martinez.
Destaco que tengo un amigo sacerdote de nacionalidad rusa, al que he asistido en la Santa Misa de acólito no instituido, antes de empezar la Misa, en la sacristía con un guión cuando se lavaba las manos le leía: Purifica, Señor, de toda mancha mis manos con tu virtud, para que pueda yo servirte con limpieza de cuerpo y alma. Amén.
Al revestirse con el alba: Hazme puro Señor, y limpia mi corazón, para que, santificado por la Sangre del Cordero, pueda gozar de las delicias eternas. Amén.
A así sucesivamente al poner la estola sobre el cuello y vestir la casulla.
Paz y bien en el Señor.
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