Cibermasocas cabreatus. Hay gente pa tó
Estaban en una fiesta celebrada en un hotel de Madrid, cuando al torero Rafael el Gallo le presentaron a José Ortega y Gasset. El genio sevillano preguntó quién era «aquel gachó con pinta de estudiao», a lo que le respondieron: «Es filósofo». «¿Filo qué, ezo qué e?», dijo el matador. Alguien le explicó en qué consistía tal profesión, que era un señor que analizaba el pensamiento de la gente, que escribía doctrinas orientadas a conocer mejor el obrar de las personas. El Gallo, estupefacto, guardó silencio unos segundos. Hasta espetar con gracia: «Hay gente pa tó».
Pues sí, desde los tiempos del “Divino calvo” como se le conoció al final de su carrera taurina. Hay gente pa tó.
Merecería la pena escribir una tipología del internauta, porque aquí ordenador, tablet o teléfono inteligente tiene cualquiera, pero hay que ver los distintos usos que puede hacer cada cual. Hay gente pa tó.
Hay un espécimen interesante que es al que servidor denomina cibermasoca o más técnicamente “comentariensis cabreatus”, aunque los hay que prefieren denominarlo “frustratus maximus”. Nosotros, por facilitar, usaremos preferentemente la forma vulgar de cibermasoca o la breve de cabreatus.
Hay gente que disfruta llevándose berrinches. Tanto, que los necesita a diario o incluso varias dosis a lo largo de su jornada. Ya se sabe que cualquier adicción va exigiendo aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos.
El cabreatus es personaje de vida preferentemente en la red. Posiblemente por personal soledad, frustraciones profesionales o incomprensión de su propia realidad, se dedica a rastrear motivos para desahogar sus fracasos en forma de improperios y descalificaciones. Quizá el primer cabreo de la jornada sea descubrir que hay blogueros, por ejemplo, que siendo para él nada y vacío, siguen escribiendo después de años y años. Y no es que escriban, es que encima hay gente que los lee y hasta dejan sus comentarios.
Imaginen un cabreatus, por ejemplo, con blog. Un cabreatus convencido de ser algo así como una mezcla de Toñín el Meloso, Pablito Conejo, Benedictito, los santos evangelios y el amor a la tierra de Ploff. No hay derecho a que gente así no tenga apenas lectores y que sus comentaristas lo sean solamente en espíritu, porque no dejan ni una letra escrita.
Hay cabreatus que ni blog, que lo de escribir con nombre no es cosa al alcance de las fosas nasales de cualquiera. Pero cabreatus que quisieran el pensamiento único, el suyo o de los suyos. Y resulta que hay gente que escribe otras cosas. Intolerable.
Los hay que han descubierto o intuyen que el bloguero es pecador, cosa que el propio bloguero conoce desde su uso de razón y que lleva adelante con humildad y confianza y hasta buen humor, porque una cosa es ser pecador y otra no conocer la doctrina cristiana.
La respuesta del cibermasoca es siempre la misma. Consiste en esconderse como buen cobarde para soltar un par de desahogos exigiendo, si es que son unos cachondos, que, en aras de la libertad de expresión y la democracia, permitas en tu blog que aparezca un cabreado cuando quiera y, parapetado bajo el anonimato y el camuflaje de la IP, encima te insulte.
Yo agradezco mucho a los cabreatus que aparecen por el blog. Ya se sabe que un blog sin trolls es como un jardín sin flores, algo más triste como un torero al otro lado del telón de acero, insulso como el menú del hipertenso, aguado como sopa de asilo a fin de mes.
Por cierto, trolls que me visitan, eso de “más triste que un torero al otro lado del telón de acero” es de una canción de Joaquín Sabina. No desaprovechen la ocasión de soltarme dos leches.
27 comentarios
Directo, claro y conciso. Y con mucha gracia.
Cierto que le dan chispa al blog, pero yo ya ni los leo.
Prefiero mirar y corregir mis propias faltas.
También es cierto que hay cabreatus entre los "buenos" y algunos con derecho de veto. Se les conoce por su lenguaje agresivo. Usted ya sabe, padre.
Larga vida y Santidad.
¡Ave María, padre!
Cabreatus fustratus, comentarista cibermosca, adictos, de berrinche diario, fustrados, adictos al escándalo sobreactuado, saltacharquillos de precisión, tapados, cagapoquitos amorosos, correcapillas, picapleitos en celo ... todos tenemos algo de todo, por esta diversidad nos gusta el blog del Padre Jorge, porque santos de siempre, santas de tricotar , sonrisas falsas y teólogos de corta y pega hay muchos
Por cierto, la próxima vez que le vea en persona, le contaré una anécdota de Rafael el Gallo, Alfonso XIII, mi abuelo y varios cadetes mas de la Academia de Infantería de Toledo que se va a mear usted de risa.
Mientras tanto, le rezo su Avemaría.
En internet hay que pasar por alto más exabruptos que en la vida real.
Rezo su Ave María.
Cuénteselo aquí mismo y nos reímos todos. Se lo agradeceríamos mucho, porque se dan más malas noticias que anécdotas para relajarnos un poco.
Lamento contradecirle, pero de total olvido nada. Ningún pensador arrasa en las compras navideñas, pero de los españoles Ortega irá, como poco, detrás de Unamuno y Savater en lectores. De hecho, está entre los ocho filósofos de todos los tiempos obligatorios para Selectividad en la Comunidad Valenciana, e imagino que en alguna más.
Casi que es de mal gusto hoy día no estar cabreadísimo, por lo que siempre hay quien pone todo su esfuerzo en cabrear a los demás. Y con frecuencia lo consiguen.
Al menos hay algo en lo que todo el mundo seguro que está de acuerdo, en lo de "Hay gente p'a tó"
Ave María
Hay Gente pa' To' de Yuniel Jimenez
Si han hablado del Papa y del Dalai
Si han hablado de Dios y el medio ambiente
Si han criticado hasta lo que no hay
Que queda pa' la otra gente.
Si han comentado del pacto mundial
De la comida sana o la corriente
Si han criticado a Mozart o a Chopin
Que queda pa' la otra gente.
"Hay gente caramba hay gente"
Que no puede quedarse indiferente
Ante la voz cambiante y rompedora
O ser sencillamente diferente.
"Hay gente caramba hay gente"
Que sigue su teoría incongruente
Que ha decidido anclarse en lo confiado
Sin la necesidad de ser valientes.
Si han criticado a mi país natal
A la Habana, Matanzas y hasta Oriente
Si han hablado de Celia o de Compay
Que queda pa' la otra gente.
Si hablaron de la Azúcar y la Sal
Del Sol que nos alumbra reluciente
De Newton de Martí o de Rosapark
Que queda pa' la otra gente.
"Hay gente caramba hay gente"
Que no puede quedarse indiferente
Ante la voz cambiante y rompedora
O ser sencillamente diferente.
"Hay gente caramba hay gente"
Que sigue su teoría incongruente
Que ha decidido anclarse en lo confiado
Sin la necesidad de ser valientes.
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh
Hay gente pa'to...
Dicho esto y con buena voluntad pretendo precisar un poco las particularidades por usted señaladas:
El "comentarensis cabreatus" (O fustratus máximus) es especímen habitual de eriales y secarrales, que entrando en su juventud en una asociación religiosa comprueba en su vejez que no es San Bernardo redivivo, y que sus comentarios por mucho emoticono que ponga no los lee ni su santa madre. Aquí entra a formar parte del orden "envidiosus verdecilli" al comprobar cómo a un auténtico sacerdote le sigue leyendo miles de personas.
El "ateus coñazus" ( subclase noséquémepasius, orden "háztelomirasiensis) es ser que despista a la etología con su insistencia en escribir chorradas en un blog católico. Se cataracteriza por su baja estatura y problemas urinarios.
También forma parte de esta desagradable fauna, el progre ( y progra, uy!) cuya particularidad más evidente es estar anclado (y anclada, uy!) en el discurso años 70, con su popster del che Guevara y haber leído una página de Kúng, González Faus, Queiruga, Castillo, Pagola etc. Van de salvadores entre las ruinas de su Iglesia imaginaria.(subclase tontosdelculitis, orden "noteenteras bobísimus".
Espero con estas breves pinceladas haber aportado algo al discurso científico de este blog.
Más allá de estas sesudas cavilaciones, a quien busque ofender, humillar, provocar a los visitantes de un foro y a su titular, hay que banearlo sin contemplaciones. No merece la pena perder el tiempo.
Ave María grátia plena, Dóminus tecum...
“No es eso, no es eso”.
Creo que no les aguanta nadie, no tienen interlocutores y se desahogan en la redes. Nadie quiere amargados a su lado.
Debe ser muy triste llevar 40 ó 50 años soltando el mismo rollo y ver su fracaso.Algunos hacen un acto de humildad y cambian, otros caen en la depresión y otros quieren morir matando....de aburrimiento.
Si hay que controlar los excesos, se controlan. Pero hacer ironía de ello, así en general, lo veo inconveniente y sin ningún fruto positivo, la verdad.
A veces también se producen excesos por comentarios y blogueros que se toman con cachondeo y frivolidad algunas cosas. Otras veces se producen alabanzas que, por excesivas o simplemente improcedentes, son injustas y llevan a una confianza peligrosa a otros...en fin, las apreciaciones personales pueden ser erróneas por mil motivos.
Por cierto, el hecho de que un blog tenga muchos lectores y otros pocos o ninguno no es seguridad de nada. Es curioso que, de vez en cuando, salga este asunto a relucir en la blogosfera religiosa como un motivo de satisfacción o incluso éxito, habida cuenta que hay infinidad de vídeos de youtubers haciendo cualquier memez que tienen cientos, miles o millones de veces más visitas que todos los blogs católicos juntos.
El hecho de que un blog tenga pocos seguidores es síntoma de que el bloguero no sabe comunicar. ¿Hay que realizar un master para comprender esto?
Saludos cordiales.
De entrada, su tono está fuera de lugar. Vd sabrá si habla también así cara a cara.
En segundo lugar, debería informarse. Cualquier video del chaval conocidillo de turno que comente un videojuego, un rap o un chiste malo, tiene diez, cien o mil veces más visitas que todas las de infocatólica en su conjunto en un mes.
Su criterio no resiste el menor análisis.
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