A ver qué haces
Uno de los objetivos de este blog es ofrecer a mis lectores las mismas cosas, pero vistas desde el otro lado del altar, y ya les digo yo que no todo es tan sencillo. Voy a poner dos ejemplos sacados de cosas que e han pasado y siguen pasando en el ritual de exequias.
Domingo del Domund. Perfecto. Pero mira por dónde, apenas unos minutos antes de la misa te aparece una familia con una urna que contiene las cenizas del esposo y padre. Y te dicen que han quedado con el encargado del cementerio para depositar las cenizas en un columbario y te piden el favor de que apliques esa misa por el difunto y depositar la urna delante del altar en la misa. ¿Qué haces? Hay una solución sencilla: es domingo, es la misa parroquial, tengo obligación de ofrecerla “pro populo”, por tanto, no por su difunto. Así que lo siento, pero es lo que hay.
Cualquier misa de corpore insepulto. El ritual tiene previsto que algún familiar, al terminar la celebración, pueda dirigir unas palabras agradeciendo la compañía de la gente y la oración. Nada más. Lo imprevisto, pero cada vez más habitual, es escuchar las palabras del hijo, nieto, amigo, vecino o lo que sea que desean dedicar unas palabras algo así como de homenaje al fallecido. La solución sencilla es decir que eso no está previsto en el ritual y que no puede hacerse.
Vistos los ejemplos, ahora se ponen ustedes en mi pellejo.
Ya les digo la solución que ofrecí en los dos casos. En el primero, decir a la gente en la monición de entrada que somos comunidad que vive y celebra en medio de su vida y que a la eucaristía de ese domingo se incorporaba el dolor de la familia Tal, y que pediríamos por el fallecido. Una mención en la homilía y citar el nombre en el memento de difuntos. Esa semana la misa pro populo la celebré al día siguiente.
Y en el caso de familiares o amigos que desean leer algo en la misa o funeral de su ser querido, les digo que bueno, pero que procuren sea una cosa cortita, y suelen hacerme caso.
Esto es el día a día de la vida pastoral.
Supongo que muchos de mis lectores me acusarán de blando, de timorato y de no luchar contra determinados vicios en la liturgia. Puede ser, y no lo niego. Pero los años te enseñan que mejor es ir poco a poco, y que lo que no tiene sentido es andar de enfrentamiento en enfrentamiento con la gente de tu pueblo. Mejor es siempre mostrarte acogedor, especialmente en momentos de dolor, y dejar en las familias un buen sabor de boca de cómo se portó el señor cura cuando lo de la abuela. En esos momentos de dolor una buena acogida deja un buen recuerdo para siempre. Un error, una mal llevada imposición, enemistades para siempre también.
Luego hay otro problema, y es que es difícil tratar de hacer las cosas correctamente cuando cada cual hace lo que le viene en gana y, como repito y repito, nunca pasa nada. Y la gente te lo echa en cara: ¿por qué usted no me dejó leer una cosa cuando murió mi padre? Porque en el pueblo de al lado todo lo contrario. Ya eres el malo.
O te dicen: no entiendo por qué en el credo no nos deja cantar el credo de la misa campesina nicaragüense, verbi gratia, cuando en parroquias de aquí al lado lo hacen. Y claro, te muertes la lengua para no decir que está prohibido sustituir el texto del credo por un creo “libre” y que el problema es de los curas de al lado y de quienes se lo consienten. Lo que pasa es que si dices eso corres el riesgo de que encima te tiren de las orejas por mostrar lo obvio.
Por eso el título del post: ¿a ver qué haces? En una parroquia de párrocos les quería ver yo con una Rafaela, una Joaquina y un señor Manolo delante pidiendo una cosa y otros exigiendo lo contrario a la vez que desde arriba te dicen que tranquilo…
Alguna vez he pedido normas claras y que se exija su cumplimiento por todos y sanciones a quien no lo haga. Vamos, lo que mucha gente pide que se haga con Torra y la Generalidad catalana, pero en la Iglesia.
Como si estuvieras hablando con Pedro Sánchez.
33 comentarios
Por otro lado ¿Considera que las familias que mas exigen son las que menos pisan la iglesia?
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Jorge: eso siempre.
En cambio no ven problema en tener que descalzarse al entrar a una mezquita o en que las moras y los moros tengan lugares separados.
Es algo que valdría la pena preguntarle al santo Cura de Ars.
Luego otro aspecto de lo comentado: cuando doy una charla o curso o formación de liturgia, etc., ¡qué difícil explicar!, porque en el auditorio, indefectiblemente, me van a discutir: en mi parroquia esto, en la de al lado se hace lo otro, lo que vd. dice es lo contrario de lo que enseña mi párroco, pues lo que vd. ha dicho no me gusta y prefiero lo de la parroquia a la que yo voy.... ¡La sensibilidad a flor de piel, y el caos litúrgico en cualquier formación diocesana!
Padre, cierto que falta una guía clara desde la Jerarquía, en su caso obispado.
Dicho lo cual creo que usted acertó plenamente en ambos casos.
No soy partidario de las moniciones ni de las palabras finales en recuerdo de los difuntos, en el entierro de mi madre y luego de mi padre ambos sacerdotes me lo ofrecieron y yo decliné amable y educadamente.
Pero creo que si el agradecimiento es corto y sincero se puede permitir, siempre a criterio del cura, que es quién realmente sabe.
En lo del Credo, Chapeau padre, es el Compendio de nuestra Fé. Credo Largo o Credo corto y no hay más.
Como anécdota contaré que el día de Santiago en la Misa que asistí, dos violinistas interpretaron el Aleluya del difunto compositor y cantante Leonard Cohen, tan bello como fuera de lugar.
Larga vida y Santidad.
Yo también soy párroco rural de un solo pueblo de 120 habitantes, algunas vez puede coincidir un entierro en un domingo, hay terroliturgistas que se cabrean si haces ese domingo el entierro, pero, vamos a ver, ¿es que ese pueblo de cuatro gatos no puede celebrar el domingo y el entierro? Como bien dice usted, todo se puede hacer con sentido común. Un pueblo tan pequeño, cuando pierde un vecino y además todos se llevan bien ese día lo centra en el difunto y la familia.
Perdón por el terroliturgista, yo también lo era en mi juventud (jejeje)
En fin, lo suyo es grave, pues es síntoma de lo que ocurre en tantos partes a tanta gente. No voy a decir aquello tan tópico de que falta sentido de autoridad (que también), pues lo que falta ya es todo referente de bien y de mal en mucha gente. Las sociedades occidentales se van convirtiendo en una selva invivible, de egos en conflicto, cada uno reclamando, con tanta fuerza como estupidez e ignorancia, sus derechos "inalienables". ...Y a ver qué hacemos.
Le cuento una experiencia personal con solución salomónica.
Una tía mía debió ser sepultada en domingo. El cura del pueblo, de la vieja escuela, era muy estricto y apegado a la norma en todo, en doctrina, en moral y en liturgia. Nos explicó que la misa dominical es la del pueblo y punto, pero cuando llegamos con el féretro al templo, nos estaba esperando en la puerta con ornamentos negros. Recibió el cuerpo con aspersión de agua bendita y entramos. Ya en el altar, se cambió los ornamentos negros por verdes, del tiempo ordinario, y celebró la Misa dominical. Al final de la Misa, se volvió a poner los ornamentos negros e hizo los ritos exequiales con agua bendita e incienso y nos acompañó hasta la puerta. Quedamos muy agradecidos por su manera de despedir a nuestra tía. Ese sacerdote no permitía que ningún familiar pronunciara un mensaje en los funerales porque en el templo no estaba permitido que dirigiera la palabra al pueblo alguien que no estuviera ordenado. Diácono, presbítero u obispo y se acabó. Severo y estricto como era, sabía explicar el porqué de las normas y fue siempre muy respetado y muy querido en la comunidad.
Rezo su Ave María.
Mi casa da a un pequeño jardín público. Es un jardín sin árboles, con una pequeña explanada de tierra, situado entre la urbanización donde vivo y una carretera de doble sentido que desemboca en la vía de servicio de una gran autovía. En cierta ocasión comenzó a aparecer por allí una pareja de jóvenes homosexuales varones (uno de ellos de raza negra). Allí, sentados en un banco en pleno centro de esa explanada, y a la vista de todos, mostraban con entera libertad su afectividad y su sexualidad, hasta el punto de que acabaron foll... Aquello ocurría todos los días en plena tarde, en torno a las cinco o a las seis, y permanecían allí durante horas, No apareció por allí jamás la policía local o la guardia civil. Nadie las llamó. Se preguntó el Ayuntamiento, de derechas por cierto, la pregunta clave: ¿a ver qué hacemos? Mientras se lo pensaban, el escándalo y el asco eran ya absolutos en el vecindario y en la barriada (lleno de niños, por otra parte); pero ellos seguían viniendo una y otra vez, con una tenacidad digna de mejor causa. Sabe cuál fue la solución municipal: quitar los bancos públicos del parque. Los maricones desaparecieron, pero también toda gente decente que pudiera disfrutar de ese rincón público. Supongo que cuando el Ayuntamiento cambie de signo político, los bancos y los maricones volverán a poblar nuestras vidas.
¿En qué habíamos quedado? ¡Que todos somos iguales pero que hay unos mas iguales que otros!
Gritar ¡Viva España! en Galapagar es ahora delito de lesa majestad.
¿Sinceramente usted cree que ceder les va a atraer? No. Al contrario. La próxima vez que se presenten con la urna, o con cualquier otra historia, van a pedir lo mismo, que se haga su voluntad, porque la vez anterior no se enteraron absolutamente de nada.
Y si la segunda vez usted hace lo que debe y no lo mismo que hace el chipiriguay del cura del pueblo de al lado, lo único que van a decir que usted es cada vez peor y que ojalá traigan a otro cura más moderno.
Sinceramente, lo mejor es al pan, pan y al vino, vino y si no les gusta, carretera y manta. A menos bulto, más claridad.
Que se vayan con el chipiriguay hasta que el chipiriguay se vaya detrás de la primera falda y les deje plantaos.
Ave María
382. En las Misas exequiales hágase habitualmente una breve homilía, excluyendo cualquier género de elogio fúnebre.
383. Estimúlese a los fieles, especialmente a los familiares del difunto, para que también participen por medio de la sagrada Comunión en el sacrificio eucarístico ofrecido por el difunto.
Humildad, Caridad, no es hacer lo que les parece bien a los demás sino lo que se nos explica en las Escrituras.
No podemos vivir contentando a todos porque cada cual sigue su apetencia o punto de vista. Tenemos que ser discípulos de Cristo y vivir tal cual como Cristianos formados, resistiendo los vaivenes y conveniencias ajenas a nuestra fe. Si nos planteamos eso de *A ver qué haces* pues eso, lo que debemos hacer como cristianos, con paciencia, entrega, amabilidad, sabiduría espiritual, etc.
A la larga es lo que funciona.
Y si no que se lo pregunten a todas las madres en la resistencia que se dejan la vida para que su prole sea como Dios manda.
Si desde niños se nos enseñaba la Historia Sagrada y el Catecismo, a los que hemos tenido esa fortuna de aprender ambas cosas, que eran los rudimentos para ser cristiano, se nos enseñaba también en las clases de Religión lo que se debía hacer en la Iglesia, que era el templo, lo que se hacía allí, como comportarse en el, cómo conducirse ante la presencia del Señor y ante los demás, por aquello de "predicar con el ejemplo", pues quien conocía estas cosas enseñaba al que no sabía o sabía de mala el cómo estar. Hoy es difícil que se encuentren suficientes cristianos que conozcan estas cosas o que den ese "testimonio" de comportamiento y de saber ser discípulo de Cristo. Tampoco la jerarquía actúa para mostrar/recordar la forma de comportarse, pues parece que se dan muchas cosas por sabidas, y con "conectar" (asistir) coa las "B,B,C" (Bodas, Bautizos y Comuniones) parece que es suficiente. Se conforman, nos conformamos con que se celebren los Sacramentos un vez cada equis años, y de forma que raya en el boato, y conque sea bautizado basta, algo así como en la cartilla de la mili se decía respecto al valor del soldado "se le presume".
Creo que va siendo hora de re-catequizar, de volver a enseñar lo básico primero y después ir avanzando. Sería bueno que los Obispos, Arciprestes territoriales se arremangasen un poco y unificaran los criterios a seguir , ser estrictos y o tener manga ancha
según los casos, pero las cosas claras. Si no, esto no se soluciona y parecerá que cada curita tendrá su "breviario del pues yo opino de que" y las iglesias particulares , serán particularísimas, tanto, que si sobreviven al tiempo, serán una cosa rara, e irán a la desaparición, al abandonar la catolicidad en el pleno sentido etimológico de la palabra. Como ejemplo, se eliminó el latín, lengua universal, por considerarla lengua muerta, pero cualquier cristiano, en cualquier lugar del mundo, podía saber que si asistía a Misa, podría seguirla, responder en ella y sin problemas de comprensión del lenguaje.
Es necesario permitir el acceso a las normas de la Iglesia de forma común, darlas a conocer, explicar sus porqués, que se echa de menos con frecuencia. Es enseñar al cristianito que no sabe, o acoger al que se equivoca, porque muchas veces se pretende imponer la voluntad de los fieles, o más bien el capricho ("pues a mi me parece que así sería más bonito") y se hace más daño que caridad plegándose a ello. Eso si con tacto, con cariño, con AMOR . Siempre guiando las almas en el buen camino. No saliendo con sequedades , ni exabruptos , que también se dan. Razonando hasta lo razonable, porque hay de todo como en botica. Y todos, hasta el más irascible y caprichoso lo agradecerá, aunque no lo diga, o ponga verde al cura que no se doblegó.
Que Dios le siga iluminando D. Jorge, y espero que sus parroquias serranas se vean más pobladas ya en esta época del año, a pesar de la pandemia. A los demás lectores y comentaristas, les deseo que Él les acompañe siempre, y que la Virgen Santísima guíe a todos, y a los que gocen de vacaciones, que descansen , que recuperen fuerzas, que nos queda un futuro duro y muy importante para la Iglesia. Que tengamos siempre presente al Señor en el centro de nuestras vidas.
Hasta el comentario 12 sin Avemarías.
y después solo una.
Pues ahí van mis tres, y mucho ánimo.
Le rezo su Avemaría. Un cordial saludo
Ave Maria...
Pero es que hay párrocos que tampoco tienen la formación de antes, son buena gente que no han tenido las enseñanzas que se nos daban. Hacen lo mejor que saben y pueden, pero donde no hay no se puede dar.
Esto que vemos todos desde hace tiempo ni se menciona, así que no se puede mejorar, no hay interés porque “mal de muchos consuelo de tontos”
La soluciób es OBVIAMENTE el orden litúrgico, es decir, desterrar el Novus Ordo y volver a la Misa Tradicional: Misa de Domingo de blanco y oro, Misa de Difunto de negro.
La instrucción del pueblo no se hace con malditas charlas, sino con los signos litúrgicos SIN VERGÜENZA de los tales.
Y queda el cura como un señor y la familiase lo agradece.
El día que enterramos a mi abuela en el pueblo me dije: “si no te tocan las campanas, no vale la pena morirse...” y como yo piensa la gente más llana y más sencilla. Al muerto hay que darle lo que se merece: su Rosario, su velorio, sus pésames a la fsmilia, sus campanas, su luto y du misa de Requiem y sus Misas gregorianas y cuando al muerto no se le trata como Dios manda es cuando ls fsmilia necesita el ambón para hacer un panegírico.
En muchas zonad de España, cuando se moría un niño bautizado, iban a cantar y bailar a la casa a comer y beber vino y se le rezaba la Misa de lis Ángeles Custodios, al niño y a sus ángeles que eran lo mismo.
Un entierro sin “La Tremenda” no es un entierro, como dicen en mi pueblo. La Tremenda debe de ser el Rex tramendae maiestatis. Sensus fidelium que le llaman ahora...
La muerte del tío Celso es hermosísima porque hermosísimos eran los ritos funerarios de la Iglesia.
En pocas cosas se nota más la protestantizavión de la Iglesia como en los ritos funerarios.
Y es que la natursleza humana está hecha para luces, inciensos, oraciones místicas, cosas en voz alta y voz baja... como dice el Dalai Lama.... ¡perdón!!!!!!! que es el Concilio de Trento el que lo dice.
Paz y Bien
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