Cardenal Osoro: menos reuniones y más el cuerpo a cuerpo con la gente
Ha sido una buena idea hacernos llegar a los sacerdotes de Madrid los videos de las intervenciones en las jornadas pastoral que se han celebrado en la Universidad San Dámaso bajo el título “Evangelizar la gran ciudad: Madrid 2020″. Muchos no hemos podido asistir y así tenemos la oportunidad de escuchar al menos las intervenciones. Estas cosas nos hacen valorar en su justa medida las posibilidades de comunicación. Bendito sea Dios.
No tienen desperdicio las disitintas ponencias. Acabo de escuchar la última, la del cardenal de Madrid D. Carlos Osoro. En ella ha habido algo que me ha hecho sonreir y pensar, y es la afirmación de D. Carlos de que nos sobran reuniones y nos falta contacto con la gente.
Recuerdo en una ocasión, tras una reunión del consejo presbiteral de la archidiócesis de Madrid en la que se nos había elogiado grandemente la figura del santo cura de Ars, que me atreví a decir nada menos que al cardenal Rouco, que por cierto no me mordió ni nada, que a mí el cura de Ars me parecía un mal sacerdote. Evidentemente, saltó el señor cardenal:
- Pero hombre, cómo dices eso…
- Muy sencillo, señor cardenal. El santo cura de Ars pasaba hasta dieciocho horas diarias en el confesionario ¿verdad?
- Verdad, así es.
- Así que ni iba a reuniones de sacerdotes, ni a la formación permanente, ni a las conferencias para actualizarse. No creo que tuviera en la parroquia consejos de pastoral y economía, grupo de liturgia. Tampoco me parece que saliera con los jóvenes de peregrinación ni acudiera a las JMJ. Confesar y misa. Nada más. Muy mal cura.
La carcajada fue general, empezando por el mismo D. Antonio.
Nos matan las reuniones. Que son necesarias, lo sé.
Recuerdo una cuaresma no muy lejana en la que llegué a contar catorce convocatorias para distintas reuniones y actividades fuera de la parroquia. Algo falla.
Pero… No hay vicario, delegado, subdelegado, responsable de comisión que se comprenda a sí mismo sin las correspondientes reuniones. Necesarias, que sí, quizá no tantas.
Posiblemente necesitemos racionalizar las reuniones, pensar si todas son imprescindibles, ver si alguna puede sustituirse por material de formación o tutoriales sobre el asunto, o colocar dos o tres temas en una misma sesión. Posiblemente necesitemos más el cuerpo a cuerpo y más dedicar tiempo a la celebración y a la oración. Posiblemente.
Termino con una frase, que no se de dónde ha salido pero que a un servidor siempre le ha resultado especialmente interesante: “al cura que no reza, el diablo le castiga con reuniones".
42 comentarios
Le dejo otra frase antes de su avemaría, la encontré en un manual de gestión: Un dromedario es un camello diseñado en una reunión.
¿Reuniones? Pero con quién?
Don Jorge el día que usted deje de tener los pies en al tierra, y levite. A saber qué y cómo
Quizás el problema de fondo sea pensar que realizando tantas reuniones se demuestra que la Iglesia es activa.
Usted, D. Jorge, sí que demuestra ser parte de la Iglesia activa porque se ocupa y preocupa de todos sus feligreses.
Gracias, padre.
Muchos sacerdotes han sido abducidos en los seminarios a fin de que sólo presten atención a las consignas de unos grupos sociales concretos en el poder político y económico, y ello lleva a que buena parte de la feligresía no los considere como de los suyos porque en verdad no lo son.
Si un pastor quiere aliviar a los pobres, que se le alimente también con la Palabra de Dios. Porque de nada sirve saciar toda el hambre del cuerpo, si el alma ya está agonizando.
• «No debemos perdernos en el activismo puro, sino siempre también dejarnos penetrar en nuestra actividad por la luz de la Palabra de Dios y así aprender la verdadera caridad, el verdadero servicio al otro, que no tiene necesidad de muchas cosas —ciertamente, le hacen falta las cosas necesarias—, sino que tiene necesidad sobre todo del afecto de nuestro corazón, de la luz de Dios. » (Benedicto XVI, Audiencia General, Miércoles 25 de abril de 2012).
Recordando también el pasaje del Evangelio, cuando las hermanas de Lázaro hospedaron a Jesús, Marta y María. Marta se afanaba por muchas cosas, pero María, se puso a los pies de Jesús, y había escogido la mejor parte. Cuando se escoge la mejor parte, que es la contemplación a Dios, el alma tiene más fuerza y alegría para trabajar en otras tareas.
Hay ciertos momentos en que las reuniones se comienzan con la oración, pero cuando cada cual quiere exponer su propia idea, se rompe la unidad. Y es por la falta de una relación personal, contemplativa para con el Señor. No se puede ayudar a los demás, si primero, no hay encuentros con Jesús nuestro Señor, reuniones con Él todos los días.
El padre Pío se pasó toda su vida rezando (siempre recomendaba el rosario), celebrando misa y confesando, a la vez que hacía múltiples sacrificios y vida de enorme austeridad y sufrimiento, sufriendo en sus estigmas la pasión de Cristo. Nada más y nada menos.
No es que las reuniones sean malas, depende de qué reuniones y de qué conferencias. Las hay maravillosas y de enorme fuerza (se me ocurren las conferencias del padre Sayés, excelente teólogo ya jubilado). En cambio hay conferencias que pueden ser MUY tóxicas, y reuniones que llenan el tiempo con cosas mundanas y des-sacralizadas, aunque el tema sea "solidario". Todo depende.
El problema es cuando en la Iglesia se deja de rezar, se abandona la costumbre del Rosario, casi nadie se confiesa y casi todos comulgan (¡Señor ten piedad de nosotros!), existe una especie de sentimiento entre los católicos de que el pecado no existe, de que nada es pecado porque Dios es misericordioso (como si no fuera también infinitamente justo). La misericordia de Dios exige arrepentimiento, contricción perfecta y cambio de vida... es entonces cuando Su Misericordia se revela infinita. Si no hay arrepentimiento, rechazamos Su Amor y no dejamos que actúe en nosotros. El infierno existe, el purgatorio existe y es durísimo... la cosa es seria, muy seria.
En todo caso la situación está cambiando... paradojas de la vida, el resto fiel está despertando, ¡bendito sea Dios!
El problema es que la Iglesia (como muchas otras organizaciones, sea dicho de paso) es especialista en estar ocupadísima.... haciendo nada. El problema es de las personas que con la mejor voluntad (o también disfrazando de actividad frenética su escaqueo del trabajo "real") no paran de ir como gallinas sin cabeza de reunión, a comité, pasando por un encuentro, de ahí a un simposio, y acabando en mesas redonda...cuyos frutos son la nada más absoluta.... aunque luego hasta se atrevan a editar libritos con las conclusiones.
Es el peor concepto de la burocracia. Mucho papel dando vueltas para "dolce fare niente"
Y que lo hay dicho Osoro...
Le rezo su Avemaría
Es respuesta a nuestras oraciones. Llevamos tiempo orando por esto. Desde ahora pediremos, ya que se van dando cuenta, que lo entiendan bien y lo practiquen mejor. Nos preocupa ahora que todo se quede en “habría que hacer” en vez de hacer de verdad la voluntad de Dios. Manos a la obra, coger el arado sin mirar atrás, y dejarse la vida en el empeño.
Ayer leía que un sacerdote había dejado el sacerdocio “por amor” o sea para casarse con una señora (¡uf! Menos mal que no con un señor).
Por lo visto es súper inteligente, trabajador, exitoso... Pienso que debemos cumplir nuestras promesas y compromisos, si no de poco sirve tanta sabiduría intelectual. Tan fracaso es romper un matrimonio o cometer adulterio, como hacer unos votos o consagración y luego dedicarse a mil cosas que no tienen que ver con lo prometido, por buenas que parezcan.
Muy querido D. Jorge:
“¡El cura que no ora, que no coma!”, así se podría resumir, tal vez, su artículo y la enjundiosa “ocurrencia” que tuvo usted en aquella reunión del consejo presbiteral.
Ahora, parafraseando a san Pablo (2 Tesalonicenses 3, 10-12), tal vez usted podría escribirnos un artículo nuevo donde nos dijese brevemente algo parecido a esto: “Si algún cura no quiere orar, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos curas viven desordenadamente, sin orar, antes bien metiéndose en todo. A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que oren con sosiego para comer su propio pan”.
El título del artículo podría ser éste u otro parecido: D. Jorge González: “el cura que no ora, que no coma”.
Se lo comunico por si le parece oportuna su publicación, muy querido D. Jorge. ¡Usted verá!
Un abrazo muy fuerte:
José Mari, franciscano
Posdata: Me permito añadir una oración preciosa del santo Cura de Ars.
“Te amo, oh Dios mío”
Te amo, oh mi Dios.
Mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida.
Te amo, oh infinitamente amoroso Dios, y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.
Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor.
Oh mi Dios, si mi lengua no puede decir a cada instante que te amo, por lo menos quiero que mi corazón lo repita cada vez que respiro.
Ah, dame la gracia de sufrir mientras te amo, y de amarte mientras que sufro, y el día que me muera no solo amarte, sino sentir también que te amo.
Te suplico que, mientras más cerca esté de mi hora final, aumentes y perfecciones mi amor por Ti.
Amén.
Me imagino su sonrisa socarrona de campesino si se le hubieran propuesto una reunión bajo el título "Nuevas dinámicas pastorales: por una Iglesia aperturista y de acogida ante las actuales realidades eclesiales"
O alguna otra parida parecida.
Mas presencia del sacerdote en el templo para la asistencia con mayor disponibilidad para la gracia de la Reconciliacion.
La imagen del aquel sacerdote siempre presente en el templo, orando, contemplando al Señor se ha perdido.
Que sera de nosotros, laicos distraidos en el mundo.
Hora quedamos muy pocos pecadores, vea Padre la cantidad de personas que comulgamos en la misa vs. las confesiones y llegará a la conclusión que ya no hay pecadores o lo ocultamos o lo que ocurre es que hemos perdido la consciencia del pecado y lo hermoso de la Eucaristía.
Tienes razón al afirmar que no hay organizador "que se comprenda a sí mismo sin las correspondientes reuniones" coincide con Ortega y Gasset " Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo".
La circustancia (característica no esencial de tiempo, lugar, modo) del Cura pueden ser las reuniones, pero la situación esencial del Cura son los Sacramentos.
En la Misión y en los Sacramentos es donde se dará el contacto con la gente en función esencial y eso es lo que falta y hace bien el Cardenal en reconocerlo y enmendarlo.
También ese consejo aprovecha a la "circunstancia" actual de España y se torna en grave advertencia.
" Hablando siempre del infierno y del purgatorio. ". ????????
Usted entre en la página web de la Santa Sede y mire un rato documentos y homilías de Papas
Poco se habla de infierno y purgatorio.
Se habla más de que Dios es Padre, de que Dios se parece al de la parábola del hijo pródigo etc
No se subraya lo del infierno .....se subraya lo que dice el evangelio de San Juan capítulo 6
Sé que no le voy a convencer de nada ...
Ejemplos el Santo Cura de Ars, San Pio de Pietralcina, San Juan Bosco:Objetivo, Salvación de las almas
Luego estàn los curas que quizàs no sobresalen intelectualmente. Pero saben tratar con la gente. Y eso es de agradecer. Porque a veces la gente no necesita un cura que de conferencias brillantes. Necesitan un sacerdote que de misa, que confiese, que se relacione con la gente.
Yo personalmente detesto las reuniones. La mayoría tratan cosas que ya se pueden hacer enviando un mensaje de texto o correo electrónico.
"Siempre" no quiere decir "únicamente" ó todo el rato, sino tenerlo en cuenta y recordarlo SIEMPRE, ya que la misión de un pastor no es otra que la SALVACIÓN de las almas... ¿y qué se cree que es la salvación?, no es otra cosa que salvarte de ir al infierno, e ir al Cielo, pero después de un periodo muy duro en el purgatorio, dependiendo de los pecados cometidos.
El hecho de que la Iglesia ponga el énfasis en lo positivo cuando evangeliza no quiere decir que los novísimos no haya que tenerlos SIEMPRE en cuenta (infierno, purgatorio y Cielo). Del juicio de Dios no se escapa nadie, y al morir ya es demasiado tarde para el cambio. Es la parte fundamental del catolicismo, salvar nuestras almas. La mayor caridad y el mayor amor al prójimo es avisarle del peligro que corre su alma. Y sin embargo el número de veces que se menciona hoy el juicio de Dios se acerca a NUNCA. Muy triste, pero también muy extraño. Los niños de Fátima veían caer las almas al infierno como en una nevada copiosa, y también vieron las almas en el infierno con sus sufrimientos espantosos. Y el infierno está MUY lleno.
He mencionado al Santo Cura de Ars, patrono de los sacerdotes católicos, especialmente de los que tienen cura de almas (párrocos)!!!!!!, ya que en sus sermones hablaba prácticamente SIEMPRE y con dureza los pecados de sus parroquianos y menciona continuamente el infierno y el purgatorio. Habla de otras muchas cosas, pero haciendo mención en algún momento al inevitable juicio de Dios. Se los recomiendo efusivamente, están en Youtube y son muy bonitos.
En los tiempos que corren, llenos de corrupción, laxitud, satanismo, hedonismo, rebeldía, apostasía, odio, codicia, promiscuidad, homosexualismo, drogadicción, divorcios, vacío existencial, desprecio de Dios... (qué no tendrá en grado máximo la sociedad actual) es más propicio que nunca hablar de la salvación de las almas, de la Verdad del Cielo, infierno y purgatorio. No como único tema, eso es una obviedad, pero yo diría que tampoco NUNCA, como se hace la mayoría de las veces, manejando además un concepto muy errado de la misericordia Divina (como si el arrepentimiento sincero y el cambio de vida no fueran necesarios para reconciliarnos con Dios). SOLO NOS INTERESA LA VERDAD. A ver si entendemos bien las cosas, sin prejuicios ni etiquetas.
Dentro de las iglesias ya vamos siendo parte del mobiliario y los turistas nos sacan fotos cómo si formáramos parte del templo que han entrado a curiosear ( y tienen razón )
La vida está fuera. Y está llena de gente extraña; jóvenes chicos de cejas peinadas y depiladas, maquillados, con bolso y andares de pasarela de moda, pandillas de chicas adolescentes, chillonas y vestidas para matar ( del susto ) matonas de barrio, de lenguaje soez, vulgares. Mujeres mayores que quieren ser cómo Carmen Lomana y vivir un amor con Bigote Arrocet, vestidas también para matar ...se de una pulmonía. Hombres viejos que pasean su aburrida existencia por las aceras, algunos miran el río de la vida, que se llevó el agua, con indiferencia, otros con ira y mal humor.
Nadie de esos que he mencionado cree, ni esperan y mucho menos, nadie adora otra cosa que su propio esqueleto.
Hay que ESPERAR. No se puede evangelizar en el infierno. Ya volverán.
Mientras tanto, por favor, piedad con las beatas de rodillas artrósicas: somos pocas y no vamos a durar siempre.
Y desde luego, mi voto es clarísimo: cura que confiese, y no sólo eso, sino que esté visible en el confesionario. Que celebre bien la Misa. Que predique con claridad, enseñando lo básico (no hay que dar nada por supuesto en cuanto a formación religiosa). Que controle la catequesis parroquial, mejor si puede darla personalmente.
Oremos por las vocaciones
Con permiso de D. Jorge voy a contestar a una Sra. que pide se retiren los confesionarios de las iglesias y lo hago con todo respeto.
Cuando confiesas tus pecados a un sacerdote lo haces con Dios. Cristo así nos lo dice y nos lo pide.
Para aquellos que dicen que ya le confiesan sus pecados a Dios está la frase: Baste que Dios quiera confesarte.
Si es por problemas de salud, artrosis dice ella, puede pedir al sacerdote que le confiese en un lugar privado, su despacho por ejemplo. Y ella estar sentada en una silla.
Precisamente a mí me ha tocado alguna vez confesarme fuera del confesionario y ahí sí que he sentido la falta de intimidad con Dios.
De verdad que los confesionarios son un gran avance y ayuda para los fieles.
Gracias a Dios hay muchas iglesias con confesionarios y largas colas para confesarse y personas de todas las edades.
Por ser muy conocida voy a citar una, no por hacer publicidad, ya que no es mi parroquia habitual, pero porque no se piensen que hablo en globo.
Sta. María de Caná en Pozuelo de Alarcón, Madrid. 4 confesionarios con 4 sacerdotes a tope de fieles, como llegues justo a la Misa ya no te da tiempo a confesarte.
Y si pides confesión fuera de los horarios de Misa, siempre hay un sacerdote que te atiende.
Cito esta iglesia porque muchas personas lo pueden corroborar pero sé que hay muchas más. Pozuelo. Las Rozas, Majadahonda, Humera, etc. Y por supuesto Madrid capital.
Si por motivos de salud no pueden arrodillarse no lo hagan, pero por favor no pidan que se quiten los confesionarios. Porque sin ellos a algunos de nosotros sí que se nos alteraría la salud.
Muchas gracias.
Antes de la reforma litúrgica del Vaticano II, la liturgia de las horas era más de CUATRO veces mayor.
Hoy los sacerdotes rezan el salterio (con suerte) en cuatro semanas, antes lo hacían en una. Además han recortado salmos por versos políticamente incorrectos y hasta han suprimido el salmo 108. Las lecturas bíblicas y patrísticas del oficio también se han disminuido a una tercera parte.
Ya vemos el origen de la maldición de "las reuniones".
¿El cardenal Osoro sabe cómo es la vida de sus curas?
¿El cardenal Osoro es consciente de a cuántas reuniones acudimos convocados por él?
¿Va a aligerar la carga burocrática de los sacerdotes para favorecer que sean pastores?
Suena a tomadura de pelo... lo siento...
No he podido sustraerme a recordar, mire Ud. ¿porqué será?, una fábula de Samaniego que aprendí en el colegio, que se titulaba el Pastor, y decía así:
"Salicio usaba tañer
la zampoña todo el año,
y por oírle el rebaño,
se olvidaba de pacer.
Mejor sería romper
la zampoña al tal Salicio;
porque si causa perjuicio,
en lugar de utilidad,
la mayor habilidad,
en vez de virtud, es vicio."
Cambie Ud. zampoña por reuniones y ya lo tiene. Cuántas "exposiciones sobre el desarrollo pastoral y sus excelencias, y el desarrollo de las estructuras que conforman la realidad eclesial de nuestro tiempo" se nos hacen "tragar" D, Jorge, porque ese tipo de cosas a los simples fieles de a pie se nos transmiten en algo que por el momento en que se hacen se dice que son homilías, y rezar el Rosario, la Exposición del Santísimo, las Vigilias de oración, de eso no hay tu tía porque la Iglesia ha de "¡ adaptarse a los tiempos!". Es lógico que la "afición " decaiga, y la gente no acuda a las Iglesias, ¿eso es la Iglesia en salida ? ¿o es más bien una debandada provocada?. Que el Señor ilumine a las cabezas pensantes de los próceres de la Iglesia que por lo menos dicen algo, aunque a la hora de la verdad hacen más bien poco. Perdóneme D. Jorge pero hoy estoy la mar de generoso y poético, será cosa del buen tiempo.
No entiendo a los que quieren carrera eclesial; no les entiendo en los sermones, ni en el trato parroquial frente a sus fanáticos seguidores.
Por cierto, el cardenal Osoro que ha hecho en los últimos años para convertir a alguien???? No le conozco ninguna acción en territorio comanche... solo en actos con sus seguidores incondicionales como la San Dámaso que no llegan al laico de base.
No entiendo el Cap 15 y ss. de Jn, pero me lo empollo, me lo creo y lo llevo a la oración.
Si me diesen €1M por alguna frase de Osoro, los perdería.
VCR!
Yo prefiero el confesionario porque facilita la consideración de sacramento, al ser una forma especial de comunicación. Es más solemne.
Paz y bien
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