Pobreza, obediencia y qué bien nos lo montamos, con una curiosidad final
No es la primera vez que escribo de esto. En cuanto alguien, especialmente un compañero sacerdote, me suelta por activa, pasiva, reflexiva, pensativa y obsesiva vez que hay que estar con los pobres, y que lo que primero es estar con los pobres, directamente me echo a temblar y lanzo sobre él todas las sospechas.
Con el cuento de los pobres se nos han ido colando una serie de cantamañanas eclesiales convertidos en perejil de todas las salsas, supuesto modelo de vida sacerdotal y paradigma de la nueva evangelización misericordiosa, en salida, fronteriza, ecológica y multicultural.
Servidor no es para nada un teórico de la cuestión, sino más bien un cura de aldea que escribe tras unos cuantos años de sacerdocio y tener mucho visto y padecido. Desde esta pobre experiencia, me atrevo a dar algunas características de la auténtica opción por los pobres y la verdadera solidaridad con el hambriento y oprimido.
Predicación incansable de Jesucristo, ya que la mayor pobreza, como repetidamente nos recuerda el papa Francisco, es la ausencia de Dios.
Vida austera en lo personal. Mucho se ha escrito de aquel famoso pacto de las catacumbas suscrito por unos cuantos obispos en tiempos conciliares. En su primer punto decía: “Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población, en lo que concierne a casa, alimentación, medios de locomoción y a todo lo que de ahí se sigue”. Me parece que por ahí hay que comenzar. Cuántas veces los curas somos señoritos en nuestras exigencias. Vamos, que nos falla el canal plus y montamos en cólera. O la calefacción, o la vitro, o necesitamos ese último modelo de teléfono que no se puede permitir casi nadie, o nos quejamos de las tareas del hogar.
Vida austera en la parroquia. Alguien me dijo en una ocasión que no hay nada más caro que una parroquia que opta por los pobres. Hablamos de pobreza y no nos resistimos a cambiar una vez más la decoración del presbiterio, renovar la megafonía y colocar un nuevo reproductor que se maneja desde el móvil. Eso sí, no pedimos dinero a la gente porque estamos con los pobres. Mejor nos lo dé alguna parroquia que opte por los ricos.
Sujeción a la parroquia. A la parroquia o a la tarea. La gente no se puede ir de vacaciones cuando quiere, ni puede tomarse días para lo que le apetece, ni pagarse experiencias, a ser posibles en lugares exóticos. Los curas lo hacemos mucho. Entre la experiencia, el encuentro, la charla, la boda de la sobrina y el compartir con los últimos, los hay que no paran en la parroquia, que acaba atendida por ese compañero tan poco comprometido con los demás que se pasa el día en la parroquia.
Opción por los últimos de verdad. Por ejemplo, los ancianos y enfermos en casa, los enfermos en hospitales y residencias. Por ejemplo, esas parroquias donde van tres a misa los días que hay suerte. Por ejemplo.
Absoluta discreción. No me fío de la caridad con foto. Punto.
Obediencia. FUNDAMENTAL. No hay mayor pobreza que renunciar a uno mismo. Pobreza, opción por los pobres es decir que aquí está uno para lo que el obispo guste mandar.
Llegados a este punto nos falta comentar eso que nos dicen siempre de que la pobreza es ser libres. Tararí. Ya saben: pobreza es hacer lo que me da la gana. No sé si me explico.
COSA CURIOSA. Madrid tiene 25 poblaciones con menos de 300 habitantes. Hagan una prueba. En cuento un cura dé la matraca con la opción por los pobres, háganle la sugerencia de irse de párroco a tres o cuatro de estos pueblos. Se volverá loco de contento.
22 comentarios
Pero como bien dice, son de fácil detectar !
El mismo evangelio lo dice claro.....que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda.....ahí es donde fallan el 200% !!!!
en el auto 🎶🎼🎵de "Papá" nos iremos a pasear🎶🎵🎶🎵🎶🎵
Vamos de paseo sí si sí 🎷🎵🎺🎶🎵en el auto nuevo sí sí sí 🎶🎵🎶🎵🎶🎼🎵🎶🎵🎼🎵🎶
Que salga cada dos por tres en la prensa progre con su traje y corbata luciendo unos piños que le habrán costado una pasta, rebate las opiniones de usted sobre vida austera, discreción y obediencia al Magisterio.
Sobre su silencio a la hora de predicar a Jesucristo ( o Cristo-Dios,) la importancia de recibir puntual y adecuadamente los Sacramentos, o el tesoro que tenemos en la devoción a la Santísima Virgen, no me pronuncio.
Tampoco sobre el hedor de los sepulcros blanqueados.
Gracias a Dios no es el 100% de los sacerdotes, pero más de un 80%, puede.Pero están muy entregados a los pobres,que más se les puede pedir.
En religión yo, pobrecito escribiente, sólo siento lástima por los sacerdotes fieles a Cristo y doy gracias a Dios por ellos.
Ave María llena eres de gracia...
Adamastor: no sé a qué sacerdotes se refiere Afm. Pero yo sé de buena tinta de varias parroquias urbanas, con varios sacerdotes con oficio pastoral, donde la misa del gallo se ha pasado a las 20 horas por decisión de dichos curas. Si es que es más cómodo. Así, con toda la cara.
Cuando se dice "lo importante son los pobres" se sobreentiende que el resto es secundario. Por tanto, cuando digan "lo importante es ...", lo que en verdad desean es preterir todo lo demás.
Yo creo que a esta gente habría que relegarles de sus carguillos y cuando se quejen decirles: "lo importante son los pobres".
Ave María, gratia plena….
Sagragrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Dulce Corazón de María, sed nuestra Salvación.
https://infovaticana.com/blogs/adoracion-y-liberacion/padre-hay-que-ser-valiente-para-andar-hoy-con-sotana/
Quizás sea excesivo, pero a mi me reconforta lo que cuenta el artículo de que enlazo.
El OJO DE LA AGUJA o la Puerta Estrecha LC 13.24 13. "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan".
Por esa puerta debemos pasar todos ricos, medianos y pobres, mujeres y hombres, casados y solteros, laicos y clérigos, Rectores de Basílicas y Curas del piso de tierra.
Recemos uno por otro.
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