Algunas cosas de los curas de mi arciprestazgo
Ante todo, que no tiemble vuestro corazón, amigos y hermanos curas del arciprestazgo, porque con la fama que tengo, algunos se habrán puesto de los nervios al descubrir que hoy escribo de los curas de mi zona.
Que no tiemble el corazón. Tranquilos. Creo que nunca he sacado en el blog el nombre de un solo sacerdote de Madrid. Otros sí, pero curas con nombre y apellido de Madrid me parece que nunca. Hablo, más que de curas, de algunas “curadas” que me parecen impresentables. Madrileñas o foráneas. “Curadas” o incluso “obispadas”, rozando alguna “papada” (de papa, que no de papo). Creo que nunca de “vicariadas”, ni intención que tengo.
Quizá es que uno es un privilegiado, o sin quizá, pero es que me ha tocado ejercer el ministerio en un arciprestazgo -conjunto de algunas parroquias cercanas- según algunos atípico. Diez parroquias muy distintas (quizá once, quizá diez y media), pero en las que se trabaja bien y con normalidad en todas ellas. Horarios amplios, celebraciones dignas, predicación ortodoxa… Con nuestras cosillas, que todos las tenemos, nadie es perfecto, ni siquiera yo, que ya es decir con lo humilde que es uno, que a humildad nadie me gana, pero con una nota media muy alta.
Diversos hasta decir basta. Parroquias muy acomodadas y parroquias humildísimas. Dos de religiosos, ocho de seculares. Tres con comunidades neocatecumenales, sobre todo dos, otras sin ellas.
Buena gente los curas de la zona. Observo en mis compañeros muchas cosas buenas. Es así y así lo cuento. Trabajadores, inquietos, con ganas de hacer cosas, generosos, preocupados por todos. Una mesa de Cáritas que funciona bien desde hace años y con algunas cosas que dan servicio a todo el arciprestazgo. No faltan celebraciones comunes y echarnos una mano cuando se precisa, sea fiesta, encuentro, misa o confesionario.
¿Lo mejor? La unión entre nosotros. Una muy buena asistencia a las reuniones, cordialidad, complicidad, buen humor, alegría, vernos… y lo que haga falta. También estar al lado cuando uno no lo pasa bien.
Esto es lo que debería ser normal. En cualquier parroquia de la zona, con sus evidentes pequeños matices, se puede ir a misa con un horario bastante amplio, confesar, saber que no te vas a llevar sustos en la liturgia y que tampoco vas a escuchar disparates gordos. En cualquier parroquia de la zona hay niños, jóvenes y adultos con una línea de formación más que aceptable. En cualquier parroquia, funciona Cáritas con generosidad, eficacia y coordinación.
Si a todo esto añadimos que los curas nos llevamos bien, hay capacidad de trabajo y nos reímos mucho, ¿qué más quieren? Yo, desde luego, poco más.
Esto, mis compañeros lo saben, y si me leen otros curas o vicarios de Madrid o incluso obispos -que me leen, que lo sé, incluso en allende- lo que puedo decir es que tengo la impresión de que, en Madrid, por lo menos, esto es una tónica bastante generalizada, y que si en algún momento uno suelta una literaria bofetada ante alguna situación esperpéntica, es eso, algo puntual.
Es que hay gente que me dice que me meto mucho con los curas. Dios me libre. La generalidad es más que buena, casi óptima. Aún nos quedan pequeñas chorraditas y tics sesentayocheros que habría que revisar, y nos queda camino por recorrer en lo de acabar de comprender que los fieles no son nuestros, que se merecen un respeto. Pero vamos por buen camino.
Amigos, hermanos curas del arciprestazgo, de nada. Os lo merecéis. Dicho esto, si alguien quiere agradecerlo con algo fresquito, cuando queráis. Que siempre tendremos cosas que hablar.
(Y luego dirán que si uno es un incordiante y un deslenguado. Pero si en el fondo soy un pedazo de pan, aunque a veces un poco duro…)
18 comentarios
..por lo que le precede y que lo que le antecede.
un condicional simple que se puede utilizar para expresar la posibilidad de hacer,.. pero que no se hace.
-vamos que hay que ser prudente y no callar, más con lo que no es y debería ser que con lo que, tristemente, sí que es y no debería ser. Y además en tiempo de vacaciones.
Y la presidenta de Madrid que no se va, ni siquiera de vacaciones con los del orgullo.
Pocos comentarios a las noticias positivas.
¿Qué pasa en Madrid (Calle Bailén), y en Roma (Santa Marta), que NADIE de la jerarquía habla ya de los KIKOS? ¿Se han pasado al lado oscuro de la caverna catacumabrias? ¿No son cool y periféricos?
Se le entiende muy bien lo de las "Parroquias muy acomodadas y parroquias humildísimas" para los que vivimos próximos a su parroquia (Yo estoy harto de los acomodados de mi parroquia que siempre han tenido capellanes propios y también criados para gestionar sus capillas privadas y no necesitaban ir a su parroquia a la que sólo iba la gente plebeya o indígena).
In Domino.
Me alegro que sea así su arciprestazgo. Felicidades.
Atribulado fiel vasco cambia el 60% de su clero por el equivalente en curas de Madrid, añadiendo un microondas y la muñeca chochona para la niña.
Que fue un vasco el que limpió vuestra diócesis en los 80, gorrones.
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Jorge:
Sí. Luego tuvimos un gallego y ahora un cántabro. Semos así.
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Jorge:
Mis disculpas. Ya la he suprimido. Lo siento.
Lamento que no haya entendido el tono jocoso de mi comentario. No uno, sino 100 madrileños de pura cepa nos harían falta para limpiar (sin comillas) nuestra diócesis.
Nada más ajeno a mí que la dialéctica de los de "aquí" y los de "allí" popularizada por un tal Arzallus. Si repasa los últimos 200 comentarios míos en este portal, comprobará que estamos de acuerdo, que generalmente utilizo la ironía y el humor para atacar a la enfermedad eclesial, y es una pena que me haya mal interpretado.
Adiós, caballeros.
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Jorge:
Ni se le ocurra.
Seguro que algún cambio se produciría pero no sé si en el arciprestazgo o en el Padre Ángel. La Divina Providencia siempre da sorpresas...
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Jorge:
Dejemos las cosas como están...
Sabemos que lo normal apenas vende en los medios de comunicación, y basta con oír un telediario, un boletín de noticias, o ver un periódico para darse cuenta que lo llamativo es lo malo , el lago obscuro, lo negativo, por unas causas u otras es lo que prima. No quiero entrar en que si es lo malo o lo negativo lo que se prima con una intención y a fuerza de leerlo y contemplarlo se nos quiere mostrar como normal, personalmente me inclino a pensar que es así, pero, ¡qué poquitas historias de superación, de esfuerzo, de voluntades dirigidas al bien se recogen en los medios de comunicación!. Por eso D. Jorge, dentro de esa "la falsa normalidad" que nos rodea, es grato leer cosas que "disienten" de ella. ¡Gracias no sólo por esta columna!.
Sacude Ud. muy bien nuestra inercia a la "anormal normalidad".
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