Cuando nos llega una persona con depresión
Los sacerdotes sabemos mucho de personas con depresión, especialmente mujeres, que intentan salir de su estado acudiendo a una dirección espiritual, a la oración, en definitiva, al apoyo de la fe.
Como a todos, me ha tocado atender en la parroquia, e incluso en hospitales psiquiátricos, a feligreses, sobre todo feligresas, con graves trastornos de depresión. Desde mi pobre experiencia de párroco y de lo mucho hablado con psiquiatras, dejo aquí unas notas por si pueden ser de utilidad.
NO TRIVIALIZAR. La depresión es una de las cosas más serias que le pueden suceder a una persona. El depresivo se siente incapaz hasta de moverse, de salir, de entrar, de cualquier cosa. No nos sacudamos el problema con un “lo que tienes que hacer es salir y distraerte”. Qué más quisieran ellos que poder hacerlo.
NO ES UN PROBLEMA DE FE. Hace poco una feligresa me decía que su depresión era por falta de fe, por falta de confianza, y que si de verdad creyera no le pasarían estas cosas. En absoluto. La depresión es una enfermedad, y una de sus consecuencias la pérdida de la autoestima que incluso les hace sentirse especialmente pecadores. No se le puede decir a un depresivo que su problema es que reza poco, porque esto es no conocer lo que le pasa. Es una enfermedad. Muy probablemente crónica, que necesitará tratamiento y vigilancia, posiblemente toda la vida, como le pasa a un diabético a una persona con hipotiroidismo.
DOS PISTAS DE ACTUACIÓN. La primera es la de derrochar escucha y paciencia con ellos, que acuden con frecuencia al despacho y al confesionario para contarnos, entre lágrimas muchas veces, lo mal que están. No es fácil, porque estas situaciones nos superan, pero necesitan mucha paciencia, amabilidad, empatía, echar horas, y dejar que se sientan realmente apreciados y queridos. No es fácil para ellos e incluso en ocasiones ni sus familias los escuchan. Nosotros, que tanto hablamos de los pobres, ahí tenemos a alguien tan pobre, que ni su familia le escucha y que está harto de ser despachado bien con sal y pasea, o lo que tienes que hacer es rezar.
La segunda pista es conseguir que acudan al médico y SE TOMEN LA MEDICACIÓN. Lo tengo claro. Si un depresivo se confiesa, esa es la penitencia: médico y medicinas. Y no hay otra. E insisto en lo de tomar la medicación, porque lo primero que dicen es que pastillas no quieren, y sin embargo les son imprescindibles.
Pues esto es lo que yo hago. Y como siempre, ahí se lo dejo por si sirve.
82 comentarios
La depresión es una enfermedad que está calificada en la Organización Mundial de la Salud (OUM-UN) como:
"La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional".
Fui testigo de un caso concreto de una persona que tenía escrúpulos y esos escrúpulos le originaban un estado cuasi depresivo, era una persona devota y le pedimos que fuera a hablar con un sacerdote conocido, de confianza, veterano de varias parroquias de todos los niveles, esos que la jerarquía mira de reojo pero que cuando se arma algún lío lo envían a la parroquia a poner orden o a revivirla. El veterano lo primero que hizo fue sacarla del confesionario y en un banco lo explicó que se trataba de una situación "no confesional" sino sicológica y que hiciera dos tres, primero que mantuviera la Fe, segundo que no se enojara ni con él ni con la Iglesia y tercero que fuera a ver al médico. Y como decía el sacerdote nuevo "andó.......".
Ahora bien; me sorprende e impresiona (aunque poco) el dato extra médico-científico, de los pacientes que añadiendo esta enfermedad a otra patología más objetivable, dicen que el hablar con su sufrido confesor les aporta calma, y sobre todo, que de la Adoración al Santísimo salen con una sensación reconfortadora, que no les da ni el Trankimazin, ni el Prozac ni el Orfidal.
Yo también lo dejo aquí.
¡Qué cosas!
Pero nada pasa por casualidad, en una de mis visitas a las iglesias a la hora de comer en una gran ciudad, me encuentro a un colega por la calle (casualidad de casualidades) desaparecido del trabajo hace meses, un poco demacrado, me termina contando su cuadro depresivo. Le aseguro firmemente que yo tengo su medicina. Lo convenzo para entrar en la iglesia, alejado de ella durante años, tan deprimido estaba mas abierto a probar otra ayuda, le ayudo a rezar el rosario conmigo, y le explico su solución: rosario, confesión, comunion y adoración al Santisimo. Me manda un email, que esta mejorando, pero sigue mal, no se confiesa todavia. Mas casualidad de las casualidades, me lo vuelvo a encontrar por la calle a la hora de comer un mes despues. Me comenta que el médico le habló contra la fiabilidad de los Evangelios, porque yo le hablé de ellos la primera vez y le vuelvo a advertir suavemente sobre el riesgo de los medicos especialistas y sus pastillas. Y le insistí en el secreto para poder confesarse: dejarlo en manos de María. Unas semanas mas tarde me escribe que despues de varios intentos y quedarse a las puertas del confesionario, consiguió confesarse, despues de muchos años de no hacerlo, comulgó despues y subitamente se sintió sano, al mes siguiente de alta y vuelta al trabajo (con el medico solo hacia empeorar).
La cosa no era sencilla, presiones en el trabajo, por aqui por alli, hijo adoptado, su madre biologica a la que visitaba alcoholica y habia perdido bastante el juicio etc
Cuidadin con los especialistas, tienen tendencia a empastillar y empeorar al herido. En esta sociedad infame y mentirosa, que castiga el alma inmisericordemente, es fácil acabar en depresion. Y lo que abunda son psicologos y psiquiatras que niegan la espiritualidad del alma, es decir, tratan al hombre como si fuera una gallina, lo empastillan maltratando su alma. No funciona, cómo vas a curar a alguien si le niegas su naturaleza espiritual, que es lo que habitualmente hacen los médicos (ya por no citar su impostura contra la castidad).
No cuadra don Jorge, no es cierto que la depresión sea como un dolor de cabeza, algo físico, que se cura con supositorios. Mucho cuidado con los medicos especialistas, que tanto mal han hecho a las almas heridas, sin ir mas lejos el judeomasón y sinverguenza de Freud.
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Jorge:
La depresión es una enfermedad. Hoy no se puede negar eso. Ayuda la oración, claro. Pero pretender curar una depresión, sobre todo de tipo endógeno, simplemente a base de dirección espiritual y oración es una barbaridad y no conocer el problema. Lease el libro "Ante la depresión", del doctor Vallejo Nájera, nada sospechoso de ateo, masón y sinvergüenza.
Porque la mujer es el corazón de la familia y es la vía mas efectiva para el demonio, como hizo con Eva, para atacar a la familia, porque el golfo del hombre, como Adán, en vez de ayudarla, guiarla en la verdad y protegerla, la maltrata y pierde, con preservativos, fornicaciones y otras barbaridades que ni mento.
Y de verdad quiere mandarlas a los médicos, que son enemigos de la castidad?
Y esto?
"Es una enfermedad. Muy probablemente crónica, que necesitará tratamiento y vigilancia, posiblemente toda la vida, como le pasa a un diabético a una persona con hipotiroidismo."
Disculpe don Jorge, de donde se lo ha sacado? Científica modernista enseñada en los seminarios?
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Jorge:
Para saber lo que es diabetes y el hipotiroidismo basta leer un poco. No vamos modernismo hasta en el papel de fumar, por favor.
Pues eso, que vayan los dos, tambien el cura, y para saber en que manos deja al feligrés, no con cualquier medico.
Pues esto es lo que yo hago. Y como siempre, ahí se lo dejo por si sirve".
Nunca lo hubiese creído: ¿usted tomando pastillas contra la "depre"? Pero bueno, ¿ni a alguien como usted le respeta?. En fin, en fin, vamos, que no le creo...A usted no le deprime ni la deriva del Atlético, ¡que ya es decir...!
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Jorge:
Me he debido expresar mal. Lo que yo hago es aconsejar así. De momento, depresiones no tengo, quizá alguna temporada un poco màs cansado, pero solo eso.
Con el Venerable don José Rivera (+1191), sacerdote de Toledo, colaboré durante muchos años sobre todo en escritos. Pero en algunos años que pasé en Toledo pude colaborar también en tareas pastorsales, y concretamente aprender de él mucho en el trato de personas con dolencias psicológicas. Él tenía para entenderlas y ayudarlas un don especial de Dios. Y vi que con su querido amigo psiquiatra Dr. Rafael Sancho, también toledano, llevaban no pocas veces entre los dos casos difíciles, uno desde la psiquiatría, y otro desde la espiritualidad. Frecuentemente con ayuda de medicinas. Él firmaría este artículo tuyo excelente.
Recuerdos a Socio.
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Jorge:
Gracias por tu testimonio. Socio bien, te envía recuerdos.
Añadir algo al tema en cuestión -he sufrido el suicidio de varios conocidos, sí, sí, por desgracia han leído bien, 'varios'-, y algo aprendí; existen dos tipos de depresiones: la 'exógena', en la que se puede adivinar una causa, un motivo 'real' y cuantificable que inicia la enfermedad -un serio problema económico, pérdida de un ser querido, pérdida del trabajo, desengaño amoroso, fracaso en los estudios...-; este tipo de depresión es más fácil de tratar y de superar; sin embargo, existe la llamada depresión 'endógena', que es la más terrible, que nadie sabe porque surge (al margen de desequilibrios hormonales y otras causas biológicas identificables), que no tiene motivos reales ni causa; simplemente la persona es invadida por una profunda tristeza que la supera y que poco a poco va haciendo su vida más pequeña y oscura; es terrible y complicada de tratar. Es importante poder ubicar al enfermo en una de estas dos categorías, en la primera hay enemigo claro, la segunda... ¡Uf!
Un saludo y bendiciones
Yo padecí una depresión del primer tipo con quince años y la causa fue el rechazo que sentía por los exámenes. Cada vez que hacía uno me enfermaba, incluso con fiebre, y al llegar la reválida me deprimí. Lo que pasa es que, en aquellos tiempos, el médico de cabecera le llamó histeria y, a oír esa palabra me enfurecí tanto que tiré las pastillas por el váter. La cosa duró un verano, pero al comenzar Magisterio ya me había recuperado. Y por ser depresión de adolescente nunca más, gracias a Dios, la he vuelto a tener.
Con el tiempo me he dado cuenta de lo que me pasó: yo era perfeccionista y tenía un altísima estima por el conocimiento y eso me llevaba a pensar que nunca sabía lo suficiente y, si me acordaba de cualquier frase mal construida o alguna vacilación (muchos exámenes eran orales) me suspendía a mi misma antes que llegara la nota. Si luego resultaba que había sacado un sobresaliente me parecía que el profesor se conformaba con poco. El periodo entre el examen y la nota-que a veces se dilataba-me enfermaba. Es decir me ponía un listón altísimo o era más papista que el papa. Pero eso fue remitiendo en cuanto empecé a darme cuenta que la realidad era menos estricta que yo misma.
Por eso digo que los procesos son distintos y quizá el P. Jorge esté hablando de otra cosa.
Yo he pasado ya por varias depresiones diagnosticadas por el médico por diferentes motivos, la primera y la segunda por la muerte de los hijos que esperaba, en la muerte del ultimo estuve a punto de morir yo, casi al final del embarazo. NUNCA he querido pastillas y el mejor consejo me lo dió un psicólogo: "Hacer lo que antes te gustara hacer, aunque no tuviera ganas".
Es verdad que la comprensión y el cariño hacen milagros y dar paseos por la naturaleza también. En mi caso la recepción del Señor en la Eucaristía cuando estaba con ánimo también me ayudó. Perdí dos hijos, el primero y el tercero, más adelante perdí la salud y tuve que dejar el trabajo y hace poco perdí a mi padre, como verá motivos no me han faltado pero prefiero pasar el duelo con el cariño de mis personas queridas, del Señor y buenos paseos que con pastillas que te atontan pero que no curan nada. Por supuesto habrá personas que tendrán que recurrir a las pastillas pero para mí es la última opción no la primera. Me recetaron las pastillas varias veces pero siempre preferí no tomarlas.
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Jorge:
Una cosa es un psicólogo y otra un psiquiatra. De pastillas saben los mèdicos.
En cuanto a la colaboración entre Iglesia y profesionales católicos de la psiquiatría y la psicología (en esta última disciplina, escasísimos), supongo que existirá en algún grado y en algún lugar. Yo no la he conocido en ningún caso, y eso que lo he intentado... Los pocos pacientes católicos que me han llegado han procedido de la iniciativa de ellos, tras navegar por Internet buscando casi desesperadamente a algún profesional de confianza. Y eso que he estado colaborando durante seis largos años en Cáritas como psicoterapeuta voluntario.
Debe de ser que no soy de confianza... A veces la falta de fe no procede sólo de los ateos o sólo con respecto a Dios.
Gracias padre.
la depresion se arregla con Dios. obedeciendole
la mayoria de desequilibrio viene por desobediencia, Dios es la unica solucion, aunque camine lento, de acuerdo a su estado... sea anos o dias, pero va por el camino correcto. y su sanacion, el orden, el funcionamiento
avanza
su respuesta, su solucion, es ASESINAR. deberia borrar esa publicacion.
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Jorge:
Justo por lo que comenta, esta publicación no solo no va aser borrada, sino que tiene un sentido mayor.
Charles: estoy bastante de acuerdo con usted, en general lo que he visto es que curas y religiosas echan mano fácil del empastilleo, tanto para dolencias físicas como depresión, pero hay mucho recurso natural dado por Dios y recogido por catolicos, María Treben, la misma santa Hildegarda de Bingen, cuyo tratamiento natural contra la Helicobacter pylori es lo único que ha funcionado en alguien de mi entorno azotada por 5 tratamientos antibióticos ineficaces a cada cual mas agresivo. Lo que dice Milton es interesante. No es cuestión de ir contra las medicinas, pero en general sobran. Peter Gotzschengen, en su libro Medicamentos que matan y crimen organizado, lo demuestra. Y el empastilleo a los heridos en depresión, cuidadin. Yo me cubriría en salud y diría: adoracion del Santisimo y visita al médico, que sea catolico y a ser posible acompañado por el cura (que no sea pastillero jeje)
Conozco otros casos como el mío (es verdad que somos muchas las mujeres deprimidas) y también se han curado con medicación. Otras se resisten a ir a un psiquiatra, no quieren pastillas y no se curan nunca; también conozco varios casos, y muy cercanos. Parece que ir a un psiquiatra fuera algo que va a desprestigiarles. Eso sí, elegir uno bueno, que de un médico a otro vá un abismo.
Jorge:
Una cosa es un psicólogo y otra un psiquiatra. De pastillas saben los mèdicos.
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En la primera depresión me preguntaron en la SS si estaba dispuesta a tomar pastillas, como les dije que NO me derivaron a psicología en lugar de a psiquiatría, por supuesto tardé unos meses en recuperarme pero me fue bien.
Cuando perdí a mi segundo hijo no fui ni a uno ni a otro ( lo perdí en la semana 34 de embarazo, el niño tenía 2.034 grms en la semana 32 en la que yo fui a urgencias al sospechar la preclampsia, murió en la semana 34, conocidos médicos y enfermeras me dijeron que fue una clara negligencia médica, no denuncié porque prefería olvidar a remover la herida.
La tercera vez fue cuando por un accidente laboral contraje asma y rinusinusitis crónicas, además de SQM ( no tolero la mayoría de productos químicos como perfumes, ambientadores, productos de limpieza, etc ), tuve que renunciar a mi trabajo, a mis amigos, a la vida que estaba acostumbrada a llevar, ahora he mejorado mucho pero entonces se me vino el mundo encima. Entonces sí fui al psiquiatra que nada tiene que ver con los que salen en las películas, te oye y te da varias recetas de pastillas, por supuesto no me las tomé, seguí los consejos del psicólogo y salí de mi tercera depresión.
Recientemente con la muerte de mi padre me volvieron a recetar pastillas que tampoco he tomado, estoy recuperándome con lo que sé que me va mejor.
Por lo tanto me sumo a lo que dice Oscar, conozco personas con depresión que han recurrido a pastillas y llevan muchos años medicándose y siguen con el problema, su memoria se ha deteriorado, están sedadas pero siguen con su depresión y lo notas en cuanto hablas un rato con ellas, por eso yo no quise de ninguna manera medicación. Puede que en los casos de depresión endógena sea el único recurso, no lo sé porque en mis casos siempre ha habido un motivo, pero me reitero que primero hay que intentar salir, por supuesto tener a alguien de confianza con quien poder desahogarte ayuda mucho y hacer algo de ejercicio y buscar un interés, el que sea, las plantas, un perro, estar con gente, algo que te haga actuar y evitar dar vueltas y vueltas en la cabeza al problema. Y por las noches algo que te ayude a conciliar el sueño ( pero no es igual una pastilla para dormir que una para la depresión ). Aunque entiendo que aguantar los problemas de una persona deprimida es muy pesado, yo antes de sufrirla hablé con varias personas que la padecían y después también me gusta escucharlas cuando puedo, no es agradable porque lógicamente te repiten su problema una y otra vez y llega un momento que parece que te contagien su tristeza pero siempre lo he visto como un acto de caridad. Pero le aseguro que la dirección espiritual, el ayudarles a sacar fuera ese dolor que llevan dentro sí les ayuda, pero requiere, lo entiendo, de un tiempo que ustedes ahora no tienen.
Cuando caes en una depresión profunda orar es dificilísimo, te sientes más pecador que nadie, faltas a misa con gran sufrimiento y si vas entras llorando con una mezcla de agradecimiento y profundo abatimiento. Confesarse se convierte en un mar de lágrimas y apenas puedes articular palabra con el confesor.
Así es mi caso.
Gracias padre Jorge.
Es cierto que algunos enfermos se niegan a tomar antidepresivos, pero tienen conciencia de su enfermedad, por lo que no resulta difícil convencerlos para que se pongan en tratamiento, claro que yo hablo desde el punto de vista médico y cuando acuden a la consulta es porque buscan una solución, en el confesionario tal vez esperen otra cosa. Hace bien en imponer esa penitencia, pero hay que decirles que los tratamientos son eficaces, aunque tardan en hacer efecto unas 3 semanas y deben tener paciencia. Es muy importante saber escucharlos y cuando ya se encuentren un poco mejor, animarles a que se distraigan con algún trabajo o afición como pintura, bordado, incluso un trabajo de voluntariado, que llena mucho.
Padre: ha dado vd.en la diana: insista a sus deprimidos para que se tomen la medicación prescrita.
Y a todos: no lo olviden, D. Jorge lo ha dicho claro: la depresión es una ENFERMEDAD, permítanme las mayúsculas. Y no se cura confesándose, igual que la úlcera no se cura tampoco así. Requiere un tratamiento específico y un seguimiento especializado.
No obstante, para los católicos, un sacerdote puede ser de gran ayuda, para mi al menos lo es. Pero cada uno sanamos una cosa: los médicos nos encargamos, sobre todo, del cuerpo; y los sacerdotes,sobe todo, del alma. Aunque a veces nos metamos un poquito ambos en terreno del otro. :-)
Gracias por esta entrada, D. Jorge.
Esto es simplemente mi reflexión:
Lo cierto, cuando más nos dedicamos a la oración, al estudio de la Sagrada Biblia, la depresión no nos invade. El Señor cura todas nuestras enfermedades, nuestras tristezas se vuelven alegría, cuando nos vamos purificando nuestra conciencia de las obras muertas del pecado y del mundo. Conocer a Jesús, la Misa diaria, o dominical, siempre echa atrás cualquier mal que pueda afectar al ser humano, cuando ese ser humano, cristiano, quiere tener a Jesús presente en su propia vida.
Cuando leemos la Sagrada Biblia, vida y doctrina de los Santos, nuestro corazón no está encerrado en una habitación oscura.
Para el verdadero creyente, también ha de contar con la noche oscura, que nadie se librará de ello, o las temibles crisis de fe, más o menos fuertes, pero que con nuestra devoción a la Santísima Madre de Dios, nuestra vida cambia. A veces nos podemos sentir abandonado, es cuando más debemos luchar para no dejarnos someter al adversario, y aferrándonos siempre a Jesús. Cuando el tentador trata de derribar nuestra humildad, ni caso, al instante, a Jesús y a María, a hacer novenas.
No hemos de olvidar que estamos en un triste valle de lágrimas, pero en la Patria Celestial no hay cabida para las depresiones, ni tristezas. Ahora sí, pero no debemos caer en la angustia, ni en la desesperación.
Sepamos lo que enseña San Juan Pablo II y Benedicto XVI, tiene que ver con la falta de espiritualidad sana. Se puede leer en Internet.
Saludos
Verá: este artículo suyo me lleva a pensar en algunas formas de dirección espiritual. Hay algunos directores que se dedican a promover en las conciencias un profundo e irradicable sentido de culpa. Otros imponen unas cargas impsibles de llevar. Y provocan depresiones. Conozco buenos cristianos que acaban empastillados, por culpa de la dirección espiritual que reciben.
Otrosí. Los de RIIES y otros estudiosos dicen que esas "técnicas" son típicas de las sectas.
¡Ah! Y cuidado con Socio, los animales también sufren depresión o al menos, eso dicen los veterinarios.
Hace mas de 25 años haciendo la mili nos llevaron a ver una iglesia románica de un pueblo de Segovia, el cura del pueblo sufría depresiones durante muchos años, uno de los que le trato fue Vallejo Najera, hablo bien de el, se le veía buena persona al cura ya viejo pero también con su problema, me dijo que como psiquiatra Vallejo Najera era un desastre, le echo la culpa del agravamiento de su depresión, por la inyección masiva de pastillas con que le trato y de las que ya no se podía desprender ni curar. He leido alguna entrevista y no me convence nada.
Tomo medicación diaria, desde luego. Pero no creo que sirviera de mucho si no fuera por el inmenso regalo que Dios me hace con su gracia.
Dios le bendiga, padre Jorge.
El pecado produce enfermedad, del alma y del cuerpo, esta escrito en la Biblia, pero no creemos que sea literal. Nos parece retórica. Pues es tan literal como real, pertenece a la realidad espiritual que nuestra mente no puede percibir de modo natural, si no es iluminada por el Espíritu Santo. Y es necesario convencerse de esto a la hora de escuchar confesiones. Porque de otro modo, la ayuda será insuficiente.
Gracias
Existe el método Creighton y la Naprotecnología. Si desean tener hijos, se puede estudiar su ciclo fértil y ayudarle. Pueden solicitar información en www.naprotec.es. Si desean evitar el embarazo, o corregir desarreglos, también se les puede asesorar.
Gracias
He salido adelante por mi mismo, a base de meditación y oración silenciosa, guiado (eso sí) por personas competentes. He pasado po estados místicos que han sido la mayor bendición de mi vida, sin los cuales creo que hubiese sido carne de psiquiátrico. Pero gracias a ellos mi vida ha fluido bien y he saludo adelante en todo momento. Hoy no me hace falta seguir dependiendo de mis maestros espirituales (a los que siempre estaré agradecido) pero nunca he dejado mi práctica espiritual, pirque sé que es mi único tratamiento. La realidad divina (el Padre, que dice Jesús) es suficiente para mí. Si levantó a un muerto de su tumba, por qué no va a levantar a un depresivo de la suya? Porque la depresión, es una tumba, y el depresivo un cadaver. Los psiquiatras no saben resucitar a los muertos. Solo los mantienen muertos, y sin dar guerra. Pero yo estoy vivo ahora. Y, más importante aún: sé que lo estoy. No es que no tenga problemas, pero sé que El me lleva.
Saludos.
Miré es más fácil diagnósticar a un ateo De depresión que a un creyente. El creyente se cree que a el no puede ocurrirle eso. ---A los demás si por supuesto---. Pero a el siendo creyente no puede ocurrirle. Es un problema de soberbia. Hace falta humildad para reconocer que "me pasa algo". Que no es físico puramente y que es humillante recocerlo. Y el siguiente paso es pedir ayuda. Y MILAGRO se cura .la mayoría se curan . Pero hace falta a Dios rogando y con el mazo dando. El mazo es el médico y las medicinas.
Porque si tienes diabetes. Dios quiere que te pongas insulina .....pues si tienes depresión. Dios quiere que vayas al medico y te tomes la medicación.....
Ese acto de humildad vale más que muchas oraciones.
En el evangelio al ciego de nacimiento. No le dice Jesús que sea ciego por sus pecados ocultos ni por sus padres...."ni el peco ni sus padres. Es para que se manifieste la obra de Dios. "
Ojalá esto se compreniega más y no fuésemos tan ligeros juzgando . Y el enfermo fuese más humilde..
por cierro la Soberbia no se cura con pastillas ni con psicología sino con Humildad.
No es enfermedad, es soberbia; egoísmo etc.
Enfermedad es un cólico nefrítico por mal comer o beber; Es también el parto de la mujer, del que al final se cura.
Los enamorados, en el amor egoísta, suelen entrar y caer en depresión cuando según ellos, en derecho recíproco creen no ser correspondidos de la misma manera.
Los deprimidos, sin querer admitir que en su desear y querer han sido derrotados, gustan de vivir y hacer a otros vivir en estado de depresión.
Son como los alcohólicos que con alcohol o medicinas se encuentran mejor.
No hay hombre o mujer de verdadera fe en una -divina- justicia superior que caiga definitivamente en estado de depresión.
-¡Padre mío! -dijo el Cristo- ¿Porqué me has abandonado?. Y no obstante, no se deprimió; resucitó.
para que todos mis pensamientos sean santos.
Actúa en mi, Espíritu Santo,
para que también mi trabajo sea santo.
Induce mi corazón, Espíritu Santo,
para que ame solamente a aquello que es santo.
Fortaléceme, Espíritu Santo,
para defender todo lo que es santo.
Guárdame, Espíritu Santo,
para que yo siempre sea santo.
Como hay doctores expongo mi experiencia como enfermo. Solo he conocido a psiquiatras ateos de la SS, ninguno católico, y creo que sólo conocen el efecto de la medicación y su posible reacción de una manera física, con lo cual queda dicho que son excelentes médicos. Posiblemente si se tomara la medicación en todos los casos tal y cómo dicen, la mayoría de ellas, se curarían mucho antes.
Y sin embargo Dios actúa como Dios y no como una medicación. Sus actos no son como piensa el hombre, son actos inútiles según el pensar humano, pero que ensanchan el amor humano hasta extremos de conversión y de destrucción de la soberbia humana. Cuanto valen el dar una sonrisa, el ceder el asiento en el autobús, el levantar el ánimo con palabras amables a las personas de tu alrededor, darle gracias en todo momento, etc... y esto es lo que realmente cura
Y principalmente cuanto ayuda el rato que se pasa a solas con él, por ejemplo, en la misa, en los diez minutos tras ella, en la adoración sacramental, en la confesión, etc.., sabiendo que el tiempo de Dios es diferente, reforzando nuestra esperanza.
Personalmente creo que la acedia es un demonio.
Pero el caso es el contrario: ambos han ido arrastrando el trastorno mental de ella durante 10 años. Y en este tiempo, han tenido 5 hijos. Ella no puede trabajar y no tienen ni para pipas. Son varios factores los que se juntan: no pueden tener más hijos.
Eso no quita que haya casos de personas que superan cosas de este tipo sin medicación, pero hablando en general, me parece que no puede faltar.
Saludos cordiales.
Siento si soy muy duro, pero los comentarios de algunas personas son absolutamente demenciales. Pretender curar un problema psicológico sólo con oración no es sólo un error, sino que puede hacer el problema mas serio. Pensaba que esto sólo se daba en el seno de algunas sectas protestantes.
La oración y los sacramentos ayudan muchísimo. Pero hace falta también acudir a un psicólogo y/o psiquiatra. En mi experiencia personal la combinación de ambas cosas es imprescindible para conseguir superar este tipo de problemas o, por lo menos, para conseguir una mejora significativa.
Igual que Dios sana a través de la oración y los sacramentos, también puede hacerlo a través de la psicología y los fármacos. Al fin y al cabo, la ciencia también es una manifestación de Su gloria.
En los ultimos anios ,mi marido y mis hijos menores (veintipico de anios) me piden voluntad, se enojan conmigo, me llaman haragana ...Claro que NO me ayudan porque no me comprenden; y aumentan la poca confianza que me tengo desde hace diez anios.
Yo misma me veo asi. Es que no se cambiarme ; ser como fui el resto de mi vida !
Estoy medicada , duermo bastante y a deshora...
Los sacerdotes SI me acompanian; no quiero atosigarlos. Al igual que mis hijos mayores: me animan y confortan, como mis nietitos y mi anciana suegra.
"Ad Majorem natus sum"
"He combatido el Buen Combate: he perseverado en la Fe".
Con esperanza pido a la Virgen de la Somrisa emerger de este bajon.
--A quien dice que la casa es la soberbia, creo que es possible que asi sea. ¡ Pero el Parto NO es enfermedad , es bendicion !
Padre Jorge, ¡ FELIZ dia del Buen Pastor ! Dios y la Virgen lo sigan bendiciendo e inspirado!
Si usted no suelta su ración de tonterías diarias colapsa.
@ SALMANTINO...
Completamente de acuerdo con su comentario; a veces pienso que nos hemos reblandecido, y en ocasiones hay que hablar con franqueza y de frente, aunque suene duro y seco; Nuestro Señor Jesucristo puso 'finos' a muchos diciéndoles de todo menos bonito, y aquí muchos que van de 'salvadores-evangelizadores-cool' confunden 'misericordia' con 'buenismo' y flojera. Y sí, renegar y desconfiar de la medicina no es propio de católicos y si de sectas o derivados protestantes, testigos de Jehová, etc.
Buenos días a todos y bendiciones
Creo que podemos tranquilizarnos. Don Jorge ha expuesto un artículo muy bueno sobre el acompañamiento pastoral a enfermos de depresión. No hay que despreciar TODA la psicología así como así, porque tiene cosas buenas y que, como herramienta, puede ser útil.
Pero tampoco debemos caer en el psicologicismo, porque negamos la acción de Dios en nuestra vida. En muchos seminarios eclesiásticos se ha caído en esta tentación y los resultados son devastadores.
Así que: medicación, sí (aunque yo soy más partidario del diálogo y los medicamentos son alivios temporales) y sacramentos también, porque no olvidemos que Cristo es "médico" de cuerpo y de alma. Así lo llamaban los padres de la Iglesia.
Recomiendo el libro "terapéutica de las enfermedades espirituales" de Larchet. Un vademécum de aforismos de los padres del Iglesia sobre las pasiones y enfermedades del alma.
Un saludo
Está claro que la depresión no se arregla solo con una pastilla, aunque el tratamiento médico sea necesario.
La enfermedad encierra una cuestión de sentido, de por qué y de para qué. Si el psiquiatra no acepta que el paciente plantee un sentido cristiano a su sufrimiento y no le deja considerarlo así, faltará algo esencial.
¿Cuántos psiquiatras y psicólogos hay así? No digo que ellos lo propongan al paciente, sino que se lo dejen proponer a él en la comprensión de su depresión.
Gozoso domingo del Buen Pastor, don Jorge.
Muchas gracias por su artículo.
Es importante que la depresión se vea como enfermedad como el fumador de tabaco sienta que es un drogadicto de una droga legal, pero DROGADICTO.
Muchos de los comentaristas son hombres y tal vez en los cuarenta y tal vez no sepan lo que es la menopausia... y no están preparados para ayudar a sus esposas los que sean casados.
Y feliz dia de la madre a todas las madres y a la Madre nuestra.
Recuerdo también unas semanas que pase en una organización que cuidaban a niños y jóvenes retrasados, amorfos, supervivientes de abortos provocados, duro solo de verlo. Había problemas nerviosos muy graves y medicados. Algunos cuidadores les llevaban siempre a hacer ejercicio, jugar al fútbol etc y era sorprendente como mejoraban, intentando desenpastillarlos gradualmente. Claro que dependía de los médicos, estos eran solo profesores de gimnasia, pero lo que estaba claro es que los progresos sorprendentes no era por los médicos. Lo digo como ejemplo donde hay que tomar medicación por problemas nerviosos gravísimos, pero aún así conseguian gradualmente el desempastillamiento, y conseguian chicos tranquilos, sociables, alegres y deportistas, dentro de sus limitaciones físicas graves.
Por supuesto, en la mayoría de los casos, lo adecuado es ir al psiquiatra, pero sabiendo que el psiquiatra no te va a curar, solo te va a mantener aparcado yna temporada. Mi opinión es que una persona depresiva no debiera conformarse con quedarse aparcada un año o dos, sino buscar salir del aparcamiento como sea. Si yo estuviese así (y lo he estado) me pondría a buscar. No estamos en un foro católico? Cómo es que salen algunos católicos diciendo que sólo con oración no basta? No es la oración lo que conduce a Dios? Hay algo mejor acaso? Dios es la curación ultima. Me sorprende leer a personas diciendo que eso es lo que dicen los protestantes, pero no los católicos.
Por otro lado, me llama la atención que esas mismas pesonas sean favorables a los exorcismos, que son cosas que rayan en la para psicología. Deberían ir lis depresivos a un exorcista? A lo mejor es lo que necesitan, vaya uno a saber. Cualquier cosa antes que conformarse con caer en el estado de un vegetal, a base de pastillas. Las pastillas pueden ser el modo de mantenerse a flote un poco tiempo, pero el que se quede ahi, está perdido.
Saludos.
Basta ya de tanta ignorancia y guárdense ese sentimiento de superioridad respecto del resto de mortales y tápense un poquito. Sí, lo de rechazar la medicina es de sectas, de protestantes y otros 'desnortados' espirituales; si usted puede curarse o realizar cualquier actividad, ¿por qué anda molestando a Dios para que lo haga por usted? ¿Tan vago es? ¿Por qué rezar pidiendo milagros cuando nos ha dado la inteligencia y la sabiduría para ayudarnos entre nosotros sin depender constantemente de su 'mediación' e 'intervención'? Lo de mandar el 'depresivo' al exorcista ya raya el chiste, así que lo dejo porque así no llegamos a ningún lado y flaco favor al evangelio por ese camino y lamentable la ayuda que prestan ante este grave problema; van ustedes a acabar orando hasta para que les hagan las tostadas.
Solo explico el fenómeno que me pasó a mí. Yo oía voces dentro de mi cabeza, después de más de 20 años oyéndolas le recé una oración de intercesión delante de la Sagrada Eucaristía y desaparecieron en ese instante.
Como dice el Padre Jorge no es rezar sin ton ni son, sino que Dios actúa. Dios lleva tu vida al terreno que quiere, valora más tu vida eterna que el que tengas que soportar una enfermedad mental durante casi toda tu existencia.
Por supuesto hay que hacer caso al doctor, ahora Dios actúa y si no ayudas a Dios ¿para qué sirve tu vida?
Repuesta: porque la misma Biblia insiste en que es bueno ir al médico y tomar medicinas (y exhorta en plantar cara a la depresión con ambas cosas: oración, médico y actitud activa). Está en Sirácida (Eclesiástico), 38
Tenle al médico toda la estima que se merece, debido a sus servicios porque así lo quiso el Señor.
La mejoría viene del Altísimo, y es el Rey quien concede el don de sanar.
El Señor creó las plantas medicinales que brotan de la tierra: un hombre inteligente no las menosprecia.
El da a los hombres el saber para que lo glorifiquen por los maravillosos remedios que creó.
El médico los usa para curar y para quitar el dolor, el farmacéutico hace con ellos sus mezclas.
Hijo mío, cuando estés enfermo no te deprimas: ruégale al Señor para que te cure.
Renuncia a tus malas acciones, guarda las manos limpias y purifica tu corazón de cualquier pecado.
Ofrécele a Dios el incienso y la harina flor para que te tenga en su memoria, preséntale una ofrenda escogida entre tus bienes. Luego HAZ QUE VENGA EL MÉDICO, ya que el Señor lo creó; no lo desprecies porque lo necesitas.
En algunos casos el restablecimiento pasa por las manos de ellos;
rogarán al Señor para que les ayude a encontrar los medios para aliviarte y salvarte la vida.
(17)...haz el velorio como conviene por uno o dos días para marcar la separación, luego consuélate de tu tristeza.
Porque la tristeza lleva a la muerte, y la pena interior consume las energías.
Que la tristeza se acabe con los funerales: no puedes vivir siempre afligido.
¡No abandones tu corazón a la tristeza, échala y piensa en tu propio fin!
No lo olvides: es sin vuelta. Tu te perjudicarías y no le harías ningún bien.
Pido a Dios que ningún deprimido caiga en manos de algunos de los opinantes, la depresión sería lo de menos, que ya es decir.
¿Podría recomendarme alguna referencia sobre el trastorno de la personalidad esquizoide? Efectivamente, tal y como comenta, es poco lo que hay en castellano.
Un familiar cercano presenta muestras de este trastorno, y me encuentro muy preocupada y con necesidad de entender y de encontrar una terapia adecuada, si es que es posible.
Padre Jorge, muchas gracias por el artículo en particular y por toda infocatólica en general.
Solo un par de consideraciones:
- la depresión en la moderna lepra; muchas veces no sabemos diferenciar entre la persona y su enfermedad, y por eso las tachamos de tóxicas y las evitamos y apartamos; estos enfermos sí que son "periféricos";
- muchas veces la depresión tiene causas que necesitan psicoterapia; el psiquiatra le dará pastillas, y hay que tomárselas, pero eso no solucionará el problema; la depresión puede ser la degeneración de problemas psicológicos, de ansiedad, estrés, etc. previos, que deberían ser tratados por un psicólogo;
- la depresión hace que se mezclen los trastornos psicológicos con la vida espiritual, y esto tienen que tenerlo en cuenta los sacerdotes; hay un sacerdote, Wenceslao Vial, que ha publicado un libro que debería ser de lectura obligatoria para los sacerdotes de hoy: "Madurez psicológica y espiritual", Ed. Palabra; se pueden encontrar charlas de este sacerdote en el canal de Youtube de HMTelevision, Entreprofesionales, Vida espiritual y salud mental.
Esta cuestión debería ser un prioridad para la Iglesia. Hay cada vez más gente que sufre esta enfermedad.
la falta de serotonina viene por la oxidacion, y esta, por la desobediencia,
falta de paz, no cumplir. poniendo la vida donde no debe
obedecer a Dios es antioxidante y da serotonina, porque pones la voluntad por encima de lo fisico
el funcionamiento del cuerpo esta unido a la obediencia, entre otras cosas,. ademas de que Dios sana todo...
no es "el medico"
si es necesario el medico para alguna cosa, pero no esta por encima de Dios
que puede sanar con un vaso de agua, o regalandote una tecnica de control, para saber vivir y destruir el causante del desequilibrio, lo que no esta bien
mucha de la depresion esta ligada a la impureza, idolatrias en la vida, personas, donde no hay vida
y muchos no quieren entenderlo hasta que no se ven con un cuadro destructivo casi en el ataud
El verdadero nervio del post es el poder decir que la iglesia, en la figura de nuestros sacerdotes, esta dotada de la sensibilidad y la capacidad de escucha para quienes andamos a veces asi; ya ven que me incluyo.
La iglesia en esto debe destacar del entorno. Yo creo que esta seria una tarea especialmente agradecida por Cristo.
Desgraciadamente, me temo y tengo la experiencia, la mayor parte de los sacerdotes se sienten siquiera poco dispuestos a una escucha activa. Y ya lo demas... es pedir peras al olmo.
Y al posible lector deprimido, le digo con cariño: no hagas caso alguno de los brujos pseudorreligiosos que propalan falsedades en este foro. Su mentalidad es judaica: la enfermedad es resultado del pecado. Es la creencia arbitraria de que la enfermedad se debe a una tacha moral. Pues no. Los católicos no pensamos así. En realidad, la depresión afecta mucho más a las personas sensibles y bondadosas que a los pecadores crueles y endurecidos. Ni Hitler ni Stalin fueron depresivos.
Gracias, Albert L.: me he acordado muchas veces estos días pasados desde que leí tu post, y me he dicho que tengo que agradecértelo, pues algo me dice que eres "alguien" con formación más que suficiente para hacer afirmaciones tan clarificadoras como las que nos has dado. Yo me conformo con recoger, aquí el refrán del pueblo llano (y sano), que reza "a Dios rogando y con el mazo dando".
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