Que nos dejen ser libres
Ganas de condicionar la vida de todo el mundo. Con lo fácil que es dejar que el personal haga lo que le parezca oportuno mientras no jorobe la vida a los demás. Pues no hay forma. Parece que se quiere reinventar una especie de gran hermano según la cual alguien, por encima de nosotros, decide hasta los más mínimos detalles de nuestra vida y el uso de la propia libertad.
Hace unos días, con motivo de la semana santa, a alguien se le ocurrió que un grupo de legionarios pudiera acudir, en Málaga, a un hospital para visitar a unos niños enfermos de cáncer. Todos de acuerdo: personal facultativo del hospital niños y padres. Pues nada: que vayan los legionarios. Los niños entusiasmados. El personal feliz. Los padres, ni les cuanto, y la gente que ahí se dio cita, aplaudiendo a rabiar el gesto.
Pues no han faltado los que se han rasgado las vestiduras por el asunto y hasta han pedido explicaciones en la propia Junta de Andalucía. Cada cual con sus manías.
Lo que uno se pregunta es cuál es su margen de libertad. Nos están regulando absolutamente todo: quien puede acudir a un hospital y a qué, si se pueden cortar las orejas a un perrito, los símbolos religiosos en depende qué lugares, que me consta de las protestas de un vecino porque alguien tenía en la puerta de su chalet una imagen de la Virgen. El fumar que no digo yo sea bueno, hasta dentro de las viviendas lo quieren regular.
País de prohibiciones especialmente de algunas cosas. País de contrastes según los cuales se produce una especie de hipersensibilidad hacia algunas cosas, mientras que para otras se da una extraordinaria tolerancia. Todos podemos colocar ejemplos. No me tiren de la lengua.
Hay gente que sufre de una extraordinaria sensibilidad alérgica por ejemplo hacia lo religioso. Gente que ve una imagen de la Virgen o un crucifijo y experimenta una erisipela. Gente que se siente estresada y molesta por el sonido de las campanas de una iglesia mientras que no sufre ningún tipo de trastorno por bocinazos, anuncios publicitarios con megafonía y que, incluso, te dicen que han estado en países islámicos y no han sentido ninguna molestia ni fastidio con el canto desde los minaretes. Hay que jorobarse.
Uno tocan las campanas, otros cantan desde la mezquita, aquí acuden los del sindicato A a contar su vida y allá los legionarios a visitar a los niños. Un día son los miembros del cuerpo de policía haciendo una exhibición y otro los jugadores del Atlético en una residencia de ancianos. Seguro que algún memo protesta porque se pueden sentir ofendidos los viejecitos madridistas.
En fin que dejen a la gente ser libre y feliz y ya está bien de tocar las narices del personal. Nos estamos pasando. Y miedo me da a dónde podemos llegar.
14 comentarios
Eso le pasaba antes al Conde Drácula. Como hace tiempo que no veo películas de terror, no sé si en las nuevas películas ya lo han solucionado.
Ahora bien, la pastilita azul, y no me refiero a la vigorosum viagr@m, sino a la de matrix, la que te conectaba a la máquina, para vivir alienado, pero tranquilo, esa, hoy día, se llama estado del bienestar, aunque más bien sería migajas del estado de bienestar.
Así tenemos que a la población se la refanfimbl@ que el estado vaya apoderándose poco a poco de parcelas de libertad personal. ¿ Y a ellos qué, si tienen móvil, cañas y unos partidos de furbol que estamos casi en semis ?
Mejor vivir sedados, que en el sobresalto que da el ejercicio de la libertad. Lo malo es cuando venga el Dr. Montes, el de Leganés.
Si añadimos a eso los parlamentarios y autoridades autonómicas que se suman al asunto prohibiendo eventos o promoviendo desamortizaciones, sin usar ese término por las connotaciones que tiene, lo que nos encontramos es ante un cuadro de anticatolicismo más claro que el agua de la fuente.
Por alguna razón nos hemos convertido en el enemigo interno que hace de muñeco del pin-pan-pun como ocurrió con los judíos.
¿Hay violencia? Los católicos tienen la culpa. ¿los homosexuales no se encuentran bien consigo mismos? Los católicos tienen la culpa. ¿No tenemos moral y nos remuerde la conciencia? Los católicos tienen la culpa? ¿El divorcio no ha resultado ser una solución como se esperaba? Los católicos tienen la culpa.
¿Y por qué digo anticatolicismo y no anticristianismo? Pues porque las diversas confesiones protestantes no son enemigos para nadie por su
facilidad para mimetizarse y, en el caso concreto de España, porque son pocos.
Los primeros que se han dado cuenta de la similitud son los propios judíos que ya lo están diciendo: "Los católicos europeos han ocupado nuestro puesto".
De todas maneras personas equitativas y justas que no son católicas advierten lo mismo. Es un hecho incuestionable.
¿Acaso no tiene libertad para abortar una niña de 16 años sin permiso paterno?
¿Una tipa no puede irrumpir en una capilla gritando con sus tetas sobadas por medio Madrid al aire sin que le cueste un euro?
A uno de los más repugnantes asesinos de España, que debería cumplir cadena perpetua ¿no le dan permisos para ver a su papaíto?
Y las gratuitas exposiciones blasfemas, los subvencionados actos donde se exhibe la sodomía en la vía pública, la conversión de terroristas en "gamberros", las profanaciones nunca investigadas, lo barato que resulta robar millones de euros, el amplio abanico informativo de los media que ofrecen muy diferentes visiones de la realidad ...¿No son pruebas de la libertazzzzz que disfrutamos?
Uté ziempre negatiffo, nunca pozitifffo.
Por cierto, P. Jorge, el artículo se titula casi como el suyo, "Prohibir y Vivir". Lean:
www.malagahoy.es/felix_ruiz_cardador/Prohibir-vivir_0_1126387743.html
Saludos
telaraña, un Hechizo mortal, una Peste bubónica de la Nueva y Perversa Brujería ¡satanismo! ¡esto es el Mundo moderno! Nada más.
¿No se dan cuenta que los que más gritan sobre los atropellos a la libertad, son los más liberticidas?. Claro que como "los míos son los buenos" , pues eso, que los otros que no piensan como yo, no son auténticos "defensores de libertades y derechos", así que se sometan a mis "derechos", que para eso tengo más "superioridad moral", (¿sabrán que es eso?), porque "soy un auténtico progresista". ¡Manda huevos...! para tortilla. Lo grande es que no se les cae la cara de vergüenza... ¡Qué cutrez y casposidad!.
Aquellos que eran los fundamentos de la ética; la libertad, la justicia, la verdad y la responsabilidad, no resultaron, pues a pesar que trataron de sustituir la religión por la ética, parece que fue para "contentar" al personal, sin mucho éxito, por lo que se ve.
Se dan Uds. cuenta que últimamente no se recuerda aquel lema, al parecer del Mayo Francés del 68 , que pomposamente se nos restregaba hace unos años, de "Prohibido prohibir". Muchos tontos se lo creyeron.
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