Reunionitis: los feligreses tienen derecho a ir al cine
Yo no sé si somos conscientes de lo que tantas veces pedimos a nuestros feligreses. Por supuesto, en primer lugar, eso espero, que vayan a misa los domingos y fiestas de guardar, se confiesen de vez en cuando y recen un poco.
Pero también les pedimos que se comprometan un poco con la vida parroquial y diocesana, porque en la parroquia hay actividades diversas como grupos, encuentros de oración, asamblea parroquial, conferencia, mercadillo solidario, conciertos.
También estaría bien salir de la parroquia y acudir a convocatorias del arciprestazgo y la vicaría. Por ejemplo, la mesa de Cáritas, la mesa de jóvenes, apertura y clausura del año jubilar en la vicaría, presentaciones como el PDE en Madrid, formación de agentes de pastoral, encuentros de arciprestazgo y vicaría de catequistas, voluntarios de Cáritas, agente de pastoral X. Retiros y formación espiritual.
Y qué menos que hacerse presentes en acontecimientos diocesanos de especial relevancia. Por ejemplo, en Madrid, sin salir del mes de noviembre, estamos convocados a la eucaristía de acción de gracias por la vida y el ministerio pastoral del cardenal Rouco, la fiesta de la Almudena, la clausura del año jubilar de la misericordia y la misa de acción de gracias por la elevación al cardenalato de nuestro arzobispo. Añadan vigilias diocesanas, y alguna que otra cosa, y me entenderán por dónde voy.
Hasta que un día te llega un feligrés, una Rafaela cualquiera y te suelta algo así:
Mire, padre, yo trabajo mis treinta y cinco o cuarenta horas fuera de casa. Además de esto, tengo hijos. En casa se hace la compra, se ponen lavadoras, se plancha y se hace la limpieza del hogar. Tengo unos padres mayores, hermanos, sobrinos, y procuro mantener una buena relación familiar. Mis aficiones, amigos y conocidos, y hasta me veo alguna película y alguna serie en televisión. Hasta nos gusta sacar un rato para salir a cenar o al cine.
¿Usted se piensa que yo me puedo pasar todo el día de reunión a la asamblea, de la formación a la catedral, de la catedral a la vigilia, de la vigilia al homenaje? ¿Cree que es normal pasarme el día y la semana del consejo pastoral a la catequesis de los niños, de misa al retiro, de la charla al PDE?
Llevo tiempo diciendo que nos matan las reuniones y los encuentros. Los sacerdotes tenemos una primera y seria obligación de estar en las parroquias, que es, desde atender el despacho y el confesionario, hasta revisar la factura de la luz, preocuparte de una bajante atascada, preparar la charla de los novios, mantener los papeles al día y estar al tanto de cuentas, presupuestos y declaraciones de hacienda. Además, es mi experiencia, de sacar ratos de donde no los tienes para hacer la compra, poner la lavadora, tender y planchar la ropa y mantener tu casa en orden. Eso sí, somos célibes y no tenemos que preocuparnos por la mujer y los hijos.
¿Y los laicos? Pues ya les digo.
A veces me pienso lo mal cura que era san Juan María Vianney. Todo el día en la parroquia, sin acudir a encuentros y reuniones. No sé cómo pudo llegar a ser santo. Y lo malo que fue San Isidro Labrador, que trabajaba, rezaba y ayudaba a los pobres. Eso sí, no consta que perteneciera al consejo parroquial, al voluntariado de Cáritas ni al consejo de vicaría. Un santazo. Inexplicable.
No sé si me entienden.
22 comentarios
el diablo pone muchas trampas, desde una mal entendida "Opción preferencial por los pobres" (Odio disfrazado de Teología de la liberación donde es lícito asesinar al hermano) hasta la "Opción preferencial por las reuniones y juntas".
Usted lo resumió magistralmente en el pasado post, un buen cristiano debe buscar la "Opción preferencial por Jesucristo".
Lo que realmente "quema" es entrar en una dinámica de "reunionitis" estéril donde no se saca nada en limpio, ni acciones, ni conclusiones, y acabamos hablando de cosas en el "aire" o quejándonos o construyendo castillos en el aire. Y esto pasa con frecuencia. Por experiencia lo digo.
Pero por otra parte creo que habría que indicar algo importante; la parroquia, los grupos, la pastoral es importante y cada cual tendrá que saber cual es su vocación, y que le pide Dios que haga en esos espacios que son necesarios. No todo el mundo puede estar en todo.
Pero también decir que la misión de los laicos no es estar metido todo el día en la parroquia, alrededor del cura o del párroco haciendo tropecientas actividades eclesiales, sino ser testigo de la fe en los ámbitos en que se mueve: trabajo, familia, ocio, cultura, vida social o allí donde esté, es decir, puertas afuera de la parroquia, que por otra parte es lo difícil.
Me consta de muchos catequistas que dejaron de sero por la multitud de encuentros y reuniones formativas sobre nuevos planes de pastoral.
En mi diocesis son tres años de catequesis para la primera comunión.
Al final si tenemos a un niño/a de 8 o 9 años que conoce a Jesucristo, los sacramentos, las oraciones basicas, los mandamientos y diferencia la eucaristia del pan y vino corriente creo que nos podemos dar con un canto en los dientes.
Y seguramente no haga falta tres años de formación para esto
Tocas el tema de la primera comunión (tres años de catequesis). No me quiero enrollar mucho con este cuestión porque no es el tema del post.
Decir, en lineas generales, que cada vez estoy más convencido (y la experiencia me lo dice), que un niño, preadolescente y adolescente no está ni maduro ni preparado para recibir ni Bautismo, ni Comunión, ni Confirmación. Ahí lo dejo. Y razones tengo muchas para defender esta afirmación; pero de momento, ahí lo dejo.
Usted convoca una reunión bajo el título de " Reflexión y discernimiento en la vida pastoral para un fructífero ecumenismo con nuestros hermanos separados y una moderna sensibilización a nuevas realidades morales y eclesiales"
Una vez reunidos todos, dice: "Carísimos hermanos en Cristo (aquí pega un puñetazo en la mesa con toda su energía y continúa) ¡Vamos a dejarnos de chorradas! ¡Lo único que podemos aportar a este mundo es lo que la Gracia de Nuestro Señor quiera concedernos! Así que nos vamos todos a estar una hora de rodillas frente al Santísimo. Después vendrán las Alabanzas de Desagravio y la bendición de Él. Si hay aquí algún progre con tendencia al vahído,atribulado por la derrota de la satanista Hilaria, salga ahora porque no respondo donde puedo tirar su cuerpo desmayado"
Es solo una sugerencia.
Por cierto, ya que menciona el arciprestazgo, ¿me puede decir cuál es el gentilicio para mencionar a los fieles que pertenecen al mismo? Supongo que tendrá que ver con la sede del mismo, por lo que nosotros seríamos "d e l i c i o s o s" (de Nª. Sra. de las Delicias). ¿Sabe qué? Pues me gusta. Como me gusta la imagen de la Virgen, de una belleza y delicadeza indescriptibles (les invito a verla en internet si no pueden hacerlo en vivo. Nunca ví una sonrisa tan atractiva en la Madre y en el Niño que lleva en brazos ( y luego hablan de la Mona Lisa -no hay color-).
Perdonen si me salido algo del guión..., pero es que el P. Guadalix "me pone" con sus posts.
Se le entiende muy bien.
Me recuerda el curso de "time management" y la figura de "los ladrones de tu tiempo" y como evitarlos a pesar de que sean personas humanas, de buen talante y muy sentimentales.
Los ladrones de su tiempo son todos aquellos que mandan la lista de tareas "To be done" pues NO SON PÁRROCOS y están solo en la carrera.
Nuestra Señora de la Almudena no nos abanadona y en su vigilia de ayer se llenó la catedral de nuevo como siempre.
¿No es un delito ir al cine? me hago esta pregunta y me respondo, "si yo voy al cine, es como si quisiera negar a los pobres este dinero, donándolo a Cáritas y necesidades de la Iglesia, siendo egoísta, pensando en mis deseos". Pero la fe nos ayuda mucho a comprender la realidad, cuando meditamos la Sagrada Biblia, hacemos el sacrificio de renunciar, incluso nuestros "gustos personales para satisfacer nuestro egoísmo, yendo al cine o al teatros o a otro tipo de diversión", ese dinero lo necesita la Iglesia, que está muy apurada, nunca tuvo grandes riquezas económicas, sino la de los pobres y marginados, que siempre está ayudándoles.
Si un cristiano no conoce la Sagrada Biblia, porque no la lee incluso teniéndolo en su casa, si ve una película religiosa, se maravilla. Pero quien conoce la Sagrada Biblia, ya que se alimenta siempre de la Palabra de Dios, ve tremendo errores en las películas que intenta por pasar de "cine religiosos", hay demasiados fallos, y en la vida de los Santos, siempre es mejor tener un buen libro con aprobación de la Santa Sede, que ver películas en el cine.
Otros tipos de películas intenta borrar la fe que hay en el corazón, eso debe evitarse, en lugar de ir al cine, también es bueno pasar ese tiempo rezando el Santo Rosario por las almas que sufren en el purgatorio, o en reparación de las ofensas al Señor nuestro Dios. Pero el cine no nos ayuda a poner atención al Señor, con el corazón, sino en los actores.
Y es que el diablo siempre se esconde tras una apariencia de bien,
Tu articulo de Caritas, muy bueno. Te faltaba decir que es lo que están construyendo en Santa Hortensia 1. Algo impresionante, que según dicen, cuesta mas de 8 millones de euros. A ver si nos hablas sobre este tema. Le he preguntado a uno de los sacerdotes delegados de Vicaria y me dice que no sabe nada, ni nunca les han informado de nada. Pero construyendo un macro edificio, no para los pobres, lo están haciendo.
Conocerá usted, como conocemos todos, a personas (sobre todo en ciertos movimientos muy activos) de esas que no se pierden ni una: que si mañana un encuentro en la casa de ejercicios tal, que si el próximo finde un retiro en el seminario, que si ir a Cangas a lo de las familias numerosas o a Tineo a lo de las familias escuetas, que si la Pascua en tal monasterio, y el especial de Navidad en cual ermita, y de propina, de peregrinación en verano, y el puente a algún sitio donde se aparezca la Virgen.
Y niños. Sobre todo, niños que se pasan los fines de semana viajando a sitios donde no hay un columpio ni de casualidad, criándose en casas de ejercicios y en salones de sótanos de parroquias. Y luego, a extrañarse de cuando tienen catorce, dieciséis o dieciocho, muchos ya no quieren ni ir a misa.
Y lo que es peor: matrimonios de los que sólo uno es el comprometido, ¡muy comprometido!, que no se pierde ni una, mientras al otro cónyuge (o cónyuja) le tocan en exclusiva los niños, la plancha, la compra, la escoba, y pasear al perro. Supongo que así se explican bastantes divorcios de miembros de algunos movimientos.
A más de uno habría que recordarle que su primera obligación es con el sacramento por el que se comprometió a formar una familia. Y que, como decía Santa Teresa, Dios está entre los cacharros... de su propia casa.
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