Otro baculazo de don Jesús (ya estaba tardando)
Estamos tan acostumbrados a ese “nunca pasa nada”, que el día en que un obispo dice sí pasa, y hasta aquí hemos llegado, la gente enmudece de asombro para explotar en un grito “ostentóreo” de “baculazo, baculazo”.
Le ha vuelto a tocar a D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. Parece ser que había cosas que no eran de su agrado en la forma de trabajar la pastoral penitenciaria diocesana y ha decidido algo tan simple como suspender a todos los voluntarios. Pues nada que objetar, será más o menos acertado, pero, desde luego, es competencia suya y ha decidido ejercerla.
Dicen que esos voluntarios eran gente entregada, generosa y bien formada, y que además de ofrecer formación cristiana eran expertos en consolar, ayudar, sanar heridas. Es decir, que un obispo se encuentra con un equipo de treinta y cinco personas bien formadas, entregadas, que dan catequesis como se debe y que además hacen una excelente labor caritativa y decide prescindir de ellos. No se explica. A no ser que haya otras explicaciones.
¿Otras explicaciones? Pudiera ser. Y posiblemente la raíz de todo sea que hay gente en las diócesis y en las parroquias que enarbolan su propia vara de medir, con la que sacuden sus propios zurriagazos en forma de doctrina propia, liturgia propia, ideas propias, obediencia depende, derechos todos y obligaciones ninguna, y todo basado en un supuesto espíritu del Vaticano II que para todo sirve y para nada vale.
No falla. Me atrevería a colocarlo como uno de los principios de la vida pastoral: todo cura o laico clericalizado que se queja de los baculazos de su obispo lleva en sí un dictador experto en dar varetazos a todo lo que se menea en dirección ligeramente divergente a la suya.
La pastoral penitenciaria, la liturgia, la caridad, la catequesis, la vida católica de la diócesis, es responsabilidad última de su obispo. Es el obispo quien tiene que llevar a sus fieles a la santidad unas veces animando, otras corrigiendo y otras, si necesario fuera, a baculazo limpio para defender a sus fieles de los lobos de fuera y de los de dentro por más que se disfracen de ovejas, que haberlos, haylos.
El problema de todo esto es que llevamos años con demasiados obispos que mantienen el báculo guardadito entre algodones y apenas lo asoman en celebraciones solemnes, cogidito con displicencia, para que no se note demasiado que mandan, aunque este tipo de obispos el día que lo empuñan puedan causar una sarracina.
Llega un obispo, dice que en su diócesis manda él (¿se acuerdan de lo que pasó con aquellas jornadas de enseñanza?) y se monta la marimorena. Pues qué quieren que les diga, que entre el baculazo de don Jesús y el victimismo de esos voluntarios del foro Gaspar García Laviana, me quedo con don Jesús. Y que entre las teorías de Faustino Vilabrille y don Jesús, me vuelvo a quedar con don Jesús. Y viva el báculo, que estamos ya poco acostumbrados. Y que si la pastoral penitenciaria consistía en explicar las teorías de Vilabrille a los reclusos entonces si tengo un reproche, D. Jesús: demasiado ha tardado en lo del báculo.
19 comentarios
Resulta cómico/tierno el imaginar a la patulea que hacen de su capa un sayo y quieren hacer de la Iglesia su cortijo, gritar mientras se van por el sumidero:
" ¡Usted se adapta al paradigma tecnocrático !"
Y cómo es católica y de la parroquia tal.... pues ya sabrán.
«Ahora D. Jesús se quedará solo como Cañizares»
Siempre he sido de la opinión que mejor solo que mal acompañado.
Es usted sorprendente. Dice que no lee asiduamente a D. Jorge, y sin embargo afirma acto seguido que no se sorprende que (D. Jorge) siga en sus trece de defender siempre y sin excepción a la clerecía.
Vamos a ver campeón, si no le lees asiduamente ¿Cómo puedes afirmar que defiende siempre Y SIN EXCEPCIÓN a la clerecía? ¿O es que lo lees en secreto y te engañas a ti mismo diciéndote que no lo has leído? ¿Cómo puedes estar seguro de que en esos otros días "no asiduos" que son la mayoría según el concepto de tus palabras, D. Jorge no defiende a los laicos? ¿Es que tienes poderes y lo sabes sin leerlo?
Es cierto que los que detentan cargos pastorales públicos, léase obispos y presbíteros tienen una gran y difícil responsabilidad en muchos sentidos y el problema no es que tengamos problemas en la Iglesia, sino que muchas veces no se hablan de ellos, o se barren debajo de la alfombra o se ignoran.
Se suele decir que hablando se entiende la gente, y más nosotros que se supone que tenemos la ley del amor como norma de vida. No se si los "baculazos" de golpe y porrazo son la solución, pero también es mala solución que haya problemas (del tipo que sea) y escondamos la cabeza debajo de la tierra como el avestruz para evitar conflictos, porque creo que esto pasa con harta frecuencia.
No recuerdo demasiado la película de JUAN NADIE, en cualquier caso, una obra de arte. Me pregunto si Vd. escribe como la periodista que firma el artículo para no ser reconocida, o como el mendigo al que luego le asignan el papel. En cualquier caso, hay mucha gente que muestra su Alter Ego con un personaje de ficción para no decir su nombre, no vaya a ser que se entere alguien. Yo no, soy Antonio y, cuando escribo, lo hago con conciencia de lo que escribo. Y que yo sepa, Jorge, al menos tiene la decencia torera de decir lo que opina, aunque en ocasiones yo no lo comparta. De él aceptaría el reproche, de Vd. no porque no entra por derecho.
Intuyo, por tu comentario, que te incluyes en la clerecía o cerca de ella. "Clerecía" es un término en desuso pero que pareces conocer bien, así como el significado "negativo" que el término en sí ha adquirido con el paso de los años. No me malinterpretes, pero soy persona de Iglesia, como todo bautizado que intenta seguir a Jesús y se compromete con ello. Lo cual no me convierte en un cacharro inútil dentro de la misma. No soy clérigo, que sería el término más adecuado, sino laico. Y tampoco creo que al laico se le defienda demasiado por parte de la clerecía en general. Excepciones haylas, pero pocas, me temo.
En cualquier caso, JUAN NADIE, espero que tú encuentres tu identidad y no te pase lo que al mendigo al que asignaron el papel, que todavía se anda buscando.
D. Jorge, disculpe la parrafada. Igual prefiere enviársela a su destinatario de forma privada. Yo, por mi parte, no tengo problema a ese respecto. No me gusta alimentar polémicas y mantenerlas eternamente, pero tampoco me gusta que nadie me ningunee con apreciaciones someras y lejanas a la realidad.
Un saludo.
Has conseguido sorprenderme mas. Ahora precisas que desde hace poco mas de un año ya no lees asiduamente a D. Jorge, pero que crees que en en ese tiempo D. Jorge no puede haber cambiado de opinión. Y te mantienes en tus trece. Veras dijo alguien, que el hombre es prisionero de sus palabras y dueño de tus silencios.
Tus palabras son que que no te sorprendes de que (D. Jorge) siga en sus trece de defender SIEMPRE Y SIN EXCEPCIÓN a la clerecía.
Es decir queda de manifiesto que ese SIEMPRE Y SIN EXCEPCIÓN que es lo contundente de tu comentario, es una mera opinión sin mas fundamento que lo que te imaginas. Vamos lo que yo te decía por el lado cómico.
Si te molesta que te hagan gracias, no digas simplezas, es así de simple y si metes la pata pues a aguantar y a poner buena cara.
No soy de la clerecía, soy anticlerical en el buen sentido. La única clerecía de estos tiempos, salvo honrosas excepciones ,que me gusta es la del mester ( Aclaración para desavisados, es una boutade, aunque con fundamento).
Y lo de Juan Nadie es porque soy muy humilde (Esto no es una boutade).
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