Santidad: yo soy la otra
A mi amiga Laura, divorciada hace dos años.
Evidentemente la carta la ha escrito un servidor, pero aseguro a mis lectores que es el caso y la perplejidad de una conocida mía
Santidad: yo soy la otra.
Me casé, nos casamos, creo que muy enamorados. Cuatro años de novios, él con veintisiete años, yo veinticinco recién cumplidos. Veintinueve años de matrimonio, dos hijos, de veintisiete y veintitrés ahora, y una vida normalita. Sin apuros económicos, sin demasiadas estridencias, alguna discusión, pequeños desencuentros, pero lo que entendimos que era lo habitual de un matrimonio.
Creyentes y practicantes, de misa dominical con nuestros hijos y colaboradores en algunas tareas parroquiales. Una familia de lo más corriente, mi marido con un negocio que nos permitía vivir holgadamente y yo sin más tareas que la casa, los hijos y ayudar en la pequeña empresa familiar.
Hace poco más de dos años mi marido, sin más preámbulos, me dijo que quería divorciarse. La razón, según él, que habíamos caído en la rutina, que el matrimonio ya no nos aportaba nada y que estábamos comenzando a hacernos daño, y que en estas circunstancias era lo mejor que podíamos hacer. Nunca me lo hubiera imaginado. Aparentemente éramos el matrimonio perfecto.
Nos casamos en régimen de separación de bienes y la amplia casa familiar era suya. Nunca fui dada de alta en la empresa y con mi edad, que se va acercando a los sesenta, no encuentro trabajo, así que vivo de una cantidad que me pasa y menos mal que me tocó un pisito pequeño en herencia de mis padres donde puedo cobijarme.
No he querido volver a mi anterior barrio. Mejor pasar página. Pero hace unos días se hizo imprescindible regresar y volver a entrar en esa parroquia donde nos casamos, bautizamos a los hijos y celebramos su primera comunión. Un funeral de alguien muy cercano y querido me obligó a hacerlo. Y entonces lo vi. Moviéndose por el templo con toda familiaridad, acompañado por su nueva pareja, Eva, también colaboradora parroquial desde nuestros tiempos y, por supuesto, más joven y guapa que yo. Me cuentan que siguen colaborando en la catequesis parroquial, que echan una mano en las misas y que se acercan a comulgar sin problemas. Bueno eso no me lo contaron, que lo vi yo.
Me saludó amable nuestro párroco, más de treinta años al frente de la comunidad. Y antes de preguntarle nada me dijo que no debía extrañarme de que mi “ex” siguiera colaborando, que era bueno, que entendían que no se puede dejar tirada a la gente y que en definitiva si Dios es misericordia no seamos nosotros los que pongamos dificultades a su acción, y que le agradaría que yo encontrara un sitio en la Iglesia donde seguir ofreciendo mi tiempo y mi testimonio.
No. No tengo fuerzas para eso. Fui abandonada por otra más joven, pero no pasa nada. Mi marido y su nueva pareja en situación canónica del todo irregular, porque a mí nadie me ha hablado de una posible nulidad. Pero no pasa nada. Mi marido, porque para mí lo sigue siendo a los ojos de Dios, y su “compañera sentimental”, catequistas y lectores en misa, y comulgando cuando quieren con plena aquiescencia del párroco que conoce perfectamente el caso, en aras de un “yo tampoco te condeno” y una falsa misericordia que omite gravemente “en adelante no peques más”.
Quizá es que yo soy poco misericordiosa, quizá es que no estoy preparada para estos nuevos tiempos. Pero echo en falta que la misericordia se derrame sobre mi vida y no lo veo. No se confunda nadie. No quiero venganzas ni reproches. Pero hay cosas que me cuesta mucho trabajo comprender. Quizá sea por mi dureza de corazón.
Rece por mí.
86 comentarios
Invítela al primer banco de su parroquia, D. Jorge.
Ése será el mejor sitio que pueda encontrar.
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Jorge:
¿Y usted qué sabe por qué no vinieron más hijos?
Como en tantas cosas, si esa mujer tiene fe (que parece que la tiene) estará segura que llegará el momento en que un juez justo a cada uno le pasará la cuenta de sus actos, a ella, a su esposo, a la otra, al sacerdote...
Entiendo que para aquí y ahora es poco consuelo, pero la gente confunde el amor (que es poner al otro en la verdad, aunque no le guste) con la ñoñeria. Y ahí el más culpable lleva (aunque dudo que la lleve) sotana.
-A éste y a su mujer quiero dijo el Demonio.-
Y como la mujer, su mujer, no estaba en el compromiso acordado, se aburrió de ella y se juntó con otra,.. más joven,.. normal. Y al final al tiempo llegado, el Demonio, se llevó a él y a la otra; la mujer que no era su mujer.
Hay gentes, sean estos sí o no: catequistas y lectores en misa, y comulgantes y aquiescientes párrocos, porqué no, que gustando comulgar con ruedas de molino parece ser que nacen predestinados para escandalizar-
Los hay de todas las suertes y clases. De cualquier forma, Dios, no permite que alguien sea sometido a prueba si no hay un motivo válido al respecto.
Que Dios te ampare.
Se lo recomiendo tanto a la pareja como al sacerdote.
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Jorge:
¿De dónde ha sacado esa información?
Pero Dios no les olvida.
Félix, lo tuyo es muy "jevi". Mucho. Demasiado. Háztelo mirar.
Luis Fernando, genial tu comentario, sobre todo lo referente a Félix! 👏🏼
Solo dire un pero que a lo mejor nadie se ha dado cuenta.
Eso de la separación de bienes es un error muy grande para el matrimonio, ya se empieza mal asi. ¿Donde queda la unidad en todo si primamos al dios dinero que al esposo o la esposa?
Por poner un ejemplo en mi matrimonio el que tiene un trabajo remunerado soy yo (mi mujer trabaja con la casa y los hijos que no es poco) y el dinero es de los dos.
Y también otro aviso:
Cuidado con los hermanos y hermanas de la comunidad parroquial, ya que el caso que se habla, la jovencita era "cristiana" y seguramente se conocieron en la parroquia. No es el primer caso que veo. Los casados tenemos muchas tentaciones y a veces vienen por donde menos te la esperas.
Por último. Escandalo total con los adulteros catequizando y el cura hereje bendiciendo eso. Resultado: Destruccion total de la parroquia y su comunidad parroquial.
Rezo.
Es una verguenza!!!!!!!!!se las verán con Cristo, de Gran Majestad!!!!!!que se conviertan, eso es la Iglesia, hoy, una verguenza!!!
Por supuesto hay casos como el del Padre Jorge y tantos, pero los otros abundan!!!
Que Dios la bendiga y lo haga con la Iglesia.
Lo que no entiendo es lo del cura que conocí un pecado con escándalo público y da la comunión. No le explicaron que quien come y bebe el Cuerpo y la Sangre sin discernir come y bebé su propia condenación...
M Ángeles
Pues pasa.
Segundo, lo "jevi" del caso de Félix, es que es abundantísmo en la Iglesia. Es más, de cuando en cuando, en esta web, se establecen debates sobre esta cuestión. Como hoy tenemos un caso al que le ponemos nombre y que sufre una situación muy injusta, pues estamos más sensibilizados. Otros días no tanto...
infocatolica.com/blog/cartadirector.php/1301110145-un-error-sobre-los-metodos-na
Tercero. La separación de bienes es muy muy recomendable hacerla. El sacramento obliga a compartir los bienes, de forma que lo que entra en la casa, delante de Dios, es de ambos. Moralmente ambos quedan obligados a respetar esta cuestión. Otra cosa es que civilmente, hoy, en nuestra sociedad sean muy peligrosos los bienes gananciales, porque, Dios no lo quiera, ante un problema económico grave de uno de los cónyuges, todo el patrimonio familiar se va por la borda. Con la separación y cierta prudencia, se pueden salvar muchas cosas.
El artículo es muy bueno, de lectura obligada.
llegue a nosotros tenemos que empezar entonando de corazón el "yo pecador" y todo lo que viene después. Si no lo hacemos así, me temo que la misericordia de Dios será como esa nube que pasa por el cielo sin dejar caer ni una gota de agua. Es muy triste la historia de este matrimonio como la de tantos otros en circunstancias parecidas, pero mucho más triste me parece la del sacerdote que por desgracia no es el único que piensa así, pues a quien más se le dio... Que Dios les dé a todos ellos, y a nosotros también por supuesto, luz, antes de que la noche se cierre por completo.
"Ante quienes dicen que la postura de la Iglesia en moral sexual no es realista y que es mejor ajustarla a los tiempos presentes, el cardenal Müller señala:
«Todos sabemos que somos pecadores y que es en el campo de la sexualidad donde precisamente se manifiesta de un modo patente la fragilidad humana. Pero esto no significa que la moral sexual que enseña la Iglesia sea un ideal inalcanzable. El mayor escándalo que puede dar la Iglesia no es que en ella haya pecadores, sino que deje de llamar por su nombre a la diferencia entre el bien y el mal y que relativice esta, que deje de explicar lo que es pecado o que pretenda justificarlo por una supuestamente mayor cercanía y misericordia hacia el pecador»"
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Me ha tocado de cerca un caso "calcado" como el que cuenta el p. Jorge, que ha tenido un final "feliz", feliz para la nueva pareja, porque con el fallecimiento de la esposa (la única, entiéndase) realizaron su sueño de casarse, tras 20 años de convivencia, y seguir colaborando en la parroquia, como si nada hubiera pasado.
Yo soy una mujer divorciada comencé una relación hace ya dos años y estoy consciente de que no puedo comulgar, que no tuve culpa de mi divorcio se que estoy en una situación de pecado y el padre de mi parroquia no solapa estas situaciones pues el también cargaría con el pecado, Dios tenga misericordia de nosotros,
¿Y como le va a hacer Ud. para explicarle a esta mujer sufriente cuando salga la exhortación apostólica postsinodal y allí el Papa oficialice la situación que está sucediendo con su esposo: Podrá ser catequista, lector, ministro extraordinario de la Comunión, padrino de bautismo y/o confirmación, etc?
Y por favor, no me vaya a salir con que de dónde saco esa información. Si camina como pato, tiene plumas como pato, grazna como pato, pues es un pato.
Saludos cordiales.
¿De verdad quieren convencernos de tener misericordia para Enrique VIII pero no para Catalina de Aragón? ¿O es solo un mal sueño del que pronto despertaremos?
e confundidos, ay Señor, Señor...
Si. Hace muchos tiempo que comulgan adulteros. No es nuevo. Otra cosa es que lo sepa o no el sacerdote. En caso de que conozca la sitacion de la pareja que vive en pecado mortal, es escandalo y sacrilegio.
Yendo al fondo de la cuestión, yo siempre he entendido el pasaje evangélico de la adúltera, no como un perdón gratuito de N.S. Jesucristo al no constar arrepentimiento; el "yo tampoco te condeno" y "vete y no peques más" tiene que ver con el "no he venido a juzgar sino a salvar"; así que si nadie la condenaba, no lo iba a hacer El. Pero si hasta en nuestro ordenamiento jurídico, para juzgar a una persona se necesita la parte acusadora. Y El veía el interior dela gente.
Por lo demás, totalmente de acuerdo con, además del P. Jorge, con Pepiño (véase más arriba) y diametralmente en contra de ese "halcón" que se nos ha colado por los ventanales del sombrajo.
Yendo al fondo de la cuestión, yo siempre he entendido el pasaje evangélico de la adúltera, no como un perdón gratuito de N.S. Jesucristo al no constar arrepentimiento; el "yo tampoco te condeno" y "vete y no peques más" tiene que ver con el "no he venido a juzgar sino a salvar"; así que si nadie la condenaba, no lo iba a hacer El. Pero si hasta en nuestro ordenamiento jurídico, para juzgar a una persona se necesita la parte acusadora. Y El veía el interior de la gente.
Por lo demás, totalmente de acuerdo, además del P. Jorge, con Pepiño (véase más arriba) y diametralmente en contra de ese "halcón" que se nos ha colado por los ventanales del sombrajo.
Rezar es una buena manera de ayudar a esa pobre mujer. Asi que ponerse manos a la obra es algo necesario. Ayudarla dándole consuelo, ánimo, escuchándola, sugiriéndole que siga adelante , que puesto que su marido la ha dejado, ella vuelque su vida en sus hijos, en los que están en su misma situación, en los que sufren por otros motivos, porque apoyándoles, ella encontrará apoyo para si misma, porque como dice el mismo Cristo; cuanto hicierais con uno de estos, lo hacéis conmigo.
Y Ferallis, más perdido que un pulpo en un garaje el 25 es la fiesta de la Anunciación coincide
Y Ferallis, más perdido que un pulpo en un garaje,... el 25 es la fiesta de la Anunciación !!!
En teoría, pues sí, la comprensión, la misericordia, echémonos una mano que ya vamos quedando poquitos católicos.
En la práctica, me dan ganas de volver viuda a la señora, qué quiere que le diga. ¿Será muy grande ese pecado?
No sé la señora, pero yo sí que estaría más contento si el señor y la otra estuvieran atracando bancos. Es cuestión de poner el ejemplo: si uno es malo, pues malo de veras y sin aparentar. Quizás vengan los hijos o los conocidos y digan "pues así no quiero acabar". Pero cuando uno deshace con la izquierda lo que hizo con la derecha, la gente dice: "Ah, ¿o sea que sí se puede?".
Si alguien alguna vez ha visto mis comentarios sobre el tema quizás piense que he cambiado de opinión, pero no. Yo digo y sostengo que si los divorciados vueltos a casar han de comulgar porque cumplen ciertos requisitos, que lo hagan en privado y que no se anden pavoneando con la segunda y la tercera. No porque objetivamente estén haciendo algo malo, que quizás no lo estén haciendo, sino porque subjetivamente el que entra al banco con pasamontañas y metralleta en ristre, duda uno mucho que vaya a cambiar un cheque.
La Biblia conoce el matrimonio como una relación de pacto (“...Siendo ella la compañera y la mujer de tu pacto” Malaquias 2:14). Al casarse, Ud tomó parte en un pacto. Como parte de la ceremonia, usted y su cónyuge hicieron
promesas el uno al otro. Las palabras diferirán de una ceremonia a otra, pero usualmente incluyen algo así como “amor, honor, obediencia, cuidado” etc.… y su ceremonia incluyó ciertos términos. Por ejemplo, “para bien o para mal; en las abundancia o en la escasez, en salud y en la enfermedad”. Y posiblemente las promesas y condiciones concluyeron con las siguientes palabras, “hasta que la muerte nos separe”. A todo esto se le conoce como votos matrimoniales. La Biblia ciertamente nos comparte algo relacionado con los votos.”cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla porque El no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas” Eclesiastés 5:4-5.... Y podriamos seguir encontrando citas dónde Dios habla de este lazo fuerte e indestructible del amor entre esposos.. Me sorprendo cómo nuestros hermanos protestantes tienen ministerio de restauración matrimonial y nosotros seguimos sin ayudar a tantos matrimonios destruidos por la ignorancia de pensar que no hay solución...LA SOLUCIÓN ESTÁ EN EL MISMO SACRAMENTO!!! LA ORACIÓN EN FÉ Y CON LA PALABRA DE DIOS!! SI JESÚS SE COMPLACIÓ EN HACER SU PRIMER MILAGRO EN UNA BODA POR QUÉ NO LO HARÍA EN CADA MATRIMONIO QUE CLAME POR SU HOGAR!! LA RESTAURACIÓN ES POSIBLE Y LLEGA PARA LOS QUE PIDEN CON FÉ! ORO POR ESTA HERMANA Y CONFÍO QUE EL SEÑOR EN SU TIEMPO HARÁ LA OBRA EN MI MATRIMONIO Y EN TODOS LOS QUE CREAN QUE TENEMOS UN DIOS QUE HACE NUEVAS TODAS LAS COSAS! EL SEÑOR LOS BENDIGA ABUNDANTEMENTE!
Aunque no fuera por motivos religiosos, aunque fuera por simple pudor, por respeto, se podían quedar en su casa y no escandalizar tan gravemente.
En vez de avergonzarse, hacen un Estandarte del Mal, que pasean alegremente en la Casa de Dios, con la aquiescencia del párroco.
Todo es de una podredumbre que espanta.
Por este y otros motivos, bastantes sacerdotes están escandalizando gravemente a los fieles.La desazón en nuestros corazones, ante tanta impunidad nos desgarra el alma.
Se me ha desgarrado el corazón con su artículo.
Aparte de rezar por la esposa abandonada, también hay que hacerlo por el párroco que tolera comportamientos herejes luteranos.
Es doloroso ver como sigue permaneciendo las herejías post Vaticano II.
Dios le bendiga y le aumente la Fe... Y a mí también.
No temas! Eso q vives es una incongruencia + para las personas de Fé en Cristo, en la Iglesia a la q pertenecemos todos los creyentes católicos. Tú eres y seguirás siendo su esposa mientras no tengáis razones de nulidad y el tribunal eclesiástico entienda q vuestro matrimonio es Nulo. De momento estáis casados y probablemente lo estaréis toda la vida. Anular un matrimonio no es dar la vuelta a una esquina!! Por tanto ellos y quien consiente el pecado es 1 pecador también y lo peor de todo: qué donde hay pecado "No lo Vén", es decir el
Pecado no existe, parece haberse esfumado... Por favor no + engaños y vergüenzas entre nosotros!! Señor envía tu luz desde el Cielo para q puedan ver los Ciegos y oír los Sordos..
Te lo pedimos x Cristo Nustro Señor. Amén
Hoy en día pecamos sin la más mínima compunción. "Ande yo Caliente, ríase la gente" debe ser una frase de la Biblia que desconocía.
El pacto del matrimonio no debe verse como si uno compra un marido o una esposa donde pesan mas las obligaciones que el verdadero amor.. Par la amiga del relato solo le puedo mencionar que es hora de tomar si quiere esto como un duelo , que después de adentrarse en uno mismo reconoce con madurez lo sucedido y emerge lo mejor de uno y se sobrepone para reinventarse por ella misma..
"La esencia de un mundo caído consiste en que lo mejor no se puede alcanzar mediante el libre disfrute o lo que se suele llamar “autorrealización” (que es generalmente un nombre bonito para la autocomplacencia, absolutamente contraria a la realización de los demás), sino negándose a uno mismo, sufriendo. La fidelidad en el matrimonio cristiano conlleva precisamente eso: una gran mortificación.
Para un cristiano, no hay vía de escape. El matrimonio puede ayudar a santificar y dirigir hacia su objeto adecuado sus deseos sexuales, y su gracia puede ayudarlo en la lucha, pero la lucha sigue estando ahí. El matrimonio no le saciará —en el sentido en que comer regularmente sacia el hambre—, sino que le ofrecerá tantas dificultades para vivir la pureza propia del estado matrimonial como facilidades.
Ningún hombre, por mucho que haya amado a su prometida y novia en su juventud, ha sido fiel a ella como esposa en cuerpo y alma sin un ejercicio consciente y deliberado de la voluntad, es decir, sin negarse a sí mismo. Apenas se le dice esto a nadie, ni siquiera a los educados “en la Iglesia”. Los que están fuera no parecen haberlo oído prácticamente nunca.
Cuando el encanto desaparece, o simplemente se atenúa un poco, creen que han cometido un error y que aún no han encontrado su auténtica alma gemela. Entonces, la “verdadera alma gemela” suele pasar a ser la siguiente persona sexualmente atractiva con la que se encuentran, alguien con quien podrían muy bien podrían haberse casado, si no fuera porque… De ahí el divorcio, para proporcionar el “si no fuera porque”.
Y, por supuesto, suelen tener razón: cometieron un error. Sólo un hombre muy sabio, al final de su vida, podría realmente tomar una decisión sensata sobre con qué mujer, entre todas las posibles, debería haberse casado. Casi todos los matrimonios, incluso los felices, son errores, en el sentido de que casi con seguridad (en un mundo más perfecto o incluso con un poco más de esfuerzo en este mundo tan imperfecto) ambos cónyuges podrían haber encontrado un esposo o una esposa más adecuados). Sin embargo, tu “auténtica alma gemela” es aquella con la que de hecho estás casado. En realidad, uno elige poco: la vida y las circunstancias lo hacen casi todo (aunque, si existe un Dios, la vida y las circunstancias deben ser instrumentos suyos o sus intervenciones). […] En este mundo caído, nuestras únicas guían son la prudencia, la sabiduría (poco frecuente en la juventud, demasiado tarde en la vejez), un corazón limpio y la fidelidad de la voluntad.
Desde la oscuridad de mi vida, con tantas frustraciones, pongo ante ti lo único verdaderamente grande y digno de amor en esta Tierra: el Santísimo Sacramento… En él encontrarás romance, gloria, honor, fidelidad y el verdadero camino de todos tus amores en esta Tierra y más aún, en la muerte.”
Con esos ejemplos y sabiendo que la mitad de los matrimonios termina en divorcio ¿cómo le vas a pedir a una mujer que tenga todos los hijos que Dios le mande? y más teniendo en cuenta la precariedad laboral hoy día. Si seguimos relajando las costumbres terminaremos por no tener ninguna, eso sin contar que casi todas las parejas que se casan hoy día por la Iglesia han tenido relaciones sexuales o incluso conviven juntas.
Sin mayores datos más que los señalados en el relato escrito:
- el bueno, pareciera ser la señora abandonada.
- el feo, la nueva pareja (el marido "abandonador" y la "otra")
- el malo, evidentemente, el cura.
En casos como el descrito - y otros similares - mi razón me dice: "¿y porqué no? porqué privar a la comunidad de los talentos, dedicación y entrega de la "nueva pareja"? ¿será que un pecador no puede hacer el bien? (pregunta muy seria, por cierto).
Pero mi fe (apoyada por la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio, me dicen: no, no se puede, no se debe.
Aún con cierto pesar, lo confieso, debo dejarme guiar por la fe.
¿Quién dijo que nuestra fe cristiana era "cosa fácil, atractiva, sencilla, popular, políticamente correcta?
¡Ay de aquellos que se creen que pueden tomarle el pelo a Dios, con una vela a Dios y otra al diablo!.
Estos están pecando contra el Espíritu Santo, pecado que no tiene perdón.
Y normalmente, tal como se vive, se muere.
Pidamos la perseverancia final.
Virgen María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte.
San José, Patrono de la buena muerte, ruega por nosotros.
Es muy fácil decir eso cuando no te afecta. A una hermana le dejó el marido por otra, o mejor dicho le dejó ella porque él quería seguir con las 2. La consecuencia ha sido que ella ha dejado la práctica religiosa y sus hijos también, el ex supongo que también. No me parece jugar con los matrimonios como si fuesen cartas hoy junto esta pareja y mañana otra. Entiendo a los que se separan por malos tratos o causas justificadas pero no por capricho. Y menos aún entiendo que un sacerdote de su bendición a esta situación irregular porque suscitas malos ejemplos a imitar,
1 Pe 2, 19-24 Porque bella cosa es tolerar penas, por consideración a Dios, cuando se sufre injustamente.
Pues qué gloria hay en soportar los golpes cuando habéis faltado? Pero si obrando el bien soportáis el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios.
Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas.
El que no cometió pecado, y en cuya boca no se halló engaño; el que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados.
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