La mañana de hoy en el despacho parroquial

Le tengo afición al despacho parroquial, qué le vamos a hacer. Me encuentro cómodo y ya que estoy bien en su mesa, dejo abierta la puerta por si acaso.

Esta mañana tonta de lunes, día de los santos inocentes, en medio de las fiestas de la Navidad, llevo en el despacho desde las 8:30 h. Papeles que ordenar, correos que responder, pasar algunas partidas, solucionar pequeñas cosas… El caso es que cuando escribo esto son casi las dos de la tarde. ¿Ha merecido la pena estar en el despacho la mañana?

Creo que sí.

Ha merecido la pena por A., que ha pasado para contarme que acaba de fallecer su madre, y que, por encima de lo que haya querido tratar con un servidor, es caso es que yo estaba y se ha podido desahogar un rato.

O por B., que pasaba por la calle, ha visto la puerta abierta y ha aprovechado para hablar del bautizo de sus dos gemelitos.

He estado un rato con C., usuario del economato, que anda con problemas y que no le es fácil contar tantas cosas a los voluntarios y quería antes hablarlas conmigo.

Dos personas han entrado a confesarse.

Un rato he bajado a la capilla de la adoración perpetua porque me han avisado a última hora de que un responsable de turno había tenido que marchar a urgencias. Al poco rato una persona recién llegada ha cubierto la hora.

Y justo ahora, cuando quería contar la mañana, han venido dos chicas jóvenes a entregar comida para el economato.

Una mañana cualquiera de un día cualquiera. Sigo pensando que echar horas en el despacho tiene su sentido, y con estas líneas solo quiero animar a los compañeros a que intenten hacer en el despacho todas esas cosas que al cabo de día tenemos que sacar adelante: papeles, certificados, preparar homilías, leer, estudiar, mandar correos. El despacho abierto es toda una caja de sorpresas.  

15 comentarios

  
Pez
Y rezar, también hay que reza. "A los curas que no rezan Dios los castiga con reuniones".
Enhorabuena por su trabajo y por cómo tiene su parroquia
28/12/15 1:49 PM
  
Javier Rojas S.
Muy estimulante su artículo, D. Jorge; ¡muchas gracias!
Inisiste ud. mucho en este punto; y me gusta que lo haga con sentido de la realidad, pues otras veces ha mencionado también esas horas y horas en las que uno está y nadie viene.
En fin, a ver si me animo de una vez a tomar este toro por los cuernos.
¡Buen día!
28/12/15 2:51 PM
  
Pedro F. Barbadillo
He estado un par de veces en ese despacho, que reconozco en la fotografía.

El cura que se aburre en el despacho parroquial es como el periodista que se aburre en un periódico. ¡La de cosas que hay que hacer! Y si encima estás con actitud dispuesta y con la puerta abierta, te entran sorpresas.
28/12/15 4:29 PM
  
silvia
Bendito se Dios ,por vos Sacerdote al servicio de tu comunidad...ojala en todas las parroquias se encontraran sacerdotes en el despacho....pidamos a Dios por mas vocaciones sacerdotales comprometidas....Bendiciones.
28/12/15 5:18 PM
  
laso
Don Jorge: Vd es una de esas pocas "Avis rare" que pululan por el espacio español. Plácemes y enhorabuenas merece su disponibilidad en atender tan variados y a vece urgentes asuntos. Que tomen nota los renuentes despachos que abren sus puertas a cuentagotas
28/12/15 6:29 PM
  
Francisco
¡Lastima que viva tan lejos de Madrid!
Pasaría por su despacho de vez en cuando.
28/12/15 10:26 PM
  
jose 2 catolico
Querido D. Jorge:
Viendo la foto de su despacho y el tamaño de los 4 asientos, me viene a la cabeza la imagen del almirante de una flota en su silla de mando... y su equipo desde contralmirante hacia abajo en sillitas.
¡Se nota quién es el chairman en su parroquia! (El man que está en la chair más grande).
Gracias por su tiempo y que cunda su ejemplo de decicación 24-sur-24 entre todos los parroquianos.
In Domino.
28/12/15 10:42 PM
  
FC Romero
Eso es "cosechar" para el cielo D. Jorge. Ojalá y cundiera el ejemplo y a muchos de sus colegas les "saliese callo" en donde la espalda pierde su honesto nombre, por atender el despacho y el confesionario, pues parece que tienen puesta una chincheta y saltan de la silla del despacho o del banquillo del confesionario, para buscar cualquier reunión de lo que sea y donde sea, o un viajecito con o sin motivo confesable y no tener que aguantar el tremendo latazo de la atención a los que buscan su ayuda, su consuelo, o simplemente, una palabra que les transmita calor humano, o que durante unos minutos se sientan atendidos por alguien que siendo extraño, les ofrece y les da su atención sin pedirles otra cosa a cambio. Y es que el Amor cristiano se manifiesta también así. Otra vez D. Jorge, gracias por ofrecer algo (un tesoro) a cambio de nada.
28/12/15 10:54 PM
  
Victoria
Si, lastima que su oficina este tan lejos!
Un abrazo desde México!
29/12/15 1:44 AM
  
AntonioFM
Yo mismo he aprovechado en alguna ocasión que he visto el despacho abierto para confesarme, pues es un sacramento dificil de conseguir en muchas parroquias.
29/12/15 8:57 AM
  
Rufus T. Firefly
Es que es así, hace más el que quiere que el que puede. Es cuestión de voluntad y vocación de servicio. Esto que usted describe no es, como en muchos casos, usar el despacho como refugio. Porque sacerdotes he conocido que usaban el despacho para encastillarse y que hasta, en un caso extremo, me llegó uno a espetar "No, es que ahora estoy con unos correos y no puedo confesarte, a lo mejor en la parroquia de más allá hay alguien, mira a ver". Se nota que, en este caso, usted usa el despacho para poner al día la parroquia pero también para que su párroco esté presente, visible y accesible. Y seguro que no por ello deja de acudir a las reuniones pertinentes. Que es otro mal habitual, el de muchos sacerdotes, dejarse llevar por mil y una reuniones (no todas útiles) y no estar nunca donde más se le necesita. Reconozco que tengo suerte con mi párroco, y eso que debido a la edad y, sobre todo, a la enfermedad al pobrecillo le cuesta mucho mantener el ritmo en una parroquia que exige mucho. Pero ahí está, siempre que su salud lo permite, en el despacho y disponible. Repito, hace más el que quiere que el que puede.

29/12/15 10:38 AM
  
Haddock.
Siempre al pie del cañón, D.Jorge, siempre hay que estar al pie del cañón porque no sabemos lo que puede pasar.
Allá en el Perú del siglo XVI, uno de aquellos intrépidos sacerdotes de la época emprendió un largo y complicado camino para llegar a donde le habían comentado que esperaban docenas de baptizandos. Tras siete días de estancia, le llevaron tan sólo UNA niña. No queda registrado si en el regreso se sentía decepcionado, con sensación de haber perdido mucho tiempo, o con un razonable cabreo hacia su informador.

Pero aquella niña, sería Santa Rosa de Lima, patrona de toda América.

29/12/15 7:27 PM
  
Marcos
Muy bien mossén, ojala cunda el ejemplo entre el clero, que parroquias en las que el parroco ni esta ni se le espera...
No hay nada mas triste que ver una iglesia cerrada.
30/12/15 1:29 PM
  
Emilio
Aprovechando que siempre está "de guardia", heme aquí felicitándole y deseándole un Año Nuevo tan fecundo por lo menos como el pasado, y que nosotros lo leamos. Gracias.
31/12/15 1:21 PM
  
Desde Valencia
Feliz año nuevo a todos y que cunda el ejemplo.
01/01/16 11:04 AM

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