Algo falla: se ha quemado el bueno de Manolo

Manolo se ofreció un día buenamente por si podía echar una manita en la catequesis de los niños. Pobre Manolo. No hay cura que se resista a un ofrecimiento así y menos si el oferente es cristiano de misa dominical y muy buena gente. 

Manolo contaba con una horita semanal con los niños y alguna reunión de prerparación. Angelito. Efectivamente sesión semanal con los niños, preparación, presencia en las misas con los chavales, alguna salida, que si un encuentro con los padres. Bueno… todo sea por los niños.

A esto se sumó la necesidad de hacerse presentes en encuentros de arciprestazgo, vicaría y diocesanos, porque ya se sabe que si hay algo fundamental en nuestra iglesia es lo de estar  reunidos, y que no hay delegado que se precie que no convoque al menos a un par de encuentros al año.

Miren por dónde pensaron que sería bueno un catequista de enlace con la diócesis y ya ven, pensaron en Manolo, que es un buen tipo que intenta estar en todo. Y ya puestos, y ya que es el catequista enlace, pues que ayude a coordinar todo y de paso que represente a los catequistas en el consejo pastoral de la parroquia.

Lo malo es que la cosa no acaba ahí. Porque hay coordinadora de vicaría, y consejo pastoral de arcirestazgo y que no le miren para alguna cosa diocesana.

El caso es que el bueno de Manolo, que se ofreció para echar un ratilo por semana en la catequesis lleva encima una agenda que ni político con pretensiones en campaña electoral.

Algo nos falla. No sé muy bien qué, pero algo nos falla a todas luces. Eso al menos es lo que afirma su esposa, que no acaba de comprender cómo se puede hablar de familia, unión y estar con los hijos y luego tener a su Manolo de reunión en reunión y de encuentro en encuentro y tiro porque me toca. Cuando no es la parroquia es un encuentro diocesano; cuando tampoco, el consejo. Si no es consejo, es la formación en Vicaría, y cuando nada de esto toca es hora de organizar algo especial para los niños.

Manolo ha dejado todo. Se limita a la misa el domingo y, desgracidamente, no siempre. Un quemado más. Creo que se puede comprender.

40 comentarios

  
Norteño
En efecto, D. Jorge, qué lamentable para todos.

Trato de inculcar a los seglares que se acercan un poco que lo principal para ser Iglesia es vivir cristianamente y plantarla en los ambientes donde se desarrolle la propia vida, comenzando por la familia.

Ahora bien, por ejemplo, la Parroquia de la que soy responsable, adolece de una notable debilidad en sus estructuras: ¿qué hacer, si se presenta un mirlo blanco como Manolo?; ¡qué fácil!, caer en la tentación de "exprimirle" en exceso.
11/02/15 11:24 AM
  
Norteño
Otro aspecto me llama también la atención: en Domingo, Manolo ha dejado de ser fijo en Misa.

Antes no podía servidor entender que ciertas defecciones en la Iglesia llevaran asociadas un abandono de la Fe (sé que este caso no llega tan lejos). Pero creo ir dándome cuenta de que despreciaba la importancia de que la Fe sea también portada por el afecto.
11/02/15 11:31 AM
  
Jordi
Ha hecho bien en dejar la burocracia, que sólo sirve para llenar el expediente de actividades de un funcionario para aparentar ante los superiores 'que se hace algo'.

Uno no se dedica sólo UNA hora a catequizar, hay que incluir los tiempos de desplazamiento y el tiempo de preparación de la catequesis: una hora de presencia en la catequesis, más entre desplazamientos y preparación previa, son en realidad TRES horas, más o menos, y sin cobrar ni dietas de desplazamiento, comida y otros gastos diversos.

Pero ha pagado un alto coste: abandono parcial de la misa.

Tres cargos que son, en sí, verdaderamente inútiles, excepto prueba en contra:

- coordinadora de vicaría
- consejo pastoral de arcirestazgo
- catequista de enlace con la diócesis

Los desplazamientos, preparación y permanencia son una pérdida de tiempo.

Y suerte, que podría haber sido peor:

- catequista de enlace de la provincial eclesial
- coordinador inter-vicaría, inter-arciprestazgo, inter-diocesano, inter-provincial...
- miembro de comités varios

Uno se debe, según los Mandamientos, a la familia y al cónyuge y a su salud: por mi experiencia, rechazar siempre estos cargos gratuitos e inútiles casi siempre, no son necesarios, ni urgentes, ni importantes, ni sirven al bien común, personal y familiar, sólo desgastan a la persona, al cónyuge y a la familia, y su fin es rellenar un expediente de 'cosas que se hacen' de cara al obispo y Roma.
11/02/15 11:50 AM
  
Pedro
Cosas que yo me planteo:
1. En muchas ocasiones la vida de fe se ha vuelto muy sentimental, no creo que sea necesariamente malo, pero tiene que haber algo más, razón y sentido común son imprescindibles. A veces ponemos mucho énfasis en "querer mucho" y no tanto en "querer bien".
2. Relacionado con lo anterior, muchas veces no sabemos decir "no" sin hacernos mala conciencia. Parece que si decimos "no" hacemos algo malo y no es necesariamente así.
3. Vivimos la vida según nos parece a nosotros (pelagianismo, voluntarismo) y no cómo le parece a Dios. Caer en el error de tratar de vivir la virtud en nuestras propias fuerzas machaca a cualquiera. No se trata de no esforzarse, se trata de esforzarse en el Señor (Jos 1,9), de acoger la gracia aunque suponga esfuerzo. Pero cuando lo hacemos según podemos nosotros y no según puede Dios en nosotros, mal vamos aunque seamos muy bien intencionados.
4. Los halagos. Huid insensatos de los halagos, de darlos y sobre todo de recibirlos. ¿No notáis lo mal que sientan? ¿no notáis el pequeño monstruo que crece en vuestro interior? Al principio uno se da cuenta y lo rechaza, pero el demonio es más listo y lo hace crecer con el tiempo como la mala hierba. En cambio, qué bien sientan a la larga las humillaciones, y cómo ayudan a los tres puntos anteriores...

No sé, sólo es mi opinión...
11/02/15 11:58 AM
  
Astorga
Yo jamás he visto una cosa más inútil que las reuniones de catequesis. No hablo de formación a catequistas y su seguimiento, que es comprensible, sino de esas reuniones eternas en las que no se dice nada y se alimenta el ego de unos cuantos con mucho tiempo libre. ¿Explicar la presencia real es importante? ¿Se debate si es un problema que no vayan a misa y cómo solucionarlo? No. Se debate si en un campamento se puede dormir al aire libre porque como no salga mi idea adelante arde Troya.
11/02/15 12:20 PM
  
Pepone
Si se suprimieran el 99% de las reuniones de todo tipo en la Iglesia, se ganaría en un 99% en evangelización, se purificaría la Iglesia y sus miembros en soberbia, idiotez, mandamases, etc. Hace algún tiempo salió un estudio que demostraba la inutilidad evangélica de la gran mayoría de las reuniones en la Iglesia, a todos los niveles, parroquiales, dionecesanos, etc.
Algunos, que no quieren evangelizar, se justifican con las reuniones, para hacer lo que no deben hacer y no hacer lo que deberían.
11/02/15 12:46 PM
  
Jordi
2. Relacionado con lo anterior, muchas veces no sabemos decir "no" sin hacernos mala conciencia. Parece que si decimos "no" hacemos algo malo y no es necesariamente así.

Di "no" a la burocracia eclesial, que en el 99% de los casos es inútil.

Si catequizas una hora, más el tiempo de transporte y preparación, y sin dinero de bolsillo que compense los gastos del voluntariado y robando tiempo a tu salud y tu familia, esto ya es suficiente.

Si quieren coordinadores de zona pastoral y otras zarandajas, que lo retribuyan con un sueldo cotizando a la Seguridad Social y con retenciones a Hacienda.

Es mi consejo vista la experiencia empírica del voluntariado laical eclesial, que está bastante explotado por curas ociosos y jerarquías ambiciosas.
11/02/15 1:05 PM
  
second at.
Por desgracia esa es la situación de muchos. Yo comprendo a Manolo, y he visto muchísimos casos como el suyo; buena gente que no sabe decir que no a nada, y al final pasa lo que pasa. Cómo hay pocos en la Iglesia, se les reclama para más cosas, esa es la realidad. El reto es cuidar a los que ya están, sin quemarlos. Una lástima.
11/02/15 1:09 PM
  
Alvaro
El refrán "dar la mano y que se tomen el brazo" describe un acto abusivo e ilegítimo, propio de gente en que desconfiar. Así pues, si son miembros de la Iglesia quienes lo ponen en práctica, ponen a la propia Iglesia en ese papel de "abusiva, ilegítima e indigna de confianza". Lógico que se generen rechazos.

Dice la esposa de Manolo que "Algo nos falla. No sé muy bien qué, pero algo nos falla a todas luces". Supongo que debería leer su entrada de ayer, en la que decía dónde estaba el fallo:

"Ya saben. Haces un trato, contraes un compromiso, llegas a un acuerdo, aceptas una propuesta y punto pelota. Lo pactado va a misa y de las de antes, que dice un compañero mío. Pero si nada más llegar al acuerdo el otro te dice que sí, que de acuerdo pero que bueno, que hay que ser flexibles, tomarse las cosas con una cierta libertad, no encorsetarse… a uno lo que le suena es que sí, que vivan los pactos pero que luego los cumpliremos según y modo. Y eso uno pues no lo entiende. Ya digo que soy serrano, y por tanto adusto y de piñón fijo."

Porque ya saben. Manolo hizo un trato, contrajo un compromiso, llegó a un acuerdo, aceptó una propuesta y punto pelota. Entendió que lo pactado iba a misa y de las de antes. Pero nada más llegar al acuerdo el otro le dijo que sí, que de acuerdo pero que bueno, que hay que ser flexibles, tomarse las cosas con una cierta libertad, no encorsetarse… y que a lo pactado había que añadirle reuniones, encuentros, coordinaciones, enlaces, excursiones y demás. A Manolo lo que le sonó es que sí, que vivan los pactos pero que luego los cumpliremos según y modo. Y eso pues no lo entendió.

Se ve que Manolo también es serrano, y por tanto adusto y de piñón fijo.

¿No cree que al "exprimir" a alguien con semejante inmoderación se incurre en esa "flexibilidad en los pactos" de la peor especie?

Un saludo.
11/02/15 1:27 PM
  
Roberto
Es que en estos casos uno tiene que ver y saber con realismo hasta donde puede llegar, y sobre todo que es lo que Dios le pide.
La misión del laico no es estar continuamente dentro de la parroquia, sino hacer presente el Reino de Dios en los ambientes en los que se mueve, en cuanto a los cargos extraparroquiales, pues habrá que ver si se tiene tiempo, ganas o fuerzas. Si el no podía, que no hubiera asumido tanta cosa. Pero no por eso debe de dejar de ser catequista, creo. Ahí también juega un papel importante el párroco que debe de conocer a los catequistas y aconsejarles cosas.
Hay parroquias que esto lo llevan al dedillo, otras se desentienden de ello, lo que si que veo es que las reuniones tienen que ser eficaces, ir al grano, a lo concreto y que estén bien estructuradas y organizadas; lo que realmente quema es una inflación de reuniones (reunionitis pastoral), donde no se sacan cosas claras ni soluciones a los problemas, esto si que es un mal que habría que atajar.
11/02/15 1:29 PM
  
Alvaro
Por cierto, leyendo el titular no puedo evitar pensar que ese "el bueno de Manolo" no se refiere sólo a su carácter bondadoso sino que transmite un cierto matiz de candidez que le pone en el papel de víctima propiciatoria para este tipo de abusos, al ser previsible que no va a saber negarse a lo que le encasqueten... hasta quebrar (y entonces se acabó todo, lo que debe y lo que no).

Pero se nos pide que seamos buenos, no tontos ni incumplidores (en el caso de Manolo, para con su familia, que es su primera responsabilidad y obligación)

Un saludo.
11/02/15 1:35 PM
  
Jordi
"El reto es cuidar a los que ya están, sin quemarlos. Una lástima."

El reto es de los curas y los obispos, porque el voluntariado laical eclesial debería de tener unos derechos básicos reconocidos:

1. Póliza de seguros de responsabilidad civil, de salud y de accidentes, según la actividad que realicen.

2. Sueldo con derecho a la Seguridad Social; o bien dietas de compensación por los gastos realizados, de 20 a 30 euros al mes: como dijo San Pablo, el trabajador tiene derecho a ser sustentado.

3. Plan de horarios, funciones, derechos y responsabilidades bien detallado, para evitar abusos y disfunciones. Exija un programa (hora, mando y función) y un estatuto (derechos y obligaciones).

4. El voluntario no es una chacha, cobre sueldo o dietas; diga "no" al cura o responsable abusador si se sale del trabajo normal y habitual de su voluntariado, con el fin de evitar un precedente o antecedente y mostrar una debilidad ante el abusador: primero es la salud, luego la familia, los hijos primerísimos, y después está la justicia (lo que cada uno debe) y la caridad: no repare instalaciones eléctricas, no atienda llamadas telefónicas, no limpie el suelo, no ponga bombillas, no se suba a las escaleras para hacer agujeros en la pared, no abra y cierre puertas, no atienda el despacho parroquial, y no vigile la iglesia si no es su función: para eso hay profesionales que cobran u otros voluntarios que asumen dicha función.

5. Fuera burocracias eclesiales, no entre jamás en ellas, excepto que lo medite y esté protegido y retribuido (seguro, sueldo o compensación, programa y estatuto): nunca se rebaje al estatut de chacha. Salga en cuanto tenga los primeros síntomas de estar "quemado": es un signo de que todo está mal organizado por incompetentes o abusadores (o de que hay una causa de salud u edad).


11/02/15 1:59 PM
  
F.C. Romero
¡Caramba! cuántos "Manolos· se generan en la Iglesia, ¡es verdad D. Jorge!, por no saber atraer nada más que a los bienintencionados que de corazón se brindan para ayudar a lo que sea,y que de buena fe no saben decir que no, pues "como son cosas de la Iglesia" ,"Dios te lo pagará" o porque uno que tiene presente aquello de "ayudar a la Iglesia en sus necesidades" cree que simplemente dando los centimos o los euros cuando pasan el cesto en Misa no es suficiente y entonces se brinda cual voluntario legionario para acallar el fuego enemigo que es graneado y cada día más intenso.
Muchas veces en las parroquias se dejan llevar por el "Con estos bueyes hay que arar", y como desde las instancias superiores Diócesis, Vicaría o Arciprestazgo se requieren cosas, para no ser menos que los demás, se quieren hacer "machadas" dando más de lo que uno tiene y sin pensar que somos humanos, que cada uno llega donde llega, que "supermanes" , en las películas.
Que muchos párrocos quieren que los laicos que les proponen cosas, se las den hechas sin "pringarse" ellos, aunque si la cosa resulta, son los primeros que se cuelgan las medallas ante los superiores para que vean que su parroquia es de dos orejas y rabo, con vuelta al ruedo y salida por la puerta grande."Vanitas vanitatis et omnia vanitas".
Como parece que el tal Manolo es imprescindible, se le carga , hasta que diga basta, pero como no lo dice por no quedar mal, pues al final revienta, porque es muy fácil ver los toros desde la barrera y ser crítico del que "torea", sin que, ni tan siquiera, se le den palmas reconociendo la "faena".
En fin que la cosa es así de dificil y ya lo decía Santa Teresa: “Señor, no me extraña que tengas tan pocos amigos si así tratas a los que tienes.” Lo que le puede quedar a Manolo es satisfacción por el trabajo realizado, porque Dios si lo tendrá en cuenta, y es lo que realmente importa. Sobre los cargos de coordinación, que Manolo delegue en otros o que deje las catequesis, aunque esto sea un "mordisco" en el alma y coordine sólo lo que pueda o dedíquese a las catequesis en exclusiva, no abarque más de lo que se marcó al principio y aprenda a decir graciosamente: ¡No!.
11/02/15 2:01 PM
  
Jordi
"...pues "como son cosas de la Iglesia" ,"Dios te lo pagará" o porque uno que tiene presente aquello de "ayudar a la Iglesia en sus necesidades"..."

San Pablo dijo que quien trabaja tiene derecho a sustento; Jesús iba a descansar con sus discípulos; en los Hechos de los Apóstoles no habían burocracias al estilo de "coordinador de vicariatos" o "enlace inter-dicasterial".

Los signos de burocratización de una Iglesia son siempre malos, porque indican que hay unos curas que en lugar de evangelizar, catequizar, oficiar y confesar, están encerrados en despachos curiales cobrando por ello; y en segundo lugar, porque el ocio de un burócrata se llena de informes, protocolos y reuniones que los carga en los lomos de los demás: como la perícopa evangélica, llenan al hermano de fardos pesados que no los toca para nada, y encima, rellena su expediente personal, cara a sus superiores, de supuestas meritorias acciones cuya faena sucia la hacen desconocidos y despreciados fieles.

El bien, según los antiguos manuales de moral, forma círculos de proximidad: en el peor de los estados de necesidad, primero son los hijos que el cónyuge; en último lugar, siempre será atender un subcomisionado de relaciones inter-arciprestales.
11/02/15 2:31 PM
  
Juanlu - Sevilla
Muy atinado su post de hoy Padre. Autentico como la vida misma.
11/02/15 3:05 PM
  
Alvaro
En muchas ocasiones la virtud está en el justo término, y creo que por ello se impone señalar que no es lo mismo la administración que la burocracia (etimológicamente podría traducirse por "gobierno de la administración" o "de los oficinistas").

Llevo leídos unos cuantos comentarios que cargan contra "la burocracia eclesial" o contra "las reuniones", llegando a señalar la inutilidad del 99% de todo ello.

Pero la práctica erradicación de ambas solo empeoraría las cosas, porque evitar el abuso no implica suprimir el uso sino sólo volverlo a la sensatez.

Así pues, dado que la Iglesia es una organización que comparte una naturaleza divina y otra humana, por un lado arraigada en Cristo, en comunión con el Espíritu y los Santos y con un objetivo trascendente, pero por otro formada por hombres que deben coordinarse, es necesario respetar lo que justamente se necesite para su administración.

Si hay que hacer papeles, pues se hacen. Los justos, pero se hacen. Y si hay que hacer reuniones, pues también se hacen, también las justas.

A fin de cuentas, el terreno embarrado que se derivaría del descontrol administrativo y organizativo sólo puede llevar a más abusos como el sufrido por "el bueno de Manolo".

Lo que se necesita es que los pactos establezcan, desde el principio, los términos y límites de lo que se pacta, con las mínimas "flexibilidades". También los de los voluntarios (o más bien especialmente los de los voluntarios).

Un saludo.
11/02/15 3:58 PM
  
Pepone
Por lo que leo en bastantes comentarios, creo, a mi entender, que se desvía el problema. El mal no creo, en mi opinión, estar en sobrecargar a Manolo y abusar de su tiempo dándole muchas tareas o compromisos, el mal creo que está en que esos compromisos sobran tanto para Manolo, como para pepi como para el P. Juan.
Reuniones absurdas, formaciones absurdas cuando no politizadas, convivencias ridículas por no llamarlas de otra manera. Cuatro gatos que porque lo diga no sé quien representan a todos, se lo pasan bomba matando el tiempo en reuniones, preparación de reuniones, preparación de esto, de lo otros, compartir, etc,
El resultado de todo esto es una evangelización nula, madurez espiritual nulo, crecimiento del ego, por las nubes en algunos. Después del espectáculo social y las ja, ja,.ja, viene el jo, jo, jo, de manera que ni caridad con Dios ni con el de al lado, y eso que el cura que una o dos veces se digna presentarse en la parroguía insiste en que somos, (no debemos) signos de amor, hermandad, etc.
11/02/15 4:18 PM
  
second at.
Jordi, no le entiendo.
11/02/15 4:36 PM
  
Jordi
Pepone y Alvaro:

Que el 99% de las reuniones no sirven para nada, se entiende 'para el beneficio del feligrés'.

Algunas reuniones son útiles a nivel administrativo de las parroquias, pero en mi caso particular, empíricamente, a los efectos teológicos, espirituales, sacramentales y evangelizadores, no han servido para nada en absoluto.

La parroquia -en Barcelona- sigue tan vacía como siempre, con curas y rectores presencialmente absentistas, miseros -que sólo hacen misas- y nada más. No trabajan ni una hora al día. Y esto dura desde hace años.
11/02/15 4:45 PM
  
Jesús Javier
Tengo mi pequeña historia como manolo con matices. Esa burocracia ahogA la vida interior y de ahí en adelante todo cae como un castillo de naipes, o se diseca, como me paso a mi. Pero Dios me salvo y el cristiano disecado volvió a vivir gracias a Dios justo cuando caía al precipicio. Esa burocracia tiene mucho que ver con una iglesia progre donde se reza poco y por tanto una iglesia falseada
11/02/15 5:14 PM
  
Néstor
Hijo mío, huye, en lo posible, de las reuniones.

Saludos cordiales.
11/02/15 5:35 PM
  
Alvaro
Jesús Javier
Imagino que el P.Iraburu aclararía que esa "iglesia progre y burocratizada" a la que vd se refiere no es sino la Iglesia "semipelagiana", que cree en las propias fuerzas humanas como capaces de la salvación.

Así pues, imagino que la siguiente pregunta que toca hacer es: ¿Cuáles de esas reuniones formales comenzaban o terminaban con unos minutos de oración y cuáles no?

Tal vez la respuesta permita discernir un poco mejor cuáles son las mejores candidatas a estar inspiradas por el semipelagianismo y, por tanto, a ser eliminadas de la agenda.

Nestor
Cierto: hay un dicho que afirma que "si quieres que algo no se solucione, organiza un comité de investigación".

Un saludo.
11/02/15 5:51 PM
  
Rexjhs
Cuando el Diablo quiere quemar a la gente de la Iglesia, les manda reuniones
11/02/15 6:55 PM
  
DavidQ
Yo nunca he estado alejado de la Iglesia, pero hubo un momento hace algunos años que "redescubrí" el gusto y volví.

En ese proceso, estaba recibiendo ayuda psicológica con un profesional que antes de ser psicólogo ya era sacerdote y le comenté mi nuevo descubrimiento. Entre eso, le indiqué mi preocupación de volverme "fanático", cosa que nunca he sido.

Y lo que él me contestó me quedó grabado: "hay gente que sólo cambia un vicio por otro".

Nunca había visto la Iglesia como un vicio, pero sí, puede serlo. Es cosa de ponerle la dosis excesiva. Por eso la Santa Madre nos pide guardar un día a la semana, no dos. Y por eso manda vacaciones para los sacerdotes (no sé si obligatorias, pero debiera).

Creo que eso le pasó a Manolo. Y qué bueno que se libró del vicio. Lo difícil, cuando uno se envicia de cosa buena, es volver a tomarlo con límites. Quizás debería ser tarea también del Concejo Pastoral evitar que la parroquia se llene de viciosos. Muy buenos ellos, pero no saben el mal que se están haciendo.
11/02/15 6:59 PM
  
Eusebio
Lo normal, don Jorge, que usted explica con gracejo. Esto es lo que sucede si con pelagianismo en diversas dosis, se considera la Iglesia a algo semejante a una empresa, con sus organismos y planes quinquenales y agendas de trabajo,etc, etc. En esta estructura burocrática se pierde el personal, unos quemados, y otros endiosados porque es presidente, secretario o no se qué. No se deja espacio a la novedad, a las sorpresas de Dios, a que el Espíritu Santo sople cuando quiera, donde quiera y en quien quiera, porque se atreven a "decir" al Espíritu Santo que no toca, que eso no está escrito en el plan y que lo más parecido es para el mes de Abril, y que se revisará cómo va la cosa y si se ha cumplido el objetivo 3.1 apartado A, para la reunión de Septiembre. Naturalmente, no critico que no sea necesario un mínimo orden y corrdinación y todo eso, pero no ligado a una mentalidad como la antedicha que devora personas y las quema no patra el apostolado sino como piezas de una compleja estructura empresarial. Y es que la Iglesia no es una empresa, es otra cosa. A lo mejor algún día, Pedro hace la verdadera reforma de la curia...
11/02/15 8:27 PM
  
Devoto
Yo soy manolo!! Con 20 años me confirme, con 21 me hicieron responsable del grupo de confirmación de jóvenes (que tuve que reunir yo), con 22 ya no piso la parroquia. Voy a misa cada domingo a una iglesia diferente. No estaba preparado. No recibí mas que el apoyo que: leete la guía de confirmación del YOUCAT, no el youcat. No quiero volver a ver los tejemanejes anticristianos de párrocos y catequistas; con perdón por ofenderle Don Jorge, pero si la iglesia arde es porque alguien la esta llenado de gasolina. De mi clase de 250 alumnos solo yo voy a misa, y soy el catolico, no quiera saber que opinan los demás. Dentro de un lustro cuando los feligreses que veo estén seniles o pudriendose, ¿Que sera de la iglesia peregrina en España?
11/02/15 8:40 PM
  
Jordi
A second at.:

Hablo desde la perspectiva de quien ha visto el tema de los voluntarios matratados en la Iglesia con abusos de sobrecarga de funciones: empezaron para rezar cada día el rosario, hacer adoració eucarística y preparar el altar para la misa y, con el tiempo, han debido de asumir más funciones (hasta poner un clavo en la pared para colgar cuadros, o escribir largos informes en casa en el ordenador), mientras el rector se dedicaba a su ocio particular (el cual acabó espiritualmente muy mal, pero ahora se recupera para bien... fuera de su parroquia y muy lejos, demasiado lejos).

Los voluntarios deben de ser, como mínimo, compensados por su dedicación (pocket money, dinero de bolsillo): unos 20 euros a la semana, 80 al mes (más si se dedican a las fiestas, sábados y domingos). En casos especiales, asesorados, asegurados y retribuidos.

Los voluntarios han de ser bien tratados, no se ha de abusar de ellos, tienen derecho a descansar, y deben de ir a las reuniones lo mínimo posible, y si van, han de ser compensados. Puede parecer raro que se digan cosas obvias.

Todo voluntario puede leer como consuelo la Salvifici doloris de san Juan Pablo II.
11/02/15 10:45 PM
  
Maria S
ya les envié mi comentario pero no lo he visto publicado ¿quizas es que no les gustó?

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Jorge:
¿Qué comentario?
12/02/15 12:30 AM
  
mateo el publicano
Creo que el problema es más profundo, todo esto viene de la profunda pastoral de sacramentalizacion que se ha dado en todas las Diocesis, se ha cuidado al que esta dentro y el que esta dentro se esta haciendo mayor, no se ha trabajaco una pastoral de futuro y asi nos vemos, por parte de los catolicos no hemos sabido transmitir la alegria del Evangelio nos hemos quedado en muchos ritos, pero ¿ Y nuestra vida como es?, porque San Pablo da la respuesta en 2 Cor 4, 12 , hemos enseñado a ser comodos en la fe.
12/02/15 8:07 AM
  
José Cifre
Por desgracia la culpa es de Manolo. ¿Nadie sabe decir no? Uno se ofrece según sus posibilidades y aptitudes. Los padres de familia o los estudiantes tienen menos tiempo, los solteros adultos o los jubilados tienen más tiempo. ¿Tú podrías...? No lo siento, ya voy copado con lo que tengo. Y ya está, o nos movemos con la libertad de los hijos de Dios o no hacemos nada.
12/02/15 8:50 AM
  
Devoto
La idea de remuneración la veo casi escandalosa, además se une que en España a parte de picaros, existen muchas dificultades para regularizar el pocket money.

En mi caso lo que digamos "eche de menos" fue preparación desde una perspectiva de dirección espiritual y acompañamiento, por parte del sacerdotes/s, que creo que me hubieran animado, controlado y encaminado al crecimiento espiritual.

En cuanto a tiempo, va en función de las tareas que realices, y cada uno se carga lo que quiere.
12/02/15 9:40 AM
  
Maria S
11 febrero, 2015 en 12:11

Es lo que pasa, metes un dedo en la parroquia y es como si lo hicieras en las arenas movedizas, cuando quieres darte cuenta estas hasta el cuello ysolo falta que te lleves en el bolsillo el cepillo de dientes y el saco de dormir
Empiezas en algo y cuentas con dos o tres que te ayudan. Poco a poco van despareciendo y te quedas sola. y luego…¿como ya hiciste esto en Navidad puedes tambien ocuparte de la semana santa? y así poquito a poco el nivel sube y cuando ya casi no puedes ni respirar, yo doy la espantá y me cojo un año sabatico
Responder
12/02/15 9:51 AM
  
Maria S
11 febrero, 2015 en 12:11

Es lo que pasa, te involucras un poco y cuando quieres darte cuenta estas con el agua al cuello, tu familia enfadada, tus amigos enfadados decides que ya no puedes mas, que no puedes seguir así.
Entonces yo doy la espantá y me cojo un año sabatico, despues de un descanso vuelvo a colaborar con un programa más reducido
Responder
12/02/15 9:57 AM
  
Roberto
Jordi:

El tema del dinero es muy delicado y espinoso. Te aseguro que si hay dinero de por medio surgen catequistas, agentes de pastoral, monaguillos y todo tipo de cargos eclesiales hasta de debajo de las piedras. Pero seguro.

Devoto:

En tu caso pones el dedo en la llaga en el gran problema de la Confirmación actualmente. No doy detalles, pero no entiendo como no se ve, o se mira para otro lado que es lo que está pasando.

mateo el publicano:

Tienes toda la razón. Una pastoral centrada en el mantenimiento del culto y la sacramentalización sin experiencia de Dios ni procesos serios de formación y conversión está abocada al fracaso. Con matices, seguimos así.
12/02/15 11:19 AM
  
Alvaro
Me planteo una duda: tras la marcha de Manolo... ¿se quedó la parroquia sin catequesis? ¿Dejó de tener relación con la diócesis? ¿Se suspendieron las salidas? ¿Se desbarató toda la organización porque nadie la hacía?

Me permito dudarlo. Estoy seguro de que al irse Manolo, hubo otros que tomaron el testigo y le suplieron para las catequesis, hubo quien coordinó, organizó o enlazó, hubo quien acompañara en las salidas, etc.

Y entonces surge la cuestión: ¿Qué hacían esos otros mientras Manolo estaba con el agua al cuello? ¿Por qué nadie ayudó cuando Manolo aún no se había quebrado?

Desde luego, el propio Manolo tiene su parte de culpa, porque decir "no" también es a menudo una virtud, pero los que sobrecargaron sus espaldas con trabajo para el que no se había ofrecido, y quienes no arrimaron el hombro al verle con el espinazo doblado tienen probablemente más culpa que él.

Un saludo.
12/02/15 2:01 PM
  
FC Romero
El problema de la "retribución" puede llevarnos a la simonía, y no es solución. Las cosas hay que llevarlas a sus justos términos. Siempre son necesarios los voluntarios y sobre todo quien los mueva.Generar voluntarios es complicado, pero es la solución, no cargar siempre las mismas cosas sobre los mismos , "porque como tú sabes hacerlo o sabes de qué va la cosa...". El voluntario se forma para lo que debe realizar, madurar y por fin, hacerlo.Sería bueno que las parroquias empezasen a crear "escuelas de voluntarios". Exponer sus propias necesidades del día a dia, no sólo las monetarias cuando se rompe la caldera de la calefacción. Se necesitan como en toda familia muchas cosas, pero esto hay que ponerlo en común para darle solución cosa que en algunos Consejos Parroquiales, brilla por su ausencia.
Aunque no sea por un parroquiano , por alguien que ajeno a la parroquia , si es profesional hasta mejor, siempre hay alguien que se conoce que podría hacer algo por solucionar esto o aquello, aunque se le tenga que pagar, que muchas veces es el quid de la cuestión. Y si no hay nadie en todos los asuntos de la Parroquia que pueda representarla, pues ahí se queda la cosa. Menos reuniones y coordinaciones de lo que no puede ser, y se participa en lo que se pueda, en lo esencial, y nada más. Insisto, a veces es más cristiano decir que no, que decir que si y luego no hacer las cosas como se deben.
12/02/15 2:06 PM
  
clara
Entiendo perfectamente a la mujer d Manolo y a Manolo. "afisiao". Solución : cortar por lo sano. Pero no entiendo q falte domingos a Misa. Eso es "cortar lo sano".
12/02/15 4:28 PM
  
Maria S
Si empezamos a pedir que los voluntarios sean remunerados....,, apaga y vamonos.
pienso que la iglesia somos todos, todos a recibir las gracias pero todos tambien a arrimar el hombro a la hora de trabajar
12/02/15 11:47 PM
  
Nieves
Yo, como varios comentaristas de esta entrada, he sido también Manolo, también he estado quemada y agobiada por la actividad pastoral.
A mí la solución me la dio mi director espiritual, que me cuida un montón y me ayuda muchísimo en estas situaciones. Fundamentalmente se trata de trabajar en tres sentidos:
1.- DISCERNIR: Hay que averiguar, de entre todas las cosas buenas que nos proponen cuáles son las que Dios quiere que hagamos. Debemos ser conscientes de servir a Dios, no al coordinador de catequistas o al párroco, ni siquiera al obispo; así cumpliremos nuestra misión y aprenderemos a decir NO cuando es nuestro deber.
2.- NO caer en el ACTIVISMO. Todas nuestras actividades pastorales deben estar motivadas por nuestra unión con el Señor, que es quien las suscita en nuestro corazón. No tiene sentido estar todo el día haciendo cosas sin que tengan sentido (esto quema muchísimo, por experiencia lo digo).
3.- Reservar siempre un tiempo de DESCANSO personal y familiar. Cada uno tendrá que averiguar cuánto tiempo, cuándo, frecuencia, etc. pero es fundamental el descanso y que sea un descanso "activo"; no se trata de tumbarse a la bartola, sino de cultivar cuerpo y mente (hacer algo de deporte, leer un buen libro o o ver una buena película,...) y sobretodo, de cultivar los afectos familiares (jugar con los hijos si son pequeños, interesarse por sus cosas si son mayores, hablar profundamente con el cónyuge, en definitiva convivir con los más cercanos).
A mí estas tres actitudes me han ayudado a no quemarme y espero que ayude a otras personas.
Leyendo esta entrada también he recordado el siguiente cartel en una parroquia:
"Lamentamos comunicar a la comunidad parroquial la muerte de Alguien. Como todos saben Alguien se encargaba del mercadillo de Navidad, la tómbola benéfica, coordinaba a los catequistas, daba varias catequesis a la semana, preparaba la liturgia del domingo, ensayaba con el coro, llevaba las cuentas económicas de la parroquia, ayudaba con los grupos de matrimonios, etc.
Tras su muerte esperamos que todos los feligreses colaboren en las tareas que ahora quedarán sin hacer".
Animémonos todos a sustituir a Alguien en alguna de sus funciones, y no permitamos que existan "Alguienes" como Manolo, que terminan por quemarse.
13/02/15 9:25 AM
  
Rufus T. Firefly
Aunque a toro pasado (ya hace algún tiempo de este post) voy a aportar mi experiencia. Empecé como catequista en la parroquia, casi como Manolo: una hora y poco más. Pero a mí me sabía a poco, porque creo que la parroquia es un todo bien integrado. Así que asistía a reuniones (sobra decir que a misa, porque catequista sin misa es un absurdo) y me comunicaba bien con mi párroco. Esto último lo considero fundamental. No entiendo algunas parroquias donde muchos catequistas ni saben el nombre del párroco y hasta (créame, don Jorge) se molestan si el párroco intenta "meterse" en la catequesis que dan. En fin, nadie me echó nada encima, pero poco a poco las responsabilidades crecen. Ahora "coordino" un poco la pastoral juvenil (lo entrecomillo porque, para mí, la autoridad en la parroquia es de quien es) y represento, junto a otra compañera catequistas, a la parroquia en la pastoral juvenil de la diócesis. Pues en esa tesitura he tenido que aprender a decir que no a muchas cosas que han ido surgiendo. No sólo a nivel de parroquia, sino personales. ¿Me arrepiento? No. La misa, inamovible; la catequesis, viento en popa; la pastoral juvenil, en marcha: muy centrada sobre todo en motivar a los chicos para que vean en la misa el centro de su vida como cristianos y oración que no falte.
Sin embargo, y aquí está el quid de la cuestión... es fundamental recibir. Si uno se introduce en una dinámica centrífuga se acaba vaciando, como una esponja que se exprime. Y es necesario que esa esponja caiga en el agua, se empape, para poder dar. Por eso no sólo tenemos formación, sino que acudimos a retiros, ejercicios, oraciones... Exposiciones del Santísimo, tan sencillo como aquello de: "Él me mira a mí, y yo le miro a Él".
18/02/15 1:05 PM

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