Despacho parroquial: "pasaba por aquí..."
No, por Dios. No nos pensemos que el despacho parroquial es tan solo un fleco puramente administrativo de la parroquia. Me soprende que lo limitemos a un horario de mínimos o más aún, a un servicio que se presta “previa cita".
Por supuesto que una parte es la de los papeles. La gente necesita en un momento una partida de bautismo, hacer un expediente matrimonial, encargar una misa o informarse de los requisitos o trámites para bautizar al niño. Para estas cosas pienso que tiene que haber un horario “mínimo” de despacho, si se puede, y si no bien vale lo de pedir cita y quedar.
Pero lo más grande del despacho es ese “pasaba por aquí". Cada cual tiene sus manías, sus formas y sus modos. Cada cura las propias a la hora de atender su feligresía. Unos llevan mejor una cosa, otros otra, estos cuidan más este aspecto, otros prefieren aquél. Yo hablo de lo mío, de mis manías y descubrimientos. No mejores ni peores. Los míos.
Una de mis manías es el despacho, echarle horas. Tanto que ya por costumbre le echo tiempo y tiempo, hasta el punto que para trabajar, leer, hacer cosas me siento mucho más cómodo en el despacho que en casa. Acabo la misa de la mañana, desayuno y antes de las nueve ya estoy. Y por supuesto con la puerta de la calle entreabierta para que se sepa que hay gente. Más aún, a mis compañeros les pido que si tienen que estudiar o preparar cosas que procuren hacerlo en el despacho, sobre todo para asegurar la puerta abierta el mayor tiempo posible.
La gente se lo ha aprendido. Normal que cada día pasen tres o cuatro personas para las cosas más diversas, también buscar una partida de bautismo, pero eso es lo de menos. Pasan, saludan, charlamos, comentamos cosas, piden un consejo y bastantes acuden a confesarse. “Como sé que siempre estáis por aquí". Anda que no tengo yo gente confesada a las cinco de la tarde…
Los mismos feligreses me preguntaban hace unos días que si merece la pena echar tantas horas al despacho. Les contaba que en una ocasión apareció por aquí alguien, lector del blog y del librejo ese “De profesión, cura". Llegaba desde la otra punta de Madrid y se presentó aquí diciendome que había leído en un libro que si queremos ser santos hay que empezar por una buena confesión y que a eso venía. Impactante confesión. Pues bien, solo lo de esta persona ya justifica por lo menos seis meses de despaho.
Horas y horas. Hasta para leer el periódico y hacerse unos solitarios en el ordenador. El despacho. Por cierto, son las once quince de la mañana y ya han venido cuatro: pasaba por aquí, salía de la capilla y como estaba la puerta abierta…
26 comentarios
Eso si, el cura no te atiende que esta ocupado echando la partida, hablando de futbol o lo que sea...
En alguna que otra parroquia que yo me se, hay que pedir audiencia, poco más o menos como al Rey, y ver si la "agenda" está ocupada para concertar una cita y que te reciba el curita de turno, que no el párroco, que eso es ya lanzar campanas al vuelo, y te "ventile" en dos patadas, te vuelvas a tu casa peor que has ido, porque encima de tratar de encontrar algo de consuelo y misericordia, te dicen cosas comunes, palabras de "manual" y ,¡arreando!,¡vete en paz hermano por donde has venido!. Creo que al cristiano que se acerca a un sacardote, merece la pena dedicarle un tiempo para escucharle. Que sí, que hay algunos que somos muy cansinos, y comentamos cosas nimias y sin importancia, y no nos damos cuenta que hay gente detrás que también necesitan del sacerdote, es verdad. Los hay que entran en el despacho del cura, como Pedro por su casa, cuando este está atendiendo a otra persona, pasan de un mínimo de educación, porque al parecer "su problema " es tan enorme que el Apocalipsis a su lado es una comedia, y perdón por el mal ejemplo, se dirigen al cura, diciéndole que la bombilla del pasillo de la sacristía se ha fundido y no se ve la talla del S. Francisco, que su abuela donó a la parroquia hace sesenta años.
No es exageración D. Jorge, que, casos parecidos, los he "sufrido" en mi propia carne.
S. Juan Bautista Viagney, conocido por el Cura de Ars, patrón de los sacerdotes si mal no recuerdo, pasaba horas y horas en el confesionario, apenas si salía de su parroquia, hasta se le olvidaba comer muchos días por confesar a quienes acudían a él, y a lo que voy, uno no cree que es muy exigente con los demás , pues, aunque yo me exijo más a mi mismo, trata de comprender las limitaciones del que está enfrente, por eso , mire Ud., sólo pido un mínimo de educación y atención, que eso creo que entra dentro de la Caridad y el Amor al prójimo, vamos, digo yo.
Yo me he confesado con algún cura en su despacho porque así me lo ha "ordenado", aunque debo reconocer que prefiero en el confesionario (sé que la validez de la confesión es la misma, pero es cuestión de la solemnidad del sacramento).
Las confesiones son media hora antes de las Misas ( eso dice el horario que tienen en la puerta ) pero si llegas cinco minutos tarde ya no hay nadie allí sentado, si no hay feligreses no esperan la media hora.
No he vuelto.
Voy a otra parroquia, bien lejana de la mía, en donde hay un sacerdote que está durante horas en el confesionario,confesando o leyendo un libro , pero siempre está.
Y horas de oficina todos los días, incluidos los sábados, que la gente suele estar libre de tener que pedir permisos laborales y puede arreglar cuestiones documentales.
Tenemos Secretaria contratada y entrenada para atender con delicadeza y caridad (que hay que tener mucho cuidado con este punto). Y los casos importantes los atiendo yo como párroco. Y en horario de oficina, o a petición por adelantado. Muchas cosas se pueden también resolver a través de la informática.
Y siempre accesible para emergencias pastorales.
Y soy de capital grande y con casi 40.000 fieles.
Me gusta leer lo que escribe, es muy autentico y ameno. Esta muy bien cuando nos cuenta lo que vive y lo que sabe, lo hace con gracia y muy didáctico. Gracias
Pero aquí en mi pueblo donde el cura más joven ya tiene casi 50 años y no abundan obreros para la mies, el horario se agradece y se aprovecha como mejor se puede.
Yo tengo varios lugares para la confesión y todos funcionan por horario. Mi favorito me queda a 40 Km de distancia, pero me encanta porque siempre hay varios confesores en el horario determinado. Me basta con salir una hora antes y estoy SEGURO de salir confesado y si Dios me lo permite, absuelto. Una vez tuve que hacer fila dos horas, pero lo logré.
Me encantaría que en mi parroquia el cura estuviera siempre en el despacho, pero es prácticamente imposible. Por eso agradezco profundamente el "mínimo". Con ese mínimo hacemos maravillas, siempre y cuando sea estable.
Quisiera añadir dos cosas:
Espero que su dedo convertido en remolacha ( Beta Vulgaris ) de tanto validar comentarios ayer en su blog, para envidia de sus enemigos, pueda recuperar pronto su prístino aspecto.
Y... ¡Vaya pedazo de pantalla, última generación, que tiene en su despacho ! ¡ Cómo se notan los infinitos recursos económicos que tiene la Iglesia ! : D
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Jorge:
Lo foto no es de mi despacho. De todos modos, por si le sirve, trabajo en un portátil y no recién comprado.
La gente se ha confesado en cualquier lugar si se sentía muy agobiada. En cuanto a la extremaunción, el caso más extremo que conozco en la administración de ese sacramento fue el del beato Rupert Mayer SJ que estuvo en Dachau cuando ya era mayor. En la IGM era capellán del ejército alemán y tenía la costumbre de avanzar junto a la tropa, naturalmente "armado" con la estola y los santos óleos. A medida que los soldados iban cayendo heridos los consolaba y les ungía con los óleos. Le llamaron la atención por hacer eso ya que los capellanes suelen visitar el campo de batalla después del combate, pero él dijo que para los moribundos solía ser demasiado tarde. Naturalmente le hirieron en combate y quedo cojo. Tenía más medallas al valor que cualquier héroe militar.
Los comentarios de los post deber referirse a lo que se trata en él. Para otras cosas se pueden dirigir al correo.
Editado:
Los comentarios de los post deber referirse a lo que se trata en él. Para otras cosas se pueden dirigir al correo.
Saludos Cordiales.
una vez más, uno de esos artículos sobre la vida parroquial que nos pueden animar a otros curas; ¡muchas gracias!
JAHC,
hay "piedras" que usted lanza contra el presbiterio diocesano de su tierra que no tengo más remedio que aceptar.
Pero, hombre, yo mismo procuro ser un buen currante en la Viña del Señor; y otros muchos hermanos sacerdotes, ¡no digamos!
Seguro que se hace cargo, por ejemplo, de que no se puede estar a la vez en un pueblo y en el vecino o en un tercero en el que a uno también le toca servir.
No deje de rezar por nosotros, como seguro está haciendo.
Un fuerte abrazo.
Lo siento, si no lo digo, reviento: qué plasta el tan Juanlu.
(Entenderé que no lo publique.)
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Jorge:
24 horas al día como todo el mundo. Y mi parroquia le aseguro que tiene movimiento. Otra cosa es cómo emplear el tiempo, entiendo que cada uno tiene su forma.
Si el P. Jorge no le echo cuenta en el post anterior, puede esperar bien sentado que le eche en este.
Y, por si le quedara (que dudo) alguna duda sobre esto, ud. no tenia razon en el post anterior, ni lo tiene en este.
en el post anterior participaron 133 personas; "molestos" con el papa 60, "no molestos" 73; bueno padre, que tenga buen día.
A mí me parece demasiado.
Ahora desde que hay nuevo párroco, las cosas parece que algo empiezan a cambiar. La iglesia ha empezado a abrirse todos los diass por las mañanas, y a haber un confesor en el confesionario antes y durante las misas de precepto.
Que Dios lo siga dirigiendo en su buen hacer y que Él lo bendiga.
Así que no se preocupe, tiene usted todo mi cariño y todo mi respeto y evidentemente, todas mis oraciones.
70-64, me parece triste, estamos divididos; y no sólo es cuestión de opiniones diferentes...es que algunos de nosotros evidenciamos un nivel de intolerancia y agresividad tal que si hubiésemos tenido algún arma a mano...
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