Congreso de la Juan XXIII: la colecta no engaña
Como el algodón en los azulejos de la cocina de la señora Rafaela. Porque de palabras andamos todos más que sobrados, de intenciones hasta arriba y, para qué vamos a engañarnos, el comunicado final del congreso de teología despierta menos interés que una comparecencia pública de Cayo Lara.
No dudo de que tanto los asistentes como los ponentes y comunicantes del congreso de teología son gente preocupada por los pobres, Dios me libre de poner en tela de juicio su compromiso, su disponibilidad y su buen hacer con los débiles, amén de escritos, comentarios, reflexiones y elucubraciones en el mismo sentido. Pero uno tiene en sus genes de sacerdote lo de ser cura de pueblo, y de cuando en cuando me sale la vena refranera que no es especialmente científica, pero acaba poniendo las cosas en su sitio.
Pues eso, que me venía hoy a la cabeza lo de “te quiero mucho perrito, pero pan poquito” y entonces me he dicho… hombre, gente solidaria y preocupada por los pobres como todo el congreso de la Juan XXIII, verás cómo despiden las jornadas con una colecta solidaria de esas que hacen época.
Porque a ver, digo yo. Vamos a hacer cuentas por encima. Para empezar… ¿cuántos asistentes al congreso? ¿Concedemos quinientos? Concedidos… ¿Qué media ponemos en generosidad? ¿Cincuenta euros? Pues entonces habría que comenzar hablando de no menos de veinticinco mil euros como inicio. No creo que sea especialmente alta la media. Es verdad que al congreso asisten Puri y Mari, en el claustro sor Purificación y madre María del Sacramento, y que aunque viven en un fantástico colegio en la mejor zona de Madrid, por obediencia, eso sí, disponen de poco peculio personal. Vale. Tampoco se le puede pedir mucho al hermano Manolo, en las mismas, aunque resida en un colegio mayor de los que quitan el hipo y no le falten la comida a su hora ni la ropa bien limpia y planchada. Vale. Pero al menos diez o quince euros sí podrán entregar. Los curas, mileuristas como un servidor, y generosos hasta decir basta, qué menos que rascarse el bolsillo con cien o doscientos euros si es por una buena causa.
¿Y qué me dicen de escritores, teólogos de éxito en venta de libros, catedráticos, profesores universitarios sin hijos que mantener? No creo que sea disparatado esperar de gente como Tamayo, Castillo que se arranquen con mil o dos mil euros. También habrá parados que no puedan aportar ni un céntimo, pero un donativo de mil euros cubre lo de 20 indigentes. Insisto, una media de cincuenta euros es lo mínimo.
Además de esto, se supone que algo aportarán las más de cincuenta colectivos, revistas y grupos que apoyan el asunto. ¿Calculamos cien euros por colectivo? Qué menos que cada colectivo esté representado por veinte personas. A cinco euros ya salen las cuentas. Eso sin olvidar que Sal Terrae, Razón y Fe, Revista 21 RS o Misión Joven bien pueden estirarse un poquito, que medios tienen.
Por lo bajo, por lo bajo, no creo que la colecta deba ser de menos de treinta mil euros. Seguro que los supera con creces.
Me queda otro punto. ¿A quién entregarán la colecta? Pienso que en aras de la comunión eclesial podrían entregarla a Cáritas diocesana o española, a Manos Unidas o incluso mejor todavía enviarla directamente al papa Francisco para que la destine a alguna obra primaveral que considere necesaria. Porque claro, si al final el congreso hace la colecta y la entrega a alguno de los suyos pues estaremos en las mismas. Pero no creo.
P.D. Hace un par de días me llegó, al igual que el año pasado, el borrador ya del mensaje final. Se parece bastante al del pasado año.
Otra P.D.: ¿Y usted que escribe esto cuánto aporta? ¿Servidor? Ya se sabe que los que no vamos a estos congresos somos amigos de ricos, insolidarios y despreciamos al pobre. Por eso la generosidad hay que esperarla de otros. Me sentiré frustrado si no pasan de los treinta mil euros.
7 comentarios
Respecto a los dineros, algún día habrá que investigar de dónde sacan tanto para como destacan.
Y en cuanto a lo de la colecta, contentos podrán estar si alcanza para comprar el libro de autoayuda " Tú sólo puedes " y una caja de rotuladores para el hermano Cortés.
Ahí veríamos a donde se dirigen los impuestos, las colectas y las limosnas.
Lo que soy yo, si a alguien le interesa, mi diezmo como manda la Santa Madre Iglesia. Allá el cura si se lo gasta en vino y señoritas de la vida alegre, que para el servicio que me da, bien merecido se lo tiene.
- ¡Camarada! Si tuvieras dos casas, ¿darías una para el Pueblo?
- ¡Sí!
- Si tuvieras dos yates, ¿darías uno para el Pueblo?
- ¡Por supuesto!
- Si tuvieras dos coches, ¿darías uno para el Pueblo?
- ¡Naturalmente!
- Si tuvieras dos gallinas, ¿darías una para el Pueblo?
- Eso no.
- ¿Cómo que no? ¡Si dices que darías casas, yates, coches...!
- Ya, pero es que las dos gallinas sí que las tengo.
No sé por qué, pero encuentro similitudes más que notables entre lo que nos narra D.Jorge y el clásico chiste. ¿Por qué será?
Un saludo.
En cuanto a los pobres, ya se sabe que cuesta un montón de plata reunirse a hablar de ellos.
Saludos cordiales
Mucho me temo que no haya habido colecta, y si la hubo no lo contarán, y mucho menos a los fines que se destinó: que la realidad no les vaya a estropear una buena propaganda.
La reflexión del padre Jorge muy pertinente y humorística, que uno no quita lo otro.
¿Podrían se catalogados como nostálgicos?. No sé, no sé.
Dejar un comentario