Divertimento veraniego: el misterio de la tirilla del señor cura

Para los que no lo saben, la tirilla es ese pedacito de plástico blanco, o material similar, que nos colocamos los sacerdotes en la camisa negra para dejar constancia de nuestra condición de tales. No es especialmente cómoda ni incómoda. Te acostumbras como el ejecutivo a la corbata y punto final. No sé cuántas tengo. Te las regalan con cada camisa.

Tengo la costumbre de, nada más entrar en casa, quitarla, especialmente en verano porque al ser de plástico te hace sudar un poco. Y la dejo… vaya usted a saber dónde. Puede encontrarse una en la cocina, en el baño, en la mesa del comedor o junto a la correa del buenazo de Socio.

El caso es que llevaba una temporada que cada vez me costaba más trabajo encontrar una. Sin mayor importancia, con la cabeza que tengo, especialmente al final de cada día, podría haberla dejado en el sitio más extraño. Pero no, porque buscaba y buscaba y nada… desaparecían como por ensalmo. Tanto que en una compra de camisas ya pedí una docena, al menos que sobren. Pero se seguían perdiendo…

Por entonces venía a la casa parroquial, un par de horas por semana, una señora para hacer, en palabras de mi madre “lo más gordo”. Un día se me ocurrió preguntarle:

- Oiga, ha visto usted unas tiritas como de plástico blanco, que a veces dejo por ahí…?

- Sí, pero no se preocupe por eso, que ya me encargo yo de tirarlas, que usted no tiene tiempo de nada.

Qué alivio, yo que me creía que estaba poco menos que perdiendo la cabeza, despistado hasta decir basta, sin saber dónde dejo las cosas y capaz de perder un imperdible. El problema era mucho más sencillo: la buena mujer veía un trozo de plástico en cualquier parte y cuidadosamente lo tiraba con la basura. Ya le expliqué lo que era eso y desde entonces no solo las guardaba, sino que hasta las pasaba por el agua y el jabón por si había sudado…

8 comentarios

  
Haddock.
Desconfíe, querido Watson:

Infórmese si esa buena señora está emparentada con algún curafirmante guipuzcoano, o pasa sus ocios leyendo en el portal de RD.

Sherlock.

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Jorge:
Muy agudo, amigo... muy agudo.
04/08/14 5:47 PM
  
reza
En estos casos del sin saber dónde y cómo, siempre que se sea honesto y para bien: Un Padre Nuestro. Y al punto obliga.

Que en tal intención, un Padre Nuestro obliga más a quien todo lo ve, que a quien por esta intención lo reza.

04/08/14 6:12 PM
  
Álex (Teólogo)
Estimado don Jorge,

los curas rurales que yo conozco, ya mayores, cuando ponen la camisa de "tirilla" (alzacuellos) y no encuentran dicho elemento ebúrneo, tiran de cortar botella de plástico blanco de lejía o lavavajillas.
Queda niquelada.

Un abrazo y feliz semana del Salvador.
04/08/14 7:00 PM
  
Eduardo Jariod
Claro, D. Jorge, es que no se puede ir soltando por ahí trozos de plástico por cualquier sitio. ;-)
04/08/14 8:06 PM
  
Bonifacio Moro

Aconsejo que Doña Rafaela someta al la señora a un riguroso cursillo y posterior examen para que no ocurra de nuevo.
05/08/14 9:42 AM
  
JAHC
Eso pasa, mi estimado don Jorge, por usar esas cosas tan raras, que parece una matrícula. Mis "amigos" forales no tienen ese problema... vamos seguramente ni saben qué es el "coleto" o "tirilla", aunque también es verdad que evitan un buen divertimento a la señora de la limpieza, que no sabrá qué tirarles a la basura (pienso que podría tirarles a ellos, pero Dios me libre de decirlo, qué ocurrencias). Por otro lado, si cada vez que compras ca,isas te pides una docena de coletos, pues ahora entiendo el incremento de los datos del consumo en España, ahí van subiendo (¿se habrá enterado Montoro?)
05/08/14 9:48 AM
  
maria
¡ VAYA ! bueno usted señor padre es humano , pero caramba éste es un tema serio.Tenga cuidado no le vaya a " limpiar" algun instrumental religioso.
05/08/14 10:13 AM
  
D. Dámaso
Real como la vida del cura misma.

Sueles perder el alzacuellos cuando más prisa tienes.
05/08/14 7:54 PM

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