¿Qué pasó con lo del gregoriano?
He de reconocer que tengo lectores y comentaristas con buenísima memoria. De vez en cuando suelto alguna cosa, hablo de ocurrencias pastorales, proyectos o locuras de uno y ahí queda la cosa. A veces salen, a veces se quedan en el corazón… depende.
Pero… hete aquí que en esos casi siempre te llega el correo de algún memoriete que se debe atizar fósforo Ferrero en vena y mira por dónde se acuerda, y manda un correo “inocente” de esos que son más o menos una cosa así… “perdón, don Jorge, me estaba acordando de una vez que nos dijo… ¿aquello qué pasó?” Y claro, pues hay que decir algo.
Ambicioso proyecto lo de cantar alguna cosita en gregoriano en la parroquia. Locuras de un servidor que no sé ni cómo me aguantan. Cada vez que digo que “se me está ocurriendo una cosa” directamente se echan a temblar y me llaman de todo. Eso sí, como son buena gente acaban diciendo que vale, que por esta vez vale, pero que se esté tranquilo.
A lo que iba. Que allá por marzo, era por marzo, cuando muy bajinis, casi sin que se notara, lo solté como el que no quiere la cosa. Ya saben, como entre dientes: que si algo de gregoriano… Pues mis feligreses, gente de aguda captación auditiva, se entraron, al menos algunos, y a las pocas semanas estábamos ensayando.
Han pasado tres meses. Como pueden comprender, pasar de repente a lo de siempre que es lo que francamente podemos, con nuestras guitarras y esa gente de buenísima voluntad, al gregoriano, es un paso duro. Perdido en la práctica durante mucho tiempo para la liturgia, que no para conciertos ¡qué cosas!, volver a meterlo en una misa dominical parecía cosa imposible. Por eso andamos poco a poco. De cuando en cuando, entre col y col, lechuga de la buena.
A día de hoy, y tras tres meses de andadura, cada domingo, en la misa de las 13 h., se cantan un par de cosas en gregoriano. Poquito a poquito, a base de repetir, memoria y buena voluntad (que los hay que se van a trabajar con lo de la semana en el coche para irlo aprendiendo, que me lo sé yo) se van haciendo con un repertorio mínimo. Ya se ha cantado kyries, gloria, sanctus y agnus de la misa de angelis, por ejemplo. El domingo pasado nos sorprendieron con el Ave verum. Y para el próximo, Pentecostés, procesión de entrada con el Veni creator y el Gloria.
Así que para los que preguntan con la mejor intención, y aun cuando no lo sea, decirles que hay un pequeño grupo de diez o doce personas que cada miércoles ensayan de 20 a 21 horas y que cada domingo algo van haciendo. Muy limitados, claro, pero con bastante decoro.
El gran problema de la música litúrgica es que no sé a quién se le ha ocurrido que en misa hay que cantar como sea, que antes muerto que una misa de domingo a palo seco. Y en ese como sea se han colado canciones que no hay por dónde coger ni en la letra ni en la calidad musical, y ejecuciones de las mismas como para ejecutar litúrgicamente a cualquiera.
Volviendo a lo de la parroquia y esto del gregoriano. Efectivamente hay gente que lo rechaza con esa cosa de que ya está bien, estamos volviendo a lo de antes, curiosamente los mismos que quieren volver a los primeros cristianos, con lo cual hay antes buenos, otros malos y otros entre fuerte y flojo. A ver cómo leches distinguimos. Mucha gente lo valora y descubre su belleza y cómo ayuda a entrar en el misterio, que de eso se trata.
Pues eso, que no está olvidado, que en ello estamos. Y que merece la pena que nos embarquemos en historias. Por eso lo cuento, y no es tan complejo.
20 comentarios
Viva la tradición.
En mi iglesia hay a quienes les gusta y hay quienes lo rechazan. Pero todos cantan ya la Salve Regina, el Pange lingua y Tantum ergo y Regina coeli. Luego ya, quienes estamos a cargo de la música en la iglesia, hemos aprendido y cantado muchos otros: Puer natus, Iesus dulcis memoria, O filii et filiae, Gloria y sanctus de la misa de angelis y Veni Creatur Spiritus, entre otros. Lo último que estamos aprendiendo para el día de la Inmaculada (lo cogmos con tiempo) es Tota Pulchra. En fin, que nos damos cuenta de que el gregoriano es una joya que no puede permanecer oculta. Hay que desempolvarlo y empezar a introducirlo en nuestras iglesias. Es demasiado hermoso como para que continúe escondido. Y a quien no le guste, si tiene un mínimo de sensibilidad, es seguro que aprenderá a gustarlo con el tiempo.
Hace años se puso de moda el canto gregoriano cantado por los monjes de la abadía de Silos, y se oia hasta en el autobús. Lo compré y cada vez que me encontraba agobiada o triste y tenía ocasión, lo ponía y era como transportarme a otro lugar lleno de paz y armonía. Y se vé que he heredado ese gusto de mi padre q.e.p.d., a él también le encantaba.
Me han dicho que en la abadía del Sacromonte, todos los domingos a las doce celebran una Eucaristía con el rito mozárabe. Tiene que ser una belleza acompañada de más belleza por el entorno en el que se encuentra: Valparaiso.
Lo que no me gusta, y es lo que tengo, son los cantos que se "llevan en la actualidad", y mi párroco empeñado en hacernos cantar a los pocos que vamos a misa. Para ese tipo de canciones, preferiría la misa acompañada sólo de música de órgano (tenemos), música de Juan Sebastián Bach, o de Mozart, o de cualquiera de los grandes genios que compusieron música para la liturgia. O al menos lo más parecida posible, y si no el silencio.
Pero mucho me temo que no va a ser posible.
Así que enhorabuena por su brillante idea y felicidades a sus parroquianos por tener a un párroco al que se le ocurren tantas cosas.
Antes, cuando la Misa estaba jerarquizada, la Misa rezada era diferente de la Missa cantata. Curiosamente, la Misa mayor del domingo, era misa solemne cantada. Evidentemente alguna diferencia hay, y que no se remite únicamente al "cantar es rezar dos veces".
Todos los ritos cantan la liturgia.
Pertenezco a un coro de esos para los cuales lo importante es lucirse y casi si me apura que nos aplaudan....para mi es muy duro cuando decidimos que cantamos en alguna boda....yo tiro a la musica sacra....disfruto de cantar y rezar a la vez.....y no le digo nada....hace un tiempo tuvimos la bendicion de ser invitados a cantar en una basilica importante, eso si la mayoria del repertorio gregoriano.....fue un verdadero regalo de Dios : entre ellas Veni Creator....¡¡¡que maravilla!
Entiendo que no le guste a todo el mundo...pero una de vez en cuando...asi el oido se iria acostumbrando y acabarian aprendiendolas todos....¡hay que intentertarlo!!!!!
Orar y cantar a la vez(((como lo entendia San Agustin)))).....lo mejor!!!
Para mi lo importante en la música de la liturgia es "como ayuda a entrar en el misterio" como dice usted al final de su artículo.
Yo estoy en un corito similar al de su parroquia , con ensayos los miércoles (de 9:30 a 11:00 de la noche), y con un minimo repertorio (un pelín más amplio que el suyo) gregoriano limitado en cuanto a voces (calidad y registro) aunque ya hemos cantado bastante a 3 voces.
Yo también llevo la música en el coche al trabajo para aprenderla e incluso canto mucho en el viaje y, como sus feligreses, me echo a temblar cada vez que el párroco empieza una frase con ¿No podríais...?.
De todas formas le animo a sacar de su coro, y de toda su parroquia, lo mejor que puedan dar y hacer; aunque tengo la impresión de que no necesita que le animen mucho.
Un fuerte abrazo
Sin duda, el enemigo de las almas no le agrada el canto gregoriano, por eso quiere evitar que se haga demasiados recuerdos.
Los cánticos gregorianos nos acerca mucho a Dios, enfervorece el corazón, es alimento para la verdadera piedad; y debe llevar siempre por el camino de la espiritualidad. No es un retorno a lo profano. Allí donde hay cosas profanas, está al frente el enemigo de las almas.
¿Qué significa aquello que dice San Agustín el que canta reza dos veces? A mi pobre modo de pensar, se trata de un corazón individiso, un corazón pleno de Dios, toda una vida entrega a Dios y ningún servicio a lo mundano, pues aunque el verdadero adorador, la verdadera adoradora de Dios esté en el mundo, no significa que sea mundano, es todo de Dios, y a la hora de cantar, lo hace bien preparado.
No se puede cantar a Dios con la música profana, los documentos eclesiales ya nos lo enseñan, sin olvidarnos las enseñanzas del Papa Emérito Benedicto XVI.
Los componentes del coro nos proponemos asistir a Misa, no dejar de rezar cuando cantamos y ayudar a que el pueblo de Dios escuche mejor la Misa y rece un poquito más al escuchar los cantos. Parte importante de los componentes del coro acudimos a Misa bastantes días de diario.
Nosotros decidimos lo qye se va a cantar, ayudándonos de las lecturas de la misa, pero el sacerdote recibe por correo electrónico con varios días de antelación la relación de cantos, al objeto de que pueda cambiar las que estime oportuno. Muy pocas veces lo cambia.
El resultado es que, aunque no somos profesionales, con cierta frecuencia se acerca gente a felicitarnos.
Lo que sí cantamos es el Aleluya que se dice gregoriano y que sabe todo el mundo. Algo es algo.
Que lujo tener un grupo de personas que quiere ensayar y cantar todos los domingos en la parroquia, pudiendo ofreecer música que tenga algo que vez con la Palabra de Dios.
Pues la música y la acogida en la parroquia son dos cuestiones que cuesta poner en práctica.
Dios, como siempre, proveerá.
Enhorabuena, don Jorge.
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