Un monasterio conservador y de liturgia rancia

Qué quieren que les diga. Para un servidor hay palabras que hace tiempo dejaron de tener significado. En cosas de nuestra santa madre la Iglesia escuchar de una parroquia, un monasterio, una comunidad o el grupo de X que son conservadores, progresistas, rancios, insertados en el mundo o espiritualistas desencarnados la verdad es que no me produce ninguna emoción.

Para empezar porque aún no sé qué es eso de ser conservador o progresista. Y no digo nada aplicado a la liturgia de la Iglesia. ¿Hay algo más conservador que seguir cantando hoy lo de “en este mundo que Cristo nos da” y “tú has venido a la orilla” y no digamos el “kumbayá, Señor, kumbayá” que no acaba de desaparecer, y que hay gente que sigue cantando como si entonara el culmen de la modernidad.

Ayer he leído una impactante descripción de la vida de los benedictinos del monasterio de Leyre. Vamos, que te dan ganas de coger las maletas y pedir el ingreso mañana. Una comunidad de veinte benedictinos, que se reúnen nueve veces al día en oración, con una liturgia cuidadísima, sin internet ni teléfono móvil, dedicados a la contemplación, el estudio, el trabajo y la acogida al huésped.

Una comunidad en la que se lee en el comedor, se acude a la sala capitular, se reza en común y en privado y tiene sus pequeños momentos de asueto. Insisto en la liturgia: canto, especialmente gregoriano respondiendo a su tradición benedictina, incienso, exquisitez. Vamos, que uno asiste a ella y se cree directamente en el cielo. Me ha impactado el relato de la vida de estos monjes.

Pero… Siempre tiene que haber un pero. No han faltado los cuatro bobos que ante el misterio de una vida profundamente escondida en Dios se han despachado con un par de calificativos que describen perfectamente a quien los suelta: los monjes de Leyre son muy conservadores y su liturgia es rancia.

Leche. Esto sí que es nuevo. Un servidor más o menos sabe lo que es liturgia simple o “a to meter” que diría Rafaela. Llego a distinguir entre misa rezada, cantada, solemne y poco más. Llego a diferenciar entre liturgia siguiendo el ritual y liturgia libre, creativa, alternativa y subjuntiva. ¿Pero rancia? Ahí sí que me pierdo. ¿Será tal vez por el incienso? No creo, porque en cualquier casa, en varitas, queda de lo más “in”. ¿El canto gregoriano, acaso? Pero si la gente compra discos y los pone hasta para tomar copas. ¿Qué rezan mucho y juntos? No creo que eso sea malo, si con esa intención se hicieron monjes. Espera, espera… que a lo mejor en ocasiones sacan los antiguos ornamentos del monasterio. Vaya usted a saber…

Aquí el problema de fondo es que somos incapaces de comprender el valor de una vida entregada por completo a la contemplación, dedicada a la oración por el mundo y a ser ejemplo vivo de que solo Dios basta. Por eso rápido nos entra el frenesí de “hacer”, de salir corriendo de la presencia de Dios en el monasterio, de meternos al triste oficio de ser una ONG más y compartir con el mundo el estrés del teléfono, internet, las mil citas y las dos mil comparecencias. Pero no es eso.

Llevamos demasiado tiempo viendo en los medios de comunicación religiosos y religiosas oficialmente contemplativos del misterio de Dios pero que parece gustan más de contemplar el misterio de sí mismos, la cámara de televisión, el halago del mundo y el reconocimiento de los menos capacitados para darlo. Luego te encuentras con monjes que viven como monjes y, caramba, que no tenemos costumbre.

No. No se me confundan. Los benedictinos de Leyre son monjes que viven como monjes, cosa que hoy parece resultar escandalosa. No. No son ni carcas, ni conservadores ni rancios ni nada por el estilo. Son hombres enamorados de Dios, muy humanos, que saben que para perseverar en la vida contemplativa y el espíritu de San Benito necesitan orar, celebrar la fe, cuidarse y cuidar el misterio de Dios. Vida recia la del monje solo posible con un fuerte anclaje en Dios.

Hoy lo que se lleva, lo que para muchos realmente “mola”, es encontrar monjes y monjas que no paran en el convento, contemplativos jugando a ONG, frailes y monjas activos con ganas de experiencia monástica. Curas de parroquia promotores del yoga, laicos varios aficionados a la mística alternativa mientras sus propios obispos y superiores escriben preciosas cartas que nada dicen y a nadie importan.

De repente te encuentras con un monasterio donde los monjes viven como monjes y te llevas el susto. Normal. La falta de costumbre.

23 comentarios

  
rastri
Son gente, elegidos con la suerte de Dios, que tantos no comprenden; Y que otros, algunos, envidiamos sanamente el gozo en ausencia de la turba multa y sus utópicas progresías de este nuestro caduco mundo.
22/05/14 10:42 AM
  
Anonimo
Creo que esto viene porque incluso entre los catolicos se desconoce el valor de la oración.

Yo tambien no entendia la clausura, hasta que descubri el valor infinito de la oración y descubri que la vida de estos monjes esta llena de sentido y tiene incanculables beneficios para ellos y para los que estamos en el mundo.
22/05/14 10:56 AM
  
Anacoreta
D. Jorge, también lo podemos encontrar en algunos monasterios de la Trapa, cistercienses de la estricta observancia; pulcritud en la litúrgica y la mirada puesta en Dios, en el "solo Dios basta". No hacen ruido, no son mediáticos, son simplemente centinelas en la noche oscura de nuestro mundo.Laus Deo.
22/05/14 11:00 AM
  
Javier, OblSB
+ Pax
Querido Padre Jorge, soy oblato seglar de San Benito de la Abadía de Santo Domingo de Silos y, por tanto, me ha llegado usted al corazón con su artículo. Resulta que la Abadía de Leyre está íntimamente emparentada con Silos y leer su escrito me ha emocionado. Amo con todo el corazón a mi comunidad monástica de Silos y, por extensión, también a los hermanos de Leyre. El bien que hacen a la Iglesia es inmenso. Muchas gracias, querido Padre Jorge.
Ut in omnibus glorificetur Deus.
22/05/14 11:25 AM
  
miguel r.
LA vida monástica es una vocación para pocos. Cada uno admira lo que de alguna manera anhela. Algunos anhelan un poco más de silencio en sus vidas, más tranquilidad y valoran así lo monástico. Pero eso no quiere decir que irían a vivir allí. La vida en un monasterio es para quien se siente llamado de verdad a ella. Que sepáis que los monasterios son los que más vocaciones tienen... pero en el lugar donde menos cuajan. Muchos hacen experiencias... pocos perseveran. Un caso lo tenéis en el propio obispo auxiliar de Madrid, Martínez Camino, que anhelaba vida tranquila y probó en la Trapa, pero se le hizo imposible... simplemente porque no tenía vocación monástica.
22/05/14 11:37 AM
  
Rafael
Desde hace más de un año realizo en casa el oficio divino (laudes, visperas, alguna hora intermedia y completas).
Los domingos (y solemnidades) por la mañana rezamos en la Iglesia los Laudes en comunidad con nuestro párroco (que es el que me ha iniciado en un sinfín de buenas obras).
Ahora he añadido el oficio de lectura que es riquísimo (bienal en .pdf que es más extenso que los 4 volumenes en venta)

No hay nada como la oración para que el día se me haga feliz, y aún encima culmina con la Santa Misa, que más puedo pedir.

Y si, he tenido la suerte de ir un par de veces al monasterio de Trapa (cerca de Valladolid). Es otro mundo. Tengo ganas algún año de hacer un retiro semanal allí
22/05/14 1:44 PM
  
Ruso
El caso es que Leyre es una abadía digamos que normal y correcta, ni tradicionalistas, ni modernizados, no destacan especialmente por nada, simplemente siguen su regla bien, sin los desmadres que hay en otros sitios.

Un buen ejemplo de abadía de regla benedictina.
22/05/14 1:49 PM
  
Charo
Pues qué dirían de los que habitan la Cartuja de Miraflores, que la tengo aquí cerca... la verdad es que me dan envidia las pocas veces que se dejan ver, con la cara tan alegre que tienen siempre.
22/05/14 1:52 PM
  
Bruno
Hay una comunidad monástica cerca de Miranda del Ebro, que siguen la regla de San Benito, son camaldulenses de Monte Corona. es un monasterio que creo que se encuentra en el lugar mas hermoso y solitario de España. Merece la pena pasar unos días con los monjes que son muy fervorosos. El canto en el coro de todas las horas litúrgicas, la celebración pausada de la Eucaristía, el rezo sosegado del rosario... la soledad y el silencio del lugar... Es como una puerta abierta al cielo. La pena que mantienen la clausura papal y solo pueden entrar hombres.
22/05/14 1:52 PM
  
Antonio
Interesante el tema que trae a colación D. Jorge.

El tema de las órdenes religiosas siempre me ha parecido interesante a la vez que complicado y como católico de a pie es me escapan muchas cosas, por eso le propongo un post para algún día en que esté poco inspirado en el que nos explique lo básico:

Diferencia entre orden y congregación, tipo de miembros (hermanos, padres, monjes, frailes... ordenados o no), residencias (conventos que en algunos casos funcionan como parroquias, monasterios, etc).

22/05/14 2:09 PM
  
María
Y ¿qué se supone que tiene que hacer un hombre o una mujer que se retira un monasterio? levantarse a las 10 desayunar chocolate con churros, comer de entremés jabugo y langostinos a la plancha luego cochinillo asado, y de postre tarta San Marcos, copa y café, y luego siesta, a media tarde ir al cine, al teatro y si es joven a bailar o de copas, volver a cenar al monasterio y después sesión de cine o cualquier reality de la tele. Se habrá quedado calvo el que ha criticado que el monasterio era austero.
22/05/14 2:31 PM
  
Eduardo Jariod
Usted lo ha dicho, unos bobos quienes los critican.

Cuando alguna vez he estado en lugares similares (de algún modo, los busco y los temo), en esa atmósfera sin duda celestial, me he sentido incómodo. No por ellos, sino por mí: no merezco tanta belleza, no soy digno de entrar en esos lugares. No es falsa modestia, ni pose alguna de nada.

Sin duda, es ese el mejor destino que Dios puede reservar a sus hijos aquí en la tierra.
22/05/14 2:42 PM
  
Ricardo de Argentina
Padre Jorge,¡es que tenemos al Liberalismo hasta en la sopa! Me explico:

El Liberalismo es omnipresente en nuestras sociedades: en Política, en Religión, en Sociología, en Psicología, en Educación, ¡en el Lenguaje!, todo está im-pregnado de Liberalismo.

Pero así como la Masonería (agente de infiltración del Liberalismo en las sociedades) disimula hábilmente su presencia, así también el Liberalismo se oculta a sí mismo utilizando diferentes técnicas. La más conocida de las cuales es la definición que el Liberalismo da de sí mismo, que no la voy a repetir aquí por muy conocida y que es un burdo señuelo que nada tiene que ver con la esencia del Liberalismo, tan genialmente desenmascarado por los Papas desde el XIX en adelante.

Pero hay otros tópicos, difundidísimos, que sirven a los fines del Liberalismo para ocultar su presencia y su nefasta influencia, pero al mismo tiempo para "marcarle" a la propia tropa quiénes son los Amigos y quienes los Enemigos:

AMIGOS (o Liberales): Izquierdistas - Progresistas - Modernos - Demócratas- Dialoguistas - Tolerantes

ENEMIGOS (o Antiliberales)o bien NO-TAN-AMIGOS: Derechistas - Conservadores - Retrógrados o Medievales - Totalitarios (y sus variantes: Fascistas, Nazistas, Fundamentalistas, etc.) - Cerrados - Intolerantes

Un político puede ser muy probo en el desempeño de sus funciones, pero si es antiliberal -o sea "enemigo"- será tachado de "autoritario", "derechista", "conservador", o el sambenito que más se estime creíble según el perfil de la víctima. Lo mismo en Religión: si se te ocurre ser pío y obediente como Dios manda (lo cual para el Liberalismo es inaceptable), ¡oh escándalo!, eres "rancio", "retrógrado", "conservador" o bien,"neocon".

Por eso lo más conveniente es no utilizar esos términos "minados", cuya significación ha sido bastardeada en aras de intereses ideológicos, sino hablar simplemente en "católico".
Es posible y nos entendemos mejor.
22/05/14 3:00 PM
  
DavidQ
Hace tiempos, cuando todavía no se habían inventado los hoteles ni los hospitales, los monasterios suplían este servicio, recibiendo peregrinos y enfermos (un santo de mi ciudad tuvo a bien inventar el primer hospital de convalecientes, porque hace 400 años al enfermo se le curaba y se le tiraba a la calle).

Hoy día, mal que bien, no faltan hospitales ni hoteles, pero abundan enfermos y peregrinos "virtuales" que no tienen dónde cobijarse.

No tengo mucho en contra de la vida contemplativa -quizás sólo cuando tal contemplación se vuelve otra cosa-; pero creo que el siglo 21 necesita otro tipo de monasterios. Monasterios, por ejemplo, donde el hermano portero atienda un teléfono al que llama el hombre que está a punto de suicidarse. Monasterios donde se rece por twitter, monasterios donde se comente la Palabra de Dios en Facebook.

Por supuesto que hay "hot lines" y servicios como el de RomeReports, pero no es lo mismo. La profundidad del servicio del hombre -o la mujer- totalmente entregados a Dios y al servicio de los afligidos ya no existe. Ya nadie toca a la puerta del monasterio a pedir un pan, y si lo hiciera le cobrarían los diez euros por la visita turística. El hombre moderno vaga la noche entera por las oscuridades del Internet sin una sola luz que le de cobijo con aquélla paz, aquélla disciplina, aquél amor a Dios de otros tiempos.
22/05/14 3:11 PM
  
Haddock.
Leyre:

Donde hasta la masonada de 1836 con Mendizábal a la cabeza, se conservaban los mismos libros que consultó San Eulogio de Córdoba en el siglo IX...

Quienes critican a este monasterio son los más feroces conservadores. Conservadores de las más horteras esencias progresistas de 40 años de antigüedad.

El canto gregoriano con sus mil años de existencia, sigue teniendo la belleza de una soleada mañana de abril. Las canciones " El pueblo unido jamás será vencido " de Quilapayún y "La Ramona pechugona tiene cántaros por pechos " de Fernando Esteso, sí que son absolutamente rancias.




22/05/14 4:44 PM
  
Kinxo
Hace un tiempo, me traslade a vivir de Huesca (España) a San José (Costa Rica) y , no vierais como echo de menos la posibilidad de ir y rezar en monasterios como Leyre o el de Villanueva de Sijena (Huesca).
22/05/14 4:54 PM
  
jotayeme
Lo peor es que posiblemente esos "4 bobos" sean miembros de la Iglesia...y si no lo son, aseguro desde aquí que los hay. Quizá bastantes más de 4. A mí, en mi desconocimiento reconocido de la estructura de la Diócesis en la que vivo, se me antoja que todo esto tiene que ver con eso que dijo Pablo VI de las rendijas, el humo y Satanás.
Porque ciertamente se acusa de todo lo "rancio" que sea a religiosos/as de clausura...de la verdadera clausura, y de vida contemplativa...imagínense entonces qué ocurre en la vida cotidiana parroquial. Todo se emplea en "hacer", y se olvidan de la oración por los frutos de esa acción. Si te atreves a comentarlo...aviado vas!!...de lo mínimo que pueden acusarte es de "vago" y de que "realmente no quieres eso, lo que quieres es buscarte a ti mismo y complacerte". Esta última es de las mejores. Siempre se aplica...pero no a la camarilla dirigente del "hacer", que si esos una vez cada 3 meses proponen una especie de oración-adoración en la que dan su testimonio del cuánto bien les hace hacer, vemos como los ojitos se entrecierran...sólo falta el que alguien proponga levantar 3 tiendas, de lo bien que se está.
Podemos cavar agujeros donde sembrar árboles, para que regeneren el aire y nos den su fruto y sombra...pero alguien debe de ocuparse de que haya árboles para sembrar, y tan inútil es a mi escaso entender el que sobre de uno como que carezca de lo otro...
22/05/14 5:14 PM
  
Maricruz Tasies
A mi me dejó estupefacta el conocer a un sacerdote funcionario de Ecclesia dei que vestía de sotana durante todo el día durante sus vacaciones y que interrumpía el juego y la diversión en casa de una pareja amiga suya para ir a rezar la Liturgia de las Horas.
Ni le digo cuando al final de la cena nos invitó a acompañarle a rezar el rosario.
Digo yo, es que así eran los sacerdotes?. Así es como deberían ser?
Que fue lo que sucedió?
Bien, no es que no lo sepa pero dichas preguntas surgen cuando se conoce consagrados que viven como tales.
22/05/14 5:49 PM
  
Charo
No has entendido nada, DavidQ. Los monjes están en los monasterios para dar gloria a Dios y para orar, no son una ONG.
23/05/14 12:33 PM
  
Isabel. Granada.
Hace un rato he llegado del "caminar" de los viernes, que hago con el grupo al que pertenezco, y hoy precisamente el caminar era hasta la Abadía del Sacromonte.
La Abadía está enclavada, como su propio nombre indica, en el Sacromonte, y está asentada en lo que fueron unas catacumbas, dónde están enterrados algunos mártires cristianos. La primera vez que las visité fue en compañía de mis compañeras de clase, tendría yo unos siete u ocho años, y nos llevaron las monjas de nuestro colegio de la Presentación. Recuerdo lo mucho que me impresionaron aquellos pasadizos tan estrechos y oscuros que aún siendo niñas pequeñas, en algun tramo que se estrechaba aún más, pasábamos "apuradas"; también me impresionaron las capillitas que había de trecho en trecho, iluminadas por luces muy tenues, las inscripciones en latín, y el olor a humedad. En la iglesia de esta abadía se da culto al famoso "Cristo de los Gitanos", cuya procesión es una de las que más fervor suscita en Granada, pues cuando sube hasta la Abadía, pasa por todo el Sacromonte, antiguo barrio de cuevas en dónde vivían los gitanos, y que le tienen una devoción enorme a "su" Cristo y a su Madre, Santa María del Sacromonte, encendiendo a su paso muchas hogueras, mientras les cantan saetas y "piropean" al Señor y a la Virgen.
El Sacromonte también es llamado Valparaíso. El paraje es impresionantemente hermoso y con vistas a la Alhambra y a toda la vega de Granada. Y estando allí he recordado éste artículo que usted escribió sobre la vida monástica y he estado pensando que todos los monasterios o abadías están situados en bellísimos parajes en medio de la naturaleza, y en dónde todo es silencio y paz, lo que sin duda tiene que ayudar, y mucho a elevar el alma a Dios, y de paso huir del mundanal ruido. Pero al mismo tiempo orando, viviendo y trabajando con hermanos en la Fe. Todo un lujo.

Saludos afectuosos.
23/05/14 4:28 PM
  
DavidQ
Charo:

Nada más digo que en otros tiempos se cumplía aquéllo del "ora et labora". Hoy todo es "ora" o todo es "labora", nadie hace ambas cosas, como si fuera malo combinarlas.

Los monasterios de antes daban servicio a los pobres. Hoy dan servicio a los turistas. Creo que hay una pequeña diferencia, no sé si usted la nota.
23/05/14 5:37 PM
  
Aniceto
No he experimentado mayor emoción en mi vida que oír las campanas de la abadía de Santo Domingo de Silos llamando a la liturgia de las horas o a la santa misa de los domingos y luego asistir a ellas. ¡Lástima que viva a más de trescientos kilómetros de allí! ... Cuando voy, espero la llamada de las campanas paseando por el valle del riachuelo que ha labrado el valle en el que se encuentran la abadía y el pueblo... ¡Créanme! A veces lloro. Envidio a los monjes...¡Quien pudiera tener esa fe a prueba de razón!
06/01/19 1:08 AM
  
Jonatan
Yo he estado allí pasando unos días varias veces, y qué decir, respeto por los Sagrado, amabilidad, buen recibimiento, acompañamiento, una liturgia cuidadísima, gente sencilla, atenta, buena comida, limpieza, comunidad, acogimiento... aún recuerdo cuando me invitaron a rezar el Rosario con toda la comunidad. ¡Qué experiencia! Me sentía uno más, por desgracia no pude quedarme por mi situación de salud, tenía muchos altibajos, y ellos nunca me dijeron que no ni me cerraron la puerta, pero yo vi que de verdad, son duros, y yo estaba muy flaco físicamente, su ritmo me parecía imposible de seguir. Pero siempre recordaré a muchos de ellos con los que hablé, sus preguntas eran siempre las mismas, de dónde era y como me llamaba, no querían saber más, super discretos y con una sonrisa, y seguían sus tareas a continuación, siempre había un saludo y los jóvenes ( yo para entonces tenía menos de 30 años) me hacían bromas sin decir una palabra.
Experiencias maravillosas. Y el padre Abad siempre recomendando y abriendo puertas a otras opciones para mí, me recomendó monasterios para visitar donde fui y estuve también super bien recibido.
¡Qué decir, una iglesia preciosa la de nuestro Señor! Un abrazo para ellos y para todos ustedes.
12/07/24 10:01 AM

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