Una encuesta a toda la parroquia. Creo que puede funcionar
Estoy convencido de que en la parroquia nos falta capacidad de escucha empezando por los curas, que estamos convencidos de tener una especie de don de infalibilidad según el cual nuestras ocurrencias son la expresión actualizada del evangelio y la voluntad de Dios sobre la parroquia. Error. Qué gran error. Primer error.
El segundo es pensarse que escuchar a la gente es hablar con Mari Puri, catequista toda la vida, con Juanito, miembro del consejo parroquial a perpetuidad, con doña Pura, cuarenta años lavando purificadores y corporales y con el señor Pedro, adorador nocturno desde antes de la guerra.
Pero, ay amigo, la gente es mucho más. Son esos cristianos anónimos que domingo a domingo acuden a las misas y disfrutan y penan con las canciones de siempre. Los que traen a los niños a catequesis, los usuarios de Cáritas, el matrimonio que aparece tan solo en la BBC (ya saben, bautizos, bodas y comuniones), los que no pisan la parroquia y también aquellos que nos insultan. Eso es la gente. Los feligreses. Todos los que viven en el territorio parroquial y todos los que se rozan u poquito con el templo. Eso es la gente. ¿Qué piensan?
Porque nos podría suceder que mientras nos creemos que nuestras misas son la maravilla de la liturgia occidental, haya mucha gente que las sufre en silencio. O que creyéndonos convencidos de una catequesis fabulosa, los padres estén hasta las narices. O al revés, que andemos dando vueltas a las misas convencidos de que no sabemos llegar mientras los fieles se sienten la mar de felices en esas misas que nos parecen anodinas. O quien sabe si ufanos con nuestros proyectos de Cáritas resulta que hay urgencias que no vemos o preferimos no ver.
Ayer tuvimos reunión ordinaria del consejo pastoral parroquial. Justo hablábamos si estamos llegando a la gente, si la parroquia responde a las exigencias del evangelio y a las necesidades concretas del barrio, si estamos realmente abiertos a la escucha.
Así que el consejo ha decidido que lo primero es escuchar, y a todos. Y para ellos van, vamos, a elaborar una encuesta para que nuestros feligreses nos hagan llegar su visión de la parroquia, sus necesidades y preocupaciones, también sus deseos y posibilidades de colaborar y comprometerse. La idea es que la encuesta se pueda repartir, completar y valorar al inicio del curso próximo, pero claro, para eso hay que ponerse a trabajar ya.
Lo que quieren es que esa encuesta se reparta en las misas, se buzonee, se deje en la panadería de la esquina, la farmacia y el centro de salud. Luego saldrá lo que salga… y se hará lo que se pueda. Pero me gusta la idea.
14 comentarios
Soy más partidario de escuchar a la gente de cerca, a la que conoce qué es la Iglesia y conoce qué es lo que la Iglesia no puede ser.
Dicho esto, estoy seguro de que sabrá hacer la encuesta de manera que no permita sugerir cosas de manera completamente libre y desbandada.
Es una encuesta, no unas elecciones o un referendum.
Sólo hacer la encuesta, sólo repartir miles de folletos en buzones de la zona, ya es evangelizador.
Para que sea más evangelizador:
1) Alguna frase kerigmática: "Dios te ama y te perdona"
2) Una invitación: "¿Tienes preguntas? ¿Quieres contarnos algo? Llama los martes y jueves de 4 a 6 de la tarde al teléfono tal,o escríbenos a ...? Visita nuestra web y actividades... ¿hay algo que desearías y no encuentras?
Lo de la encuesta lo veo muy positivo, es un medio que puede dar mucho juego y es muy válido. Luego habrá que discernir lo encuestado, no todo puede valer, pero es fundamental para saber donde estamos y que podemos hacer.
Me parece que hay que dialogar, reflexionar, buscar caminos nuevos y no siempre hacer lo mismo. Lo más complicado es atraer a los alejados. Nuevo lenguaje, nuevo ardor misionero, nuevos métodos, decia Juan Pablo II.
A veces me dan ganas de obligar a mi párroco a que hable con usted.
Creo que muchas veces, demasiadas, los párrocos (y todos los demás pero en otros no me importa tanto como en los sacerdotes)se rodean de las personas que piensan como ellos y que no cuestionan sus decisiones, como consecuencia tenemos unas parroquias que, a veces, no responden a las necesidades de lso fieles ni de la evangelización, sino responden a los deseos del párroco.
Por ello aplaudo con ganas su iniciativa de la encuesta, en la que creo va implícita una gran humildad por su parte.
Un fuerte abrazo
Uno de mis oficios es el de hacer encuestas. Hago pocas, pero -humildemente- las hago bien.
Comparto las preocupaciones de algunas opiniones anteriores y me permito tratar de explicarlas "profesionalmente".
a) El diseño de la muestra: No confíe en las encuestas autorrespondidas. Corre el riesgo de que sólo respondan las personas que tienen ciertos intereses y que la "mayoría silenciosa" siga silenciosa. Hagan un esfuerzo adicional y encuesten cara a cara, por sistema aleatorio (al azar) con salto sistemático (una casa sí, tres no, por ejemplo). Oblíguese a tener no menos de 250 encuestas completas, de católicos, donde todos estén representados: viejos, jóvenes, hombres, mujeres, practicantes y no tanto.
b) El objetivo de la encuesta: Antes de hacer cada pregunta, pregúntese ¿qué voy a hacer con el resultado? Si la mayoría es "sí", ¿qué hago? Y si la mayoría es "no", ¿qué hago? Los datos de una encuesta deben ser accionables, aplicables a la realidad. De nada sirve tener un dato con el que no puedo hacer nada.
c) Empiece por lo básico. ¿Cuál es su religión? Si es católico (a) ¿practica? ¿va a Misa? ¿qué Sacramentos ha recibido? ¿cuándo fue la última vez que se confesó? Si no va a Misa, ¿por qué? A partir de allí puede sacar conclusiones tales como las que busca: "La mayoría de los que van a Misa están muy felices, los que no van piensan que don Jorge es un viejo aburrido". "Les da miedo pasar por Cáritas porque piensan que no tienen nada que ofrecer".
d) Si después de esto todavía quiere meterse en berenjenales, pregunte cuestiones básicas del conocimiento de la Iglesia. ¿Sabe cuáles son los sacramentos? ¿Qué se recibe con el Bautismo? ¿Por qué hay que confesarse? ¿Qué diferencia tiene una pareja casada por la Iglesia de una pareja casada civilmente? ¿Qué debe hacer un sacerdote? Si una persona estuviera en peligro de morir, ¿llamaría al cura?.
e) No escatime en el análisis de los datos. Obtener un dato como "sólo el 17% de los habitantes de la parroquia van a Misa" se lo puedo decir yo desde aquí. Profundice: "Las mujeres que van a Misa saben 70% más de los sacramentos que los hombres". "Los jóvenes que no van a Misa llegarían si encontraran algo más adecuado para ellos en las actividades parroquiales". Eso se llama "cruces" en investigación y serán sus cruces en la parroquia. ¿Cómo llegarle al que no viene? ¿Qué le falta saber a los hombres entre 30 y 35 años?
f) Finalmente, accione. No importa si poco o mucho, no deje dormir la encuesta. Comprometa a su equipo que el resultado de la encuesta debe ser vinculante. Si la gente quiere Misa de medianoche, habrá Misa de medianoche. Si quiere estacionamiento, habrá estacionamiento. Si quiere butacas numeradas y asientos con masaje electrónico, se irán a paseo. Lo que sea, la encuesta debe reflejarse en hechos. Cuando la gente vea hechos, sabrá que la están escuchando.
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Jorge:
"Si la gente quiere Misa de medianoche, habrá Misa de medianoche. Si quiere estacionamiento, habrá estacionamiento. Si quiere butacas numeradas y asientos con masaje electrónico, se irán a paseo". Muy gráfico y clarísimo. Un abrazo.
En estos tiempos difíciles los cristianos debemos hacer todo lo posible por estar unidos.
Un saludo afectuoso.
Luego, tomar decisiones; obviamente esto lo hace quien/es deba/n hacerlo.
Entiendo que les llevará tiempo tabular los resultados, pero la experiencia será gratificante...y sorprendente.
Además de lo que DavidQ sabiamente ha sugerido(podría ayudar en su elaboración y validación?) sólo agregaría: dar a conocer los resultados de la encuesta. Si sólo unos cuantos tienen acceso a ello, la gente (la feligresía, los encuestados) creerá que se les tomó el pelo.
Es cierto que una parroquia es un tipo de organización o ente social que desarrolla una serie de actividades y que ofrece unos servicios a la comunidad, que pueden ser objetivados de un modo cuantitativo y cualitativo. Pero una parroquia no es una empresa, ni una ONG, ni una fundación benéfica, ni una asociación con fines no lucrativos. Si lo fuera, no estaría mal la idea de la encuesta para conocer cuál es su incardinación en su zona, su cuota de mercado o para determinar las necesidades de su clientela. Pero la parroquia ni vende nada, ni tiene cartera de clientes, ni su capital patrimonial depende de su actividad mercantil.
Si para saber la conexión que una parroquia tiene con sus feligreses debemos recurrir a encuestas, es que estamos en las últimas, no ya como parroquia, sino como Iglesia.
Reconsideren esa idea descabellada, dicho sea con toda humildad y con toda convicción. El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.
En todo caso la encuesta la haría a los alejados para sondear qué dificultades encuentran para no volver a la Iglesia y retomar su relación con Dios, en el caso de que no hayan perdido totalmente la fe.
También preguntaría si alguna vez han hecho algún intento de acercamiento y qué obstáculos han encontrado y si el acceso a la confesión ha podido ser uno de ellos, etc.
Por otro lado, mejor que una encuesta, pondría un buzón de sugerencias para que establecer un cauce de comunicación con aquellos parroquianos que, por diferentes motivos, no las hagan directamente al párroco.
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