¿Es bueno que los curas tengamos horario fijo para celebrar?
Mientras servidor fue cura de pueblo la cosa ni se planteaba. Seis misas el fin de semana que celebraba un servidor sin demasiados problemas, aparte bodas, bautizos y entierros. Poco que elegir. Daba igual asistir el sábado a las 20 h., el domingo a las 11 o a las 13, que los bautizos, la boda o el funeral. Siempre D. Jorge.
Ahora estamos en la parroquia dos sacerdotes y medio. Digo lo del medio porque es un estudiante y echa una mano a tiempo parcial. Nada más. El caso es que para celebrar somos tres. Y aquí viene ahora la pregunta que dejo para mis amables lectores. ¿Es bueno que cada sacerdote, habitualmente, tenga “su misa”? ¿Es mejor ir rotando y que cada misa sea una sorpresa?
Realmente no tengo respuesta. Estuve en una parroquia donde estábamos cuatro compañeros y repartíamos las misas por trimestres. Posteriormente en otra donde celebrábamos dos. Mi compañero solía celebrar la misa con niños y familias y servidor la misa llamada antes “mayor” o “parroquial”. Las otras dos, según venía la cosa.
Hasta ahora en la parroquia actual hemos estado dos sacerdotes. Generalmente nos hemos venido turnando casi semanalmente. Últimamente estoy celebrando de manera habitual la misa de las 13 h., y mi compañero la de 11:30, con abundancia de niños, catequistas y padres. La verdad es que él es el encargado de la catequesis de infancia y mejor se entiende con ellos. También es cierto que el hecho de que la celebre el párroco de vez en cuando también tiene su interés.
Todo tiene sus ventajas e inconvenientes, como debe ser. La ventaja de que sea normalmente el mismo celebrante es que uno ya sabe a lo que va y lo que se va a encontrar. Si la misa de 12 la celebra siempre D. Fulano, pues sin problemas. Ya sabemos cómo celebra, su forma de predicar y su paciencia o escasez de ella. Otros preferirán ir por la tarde a la misa de D. Mengano, más cortita. Los habrá que se sientan cómodos por la mañana, que D. Zutano canta y suelta unas homilías que hacen época, largas pero enjundiosas. No me parece mal. Es verdad que la misa siempre es la misa, pero uno, desde sus humanas limitaciones, se siente mejor si celebra un sacerdote determinado. Y ojo, que no hablo de cosas raras, sino que siendo misas todas normalitas, cada cual tiene sus preferencias, insisto legítimas.
También tiene sus puntos positivos ir cambiando. Destaca más que la misa es la misa la celebre quien la celebre. Como digo, para gustos los colores.
Me gustaría conocer su experiencia. Si piensan que es mejor encontrarse cada día con un sacerdote distinto, si prefieren saber quién celebra. Son cosas que a los curas les aseguro que nos viene bien conocer.
41 comentarios
Me he pasado varios años buscando un cura párroco que me encaje, he cambiado de iglesia bastantes veces y me sienta fatal que tenga otros compromisos, para qué voy a decir otra cosa.
Es cierto que la Misa es Misa, celebre quien celebre, pero la homilia... Encontrar a ese cura que te explica la Escritura como parte de un todo (no como si tocara por casualidad), que te trata como a un adulto (no como si fueras un menor de edad), que te hace reflexionar (y no pensar en lo que tienes que hacer en cuanto salgas), que te implica en la parroquia, que te invita a la oración y a celebrar los sacramentos como un privilegio que Dios da a sus hijos, que disfruta viviendo lo que predica y predicando lo que vive... todo eso marca la diferencia.
A muchísima gente no le gusta "mi" D. Antonio, pero estos tambien pueden elegir ir a Misa a otras horas. El problema estará cuando solo hay un sacerdote y no te encaje...
En la parroquia de San Nicasio es esto segundo lo que ocurre. Un tal Atilano,SVD, que colabora en ella se inventa la Liturgia prescindiendo del Misal Romano y le gusta mucho la famosa frase agustiniana del "Ama y haz lo que quieras", interpretándola en sentido subjetivista del libre disfrute y juerga moral, que como Dios es bueno y perdona, da igual si actuamos bien o actuamos mal...
El otro sacerdote, que es el párroco, aquel es sólo un colaborador, es más correctito, aunque sin pasarse tampoco en las homilías. Pero, al menos, no se inventa la Liturgia. Así las cosas, mi mujer y yo hemos decidido irnos a otra parroquia donde hay un cura compatriota suyo, mucho más en sintonía con la Iglesia. Ahí no hay problema, porque está ese sacerdote solo.
A la Misa habitual del P. Chindasvinto solo van cuatro o cinco ancianas muy devotas y con muy poco que hacer.
La Misa del P. Chindasvinto es muy correcta, la liturgia está muy cuidada y sus homilías son ortodoxas, pero en mi opinión no está bien lo que hace.
Hace un par de semanas, sin embargo, le tocó al párroco dar la misa de la tarde. Y hete aquí que, sin por ello desmerecer a mi cura "habitual", me gustó más su forma de celebrar y de predicar. Al menos ese día.
Por otra parte, a veces voy a una de las misas del domingo por la tarde en la parroquia de los jesuitas, ya que el sacerdote que la lleva predica la mar de bien y me apetece escucharle. No voy más a esa Misa porque me parece que, salvo causa de fuerza mayor -cura hereje y/o escándalos litúrgicos-, conviene que los fieles vayan a sus parroquias y no a las vecinas.
En todo caso, el protagonista de la Misa es Cristo, no el sacerdote, aunque éste actúe en nombre del Señor. Así que por mi parte, me da lo mismo que los curas roten o se queden fijos en un horario concreto.
Don Jorge, si pasa eso, ni rechistar. A obedecer. Como Dios manda, :D
A veces, la única forma mediante la que los fieles expresan de manera sincera su agrado o disgusto con la forma de celebrar de un sacerdote es asistiendo a dejando de asistir a una concreta misa.
¡Enhorabuena si observa que a "su" misa, poco a poco, van asistiendo más fieles!
¡Preocúpese si empieza a notar más bancos vacíos y deja de ver caras familiares!
Creo que habría que habilitar algún medio para que los fieles le pudieran decir al sacerdote, de forma anónima (no es plan de sacar cartelitos con puntuaciones como en "Tu cara me suena"), qué aspectos de la misa le gustan y cuáles no, y que puedan expresar sus sugerencias.
¿No se podría poner un buzón de encuestas o sugerencias anónimas? ¿O encargarle a alguien que haga una encuesta anónima y luego presente los resultados al cura?
¡Es que decirle a Don Atilano que sus sermones son tan aburridos que me tengo que poner la mano en la barbilla para no dar cabezadas... !
No es de extrañar que nos busquemos una parroquia más de nuestro estilo aunque nos hagamos "parroco-dependientes". Si encontramos un santo como cura ¿vamos a despreciar ese pastel?
Ahora, que tengo una parroquia y un sacerdote que "prefiero"... pues sí. Pero se que en cualquier Iglesia puedo asistir a misa y encontrarme con el Señor y postrarme ante su Presencia Eucarística. Que es lo importante.
Querido amigo Luis Fernando, Don Jorge y Don Oscar son Patrimonio de Tres Olivos, así que si Don Julián tiene la tentación de pedirle al Cardenal Rouco su fichaje, en el caso de que el Cardenal, en un raro ataque de enajenación, consintiera, ya pude ir preparando la cartera: El fichaje de Cristiano Ronaldo iba a ser un donativo de cepillo, omparado con lo que le iba a costar a él. Si tú quieres venir a esta Parroquia, manda tu solicitud y si haces méritos igual te dejamos.
Dicho esto, y ahora en serio, yo creo, don Jorge, que lo importante es que seamos conscientes qué celebramos en la Misa, independientemente de quién lo haga. Ciertamente, es inevitable estar más a gusto con unos que con otros pero si somos conscientes de qué celebramos quién preside se convierte en secundario. Aquí entra la formación del Pueblo de Dios sobre la Eucaristía (no vendría mal también sobre el resto de los sacramentos)y en el Seminario no estaría de más que antes de ordenarse alguien explicara a los seminaristas, si no lo hacen ya, que la homilía no es para que puedan tener sus 15 minutos de gloria, sino para algo muy distinto: aterrizar la Palabra en la vida (empezando por la suya).
Pero si el celebrante lo hace según pide la Iglesia, no me importa que sea uno u otro (aunque me gusta el habitual por sus homilías, pero por lo demás, no tengo inconveniente alguno).
He estado en varias parroquias y cada una distinta a la otra.
En algunas, con tanto celo a la hora de cambiar el horario del sacerdote que celebra que hasta cuando iba el Obispo, coincidía que el Párroco no le tocaba a la hora que iba el Obispo... y, por supuesto nunca estaba con el obispo, siempre estaba el vicario parroquial, y el obispo siempre le decía que porqué no estaba. A lo que contestaba: ya sabe usted esto de los horarios...
EN otros lugares, los sacerdotes fijos en sus misas, perennes. Incluso, cuando había alguna otra actividad, el sacerdote se iba corriendo porque no podía delegar "su Misa" a otro.
Yo, personalmente, pienso que, si en una Parroquia, por un lado hay un equipo sacerdotal (siempre que haya al menos dos), y un nutrido grupo de fieles. Los sacerdotes deben de rotar en las distintas Misas, para que hagan COMUNIDAD, con TODOS los fieles de la Parroquia. Es cierto que siempre hay gente que no aguanta a don Fulgencio, porque nos da la chapa y no tengo otra hora para ir que cuando él celebra...
Para eso está el equipo sacerdotal, para intentar, en lo posible, suscitar el AMOR INCONDICIONAL, de los fieles por sus sacerdotes, a los que Dios Nuestro Señor, ha llevado u enviado, a esa Parroquia.
Por tanto, es preferible que, en la medida de lo posible, los sacerdotes vayan rotando, de alguna manera por todos los horarios, para no acomodarse en su "privilegio" sacerdotal.
Ejemplo de privilegios sacerdotales:
- Don Fulgencio tiene siempre Misa a las 11:00. Luego el resto del día ya está libre y no hace nada más, las demás Misas, si le tocan a don Severiano, que se las componga como pueda si le es imposible celebrar, y si no pues se cierra la parroquia por descanso...
Sea bueno, Don Jorge. Que sus fieles deleiten las mieles que tienen...
Gracias por dejarme opinar.
Nan el here
La permanencia tiene sus ventajas, pero los peligros del culto a la persona son demasiado grandes para pasarlos desapercibidos.
La rotación tiene sus desventajas, pero no son litúrgicas, sino más bien van en contra de aquéllos que quieren tener "su" cura, lo que al final termina siendo una ventaja.
Recuerdo que hace años iba a una misa diaria con un cura que siempre era el mismo. Uno podía seguir la Misa sin despegar la vista del "smartphone" (algunos lo hacían, por caridad digamos que iban siguiendo las lecturas) porque era siempre exactamente igual hasta el último bostezo. Misa es Misa, y el hábito no es malo, pero de alguna forma de vez en cuando se le pierde el "sabor".
No tengo mucho en contra de la misa habitual, pero creo que la variedad es más productiva.
Bien por la consulta sobre el horario de Misas, pero aprovecho para solicitar (y preguntar) un horario de confesiones.
Normalmente en las parroquias tenemos un horario de confesiones "media hora antes de cada misa", uno llega temprano y hay una cola de dos horas y media...
Los files necesitamos horarios de confesiones: viernes toda la tarde (por ejemplo); porque hay muchos con ganas de convertirse, que lo primero que preguntan es: "¿sabes dónde me puedo confesar?" y la respuesta es: "pucha, déjame averiguar si consigo a alguien".
La confesión es muy importante, tenemos a veces necesidad de hacer una buena confesión y "limpiar la maleta", y a buscar un buen padrecito que nos de cita.
Se que un sacerdote es un bien escaso y hay que cuidarlos y rezar por ellos, tienen mucho que hacer, pero también les necesitamos sentados allí, en el solitario rincón del confesionario...
¿qué opina Padre?
La parroquia a la que voy con mu mujer y mis hijos tiene dos iglesias y (gracias a Dios) varios curas. tienen establecidos turnos para las Misas, y los turnos se respetan, salvo circunstancias extraordinarias.
Yo se que la Misa de los domingos a las 11:30 la dicen entre dos de los sacerdotes (el párroco y otro) una semana cada uno, así que se de antemano quién me va a celebrar (salvo que haya estado despistado el fin de semana anterior).
Realmente, no creo que llevara muy bien que fuera un poco como una tómbola, porque aunque con todos los que celebran en esa parroquia puedo estar tranquilo ante los "sustos", uno siempre engancha mejor con unos que con otros...
Si tengo que elegir entre los extremos, entre tener siempre el mismo o la tómbola, me quedo con tener siempre el mismo, pero creo que se puede tener un poco de variedad sin llegar al sorteo ;-)
Si me dejo llevar por el deseo de la Fe, les diría que prescindan del "gusto" de los fieles, porque a Misa no vamos a que nos guste, sino a adorar a Dios. Lo anterior no quita que cuanto el cura sea más fervoroso, breve, concreto, conciso y que busque la santidad de las personas, más ayudará a la Misa.
Si me dejo llevar por poner a disposición del Señor y de la Comunidad los talentos y dones de cada uno, entonces sí le diría "preferible que celebre una misa para niños un sacerdote más idóneo para ello".
La verdad, guíense del Espíritu Santo, como dice el Papa en la última exhortación: "hay que escuchar", que no es oir.
Personalmente, acudo casi a diario a una misma parroquia y los sacerdotes se van turnando por días, a mí me gusta más, cada uno tiene su estilo, unos dan homilía (breve en diario), otros no. Todos son Jesús.
Unos llegan de una manera distinta a otras.
Creo que en general se sacude la rutina, tanto del sacerdote, como de los fieles.
PD.- Esta parroquia que comento cuenta con bastantes sacerdotes, en la misa de la tarde se suelen turnar 3 o 4. Un lujo.
pienso que si los sacerdotes son más o menos homogéneos (respetuosos de las rúbricas, buenos predicadores y la diferencia de duración de sus misas no sobrepasa los 10') No hay problema en turnarse, aunque es un poco descolocante no saber quién va a celebrar (pero digamos que nadie se muere por eso ni mucho menos). Quizá una buena opción sea que cada cual celebre habitualmente determinada misa y que de cuando en cuando cambien por un día, para variar un poco la cosa.
Así más o menos me parece que se puede contentar a todo el mundo, a los que prefieren el estilo de uno en particular, a los que prefieren el del otro pero no pueden asistir habitualmente a su misa, a los que les gusta cambiar y a los que le da lo mismo.
Aunque como hay gente para todo, probablemente haya quien no le guste así... pero en algo hay que mortificarse de vez en cuando pienso yo...
Lo mejor es que cada uno copie del otro lo que tenga mejor acogida.
Intervengo en dos parroquias distintas en lo que podíamos llamar animación litúrgica, y me gusta sobre todo que haya niños que quieran hacer las lecturas, e ir enseñándoles para que se involucren en la participación de la Santa Misa, y también para que amen la Palabra de Dios haciendo una lectura digna. También se intenta ensayar los cantos de entrada y Comunión, cantar siempre la misma canción ofertorio y el aleluya que llamamos gregoriano, improvisando el texto de cada domingo.
En fin: tratar de que no se aburran y desconecten.
Ahora voy por comodidad a mi parroquia, porque está en mi misma urbanización. Y me da igual el sacerdote que la diga, pues ninguno me transmite especialmente.
Aún así y hablando en general, es bueno que cada uno vaya sabiendo quien va a decir la misa a la que va.
He llegado a oir, que hay personas que cuando ven que determinado sacerdote, en determinada parroquia, va a decir la misa, se levantan y se marchan.
Yo, gracias a Dios, hasta ese punto no he tenido nunca que llegar.
Saludos afectuosos.
1º...no es bueno que haya una rigidez extrema donde absolutamente siempre oficie el mismo sacerdote.
2º...tampoco es bueno que haya una absoluta anarquia donde nunca se sabe la sorpresa de tantos cambios.
Considero que la mayor parte de las veces debe ser el mismo sacerdote pero otras veces conviene variar.
Hay algunos sacerdotes que son tan buenos y santos que siempre estan llenas sus misas, mientras hay otros que son tan insoportables que si aparecen nos marchamos.
Evidentemente lo fundamental de todo esto es que el sacerdote tenga madera de santo o que se convierta.
Mi parroquia dista 300 metros de otra iglesia en la misma zona. Mi parroquia está a medio gas y la otra iglesia revienta de fieles. Las causas.... todos sabemos bien por que son.
Con todos mis respetos yo no voy a oír misa, voy a vivir La Eucaristía y prefiero elegir si tengo esa posibilidad, mis hijos en una bostezan y hacen pelotillas de papel mientras que en las otras no se les mueve un ojo del Altar.
En catequesis de comunión y de confirmación, esto debería ser como el pan de cada día. ¿Cómo vamos a apreciar la Eucaristía si no estamos en Gracia? Para los niños de 10 años, imposible comprenderlo si no se les enseña y si no ven sacerdotes confesando.
Y que se avise, que se habiliten lugares visibles. No estaría de más, incluso, que si alguien tiene mucha necesidad, lo hiciese en la calle al ver un sacerdote. Ejemplos como los de Ucrania estos días.
Apuesto por el cura sorpresa. Así los fieles los iríamos conociendo a todos. Y si alguna vez nos toca un sacerdote que no nos gusta, pues tomémoslo como penitencia por nuestros pecados, pues muchos hacemos por los que lo tendremos más que merecido.
Si no llegamos a esto, o al menos a estar en camino de esto, no se si perdemos el tiempo.
A mí no me importa desplazarme si sé que la celebración será digna y que el sacerdote se habrá esforzado en la plática. A riesgo de parecer frívolo diré que el templo también tiene su importancia. No es lo mismo ir a San Antonio de los Alemanes en Madrid o a los Mártires de Málaga, que a uno de esos hangares a los que se condena a los fieles de según qué parroquias.
Pero tal vez tenga razón también el comentarista que habla de "carisma" del celebrante. Mi párroco celebra de forma totalmente correcta lo hace como sin vida, no dice disparates cuando predica, pero aburre a las ovejas.
En cambio otros, tal vez por un carisma especial que posean, hacen que te introduzcas en la celebración y participes muy bien casi sin darte cuenta. Por eso a mí me gusta elegir el celebrante siempre que puedo. Claro que, si yo fuera una persona totalmente convertida, a lo mejor no me importaba tanto un cura que otro.
Si nos fue bien con uno, tal vez queramos volver ha confesar con el mismo cura la próxima vez y si no nos fue tan bien, intentaremos evitarlo y buscar a otro que nos pueda entender mejor. También si se quiere ir siempre con el mismo confesor para un diálogo más extenso o dirección espiritual...
Por todo eso considero de la mayor importancia que en todas las parroquias, no sólo haya un horario de confesiones, sino uno detallado donde aparezca el nombre del confesor y las horas a las que atiende.
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