Secuelas de cuando me extirparon la boina
La palabra “democracia” es algo así como esa salsa mágica que hace buenas todas las cosas. Aplíquese a donde sea y para una enorme cantidad de palurdos la cosa cambia, reluce, saca esplendor, brilla y deslumbra. Prueben, prueben… Centro democrático, república democrática, asociación democrática de… Deslumbra a los palurdos y de tal manera que ayer me viene un feligrés a decirme que ha leído vaya usted a saber dónde que el problema de la teología es que no es democrática.
Leche. Nunca me lo hubiera imaginado.
Yo sé que el mundo está lleno de gente culta, espabilada, letrada, leída y escribida mientras uno no deja de ser un simple cura de parroquia y además con fuertes reminiscencias de párroco rural, tanto que aún, si se fijan un poco, se me nota una ligera cicatriz de cuando me extirparon la boina. Por eso en mis razonamientos llego a donde llego.
En las cosas de la teología a uno se le vienen a la cabeza algunas divisiones. Por ejemplo, según la iglesia desde la que se escriba, teología católica, protestante, ortodoxa. Según lo que estudie puede ser teología moral, pastoral, dogmática, litúrgica, bíblica… Pero vamos, la división fundamental está entre teología buena, fetén que decimos los castizos, la que se hace y expone con respeto al magisterio y sometiéndose a él, y la mala o pseudo teología que es divagar, andarse por las ramas, sacar los pies del tiesto, echar las patas por alto, dar por bueno lo falso o dudoso y cargarse lo cierto de toda certeza.
¿Pero teología democrática? La primera vez que lo oigo. Algo tan nuevo y epatante que no lo contempla aún ni la Wikipedia. No consigo comprender –ya saben, lo de la boina que debió dejar secuelas- que sería tal cosa.
Me encuentro con demasiadas dificultades. Si es democrática es cosa del pueblo y por votación. El pueblo quiero entender que serían todos los católicos del mundo que por cierto a ver quién hace el censo de votantes, pero tampoco vamos a empezar poniendo pegas. Luego habría que ver cuáles son las propuestas que se someterían a votación y quiénes lo decidirían. Por ejemplo, ¿sometemos a votación el credo, la divinidad de Cristo, la catolicidad de la Iglesia, la vida eterna? ¿Tal vez fuera prioritaria la consulta sobre los diez mandamientos y su posible abolición? Casi estoy por afirmar que el sexto puede ver muy comprometida su existencia.
El caso es que alguien debe decidir qué votar, cuándo y cómo. El papa evidentemente no por muy Francisco que sea, ni por más que se aconseje por los ocho. Mucho mejor crear un parlamento eclesial por votación de todos los católicos del orbe donde estén representadas todas las tendencias como en cualquier parlamento político. Aquí los pseudo lefevrianos, aquí los juampablistas, más allá los teologoliberadores, el grupo de somosiglesia… Todos juntitos. Y si el parlamento dice que queda abolido un mandamiento, o dos o tres, un par de sacramentos, que lo de la divinidad de Cristo vamos a dejarlo en “una relación especial con el Padre” y que la resurrección es una experiencia mística interior de los discípulos, pues ya está. Supongo que eso sería la teología democrática.
Yo prefiero lo de siempre, que los teólogos trabajen e investiguen y que el magisterio de la Iglesia sea garantía de trabajo bien hecho. Pero no me hagan demasiado caso. Ya digo que son los efectos de cuando me extirparon la boina.
14 comentarios
Hablando en serio -con perdón- a mi me haría mucha gracia que realmente se hiciera teología democrática, pero de verdad, donde voten todos y en serio las decisiones sean de cumplimiento obligatorio. Estoy seguro que se llevarían menuda sorpresa los ahora "democráticos" al darse cuenta que la mayoría no es homosexual y que les gustaría que sus hijos se acordaran de ellos cuando sean viejos. Más probable sería que volviera la ley del talión y la verdad yo creo que por eso a nadie se le ocurre hacer tamaña votación.
"Democracia" para esta gente, realmente significa "déjenme hacer lo que me de la gana y sin consecuencias", no es respetar lo que la mayoría quiere. Y la mayoría, ayer, hoy y siempre, quiere vivir en paz y armonía; sin abusos, sin sustos.
Y a la mayoría le gustan los curas con boina, así que vuélvasela a poner y evite mayores consecuencias.
Se confunde la verdad con la conveniencia, la naturaleza con el interés, el ser con el deseo. Así, es evidente que desaparecen la verdad, la naturaleza, el ser. Nada debe ser dado; todo debe ser construido en libertad por nuestra voluntad. En una libertad que es ante todo conveniencia, interés, deseo. ¿Pero qué hay detrás? Detrás..., nada: "lo democrático".
¡¡¡¡¡¡que horror!!!!!
Y vamos a dejar la democracia para otros menesteres. No quiero ni pensar lo que se nos podría venir encima.
A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César.
Un fuerte abrazo en Cristo.
A la frase de su feligrés, si le cambiamos la palabra-tapadera "demócrata" por su sinónimo queda así:
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"...el problema de la teología es que no es liberal."
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Bueno, "teología liberal" sí que existe, especialmente en el protestantismo y en el progresismo "católico". Ahora bien, que su feligrés crea que la buena teología católica tiene un "problema" por no ser liberal, hace sospechar que habla de lo que no sabe.
En el mejor de los casos, por supuesto.
Muchas gracias.
No puedo sustraerme a la tentación de participar de unas "primarias" para elección de Papa entre 1.200 millones de católicos, le confieso...
La ignorancia impune de los cultores del "pensamiento débil" convencidos que ha llegado el Fin de la Historia con el triunfo final de la democracia liberal y la economía de mercado, me tiene repodrido, saca lo peor de mí: deseos de patearles la retaguardia reiteradamente, sacarles la lengua (la de ellos), desearles ataques de hemorroides, que sus suegras les caigan repentinamente de visita,etc.
Pero luego aparece el arrepentimiento por tales pensamientos, y no logro conciliar el sueño.
Padre: ¿Cree Ud que necesito la ayuda de un profesional?
Bendiciones
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