El respetable
Los toreros, y en general lo que se llama la gente del toro, tienen la muy buena costumbre de referirse a la gente que asiste al espectáculo como público con el adjetivo de “respetable”, hasta el punto de que en muchas ocasiones “respetable” se convierte en substantivo de forma que la gente que está en los tendidos es directamente, el respetable.
No está nada mal estar convencidos de que la gente que acude a la corrida de toros es digna de respeto y que con ella no se juega. Podrán salir las cosas mejor o peor, pero faltar al respeto jamás. Que se le ocurra a un torero hacer el paseíllo de forma incorrecta, permitirse la más mínima licencia frente al reglamento o no digamos un gesto de desprecio al público. Le puede caer una que le cueste no volver a parecer por esa plaza en los días de su vida.
Dicho esto, quizá los curas tendríamos que aprender a considerar a los fieles como el respetable. Sí, hermanos, amigos, fieles, feligreses… pero respetables, muy respetables.
Y ahí creo que fallamos estrepitosamente. No sé en razón de qué los curas nos creemos, tenemos la tendencia a creernos, los dueños del cortijo. Ya saben: “La paroisse, c’est moi”. Y como es moi, pues moi hace y deshace, pone, quita, remienda, suprime, añade, celebra, predica, manda, prohíbe… xactamente como le parece más oportuno.
Tenemos unos feligreses de dulce que no se inquietan ni molestan por nada y que, incluso ante los casos más escandalosos, lo más que hacen es salirse del templo, actitud inequívocamente fascista, y largarse a otra parroquia. Es verdad que algunos incluso llegan a poner una denuncia ante el obispo, en prueba una vez más de talante cavernícola y evidente falta de espíritu primaveral.
Alguna vez tendremos que comprender, y mira que nos cuesta, que los respetables feligreses tienen sus derechos, el primero y origen de todos los demás, el de ser atendidos como manda la Iglesia. Don Veremundo, católico viejo y taurófilo para más INRI, lo que dice mucho de su talante profundamente reaccionario, aún recuerda la que se organizó en el coso taurino de la muy noble villa de Salamora cuando Torerito de Villamayor salió a hacer el paseíllo en mangas de camisa. Fue tal la que se lió que aún le andan buscando. Por eso se le llevan los demonios cada vez que su párroco celebra sin casulla, omite o añade ritos o se carcajea del último documento episcopal. Lo que más le sorprende es que los fieles tan tranquilos… Tragando con todo.
Don Veremundo, la señora Rafaela, Joaquinito, sor Iluminada, Manolo y Juani no son unos mindundis sin voz ni voto a merced de los caprichos del cura párroco y de su equipo de cercanos colaboradores, más atentos a veces a la creatividad que a la santificación de los fieles. Son hijos de Dios e hijos de la Iglesia que tienen derecho a ser tratados como tales y no como menores de edad que no saben de qué va la vaina.
Aquella mañana el P. Paco inició la procesión de entrada de la misa de una sin llevar la obligada casulla. Desde todos los rincones de la iglesia se desató una impresionante pitada acompañada por los gritos de fuera, fuera mientras eran arrojados en dirección al sacerdote folletos, papeles, la prensa dominical y la barra de pan recién comprada. Don Veremundo feliz decía: por fin, ya era hora, ya era hora… cuando sintió una impresionante sacudida que le hizo reencontrarse en su butaca favorita del salón. Veremundo, Veremundo… ¿estás bien? ¿Te pasa algo? Nada mujer, que estaba disfrutando por una vez de la misa de una…
19 comentarios
Para los que tengan la suerte de no conocer dicha prenda se la explico.
Imaginen una sabana blanca, doblenla por la mitad, hagan un agujero en la parte superior para sacar la cabeza y cosan los laterales menos una abertura para sacar los brazos.
Y Voala, solo queda ponernos encima la estola multicolor de los indios guatomayos y..
A Celebraaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrr
En fin, como en todo en la vida. Lo mejor es hacer abstracción de los defectos de unos y de las virtudes de otros (pues de lo contrario te formas una imagen distorsionada de la realidad) y te centras a lo que estás, al menos en misa. Claro que a veces es muy difícil lograr semejante equidistancia. Es un aprendizaje largo, difícil, que exige de mucha paciencia y de mucho auxilio del Espíritu, pues la tentación es alejarse. Y cuando ya no te queda otro lugar, es lo peor que se puede hacer.
Con todo, es evidente que ayuda muchísimo encontrarte con alguien que sea en verdad respetable. Aunque sea solo uno.
Y así podríamos seguir denunciando irregularidades y más irregularidades, y si denuncias en el obispado nadie te hace caso, porque con quien lo haces también es de la misma condición. Y entre medio el feligres, soportando las manías del curita de turno.
Por eso a mí no me causa gran zozobra si a la media le falta una costura o la espada está algo oxidada. No recuerdo día que haya ido a Misa y el cura haya salido cortando rabo y oreja: las más de las veces, por no decir todas, lo veo salir por el burladero en silencio, igual como entró.
Por el contrario, me da cierto repelús cuando el Curro Cardenal Perenzéjez da el paseíllo para las cámaras y al día siguiente sale en las noticias el discurso -perdón, "homilía"- que se disparó al mediodía del domingo poniendo de verde y morado al partido de Gobierno y olvidándose del Evangelio del día.
Si en la liturgia hay normas,reglas,parámetros y frases exactas para celebrar entonces se siguen o mejor no se tienen y cada uno hace de su celebración lo que le da la gana.
Como en los toros hay un reglamento y un orden, igual que en la liturgia, y no me imagino un mozo de espadas haciendo de alguacilillo, un matador usando un mantel en lugar de capote y un banderillero clavando varas en lugar de banderillas.
¿Qué tiene que hacer un fiel que en su parroquia y casi todas las demás iglesias de la ciudad, los pocos confesionarios que se usan, -confesionarios a veces de endebles tableros-, están situados en los pasillos por donde está circulando toda la gente para entrar en la iglesia y a un metro escaso de los bancos donde están sentados?
En los pocos casos que hay confesores, éstos se ponen unos minutos antes del inicio de la misa y durante la primera parte de la misma, en domingos o festivos, o sea, justamente cuando hay "desfile de personas" junto a ellos.
¿Se confesarían los sacerdotes en las condiciones que ellos obligan a hacerlo a los fieles?
Sí, poco respeto se le tiene al respetable la mayoría de las veces.
Yo tengo un hijo sacerdote en Chile, que ha estado 3 semanas en Venezuela dando ejercicios a niñas de dos colegios. Nos comentaba que allí como no hay de nada -ni harina- los obispos han tenido que pedir a la gente que no comulgue los días laborales, pues en otro caso no hay formas los domingos. En Chile , donde él está, hay sacerdotes que tienen que atender 30 comunas o pueblos, muy separados y mal comunicados y donde los feligreses es posible que tengan la suerte de una misa cada tres meses.
Y eso que estoy para pocas risas, por eso le agradezco aún más su forma de ver y transmitir las cosas.
Dios lo bendiga y se lo pague.
Un fuerte abrazo en Cristo.
Al ver algo raro y preguntarselo a alguno de estos curas, te suelen soltar que esta bien asi, que se puede, que el Obispo ha dado el visto bueno, que desde el concilio se hace asi, etc...
y claro nos lo creemos porque lo ha dicho el cura que es el que sabe de esto.
Esos consejos parroquiales, o el de liturgia, fue una fórmula muy positiva que Vaticano II, aprobó para que los laicos tuviésemos más participación en las parroquias, arciprestazgos y diócesis. Pero la práctica de los mismos es nula. Y cuando a nivel personal propones algo al párroco, si a este no le gusta, nunca te dirá que no; es más te dará la razón y todo, y como salida te pone por parapeto el consejo pastoral, al cual debe consultar. Eso es mentira, si no le gusta tu proposición, por muy ortodoxa que sea, eso no va a salir hacia adelante, ni consultará al "consejo pastoral", que ya lo tiene formado a su imagen y semejanza. En una palabra te saca de encima.
Así es la pura verdad la situación de los consejos pastorales de las parroquias, y más si están administradas por religiosos. Al menos en España.
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