Bildu hace entrega de su medalla de oro a monseñor Sebastián
Felicidades, monseñor Sebastián, cardenal in pectore de la Santa Iglesia Romana. Acabo de enterarme de que ha colgado sobre su flamante sotana, pronto adornada con el púrpura de su dignidad, la medalla de oro de la decencia y el bien hacer. No podía ser de otra manera.
Hay medallas que uno recibe directamente de alguien que tiene la facultad de concederlas. Otras nos vienen de forma indirecta. Quizá estas últimas tienen más valor porque van prendidas a la hombría de cada cual con los broches de la valentía, el riesgo y el arrojo de quien no tiene miedo a la verdad y dice lo que cree que tiene que decir en conciencia, aún a sabiendas de que muy posiblemente recibirá el linchamiento de los miserables.
Existen cosas que no se perdonan. Si monseñor Sebastián hubiera exigido la disolución de ETA y una petición expresa de perdón de la organización terrorista a las víctimas, clamado contra el aborto, hubiera denunciado la corrupción de partidos y sindicatos, o incluso les hubiera afeado su conducta de seguir viviendo como pachás mientras la gente pasa necesidad, no hubiera sucedido nada. Quizá algún trasero removiéndose en el asiento mientras apela a la edad del opinante. Nada de nada.
Pero monseñor Sebastián habló de homosexualidad, y eso en este país es como mentar a la bicha. Que yo recuerde en España solo se han dado dos casos de reprobar desde una institución política a un obispo: el ayuntamiento de Alcalá de Henares lo hizo con monseñor Reig Pla por una homilía y ahora nada menos que el parlamento navarro con monseñor Sebastián. En los dos casos por lo mismo: por hablar de la homosexualidad apartándose de lo políticamnte correcto.
De entre todos los argumentos ofrecidos en el parlamento navarro destacan, no podía ser de otra manera, los de Bildu, que llega a afirmar, tócate los pies tía Pascuala, que las declaraciones sobre la homosexualidad de monseñor Sebastián «contravienen principios fundamentales de libertad, decencia y modernidad».
Manda güevos –Trillo dixit- que nos venga a hora Bildu a definir lo que son la libertad, la decencia y la modernidad. Bildu. Nada menos que Bildu. Una formación política a la que cualquiera identifica con ETA. Los mismos que jamás condenaron un atentado terrorista hablando de decencia. Los mismos que consiguieron convertir el País Vasco en el territorio del miedo y la sospecha, dando lecciones de lo que es la libertad. Modernidad… por lo visto modernidad es justificar el terrorismo, y ahí tienen las hemerotecas. Pues ya ven, estos individuos, porque no pretenderán que les llame señores, llenándose la boca con decencia, libertad y modernidad.
Lo preocupante, D. Fernando, sería que desde Bildu aplaudieran sus declaraciones como hacen con las de monseñor Uriarte y antes hicieron con las de monseñor Setién. Lo terrible, contar con su beneplácito. Estoy seguro de que para usted, hombre de bien, sería un peso difícilmente soportable.
No voy a entrar en si sus declaraciones hablando de homosexualidad son perfectas o matizables, porque ahora mismo me da exactamente igual. Al acusarle Bildu de ir en contra de los principios fundamentales de libertad, decencia y modernidad, habida cuenta de cómo entienden en la práctica esos conceptos, lo que han hecho es confirmar, delante de la sociedad navarra y española, que es usted un hombre libre, decente y moderno.
Felicidades de nuevo, monseñor.
31 comentarios
Lo raro seria como pasa con Uriarte o Setien, que los enemigos de la Iglesia den palmas con las orejas.
A alguno tambien le escocera que un obispo premiado con la purpura cardenalicia sea tan poco "Primaveral". A ver si al final de todo el Papa Francisco va a ser tambien catolico :)
Qué alegría.
Me parece que en este párrafo se ve claramente un error de muchos católicos, que me parece que se da especialmente en este portal y en este blog. El de seguir la cita falsa (falsa en el sentido de que no se dice eso en el Quijote y que expresa algo erroneo) del Quijote que dice "ladran, luego cabalgamos." No creo que el criterio correcto para ver si lo que hacemos esta bien o mal sea que la gente que consideramos que está en el error nos critique. Si digo algo acerca de los homosexuales, el hecho de que las asociaciones de homosexuales lo critique en ningún momento me hará pensar que estoy en lo cierto. Tratemos de basar nuestras afirmaciones en Cristo, y no simplemente en que vayan en contra de determinada gente.
En ocasiones ladran mucho aunque nadie esté cabalgando, y en ocasiones cabalgamos mucho nadie ladra.
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Jorge:
Yo he querido comprender que sí mis homilías son de este estilo, el malo debe estar que muerde.
Y creo que por ejemplo sería muy difícil acabar con el aborto con esta mentalidad, porque si no hay limitaciones morales en la sexualidad también se va defender que la mujer no tenga cargas cuando ejerza esa libertad, sino sería el único caso en que la libertad sexual estaría limitada por el hecho de un embarazo no deseado, por eso creo además que no importan las razones que se den para defender la vida del no-nacido, porque para defender esa idea previa tiene que haber la posibilidad de enmendar un fallo cuando se tenga una relación. También se causa un perjuicio a los jóvenes a los que les llega ese mensaje y luego tienen embarazos no deseados y tienen que cargar con ese problemas y los traumas, mientras a lo mejor los promotores de esta mentalidad están tranquilos en sus casa satisfechos de sí mismos.
Por eso creo que hace un bien que alguien con autoridad denuncie el problema de la promoción de la homosexualidad como algo igualable a la familia tradicional, del mismo modo que se denuncian otros temas relacionados.
No es verdad que el hecho de que nos pongan a parir los enemigos muestre que lo hacemos bien.
El cura falangista Jesús Calvo dijo que el cáncer de Zerolo podía ser un castigo divino, ante lo que los enemigos de la Iglesia le pusieron a parir. Posteriormente en un comunicado la Diócesis de León dijo quesus declaraciones "son totalmente improcedentes en un clérigo, por lo que no pueden ser compartidas en manera alguna por nuestra diócesis".
Tampoco es verdad que si nos aplauden los enemigos de la Iglesia debamos estar en el error. Un amigo mío es ateo y trabajador social, y siempre me señala como es ámpliamente sabido en su sector que la manera de trabajar de Caritas es ejemplar y son un ejemplo para todas las Ongs en cuestiones de organización, aunque sean ateas.
Vamos, que el hecho de que Bildu o cualquier otro enemigo de la Iglesia te critique no es en si mismo un elogio. Las críticas de los enemigos son elogios.
O sea, ¿de cuándo acá "la modernidad" es un valor? Pues tendrá que ser algo muy reciente, pues si no, no sería "moderno". ¿Y qué hacemos el año próximo? ¿Descartamos las acusaciones contra monseñor porque ya no son modernas?
Venga, que es como los móviles: el del año pasado ya está "passé" y Dios nos libre de que te vean en la calle con lo que aquí llamamos "un frijolito" -eso es un móvil de los antiguos, color negro, como un frijol-. Pues nada, a esperar que pase "la modernidad", que venga la nueva moda de bailar punta con ritmo de merengue y un poco de sandungueo y aquí no pasó nada.
Defiendo la libertad de crítica o escarnio de las creencias o grupos, pero para todos, sin que ningún grupo tenga protección especial.
Es que detrás de la política pansexualista hay órganos muy poderosos. Y descuelgan el teléfono cuando hay que callar bocas en temas importantes.
Estoy de acuerdo: esta reprobación pone en mas valor lo dicho por monseñor Sebastián.
Si tuviéramos otra Iglesia, durante las próximas dos semanas, cada obispo español, por turno, debería hacer una declaración pública respaldando el fondo de lo dicho por monseñor Sebastián (aunque cada uno en su estilo), que es enseñanza de la Iglesia, pidiendo ser reprobados por el parlamento Navarro.
Eso sí que sería la bomba, porque la desunión de los prelados es delicia para sus enemigos.
Pero es mucho pedir, ya lo sé. Tenemos lo que tenemos.
A mi me parece que el P. Jorge se acoge al principio de contradicción para CORROBORAR la teoría, no como base de la misma. Y si, el criterio de "dime con quien andas y te diré quien eres", a mi, personalmente, me parece un criterio probado de deducción de intenciones...
Ese es el problema, que a usted por ser católico le puede parecer algo muy grave lo que usted considera blasfemia y, en cambio, algo sin importancia decir que los homosexuales son "deficientes", pero puede que muchos de ellos si se sientas insultados por esas palabras. La medida de la importancia o no del hecho la pone el propio grupo aludido, lo que hace que sean hechos que nunca deberían ser juzgados por las leyes civiles. Que cada uno opine o descalifique libremente de los creencias o grupos que quiera, sin el temor de ser encausado en los tribunales.
Agradecido.
Más aún teniendo en cuenta lo que ha afirmado el P. Iraburu: el futuro Cardenal no ha dado una opinión personal sino que se ha limitado a expresar LAS ENSEÑANZAS DE LA IGLESIA.
El señor Sebastián llamó a los homosexuales deficientes. Yo no le niego el derecho a pensar y decir tal cosa, pero no me negará que muchos homosexuales tomaron esas palabras como un insulto y una denigración. ¿A usted le parece exagerado?, lo mismo que a mi me parece exageradas las reacciones de los católicos (y del resto de personas religiosas) ante una blasfemia.
Como también se legisla los delitos contra el honor.
Una blasfemia sería comparable a si porque no estamos de acuerdo con la actitud de alguien, insultar a algo que "él quisiera" para herirle.
¿Se puede discutir si la homosexualidad es una alteración de lo natural?, creo que al menos se puede opinar sobre ello, sin embargo un insulto sólo pretende hacer daño.
Se me ocurre que vienen tiempos difíciles pero sumamente interesantes y fecundos para la Iglesia. Esto de que un cardenal, Sebastián, sea reprobado por un parlamento en un país de mayoría católica; y que otro cardenal, Zen Ze-kiun, se atreva a denunciar la paralizante mordaza del país más populoso de la tierra, la potencia China... eso suena bien. Son pastores que hablan. No son perros mudos. No son acólitos del mundo sino sacerdotes de Cristo.
-Es, de forma propia, estadísticamente marginal, incluso ahora que la presión social de los grupos homosexualistas es brutal, los cuales pretenden "normalizarla", equiparándola a la normal heterosexual (si lo pretenden, es que de forma natural, sin imposición social, no se da sino marginalmente en la Naturaleza).
-Es contraria al fin natural de la sexualidad humana: la procreación.
Que se dé en la Naturaleza no significa que sea natural (conforme a su fin propio). La enfermedad somática se da en la naturaleza y, al ser justamente la privación del estado natural del organismo (la salud), además de ser propiamente estadísticamente marginal, es contraria al fin natural del soma: la supervivencia y desarrollo del individuo. En ese sentido es deficiente, como la conducta sexual homosexual. Además, para un católico (y en sí misma) es una aberración moral, un pecado grave.
Ninguna ley o presión pueden transformar en natural lo aberrante. Y si, en el caso de los católicos, se nos pretendiera torcer la concepción aberrante y/o inmoral de la conducta homosexual (más aún la del genocidio abortista), deberíamos oponernos sin tregua, asumiendo la exclusión social, la persecución e incluso la muerte. Ya lo manifestaba San Josemaría Escrivá de Balaguer: Defiende siempre la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte.
Es verdad, me expreso muy mal.
Deficiente (mire el diccionario) es el que tiene una deficiencia, luego el señor Sebastián está tratando de deficientes a los homosexuales
anacleto
Ya sabe, aplique su elaborado razonamiento al celibato.
Que Dios lo bendiga
Puede insistir en enrocarse lo que quiera; eso no va a cambiar las palabras del Card. Sebastián.
Él definión el "amor homosexual" como deficiente, en relación al amor natural entre hombre y mujer; y explicó las razones; no procrea; no expresa la complementariedad de hombre/mujer.
Y si, el celibato es deficiente ante el mantrimonio, obvio; su propia definción lo dice: el abstenerse de contraer matrimonio: por lo tanto es deficiente ante los bienes del matrimonio.
Y el matrimonio es deficiente ante el celibato: ya que no expresa la entrega absoluta ante el principio de entrega al bien por el cual se consagra el celibato.
¿Y? ¿Acabo de ofender gravemente a los consagrados de la Iglesia Católica, que son célibes? Acabo de ofender gravemente a los casados de la Iglesia Católica?
Ya sabe, aplique su elaborado razonamiento al celibato.
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Sea.
1º.- Parece usted confundir, implícitamente, celibato con castidad.
Célibe es quien no ha tomado estado de matrimonio. Casto, quien se abstiene de toda conducta sexual o solo realiza aquellas lícitas. Por ejemplo, un matrimonio que solo ejecuta el acto conyugal lícitamente, y se abstiene de otros ilícitos, es casto. Hay una castidad matrimonial.
2º.- No es lo mismo ejecutar una conducta deficiente, como la homosexual, que no ejecutar conducta sexual alguna. La deficiencia en la conducta humana sexual homosexual radica en su marginalidad estadística, por un lado, y en su no adecuación al fin propio de la conducta sexual humana, por otro.
El célibe casto no tiene una conducta sexual deficiente por la sencilla razón que que no tiene conducta sexual. No puede haber deficiencia en una acción inexistente, que no se da, no siendo la propia inexistencia de esa acción una deficiencia en esa acción, una acción deficiente. Para que haya deficiencia en una acción, acción deficiente, previamente ha de haber la acción de la que se predica su ineficiencia. Si yo afirmo de un matemático que su acto quirúrgico es deficiente (y, por lo tanto, es un mal cirujano), estoy expresando un sinsentido, dado que la forma de actuar de un matemático, como tal, no es el realizar actos quirúrgicos.
3º.- La conducta sexual humana es una exigencia de la especie humana, no de cado uno de los individuos de la misma, que puede en su caso (por amor a Dios, por ejemplo, o por autodominio) abstenerse totalmente de ella. Por lo tanto, quien opta por el celibato casto, no está deficientemente comportándose respecto de la sexualidad humana, como sí lo está el que ejecuta actos homosexuales.
CONCLUSIÓN.- Su objeción es improcedente.
Faltaríamos al respeto a los homosexuales si por ejemplo hiciéramos burla ó escarnio de su forma de ser ó de sus costumbres, pero hacer un juicio argumentado sobre esa forma de ser no se puede considerar una ofensa, y estamos abiertos a que la otra parte nos conteste con sus argumentos. Por eso decíamos que la blasfemia es comparable a hacer burla ó escarnio, pero no lo es cuando se intentan dan argumentos.
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