Programar la predicación de todo un año

Don Roque era monotemático en sus sermones. Tocara la lectura que tocara siempre acababa con la confesión. Por eso aquel año, al llegar la fiesta de San José, sus feligreses se dijeron: “San José… hoy tendrá que hablar de otra cosa”. Pues así comenzó don Roque: “Hermanos, San José era carpintero, así que bien podría hacer confesionarios. Hablemos por tanto de la confesión que es lo mismo”.

No sé si tanto, pero los curas tenemos el riesgo de ser pelín monotemáticos. Los pobres, la confesión, el sexto mandamiento (rara avis, eso sí), la precisión litúrgica o la maldad de la jerarquía eclesiástica. La gravedad del asunto es que se nos queden en el tintero semana tras semana cosas que tiene su importancia.

La homilía es la formación continua básica del católico inicialmente convertido. Soy de la opinión que a lo largo del año litúrgico sería necesario tocar los temas esenciales de fe, liturgia y moral de forma que año tras año se fuera recordando y explicando lo fundamental. Lo cierto es que basta recorrer las fiestas principales y la liturgia de la palabra de cada domingo para que el objetivo se cumpla sin demasiadas complicaciones. Con todo y eso, habida cuenta de esa tendencia a ser pelín monotemáticos o tendenciosos con ciertas cosas, lo mismo nos venía bien a cada sacerdote, al inicio del año litúrgico, hacernos un esquema homilético para todo el año. No es tan complicado y alguna vez lo he conseguido llevar a cabo.

Se coge uno una hojita que ahora con el ordenador es muy sencillo. En ella, con toda paciencia, se va colocando la serie de domingos y fiestas del año litúrgico con una indicación mínima sobre el contenido de las lecturas, para situar al lado el núcleo de la homilía de ese domingo. Posiblemente al acabar nos demos cuenta de que hay cosas que están en tres, cuatro o cinco domingos. Tal vez otras en ninguno. Pues ahí es donde viene el encaje final.

A lo largo del año tiene que salir la explicación del credo, los mandamientos, sacramentos, oración, vida cristiana, vocación, compromiso en el mundo.

Nos vendría bien hacerlo a los sacerdotes justo para darnos cuenta de que cada cual en sus circunstancias tiene su tendencia a escorarse en determinadas direcciones. Lo grave de la cuestión es que eso repercute en la formación de los fieles, que puede acabar en una deformación aunque sea involuntaria.

Todo esto más que los curas, lo perciben los fieles, que se dan cuenta de que en su parroquia jamás se habla de… ni de… ni tampoco de esto otro, mientras don Roque dale que dale con el confesionario, y don Venerando con el sexto mandamiento. Menos mal que luego Pepe, en sus misas, nos recuerda cada domingo que lo importante es estar con los pobres.

Para don Roque, don Venerando. Para Pepe y para un servidor, ¿por qué no hacemos un esquema de predicación para todo el año litúrgico? Nos ayudará a nosotros y sobre todo será muy beneficioso para los fieles.

14 comentarios

  
Luis Fernando
Oiga, tiene usted un sentido común eclesial poco común.
26/01/14 10:58 AM
  
Emilio
¿Y qué tiene de extraño que D.Venerando tenga la manía del sexto mandamiento, habida cuenta de lo "venéreo" del tema?
26/01/14 12:12 PM
  
Anacoreta
Me viene una señora y me comenta entre otras cosas, una pasada homilía que escuchó en una parroquia: Sí, muy bien, por eso a alguno en esta semana de la oración por la unidad de los cristianos se le ha ocurrido decir en la homilía que recemos por los hermanos separados, no para que vengan a nosotros (se entiende a la Iglesia Católica) sino para que caminemos en el mismo sentido. Y me pregunta esta señora: me pude usted explicar qué quería decir con eso ¿es que ese señor cura no cree en la unidad de la Iglesia Católica? qué otra unidad hay fuera de ella, o es que para conseguir la unidad con los separados (que se fueron por su propia voluntad) tenemos que salir de la unidad de la Iglesia Católica.
Me quedé pensando que claro, cuando se habla y no se especifica pasan estas cosas, o bien es que no se tienen las ideas muy claras. Gracias por la tarea Don Jorge y feliz domingo.
26/01/14 2:21 PM
  
Marìa Elizalde
¡Genial D. Jorge!
Ojalá llegara a ser realidad, ese repaso formativo,
a través de la explicación evangélica y las lecturas dominicales, porque monotemáticos muchos lo son, e ideológicos también. Repiten siempre lo mismo, sin novedad y utilizando el evangelio como quieren, aunque es verdad, que tenemos que hacer el vacío interior, no vaya a ser que sólo nos guste la homilía, si coincide con lo que queremos escuchar.
Un cordial saludo
26/01/14 4:06 PM
  
Maria-Ar
Muy buena idea, Padre!

Ojalá hoy se escuche la voz del Señor..!

Bendiciones!
26/01/14 4:16 PM
  
Alvaro Menéndez
Completamente de acuerdo.
Durante mis estudios del Bienio de Teología en San Dámaso dos profesores insistían con acierto en la misma cuestión.
Gracias por el artículo.
26/01/14 4:30 PM
  
Anónima de las 11.11
Buenísimo!

Tal vez muchos sacerdotes procuran más que las homilías sean breves, por eso de que no pase la Misa de los 45 minutos y se le quejen los feligreses, que de la "miga".

El inefable Joseph Ratzinger hace aportaciones valiosísimas a este respecto en Dogma & Preaching, una de sus joyas!

26/01/14 6:30 PM
  
irus
Homilías excepcionales son las que hace un presbítero que ESCRUTA la Palabra. No sirven de nada sermones moralistas en los que desaparece por completo la Palabra de Dios para aparecer la palabra del cura que lee un rollete que se escribió cuando iba a parvulitos. O que nos cuenta vida y milagros de no sé qué historias que nada tienen que ver con lo que Dios nos dice en su Palabra, que precisamente es lo que El quiere para nosotros en ese momento concreto de la historia demcada hombre.
26/01/14 6:31 PM
  
Calígula
La verdad es que es una buena idea, aunque difícil de llevar a cabo.
26/01/14 6:47 PM
  
Carlos Platas Seixas
Para eso pienso que la tarde del sábado el sacerdote se debe encerrar en el despacho, decir "no estoy para nadie" y preparar a conciencia la homilía con varios borradores. Una tentación de estos tiempos modernos es sacarla de internet, y puede ser peligroso esto.
26/01/14 7:44 PM
  
Maga
Padre,,sé que me salgo del Post. Sólo pedía que rezasen por la hermana de una amiga mía, que con sólo 31 años está gravísima de leucemia. De hecho, los médicos sólo le dan 15 DÍAS DE VIDA. En circunstancias como estas, no hay fuerza como la Oración.
27/01/14 2:13 AM
  
Muffin
La idea (que supongo que no es nueva) es buena. Pero solo si viviéramos en un mundo ideal, en el que los feligreses vienen cada día a Misa y siguen con atención ese plan de formación. En la vida parroquial hay tantas variables que pueden influir (fiestas, situaciones locales, acontecimientos varios...) que ese plan anual solo se puede hacer de una forma muy general. Por otra parte, hay temas en los que hay que hay que insistir para que queden claros, aunque sea de diversos puntos de vista. Eso lo sabe cualquier profesor.
27/01/14 12:44 PM
  
Muffin
Irus, auqnue no tengo nada contra el sentido de la palabra escrutar (muy usada en ámbitos del Camino, aunque no solo), la palabra en si me parece fatal. Suena como una función fisiológica.
27/01/14 12:46 PM
  
Eduardo Jariod
Lejos de mí meterme en camisas de once varas, que doctores tiene la Iglesia. Solo decir que me parece que las propias lecturas del día muestran suficiente variación como para no caer en lo monotemático. El que un sacerdote acabe hablando siempre de los mismo con independencia del contenido de aquellas puede deberse bien a una dificultad en su personalidad que le hace tener siempre presente cierto aspecto del dogma o de la moral, bien a que percibe las necesidades espirituales más urgentes en su feligresía.

En cualquier caso, lo redundante cansa y empobrece, más aún teniendo en cuenta la infinita riqueza de las Sagradas Escrituras.
27/01/14 1:22 PM

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