"Operaciones kilo" improvisadas
Esta mañana me han llamado de Cáritas. Una empresa, situada casi en el centro de Madrid, necesita “liberarse” con urgencia de 500 kg. de alimentos recolectados en una operación kilo entre empleados, clientes y amigos. No es la primera vez que me pasa. El año pasado una cosa semejante. En aquella ocasión más de mil kilogramos que también era necesario llevarse como fuera y a todo correr.
Pues he tenido que decir que no. Primeramente porque no es fácil encontrar un transporte a carreras para mover más de 500 kg. de alimentos. Pero es que, además, las operaciones kilo suelen ser pródigas en legumbres, arroz y macarrones, que es justo lo que ahora mismo en el economato tenemos hasta decir basta.
Otra vez fueron juguetes. Alguien tuvo la feliz idea de ser solidario pidiendo juguetes para los niños necesitados en el colegio de sus hijos. En pocos días, una montaña. Esa vez vinieron personalmente a la parroquia para ofrecerlos, entre otras cosas porque ya no se podía ni caminar por el hall del colegio. Buenas, que venimos a traer una camioneta de juguetes, quizá dos. Pues no puedo hacerme cargo. Pues vaya… con la ilusión que habían puesto los niños. ¿Y no sabrá usted dónde llevarlo? Pues no… ¿Y ahora qué hacemos?
Sé que estamos en días especialmente solidarios. No es extraño que en muchos corazones broten deseos de buena voluntad aunque, por lo que vemos luego, con poco más. Así te encuentras con campañas del kilo por doquier y recogidas de juguetes destinados a los más desfavorecidos que se ponen en marcha sin saber para qué, para quién, dónde y cómo. Y vienen las sorpresas.
Por eso en estos días me permito sugerir a tanta gente buena que lo primero no es la campaña, que es siempre lo más sencillo. Lo primero es conocer las necesidades, saber cómo colaborar, y sólo a partir de ahí ponerse en marcha. Me contaban hace años una campaña del kilo para una casa cuna donde se llenaron de arroz y garbanzos pero apenas llegó leche maternizada, por ejemplo.
La solidaridad o es organizada o se convierte en un caos de buena voluntad, pero que incordia. ¿Una campaña del kilo? Perfecto. ¿Para quién? ¿Han hablado con la institución correspondiente? ¿Saben exactamente qué es lo que necesitan? ¿Tienen medios para recoger, almacenar, transportar? ¿Hay voluntarios suficientes? Si no tienen respuesta clara a todo eso es mejor no ponerse en marcha.
Y con los juguetes un cuidado muy especial. Es época en que, ante los reyes, urge limpiar armarios y cuartos. Ya me entienden.
11 comentarios
Es algo muy sencillo pero eficaz para canalizar bien la solidaridad.
Quiza estaria bien (desconozco si existe) un foro, lista de correo, etc... donde las distintas Caritas parroquiales buscaran lo que les falta y ofrecieran lo que les sobra para "equilibrarse"
¿Con qué entidades, parroquias, etc... está usted trabajando en red?
¿Les ha pasado el teléfono del Banco de Alimentos de Madrid? ¿De una delegación de Cáritas que trabaje ese tema?
En mi parroquia en San Blas faltan alimentos; también faltan voluntarios para transportarlos, pero alguno hay...
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Jorge:
Tranquilidad. Si me llaman de Cáritas se supone que ellos sabrán que hacer. A ver sí voy a tener que ser yo quien informe.
Por decirlo brevemente, muchos tienen deudas pendientes de pagar, y no pueden pagarlas porque también tienen otras deudas pendientes de cobrar de terceros. El mecanismo de compensación que propone esta Web viene a "conectar" y compensar unas y otras para aligerar el total de obligaciones de quienes estén registrados en el sitio (naturalmente, cuanta más gente se apunte a dicha web, más fácilmente se encontrarán estas posibles compensaciones y más se podrá aligerar). Y una vez alguien ha reducido su endeudamiento, le resulta más fácil conseguir nueva financiación.
El caso es que el funcionamiento de esta web me recordaba lo que nos cuenta D.Jorge: en muchos sitios hay un "exceso" de donaciones, recogidas quizá con tanta imprevisión como buena voluntad, donaciones que son necesarias en unos sitios sí, pero en otros no. El problema con esas donaciones no suele estar tanto en que no sean necesarias, cuanto en que se llevan al lugar erróneo, no a donde faltan sino a donde no se necesitan ni pueden gestionarse.
De modo que el problema está en la coordinación entre oferta y demanda de caridad, y posiblemente también en la poca información disponible relativa a dónde hay demanda y en qué consiste en concreto esa demanda que hay.
Un saludo.
- En primer lugar, información clara y fácilmente localizable relativa a qué se necesita y qué no, a dónde se necesita y dónde no. Del mismo modo que hay webs que informan del estado de las carreteras o de los embalses, no estaría de más poder informarse de si en tu parroquia, diócesis o provincia lo que se necesita es aceite, leche materna o material de aseo personal, mientras que lo que sobra son juguetes, legumbres y arroz, y así saber qué donar.
- En segundo lugar, un mecanismo análogo al de la Web de compensación de deudas que citaba, con el que quien tenga una donación dispuesta a entregarse, pueda localizar dónde es necesario ese material en concreto que ya tiene recogido, y así poder ofrecerla con ciertas garantías de que llegará a quienes más lo necesitan en ese momento.
PD: Tras un vistazo somero a la web de Cáritas y a la de Cáritas Madrid, no veo que ofrezcan la información sobre qué se está necesitando más. Lo que sí veo es que ofrecen un correo que aparentemente se ocuparía de lo que menciono en el segundo punto:
"Si quieres hacer una donación de ropa, muebles o alimentos, puedes dirigirte al mail [email protected] explicando cuál es tu donación y nos pondremos en contacto contigo a la mayor brevedad.".
Imagino que habrá correos semejantes en otras diócesis.
Un saludo.
Por lo tanto es usted o su Cáritas parroquial quien debe informar a esa empresa de con quien contactar en Cáritas Madrid. Álvaro aporta el email
[email protected]
Ahora depende de usted y de su Cáritas parroquial que esta valiosa información llegue a esa persona que tiene esa comida para aportar.
Si una Cáritas parroquial (con su párroco a la cabeza, o quien la parroquia haya desigando para este servicio) no saben derivar a un donante a una Cáritas diocesana, sobre todo en una diócesis rica y potente como Madrid... ¡¡es que somos peor que el ejército de Pancho Villa!
¿Somos una red o somos un mogollón de individualistas? No todos son profetas, ni todos curan enfermos, pero al menos sabremos dar el teléfono de quien sí lo hace...
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Jorge:
Me temo que no me he explicado bien. La llamada fue de Cáritas Vicaría a la parroquia. Por eso digo que mejor que yo saben los recursos y las necesidades.
Y de esa información deficiente, vienen esas descoordinaciones (aunque también es cierto que vd es víctima propiciatoria para encasquetarle este tipo de lotes, dada la notoriedad de su economato).
Por eso lo que decía: si Cáritas dispusiera de un control centralizado y suficientemente actualizado del stock disponible de productos de cada categoría y subcategoría en cada centro de Cáritas de cada parroquia y diócesis, no le llamarían a vd para ofrecerle lo que ya tiene sino a quien ande corto de esos productos.
Y si la web de Cáritas informase en cada momento de qué tipo de productos son más necesarios (porque de otros tipos hay suficiente), la gente sabría qué debe donar (incluso podría informarse de ello en los propios puntos de recogida de esas "operaciones kilo")
PD: Me da la impresión de que a veces quienes colaboramos en las "operaciones kilo" tenemos el criterio viciado por los estereotipos de posguerra, según los cuales lo más necesario es siempre: harina, legumbres, arroz, aceite, azúcar y sal (y seguro que me dejo algo, pero no creo que gran cosa).
El problema es que no estamos en una posguerra sino en una crisis, de modo que las necesidades son menos de mera supervivencia (hay suficiente cantidad de esos productos TAN básicos) y más de cubrir dignamente y con cierta calidad unas necesidades básicas mas generales que la mera alimentación (lo que incluye aseo, productos infantiles, material escolar, menaje para el hogar, ropa -sobre todo infantil, que se crece mucho-, etc)
Y claro, si a muchos no se nos recuerda que las necesidades son estas otras, nos ponemos en marcha con la posguerra en mente...
...y luego pasa lo que pasa: que se acaban reuniendo toneladas de recursos del tipo que menos se necesitaba.
Un saludo.
A lo que dice vd, añadiría yo que la Iglesia es capaz de obtener, de cada euro, un rendimiento muy superior al que podemos lograr los particulares. Según se informaba en su día en la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia en España (2011): "Cada euro que se invierte en la Iglesia rinde como 2,39 euros en su servicio equivalente en el mercado".
Eso significa que si alguien compra un kilo de harina y lo dona, con ese mismo dinero la Iglesia conseguiría adquirir 2,39 kilos de harina (y no entro en la flexibilidad que permite la donación de dinero, que no permite la donación en especie).
PD: La citada Memoria:
www.conferenciaepiscopal.es/index.php/notas/2013/3568-la-iglesia-asistio-en-sus-necesidades-basicas-a-mas-de-43-millones-de-personas-.html
PD: De todos modos, imagino que la colecta en especie (operación "kilo") tiene un "sabor" especial para quien dona que no tendría la colecta en metálico (operación "euro").
PD: Tampoco nos podemos olvidar de ese "limpiar armarios y cuartos" que mencionaba D.Jorge, ya que a veces los objetos donados no se acaban de comprar sino que ya se poseían en el momento de donarlos. Esto no siempre tiene que ver con los juguetes sino con la ropa del niño que ha crecido antes de poder estrenarla o con el típico "no me acordaba de que ya tenía esto, y voy y lo compro otra vez; creo que voy a donarlo porque no lo necesito dos veces" (aunque esto ya se aleja del tema de la entrada, ya que nadie dona media tonelada de material de semejante forma, aunque sí puede aprovechar esa "operación kilo" para dar salida a esto).
PD: ¿No es un poco triste que tengamos tan olvidada la palabra "cuestación", que precisamente significa "Petición o demanda de limosnas para un objeto piadoso o benéfico"?
Un saludo.
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