Economato. Solo por Carmen ya mereció la pena
Carmen, evidentemente nombre ficticio, lleva más de un año recibiendo comida de Cáritas. Dos niños y un marido que un día se largó y hasta el momento. Se le entrega lo que buenamente se puede: pasta, arroz, legumbres, leche, galletas para sus dos niños… y poco más. El día que le toca recibir comida deja a los niños con su madre, porque aunque no se separa de ellos por nada del mundo, no quiere que la vean pedir limosna. Ya se sabe lo que son las colas de Cáritas.
Ingresa apenas unos pocos euros echando algunas horas como asistenta en una casa. No hay más. Y con esos mínimos ingresos compra lo más indispensable, que es, en definitiva, casi nada. Dos niños en el cole: libros, cuadernos, material, y aunque la ropa la consigue en un ropero de caridad no hay manera. Así que comer, lo que se dice comer, legumbres, arroz, pasta y mucho tomate frito acompañado por una lata de atún cuando se puede.
Ayer fue una de las primeras en entrar en el economato, y en esta ocasión se trajo a uno de sus niños. Es que, me dijo, no es igual venir a que te den algo, que traerlo a hacer la compra. No es lo mismo.
No sé si brillaban más los ojos de Carmen o los del crío ante el despliegue del modesto economato que Cáritas pone a su disposición. Desde lejos los iba observando. Porque además de lo de siempre, esas legumbres y el arroz de cada día, los macarrones y el tomate, en la cesta entraron unos yogures de sabores, huevos, verdura, cosas congeladas, dulces. Se lo advertí a los voluntarios: al menos en estos días permitidles pequeños excesos. Ya se lo tienen ganado.
Hablé con ella a la salida. Y me confesó algo que me estremeció: “mire, lo primero que he puesto en la cesta ha sido pescado congelado. Hacía seis meses que no lo probábamos”. Un escalofrío te recorre el cuerpo.
En un apartado aún le dije más: “Carmen, si un día no puedes dar nada me lo dices y yo lo arreglo”. Esta fue su respuesta: “no, para mí es importante aportar algo, saber que yo me lo gano. Y espero un día dejar de venir y empezar a ayudar yo”.
Solo por Carmen y sus críos ya mereció la pena abrir un economato.
19 comentarios
Que siga así padre y gracias por compartirlo con todos nosotros.
Y sobre todo, gracias al Padre del Cielo, que como ayer nos recordaba el Evangelio, ha mostrado estas cosas a los sencillos.
De una recia ternura, si me permite el oxímoron.Es difícil escribir sobre el amor de madre, la solidaridad y la dignidad humanas sin caer en empalagosos romanticismos o en hueras proclamas sindicales.
Sorprende el ver que sus iniciativas parroquiales valen mucho más que sus excelentes artículos.
Que Dios le bendiga.
Asi como el hombre quiso probar a Dios(si decia la verdad) y cayo a la hoguera de las pasiones,asi Dios hace de nuestras pasiones la prueba de fuego para levantarnos.
Lo unico bueno que veo,es que Dios se meta en todo lo nuestro...
pd;Porque no es lo mismo dignidad que orgullo,ni indignidad que humildad,pues no hay nadie mas indigno para Dios que el orgulloso y mas digno que el humilde.
Ha sido Carmen una mujer realmente digna;“no, para mí es importante aportar algo, saber que yo me lo gano. Y espero un día dejar de venir y empezar a ayudar yo”.
Hay muchos que prefieren robar a pedir,pedir nos da verguenza,y parece que robando,salvaguardamos nuestro orgullo¡que engaño diabolico!.Nos damos cuenta cuando nos pillan las conciencias ajenas,porque la nuestra la hemos echado la memoria del olvido ,no vaya a ser que nos pille ella primero y nos convenza que pedir por necesidad,es un acto de humildad;una penitencia.
La Paz de Crsito.
pd2;Pedid y se os dara,robad,y os quitare de MI vista.
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Jorge:
Y si es la Iglesia la que tiene que garantizar el estado del bienestar y trabajo para todos, entonces para qué están los políticos?
He descubierto tu blog hace poco y, aunque no siempre estoy de acuerdo con tus opiniones, en todas las ocasiones me enriqueces en algo. No pierdas tu estilo a la vez humorístico, realista y misericordioso.
Que Dios te bendiga.
GRACIAS.
Cuestión colateral:
quiero ayudar a Cáritas e incluso directamente al Economato, pero por ahora sólo puedo hacerlo desde PayPal. Tengo unos pequeños ingresos por esa vía y quiero donarlos pero no hay manera. La web de Cáritas me dice: "El sitio web www.caritas.es requiere un certificado de cliente" y no puedo pasar de ahí. ¿Puedo ayudar desde PayPal? (Exclusivamente a entidades relacionadas con la Iglesia)
Que Dios lo bendiga a usted y a todas las buenas personas que ayudan a los más débiles de la sociedad, que están en situaciones de extrema necesidad.
Me ha dado pena, ver la realidad por la que están pasando muchas personas en este país.
Un saludo afectuoso.
No es un reproche, ni muchos menos un desprecio, a la Caridad asistencial, pero creo que sería necesario que la Iglesia trabajase más por cuidar la Caridad estructural, denunciando a los políticos que construyen una economía al margen de la Caridad, basada en el afán de lucro capitalista, y causante de graves injusticias.
Así como también impulsando partidos políticos de laicos católicos, decididos a que las mismas estructuras económicas estén impregandas de Caridad y no de egoismo liberal capitalista, del cual se siguen todas estas situaciones de injusticia.
La Caridad asistencial es muy loable, pero no basta con ella. Hay que impulsar también desde la misma Iglesia la Caridad estructural.
Solo agradecer que lo más "pequeño" nos toque el corazón y nos invite a colaborar.
Un abrazo D. Jorge
El que pasa apuros económicos, entiende perfectamente a esa señora, nadie quiere ser un mendigo, (salvo algunos caraduras), y menos a los ojos de nuestros hijos, pagar aunque sea un poquito, DIGNIFICA.."mendigar me da vergüenza", como dijo el administrador infiel, de la parábola del Evangelio.
Pero también le entiendo a VD. Padre Jorge, a una persona con esos miserable ingresos y dos hijos a su cargo, es una vergüenza cobrarle por los alimentos, (aunque sea un poco), y ya veo que tomó nota de una sugerencia anterior que le hice en otra entrada, que es ni más ni menos lo siguiente: a los pobres, (ya podemos decir indigentes) bonificarles los alimentos y a los demás descontarles en función de su nivel de ingresos.
De todas formas Padre Jorge, sígale ofreciendo a esta persona la posibilidad de llevar los alimentos gratis, porque vivir así en Madrid es horrible, es vivir prácticamente en la MENDICIDAD y la MISERIA, siempre se presentan gastos extras, y es posible que algunos meses (aunque le de vergüenza) tenga que llevar los alimentos gratis.
Pero ya le dije en otra entrada anterior, que la raíz de la pobreza material, es la POBREZA ESPIRITUAL.
A esa persona y a sus hijos, Vd. como pastor de almas debe REGENERARLAS espiritualmente y hacer que no se avergüencen de su pobreza, SINO QUE SE AVERGÜENCEN DE SUS PECADOS.
Acuérdese Padre; LA CORRUPCION SOCIAL, ENGENDRA EL PECADO SOCIAL, Y EL PECADO SOCIAL, las desigualdades sociales y la pobreza social, así como el vicio y la corrupción personal, engendra el pecado personal y la ruina espiritual, que lleva a la pobreza económica, pero no olvidemos que LA CORRUPCION Y EL PECADO SOCIAL, no es sino la suma de pecados individuales, que llegan a abarcar a toda o casi toda la sociedad.
Entonces esa señora, no se tiene porqué sentir avergonzada, no señor, ella gana su poco dinero DIGNAMENTE, trabajando y ella no tiene culpa de que su marido la haya abandonado, tampoco tiene culpa del desastre económico de España y debería enseñar a sus hijos, que a veces en la vida nos toca pedir, y que no debe darnos vergüenza..pero también podemos dar..por ej. ayudar a la parroquia con nuestro tiempo o cosas que sepamos hacer.
Y en otro plano de cosas dice VD.:
Jorge:
Y si es la Iglesia la que tiene que garantizar el estado del bienestar y trabajo para todos, entonces para qué están los políticos?
Lo que confirma mis afirmaciones en otra entrada.
Los políticos, por Ley constitucional, y por deber moral con sus gobernados deben garantizar el estado de bienestar y el trabajo para todos.
Otra cosa es que moralmente, la Iglesia tome iniciativas sociales, para ocuparse de los pobres y necesitados, pero no lo hace por ley CONSTITUCIONAL, sino por Ley Divina, es decir por MANDATO DE CRISTO.
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