Confirmación: tenemos un problema
Sería interesante conocer las estadísticas, ahí estarán, de bautizados y confirmados cada año en España. Me temo que, siendo generoso, más de la mitad de los católicos no han recibido este sacramento y, por consiguiente, tienen sin completar su iniciación cristiana.
¿Por qué mientras bautizos y primeras comuniones siguen siendo algo mayoritario, la confirmación se convierte en un sacramento poco menos que para “elegidos”? Evidentemente hay un fuerte componente social, y Dios nos libre de que este sacramento acabe convertido en la fiesta de los quinceañeros tan en el estilo hispanoamericano.
A mi modo de ver tenemos dos cosas importantes que resolver:
Una, y la veo como general en toda la vida cristiana, es que estamos empapados del más puro pelagianismo, según el cual la vida cristiana es cosa de uno y punto final.
Error, gravísimo error. La vida cristiana es gracia, es don de Dios, y sin ese don de Dios se convierte en nada. Dios nos regala su gracia a través de dos caminos: oración y sacramentos, sacramentos y oración. Si no acertamos a comprender ese don de Dios, entonces todo lo demás viene seguido. Da igual bautizar al niño con una semanas, con meses o con años. No es cosa del sacramento si no de pura estética y conveniencia familiar. No digamos nada lo de las primeras comuniones. Para que los hermanitos la hagan juntos no hay problema en atrasar la del mayor un año o más. Es decir, el mayor un año sin comulgar. No pasa nada. ¿Acaso se necesita la comunión ara ser mejor persona? Pues eso… puro pelagianismo.
Y si no se ve la necesidad de bautismo o eucaristía, como para tratar de que se entienda la confirmación. Las familias la ven, en demasiados casos, como algo meramente opcional. Así nos va. Llega el momento de recibir la confirmación y siempre hay algún pero: estudios, deporte, actividades, amigos… Y el reproche a la parroquia por no saber atraer. Quizá tengan su parte de razón, pero el planteamiento que yo me hago es otro: no es fácil perseverar en la vida cristiana en la adolescencia y juventud, lo vemos cada día, ¿y pretendemos encima privar de un sacramento que es fuerza para vivir la fe y dar testimonio de ella?
La otra cuestión por resolver es la del mismo nombre del sacramento. En muchos países recibe el nombre de “crisma”, lo cual es mucho más rico y se presta a menos confusiones. Porque unido al nombre se da una confusión teológica grave según la cual el sacramento de la confirmación es algo así como la aceptación personal del bautismo que uno hace en la adolescencia o juventud. Pues no, no tiene nada que ver. La aceptación del bautismo, su renovación, ya la hacemos cada año en la noche de Pascua. El sujeto del sacramento no “confirma” nada, es confirmado en su fe por la crismación, que es muy distinto.
Llega el inicio de curso. Habrá que explicar esto muy bien a los padres y posiblemente ir adelantando la edad de la confirmación. Precisamente porque los niños adelantan que es una barbaridad, antes necesitan la fuerza del Espíritu para poder vivir como cristianos. No pasa nada por hacerlo, todo lo contrario. Preguntemos a la gente de nuestras parroquias, a esos cristianos fieles de siempre, por la edad en que recibieron el sacramento: seis, siete, ocho años… y ahí están.
54 comentarios
Muchos de ellos en su etapa de adolescencia por rebeldia y/o otros motivos no quisieron confirmarse y ahora años mas tarde quieren completar su iniciación cristiana.
No nos olvidemos de esta realidad, quiza uno de los problemas es que la confirmación esta en unas edades complicadas.
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Jorge:
Creo que debe poner más azúcar en su desayuno.
Por lo demás, don Jorge, pienso que las cofradías, uno de los pocos reductos donde hay jóvenes, podrían ser un buen eslabón de catequización del Crisma.
A propósito de todo esto, cuando salió la noticia de que un/una transexual/transexuala, reclamaba el sacramento de la confirmación, pasado más de medio siglo de su nacimiento, me comentaron que, en contra de mi creencia, no era necesario estar confirmado para casarse por la iglesia ( y no hablo de alguien no bautizado que se casa con un católico o una católica según sea el caso).
Me sorprendió mucho la noticia de que no es necesario estar confirmado para casarse, pero las personas que me aseguraron eso merecen toda mi credibilidad. Creo que si para casarse no se reclama este sacramento, pues igual muchos tratan de evitarlo, máximo cuando es creencia de gente con poca formación religiosa, que el obispo te da una bofetada para administrarlo. Eso dejando de lado, que para recibir un sacramento hay que recibir antes una formación, y que mucha gente después de leer la crónica del partido de futbol o la crónica rosa de la prensa rosa, parece que ya tiene sus neuronas temblando por el agotamiento, y no quiere recibir más información, por mucho que ésta esté explicada en los términos más sencillos posibles.
La cuestión que me planteo es: ¿Y de dónde viene esa concepción del pelagianismo?
Que yo sepa, el fundamento teológico del pelagianismo, su negación de la gracia, surge de un primer error de base, que es la negación del pecado original, sin el cual no hay una primera condenación universal ni se requiere de la divina gracia de una salvación universal. Y, eliminado el papel de Dios en la salvación, ésta queda en manos del hombre.
Así pues, en ese pelagianismo de hoy... ¿Podría haber también esa negación de la realidad del pecado original? Me da que la respuesta es afirmativa, aunque más que negación pueda ser una ignorancia de ello (equivalente a efectos prácticos).
Lo siguiente sería plantear: ¿Y por qué se manifiesta hoy esa ignorancia? Una posible respuesta podría ser la edad tan temprana a la que se celebran los bautizos.
Cuando existe Fe en los padres, cualquier tardanza en bautizar a los hijos les "quema las manos", lo que significa que sí creen en la gravedad de mantener al niño en el pecado original y fuera de la Iglesia.
Pero una vez bautizado el niño, este prurito se adormece y olvida, porque al fin y al cabo los padres piensan que el niño ha quedado tan absolutamente "limpio" que olvidan que la acción del pecado original va más allá del propio bautismo, ya que de él proviene nuestra tendencia a endiosarnos y la debilidad de nuestras propias fuerzas y de nuestra propia voluntad, que tiende a caer una y otra vez en el pecado. Esto nos acompaña toda nuestra vida incluso cuando, por haber sido bautizados, hayamos visto restituidos esa santidad y justicia originales de los que nos habíamos visto privados en nuestro nacimiento.
Así pues, creo que, para combatir ese pelagianismo en el que vivimos, habría que dejarse de ñoñerías postconciliares y empezar por incidir más en la cuestión soteriológica del efecto real y permanente del pecado original en las personas, y de la Iglesia y la Gracia divina como única vía de salvación.
PD: Como siempre, D. J.M.Iraburu ha tratado también este tema en su blog:
[http]://infocatolica.com/blog/reforma.php/1302190509-209-reforma-o-apostasia-v-la
Un saludo.
D. Jorge ha querido decir que afortunadamente y al reves que ocurre con las bodas o primeras comuniones, la confirmación no se ha convertido en un acto social para el lucimiento de las familias.
En mi caso personal mi curso de preparación fueron una sucesión de reuniones que si bien no estaban mal planteadas, eran eso reuniones. No tuvimos momentos de oración, no compartiamos la eucaristia, etc... quiza ademas de los conocimientos tendriamos que dar un curso practico de relación con el Señor.
Creo que no me equivoco si digo que en la parroquia de D. Jorge tendran mas de un encuentro en la capilla de Adoración perpetua.
Al fin y al cabo la confirmación es un Sacramento que imprime caracter por lo que el confirmado cuenta con ayuda para ser fiel en su vida cristina.
Y por otro lado es bastante dudoso que los niños de 8 años sepan realmente a quien se recibe en la Eucaristía.
Exigir a esas edades tres o dos años de catequesis ñoñas y soporíferas en la que nada se les enseña es otra barbaridad.
No pocas Diócesis la realizan ya dos o tres cursos tras la Primera Comunión. Si el niño comulga a los siete años, sigue su catequesis tres años más y se confirma con 10/11, entra en la adolescencia bien preparado, con habito de asistir a catequesis y seguir formándose, Y CON LA GRACIA DE DIOS podrá perseverar mejor que como se hace en la actualidad.
Expongo razones:
- El proceso para hacer la Confirmación dura escasamente dos años en las Parroquias. El niño hace la Comunión a los 10 años, y la Confirmación a los 12. ¿Con esta edad, seriamente, puede un niño saber qué es la Confirmación? ¿En dos años un chaval esté preparado para ello?
- Se prima las Confirmaciones masa. Quizás esté mejor en la intimidad que ofrece una Parroquia que acoge a sus confirmandos en la comunidad. El problema: que el Obispo y los Vicarios no están dispuestos a ir Parroquia por parroquia; no hay esta voluntad primando otros intereses como que una Celebración en una Catedral o algo así, pueda ser mejor.
Por contra, los Colegios Religiosos y del Opus Dei lo hacen en sus comunidades colegiales, y desde luego, son muy distintas. El chaval, que suele ser mayor a la edad antes referenciada suele tener una mayor preparación y sabe de que va la cosa.
- Lo importante es que el niño haga la Confirmación, da igual como lo haga, si no está ni medianamente preparado, y da lo mismo si el chaval después de aquella celebración volverá a pisar Iglesia. Lo que prima es el número.
- Escasa preparación de los catequistas de confirmación.
- Y encima, si en ciertos foros diocesanos te atreves a opinar distinto, te dicen de todo.
Al darse por supuesto que quienes se preparan a la confirmación están evangenlizados se sientan las bases de este fracaso.
Por ello, la formación para este sacramento debe iniciarse por la aceptación de Cristo como salvador en la vida de uno mediante la práctica del sacramento de la penitencia en un ambiente de ejercicios espirituales o similar. Y luego cobrará sentido preparase para la experiencia de Pentecostés.
No me deja poner la Url, pero recomiendo leer los párrafos que siguen al que cito de Iraburu. Artículo(234)
Usted dice: "no es fácil perseverar en la vida cristiana en la adolescencia y juventud, lo vemos cada día, ¿y pretendemos encima privar de un sacramento que es fuerza para vivir la fe y dar testimonio de ella?"
Pues en mi opinión en muchos casos habría que negar los sacramentos. Cierto, los sacramentos suponen una gracia recibida que sostiene y da vida al cristiano, pero los estamos convirtiendo en algo vacío de contenido y sin valor, y las soluciones que se proponen solo agravan el problema.
Caso especial es el bautismo, pero con comunión y confirmación no tiene sentido dar el sacramento a un niño/joven que no tiene fe alguna, que no piensa en practicar, y que hasta lleva una vida de pecado sabido en múltiples aspectos de su vida. ¿Se puede esperar que se tome en serio el sacramento? si no nos lo tomamos en serio nosotros... difícil.
Por no hablar de las catequesis laxas, en las que nada se enseña ni se examina al catecúmeno (y con examinar no hablo de conocimientos, sino de como anda en la fe... demasiados casos conozco de niños que hacen la comunión por los regalos y nadie ha querido saber nada), no vaya a ser que veamos que no esta preparado para recibir la gracia del sacramento.
Pensémoslo bien, si es por recibir las gracias y para ello vale todo, bautismo, comunión y confirmación cuanto antes, si es sin uso de razón mejor. No?
Y en cuanto a perseverar... seamos sinceros, en muchos casos dichas personas directamente no tienen vida cristiana, la han abandonado hace mucho.
Creo que son mas bonitas las soluciones de cumplimentar sacramentos, y adelantar las cosas para cumplir en ese sentido. Pero hoy día toca pastoral de evangelización, no de mera sacramentalización.
No damos valor a los sacramentos y nos escandalizamos ante la idea de exigir a la persona que los va a recibir cualquier cosa, por mínima que sea. En suma, que estamos haciendo justo lo que el Señor nos dejó dicho que no hiciéramos: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen» (Mt 7,6).
En mis tiempos se hacía en la adolescencia. Lo que ocurría entonces, como ahora, es que a esa edad ya la inmensa mayoría había perdido o pierde la fe o había quedado o queda postergada a una realidad secundaria, para cuando vienen mal dadas. Ni el sujeto puede confirmar lo que ha perdido, ni el sacramento confirmar lo que no existe en el sujeto.
Puede estar seguro que esa teología sacramental que usted ha explicado con tanto acierto como concisión la desconoce el 90% de los católicos bautizados y ¡confirmados!
Por otra parte, los argumentos "haz la confirmación cuanto antes para recibir la fuerza, la gracia, el Espíritu", etc... me parecen también pelagianos.
Algo que has de hacer para lograr tal efecto... pelagiano. Y el padre que aplaza los sacramentos, malo, por no ser eficaz, activo, etc...
Pero si es por gracia, Dios sabrá dar las gracias que él quiera incluso sin sacramentos.
Si es gracia, no podemos presionar. Si presionamos, es que es pelagianismo. Me parece a mí, vamos.
Con frecuencia mi hijo mayor pregunta y le respondo más o menos así: que para el bautismo sí lo llevé por obligación, porque yo me estaba comprometiendo a hacerlo cristiano. Que a la primera comunión lo llevé por convencimiento, porque creía que le convenía, pero que ya entonces no podía ni puedo obligarlo a confesarse. Y que la confirmación era una decisión completamente suya.
"Pastoralmente", como suele decirse ahora, me ha resultado muy conveniente. Nada hace más feliz a un adolescente que tomar sus propias decisiones. Los dejamos decidir su carrera, su ropa, sus programas de televisión, su música y su cine... ¿por qué debíamos negarles la decisión de ser cristianos?
Quizás sea cierto que el joven no decide nada (yo lo dudo porque me lo enseñaron de otra manera, pero me someto a la autoridad). Pero sin duda a mí, a mis hijos y a muchos de sus amigos, la "sensación" de estar decidiendo les ha resultado muy positiva.
Buenas tardes.
Lo que pasa con la confirmación no es un problema, es un síntoma. Igual que con la Eucarístia, la confesión, las bodas y los bautizos. Salvo con el Orden y la Unción, que se toman en general en serio, el resto son síntomas.
Ahora recogemos frutos. ¿Si hace años se abandonó a la grey?, ¿qué?, ¿Vamos a pedir ahora que se comporten como no les enseñaron?
Hay que ser objetivo. En la Iglesia hace años que casi todos abandonaron la exigencia, al menos un mínimo, y llevan lustros evangelizando en la tibieza. Y de esos polvos estos lodos.
Pero vamos, dice Vd de Confirmación, pero es que la Eucaristía diaria es para abuelas y despistados, la confesión es para incautos y luego todos a comulgar el domingo y las bodas, amigo, las bodas...
Hace años que se están casando a parejas que viven juntos desde hace años, sin mostrar ningún signo de arrepentimiento. Se casan dando consentimiento sin consentir, pues no están de acuerdo con compartir los bienes, ni en la vida marital, ni posiblemente en que sea para toda la vida. En esos cursos, cuando la gente abre la boca queda claro en qué condiciones están y se otorga.
Pero, Sr cura, si Vd. lo ha dicho ¿acaso se necesita de algo para salvarse?. Hombre claro que si, pero muy poquito, porque nadie va al infierno.
Infierno, esa palabra que alguna vez se dice en homilías, catequesis, reuniones...
Lo que yo hago para poner URLs es agregar corchetes al http del principio. Por ejemplo, el artículo que vd quería enlazar:
[http]://infocatolica.com/blog/reforma.php/1309090642-234-los-cristianos-no-practic
Por lo demás, imagino que hay un poco de todo:
Por un lado, hay una cierta desidia a la hora de filtrar a los candidatos, más que nada por "evitar conflictos" (porque hay que ver la que se puede armar si dejas a algún niño sin su fiesta, en lo que siempre se ha a presentar como una injustificada, terrible, criminal y alevosa "discriminación")
Pero por otro, también sucede demasiado a menudo que no se puede constatar hasta qué punto un fiel es o no practicante (porque hay demasiada gente en los barrios como para que el sacerdote los conozca a todos, porque la gente no tiene por qué ir a misa a su parroquia, porque al ir a pedir un sacramento se suele poner cara de "niño bueno" aunque no pises la iglesia ni por equivocación, etc).
Desde luego, muchas de estas carencias se pueden detectar de sobra en las propias catequesis, pero... ¿debe ser el catequista o el sacerdote quien discierna quién entra y quién no? ¿Y cómo puede saberlo el sacerdote, que no acude a las catequesis, si no es por boca del catequista? ¿Y cuántos catequistas están dispuestos a "mojarse" de ese modo?
Un saludo.
Lo que tengo clarísimo, y en ello estoy ahora con uno de mis hijos, es que la catequesis de Confirmación no puede ser perder el tiempo dos años. Tiene que ser un compromiso por parte del adolescente, y que los catequistas estén formados y sepan alimentar la fe de su catecúmenos. Si tienen que dedicar el primer año a evangelizar desde el Kerigma y el segundo año enseñar doctrina, que lo hagan así. Si están ya evangelizados y les falta doctrina, que enseñen doctrina esos años. Si hay adolescentes a los que les bastaría un año, que hagan un solo año. Y, como dice un comentarista, la catequesis de Confirmación debería acabar con unos Ejercicios Espirituales previos, para adolescentes pero Ejercicios, no convivencias.
Pues nada, es usted un pastor un tanto faltón, grosero, con poca mano izquierda y, permítame que le diga, no se pastorea a la grey con piedras. Si mis reflexiones (usted deja abierto el canal para conversar) le resultan agresivas... lo correcto es no contestar, o escribirme un correo personal, o no sé, pero tirar piedras, no es propio de un sacerdote del Señor.
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Jorge:
Tiene razón. Mis disculpas. Debería aprender de su educación y delicadeza.
La idea de la que parto es que la mayoría de chicos que llegan a catequesis de confirmación están demasiado hechos al mundo como para conectar con Dios (o más bien querer conectar con Dios). Pero el mundo no sólo proporciona cosas netamente malas sino también sucedáneos de cosas buenas, que se valoran como tales en ejercicio de ese criterio tan extendido que conocemos como "buenismo", y para las que están debidamente sensibilizados.
Así, aunque muchos de esos chicos "pasan de la Iglesia y de los curas", es casi seguro que valoran muy positivamente la labor asistencial de Cáritas, de modo que podría ser por ahí, por esa sensibilidad social, por donde se pueda llegar a conectar con ellos.
Dado que los periodos de catequesis de confirmación suelen ser bastante largos, de varios años, no veo que haya un calendario tan apretado que no permita hacer de cuando en cuando un hueco para llevar a los chicos a colaborar un día en el voluntariado, de modo que conozcan cómo se trabaja en Cáritas (y Cáritas hay en todas -o casi todas- las parroquias).
Así, interpelados al ver la Caridad en acción, estos chicos pueden ser más receptivos a la hora de abrirse al Amor de Dios, que ya no verían como un concepto abstracto sino concretado en el esfuerzo constante de los voluntarios.
A fin de cuentas, buena parte del hedonismo que padece la sociedad actual proviene de la burbuja de cristal en que vivimos tantos, sin apenas "mancharnos" de realidad.
Además, se supone que se trata de formar cristianos de facto, no solo de iure, y para esa militancia activa nada mejor que conectar con el voluntariado.
PD: Lógicamente, entiendo que se requeriría autorización de los padres, pero no creo que eso tenga por qué ser un gran obstáculo.
Un saludo.
Yo pienso que un año no es poco ni mucho sino todo lo contrario. En la casa de ustedes los niños se preparan desde que están en el vientre materno y, primero Dios, no dejarán de prepararse nunca.
Así, mi hijo mayor recibió dos meses de catequesis para primera comunión y ya estaba preparado. El segundo sólo fue a un retiro de dos días y lo mismo. PERO, ninguno de los dos ha dejado su Misa dominical y su grupo de jóvenes, amén de lo que en casa se sigue comentando como si fuera el partido de fútbol: ¿Podría Dios hacer que deje de llover? ¿Por qué sí y por qué no? ¿Quieres hacerme el favor de pedirle a Dios por la salud de fulano de tal? ¿Por qué hoy el padre usa color verde/blanco/morado? ¿Qué significa "cuarto misterio luminoso, la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo"? ¿Cuándo me llevas a confesarme?
Estoy de acuerdo que un año y dos no son suficientes SI ES LO ÚNICO QUE EL JOVEN VA A OÍR DE DIOS EN EL RESTO DE SU VIDA. Pero si lo único que le falta al chico es saber que tiene que llegar a las 7:00 am con su mejor traje y una candela, se le podría preparar en media hora.
No soy teólogo, solo soy un simple feligrés. Yo me pregunto a veces:
1) Los Maronitas (y no sé si otros ritos orientales católicos) administran el Sacramento de la Confirmación en cualquier momento, es decir, desde el nacimiento junto con el Bautismo hasta la edad adulta o más. ¿Por qué no hacer lo mismo en la Iglesia Romana?
2) Si se resulta ser demasiado joven para recibir el bautismo porque "...no se sabe lo que uno vá a recibir..." y por éso hay que administrarlo en edades juveniles, entonces, ¿por qué no hacer lo mismo con el bautismo como le hacen algunos fieles católicos hoy en día? Igual sería con los demás sacramentos, "hasta que haya una comprensión clara del sacramento".
3) Hasta donde un servidor sabe, los sacramentos son "ayudas" por así decirlo, para estar en estado de Gracia. Cuando su servidor necesita ayuda porque tiene un problema -leve o grave-, no suelo discurrir en comprender el gesto de la persona que me ayuda, solo recibo la ayuda y la agrazdeco y problema resuelto Después, averiguo.
4) Finalmente, también sabía que "confirmar" era, como la palabra lo indica, un "validar" que mi Fé ya, si no es la de un santo, al menos, ya puede decirse que es sólida en la medida que mi buena voluntad y mi constancia así lo demuestre. Cambiarle el nombre al Sacramento, no le daría mayor valor agregado para su comprensión sino que, en mi opinión muy personal e ignorante, solo contribuiría a la confusión ya de por sí tan extendida en la Iglesia entre Clérigos y fieles. Para el caso, pués al bautismo, -por ejemplo-, también deberíamos cambiarle el nombre porque en sí, para un fiel católico como los que abundan ahora, no creo que le diga algo el nombre y así sucesívamente.
Reciba un cordial saludo y humildemente le pido su bendición.
GGVB.
La confirmación se retrasa demasiado y la adolescencia es una época muy complicada para que los hijos por su propia iniciativa decidan hacerla.
Yo como he comentado en otras ocasiones, hice mi Primera Comunión con seis años y la confirmación se hacía al año siguiente. Hice la confirmación con siete. Nos llevaron mis monjas de la Presentación en grupo a la Iglesia del Salvador (Albaicín).
Un saludo muy afectuoso.
Tengo una visión muy pesimista de todo lo que está pasando con la religión, y coincido plenamente con el enunciado del blog del Padre Iraburu, en que hay dos caminos en la Iglesia: O reforma o apostasía.
Empezando por la misma Iglesia, en dónde diariamente leemos que hay división entre ortodoxos y heterodoxos, lo cual no hace más que confundir a la gente. Hace falta una Doctrina igual para todos. La sana Doctrina que se decía antes, fundamentada en los Mandamientos y el Evangelio.
Cualquier asociación mundana tiene sus reglas y quien no está de acuerdo con ellas, no puede ser aceptado.
Luego está el problema del ateísmo que todo lo invade, empezando por los políticos, medios de comunicación (tan poderosos hoy en día), etc.
Destrucción masiva de las familias. Hay muchos niños que ya hacen la Primera Comunión con los padres separados y en muchos casos, el padre con una nueva pareja y la madre con otra pareja. ¿Qué valores cristianos se pueden transmitir a los hijos en esas condiciones, que por desgracia hoy en día son mayoritarias y que para colmo de males se ven aceptadas totalmente por las familias de los respectivos divorciados y vueltos a emparejar y por la sociedad en general.
Hombres y mujeres que ya han tenido varias parejas y con cada una de ellas hijos.
¿Qué valores, no digo ya cristianos, sino morales, les van a transmitir a esos hijos, por más que esos niños hagan la Primera Comunión, que en muchos casos es la última relación que tienen con la Iglesia?
Incluso, ¿que estabilidad emocional van a tener esos niños? Eso si, la mayoría de ellos tienen todos los juguetes y tecnologías modernas habidas y por haber. Pero carecen de lo más importante. Unos padres que los quieran y los cuiden, que se quieran entre ellos y les transmitan la Fe.
Y no nos creamos que esto de los emparejamientos es sólo de personas jóvenes, que ya vienen de tener una escasa formación religiosa. Hay cada vez más personas mayores que viven en pareja y sin casamiento alguno y tan tranquilos y algunos de ellos todavía van diciendo que son cristianos, pero que la vida ha cambiado y hay que ir con los nuevos tiempos.
Uno de los últimos casos que conozco es el de un señor viudo, que en su juventud estudió para ser sacerdote y salió del seminario justo antes de hacer los votos. Después se casó y hace muy poco tiempo ha quedado viudo. Ya está viviendo con una señora también viuda, sin previo casamiento. Hoy mismo me he enterado de otro caso de pareja mayor que llevaban un tiempo viviendo juntos y ayer se casaron. No me he atrevido a preguntar si por lo civil o por la Iglesia.
En un mundo así, qué le podemos pedir a los niños o jóvenes. Demasiado sufrimiento cargan sobre sus espaldas.
Buenas noches.
He leido con detenimiento tu preocupación y los distintos comentarios aportados. No se trata de criticar, sino de aportar ideas y entuciasmo con la fuerza del Espiritu Santo.
Junto con mi esposa somos catequistas, 3 hijos y junto con otras 8 parejas y el sacerdote designado, nuestro guía espiritual estamos comprometidos a hacer que los confirmandos tengan una experiencia de Dios vivo en sus vidas.
Acá en Guatemala, en la parroquia se dan catequesis de 9 meses de duración con un promedio de 280 jóvenes anualmente. En una labor intensa, pero inmensamente gratificante. Es tener la oportunidad de ver la gracia de Dios trasformando las vidas de los jóvenes y enamorarse de Jesús. ¡Haz la prueba y verás que bueno es el Señor!
El promedio de edad es de 16 y 17 años, ambos sexos. Se tienen dos retiros, uno de tres días, donde nos apoyamos con jóvenes de 18 a 21 años para dar las charlas; provinientes del grupo de chavales de colegio y de universitarios. La evangelización del jóven por el jóven. Y el otro de un día, el festival de oración. Adicionalmente, se tiene una cena con los papas, otra con los padrinos, en fin solo tratamos de entuciasmar a los responsables de su desarrollo en la fe, papás y padrinos para que descubran el valor de su responsabilidad.
Tambien se trata de dar continuidad. Claro, no todos perseveran, pero llevan esa experiencia que dará fruto a su tiempo.
La metodología es activa, juegos, dinámicas, grupos pequeños donde pueden dar su opinión, etc. Una experiencia de una iglesia cercana, un sacerdote amigo.
El trabajo no solo es del sacerdote que nos guía, es de todos.
Ánimo! Fe, trabajo y oración. Que Dios te bendiga
Si D. Jorge da una respuesta a Mariluz, un tanto bromista, con chispa, es un tal o un cual, si en cambio le hubiera hecho todo tipo de disquisiciones filosóficas sería un cura que no es del pueblo y no conoce el sentir del idem... en fin...
Me recuerda a cuando Nuestro Señor habla de su primo El Bautista y de Él mismo "... ha venido uno que come y bebe y decís que ...". Queda claro D. Jorge que es más fácil acertar "echando" a la lotería.
Mucho ánimo D. Jorge, aprendo mucho con vd.
Mariluz: que no te ciegue la vanidad de muchas costumbres, bien hispanoamericas, bien españolas, porque la única belleza que hay que buscar es la Belleza de Nuestro Señor Jesucristo y de su Madre, María Santísima, el resto... vanidad de vanidades.
Creo que con las respuestas que le ha dado ha Mariluz se ha pasado... de caritativo. Unas intervenciones con este tono de prepotencia, las podría simplemente haber borrado y no publicado, debido a su tono claramente ofensivo. Sin embargo, ha sido lo bastante caritativo para publicarlas, y todavía dedicarles una respuesta.
Es mi punto de vista.
Tengo cuatro hijos, los tres mayores se confirmaron pronto en comparación con los niños de su clase (10 años).Al pequeño lo tenemos que preparar nosotros en casa para la confirmación, ya que en las parroquias los jóvenes son mayores para él.
Totalmente de acuerdo en bajar la edad de la Confirmación y de la Primera Comunión, los niños con una buena preparación son muy capaces de entender las cosas de Dios y N.S. actúa en sus almas.
Demos la oportunidad!!
- Que se celebren a la vez.
- Que se confirmen antes.
- Que la familia lo "cocine" todo.
- ...
Lo que sea.
Pero la realidad es que en la mayor parte de los sacramentos el receptor no es libre para negar su participación.
Y el número de receptores "libres" de sacramentos (confirmacion, matrimonio, ...) desciende exponencialmente.
Los bautizados ya son menos del 50%.
Los matrimonios, menos del 40%.
Claro que con datos del CIS, solo el 9,7% son catolicos practicantes.
Echo en falta, en TODOS los articulos que se esciben sobre este tema, la autocritica.
Las personas se alejan de la Iglesia por ..., pero en ese ... nunca hay la menor culpa propia.
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Jorge:
No acepto esos datos. Le ruego nos muestre las fuentes. Gracias.
...y vienen por aquí echando en falta "autocrítica", como si no hubiese nada de autocrítica en todo lo anterior.
Será que siguen la tradición de la izquierda, siempre dispuesta a hacerle la "autocrítica" a los demás.
Eso sí, no veremos a un solo ateo haciendo la más mínima autocrítica de la barbarie sanguinaria provocada sistemáticamente a lo largo de la Historia por el ateísmo.
Será porque sólo se trata de los mayores genocidios de la Historia. Total, casi nada.
PD: Como me considero católico, voy a hacer un poco de autocrítica: la inmensa mayoría de quienes viven alejados de la Iglesia simplemente no conocen lo que es la Iglesia y sólo conocen la caricatura que desde el ateísmo falsario se ha hecho de la Iglesia. Así pues, somos responsables de no darnos a conocer debidamente, dejando que la mayoría desinformada siga engañada por los maledicentes de siempre. ¿Ve la autocrítica? Nos falta presencia pública y mediática y nos sobran remilgos a la hora de hablar claro y denunciar el acoso.
Un saludo.
39,4% matrimonios catolicos (62.977 sobre 159.798)
61,8% bautizos (292.413 sobre 471.999)
En este segundo dato me falló ligeramente la memoria.
las fuentes son el anuario del INE (para los datos civiles) y el de la CEE (para los eclesiaticos).
la ultiam encuesta del CIS de 2013 (Julio) indica que del 72,1 % que se declara catolico, un 12,1 asiste regularmente a misa todos o casi todos los domingos. es decir que un 8,72% (72,1%x12,1%) de los españoles son catolicos. Aqui me engañó mi memoria .... a peor.
(los no practicantes no son catolicos, segun acaba de sentenciar el padre Iraburu hace unos días en este mismo medio).
Por cierto, los no creyentes suman un 24,6%. Son mayoría.
Datos nacionales:
Total matrimonios catolicos: 41.778
Total matrimonios: 141.676
Porcentaje: 29,5%
Porcentaje Cataluña: 12%
Porcentaje Madrid: 22%
Si lo de la "izquierda" lo dice por mi, está ud. mas perdido que un pulpo en un garaje.
Yo la autocrítica que veo es la del político que echa la culpa al medio y murmura "no hemos sabido comunicar nuestra gestión a los ciudadanos" sin preocuparse de si la gestion, el contenido, ha sido bueno o malo.
No. Tampoco el receptor es libre para negarse a comer, ni a ser bañado, ni si va o no va al colegio...
Mis padres tenían que ejercer auténtica fuerza sobre mi (para ir al colegio). En el primero que me pusieron con cuatro años, por cierto nacional, me echaron a los tres días por llorona. Con mis llantos no dejaba que la clase transcurriera en paz.
Esa coacción por parte de los padres, pudiera ser maltrato psicológico grave. Yo lo padecía como tal.
Es usted un auténtico santo, cuando permite algunos de los comentarios que permite.
Una de las reglas de la educación es no insultar o descalificar a nadie en su propia casa.
Pero claro, hablar de educación en estos tiempos... ¿A quien se le ocurre? Es una de las materias optativas, y por lo tanto no se debe imponer. Ya tendrán tiempo de optar por ella cuando lleguen a mayores.
Se puede disentir de una persona, sin necesidad de insultos ni descalificaciones. Y en último caso, si no se está de acuerdo en la línea de algún comentarista que publica su blog, no se entra y en paz.
Un saludo muy afectuoso. Que Dios lo bendiga.
Salga a la calle y pregunte a la gente unas cuantas cosas de lo más básico:
- Qué sacramentos hay, qué significan, a qué obligan, qué otorgan o qué condiciones existen para recibirlos...
- Cuáles son los diez mandamientos (ni siquiera hace falta que se los sepan en orden).
- Cómo es el Dios cristiano (lo básico: la trinidad, el papel de cada Persona, alguno de sus atributos).
- Cuál es el lugar de la Iglesia en el mundo y su papel en la sociedad, incluso pida que citen algunos hechos históricos relevantes de la Iglesia (en dos mil años algo habrá hecho, digo yo).
Después de recoger el alma, que se le habrá caído a los pies, tal vez entienda a qué me refiero: la Iglesia se mantiene en la administración leal de la Palabra de Cristo, pero el ateísmo siempre ha presentado a la gente una imagen simplificada y deformada de la Iglesia y de la Palabra que administra, que es la imagen que ha arraigado.
Y en su breve encuesta, vd habrá obtenido una imagen bastante aproximada del grado de desinformación reinante.
Así pues, no se trata de una excusa: que la gente vive desinformada y desconoce a la Iglesia es una rotunda realidad, y es en buena medida fallo de la propia Iglesia el no haber sido capaces de darse a conocer debidamente, el no haber sabido cómo contrarrestar la avalancha de propaganda deformante.
PD: Como dijo el arzobispo Fulton J. Sheen: "No hay más de 100 personas en el mundo que verdaderamente odien a la Iglesia Católica, pero sí hay millones que odian lo que ellos creen que es la Iglesia Católica".
PD: Lo de reclamar autocrítica en una entrada de blog que es netamente autocrítica es cosa suya. Y lo de "camarada, te vamos a hacer la autocrítica" es la frase que se usaba en el PCE clandestino con los camaradas disidentes, no me la invento yo.
Así pues, si vd no se considera de izquierda, demuéstrelo desmarcándose de su tradición y vertiendo aquí una crítica constructiva en lugar de la que hasta ahora viene vertiendo. Por ejemplo, empecemos por esta primera cuestión: ¿qué aceptaría vd como "autocrítica" válida?
Un saludo.
1.- De los matrimonios
Que hay más matrimonios civiles que religiosos es un hecho, y ahí están las estadísticas. Aun así, no se puede perder de vista que ambos casamientos no son en absoluto equivalentes.
Primero, porque los matrimonios religiosos tienen una tasa de ruptura mucho menor que los civiles (eso lo he oído y leído en varias ocasiones, pero hoy no he encontrado ninguna estadística concreta), y de hecho se produce sobre todo con parejas que, aun habiéndose casado por la iglesia, lo han hecho sin verdadero conocimiento ni convencimiento en el sacramento, sin auténtico compromiso.
Segundo, porque el casamiento civil juega con ventaja en la estadística: como el matrimonio católico es indisoluble, no puede haber divorcio y nueva boda religiosa (está la nulidad, pero apenas superan el centenar al año en España). Así pues, siendo los divorcios sólo civiles, los nuevos casamientos sólo pueden ser también civiles, incluso si esas personas se mantienen por lo demás cercanas a la Iglesia.
2.- De los bautismos
Si vds mismos señalan que quienes se declaran católicos representan un 72% aproximadamente, parece lógico no esperar más de esa proporción de bautizos (no tiene sentido que alguien que se declare no católico bautice a sus hijos en la Iglesia Católica, salvo por lo estético).
De hecho, teniendo en cuenta que quienes tienen un mayor número de hijos por familia son, hoy por hoy, los musulmanes (uno de los nombres que se ponen con más frecuencia es Mohamed), luego parece de lo más lógico que la proporción de bautizados sobre nacidos sea también menor.
Así pues, la baja cifra de bautizos parece tener su explicación no tanto en un alejamiento de la Iglesia cuando en un importante volumen de inmigrantes musulmanes, unido a la lógica reluctancia a bautizar hijos nacidos en el seno de una pareja casada por lo civil (tanto por parte de los padres, muy a menudo alejados de la Fe, como por parte de la propia Iglesia, que exige legítimamente unas garantías mínimas de que el bautizado sea educado en el cristianismo, condiciones que a menudo no se cumplen en estos casos).
Un saludo.
Totalmente de acuerdo en que el grado de ignorancia del católico medio es brutal.
Sin embargo, creo que echarle la culpa al “ateísmo” (así, en bloque, sin más) es escurrir el bulto. Cuando entre cuatro y cinco millones de católicos acuden semanalmente a misa, y a pesar de ello su ignorancia es elevada, que quiere que le diga, yo creo que el problema está dentro, no fuera.
Sobre la autocritica, es curioso, mis familiares/amigos/conocidos de izquierda me consideran un derechista recalcitrante, y los de derecha me tienen por un rojo peligroso. Es lo que tiene tratar de ver la vida de forma independiente y sin dogmas (que – eso sí – es extraordinariamente cansado).
¿Un ejemplo de autocritica constructiva? Ya se lo he dado antes. Son legión los políticos que tras perder unas elecciones dicen “no hemos sabido comunicar nuestro mensaje” pero todavía no he escuchado a ninguno decir “es que el contenido de nuestro mensaje era muy malo”. Y eso es aplicable aquí también.
Dicho de otro modo, el primer paso para solucionar un problema DE FONDO es reconocer que existe, cosa que hoy, en mi opinión, sucede solo de forma excepcional.
Lo fácil es echarle la culpa al empedrado (los medios, el ateísmo, la secularización, el hedonismo, …) y no reconocer que es necesario un cambio de mensaje. Que es necesario, de una forma u otra, refundar la Iglesia. ¿Un Vaticano III? ¿Un “back to basics”? Quien soy yo para decirlo.
Y antes de que me salte al cuello, permítame decirle que eso es exactamente lo que ya sucedió con el Vaticano II. Si un observador ajeno lee la Dignitatis Humanae y a continuación la Quanta Cura + Syllabus, concluirá que no pueden pertenecer al mismo credo.
Saludos.
Es frecuente que cuando un profesor de matemáticas es malo, sus alumnos no logren aprender nada. Ante ese fracaso... ¿Propone vd que ese profesor haga una "autocrítica" en la que concluya que "el contenido de las Matemáticas era muy malo", en lugar de plantearse que lo malo es su forma de explicar?
Pues la Iglesia es Mater et magistra, madre y maestra, y como maestra su deber es enseñar, y enseñar bien. Así pues, entonar ese "es que el contenido de nuestro mensaje era muy malo" que propone vd no es una opción, dado que la Iglesia no está aquí para enmendar la plana a Dios, como el profesor no está para derribar la Matemática que enseña: la Iglesia está para administrar y predicar la Palabra de Dios, y si ésta no gusta, pues lo sentimos mucho pero eso no se toca.
Y puesto que el mensaje de Dios no puede tener la culpa, entonces la culpa tiene que estar aquí abajo, a repartir entre:
- Los "enemigos", demasiado listos.
- Los "amigos", demasiado tontos.
La crítica a los enemigos (básicamente por el lado ateísta, aunque hay agresiones de lo más virulento por parte de otras religiones como el Islam) va contra tantas cosas que hacen para alejar a la gente de la Iglesia (como no podía ser de optro modo): la caricaturización de la Iglesia y de su doctrina, la subversión de los sanos valores tradicionales, el establecimiento de férreas estructuras de pecado, la legislación aberrante, la injusta discriminación, el fomento del rechazo social al creyente, en definitiva, la ingeniería social habitual en el laicismo radical.
Y la "autocrítica" debe girar en torno a por qué no se está siendo capaz de trasmitir ni los conocimientos, ni la Fe, ni prácticamente nada de nada a tanta gente.
Probablemente, una de las razones de esa incapacidad para transmitir está en la estúpida rebaja del nivel de exigencia. En muchos ámbitos está más que demostrado que al rebajar el nivel de exigencia se va todo al garete (y al revés cuando se sube):
En el ámbito educativo, los alumnos de las escuelas que mantienen un nivel de exigencia alto salen bien formados, académicamente y como personas. Los que provienen de la escuela progre, en cambio, salen fracasados o ignorantes, ya que no hay ningún nivel de exigencia que superar.
En el ámbito laboral, donde la manga ancha, la no exigencia, sólo lleva a la vagancia de todos.
En el ámbito familiar, donde el término "malcriado" aplica a los hijos que acaban siendo incontrolables por no habérseles establecido y exigido a tiempo el cumplimiento de unas normas básicas de comportamiento.
Y, cómo no, en el ámbito religioso, donde la gente abarrota las iglesias en las que el sacerdote habla clarito y exige lo que es de Ley, mientras se vacían las iglesias de tanto cura buenista que sólo predica bellas palabras vacías, en un tono muy new age y sin exigencia de ningún tipo (empezando por acabar con la confesión individual). Vds mismos han señalado que la mayor debacle se produce, precisamente, en Cataluña, que es donde más se ha desvirtuado el clero.
Así pues, la "autocrítica" debe girar en torno a lo mal que estamos transmitiendo el único mensaje que hemos venido a transmitir, no en torno a si el mensaje era o no bueno (acúseme de dogmático, pero comprenderá que, con todos los respetos, estimo más la Palabra de Dios que la suya).
Un saludo.
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Jorge:
Sí.
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