Proliferación de sectas en Hispanoamérica. Algo se ha hecho mal
Hace ahora algunos años tuve la oportunidad de viajar a Perú. Recuerdo una pequeña ciudad en el Amazonas, no lejos de Iquitos, de nombre Indiana. No sé cuántos habitantes tendría ¿dos mil, tres mil? pero sí me sorprendió una cosa: descubrir entre sus calles no menos de quince lugares diferentes de culto y reunión correspondientes a confesiones evangélicas y aún no cristianas.
El caso es que en esa ciudad existe una gran misión católica con solera de años. Por eso no queda más remedio que preguntarse qué es lo que ha pasado con la fe para que los católicos, prácticamente en masa, abandonen su fe de siglos para caer en manos de cualquiera.
Brasil, que espera en estos momentos a su santidad Francisco, sabe mucho de deserciones de la iglesia católica que han ido engrosando los templos evangélicos. ¿Nos atrevemos a hacer un diagnóstico?
No hace falta ser especialmente avispado. En la medida en que se ha despojado la fe católica de espiritualidad, relación con Dios, oración, vida sacramental, confianza en el Padre para reconvertirla en un tratado socio político con ligerísimo barniz cristiano, esa fe ha quedado completamente vacía.
Las raíces son tremendas. Cristo pasa de ser el Hijo de Dios a un profeta de buena voluntad al que en los textos y reflexiones se equipara con Gandhi, Lither King o el mismísimo Che Guevara. La Biblia deja de ser palabra de Dios para tornarse en tratado de la liberación política de un pueblo. La Eucaristía deja de ser celebración de la muerte y resurrección del Señor para acabar en comida de hermanos donde el pan y el vino simbolizan y significan, pero no son. La oración, demasiadas veces un compartir frases humanas. El cambio de la Palabra por palabras, poemas, cancioncillas y ocurrencias. Todo se hace nada y más nada. La moral, un todo vale. El pecado, inexistente. Lo único condenable, el capitalismo causante de la pobreza de este mundo. Así nos ha ido.
Los hombres necesitan salir de la pobreza ¡quién lo duda! Pero no habrá una sociedad nueva ni una lucha por la justicia que merezca le pena si no es desde la conversión de corazón a Cristo. Si no es así, todo es un quítate tú que me pongo yo, de lo cual tenemos ejemplos.
Las sectas evangélicas y los grupos no cristianos que proliferan por Hispanoamérica han sabido regalar a los hombres la presencia de Dios, la importancia de la oración, el sentimiento de que Dios escucha, comprende y ayuda. Cuando la iglesia católica prescindió de todo eso en aras de la liberación del oprimido incluso justificando la violencia más extrema (¿o no nos acordamos de la glorificación del Che?) la gente dejó algo que nunca comprendió y buscó dónde expresar su fe y encontrar de nuevo lo sagrado.
Hoy la experiencia nos dice que la Teología de la Liberación extrema ha conseguido llenar los templos evangélicos sin la contrapartida de al menos haber conseguido sociedades más justas y fraternas.
Esperamos con ansia las palabras de Francisco.
62 comentarios
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Jorge:
No comprendo la pregunta.
Uno, la excesiva rigidez de ciertos rituales (que no ritos) de los católicos, y la amplísima flexibilidad frente al pecado de los no católicos.
Trato de explicar: Aquí en mi país, se supone que para ser católico "de verdad" hay que ser miembro de una cofradía, cargar en cuanta procesión existe, hacer alfombras de aserrín, tener tapizada la casa de imágenes religiosas (incluyendo la Santa Muerte, el esqueleto de San Pascual Bailón, la estampita de San Judas que protege de los rayos, justo debajo del horcón de ajos envuelto en papel rojo), y llevar colgando del retrovisor del auto un rosario -mejor si jamás se le toca, porque "está bendito"-.
A los que nos salimos de ese estándar, que no cargamos procesiones, que no despreciamos a las madres solteras, que no tenemos estampitas de ningún santo y que reventamos rosarios por rezarlos todos los días, no se nos considera católicos "de verdad". Somos una cosa rara, pero no católicos. Un amigo cercano mío es de mi estilo y su esposa es del otro; ella dice que él "está endemoniado", él la soporta con paciencia.
Ante esa situación, una secta viene y le dice a cualquiera "Jesús te ama". Los únicos pecados que condenan son el alcohol -del que muchos ya salieron huyendo por el daño que les hizo, especialmente las mujeres con maridos violentos- y las imágenes religiosas -que también muchos no entienden- y todo lo demás se perdona sin confesión ni rituales, sólo con levantar la mano varias veces en el culto.
¿A dónde acude la madre soltera? ¿A dónde van los hijos a los que la cofradía les niega la entrada porque son "hijos del demonio", entiéndase, bastardos, huérfanos? ¿Qué hace el alcohólico que quiere renunciar del alcohol pero no de sus otros pecados?
Usted y yo, y la mayoría de lectores de Infocatólica sabemos que la verdadera Iglesia no es así.
Pero para el pueblo, más aún en lugares como Indiana cerca de Iquitos, lo que saben de Cristo es lo que ven en la calle: Un palo muerto -católicos- y un Cristo alegre -protestantes-. Si usted y yo no hubiéramos recibido la gracia de la fe, una amplia educación y hubiéramos perseverado por años en el seno de familias que realmente saben lo que es la Iglesia, también seríamos protestantes, se lo prometo. Usted sería un pastor millonario hablando de la gracia santificante de Dios, acallando su conciencia con lujos y mujeres; y yo estaría escuchándolo, creyendo lo que dice pero haciendo lo que hace.
Benedicto XVI ha marcado la pauta promoviendo el uso de las redes sociales con mensajes cortos pero contundentes. Se corre el riesgo de perder profundidad pero creo que eso depende del camino recorrido por el que manda el mensaje. Imposible decir que Benedicto XVI o Francisco han escrito cosas superficiales.
La iglesia evangelica es mucho mas viva y mucho mas fresca, pero tambien mucho mas libre sin esa jerarquia aplastante, tantos cargos inutiles.
La iglesia catolica debe de volver a sus origenes, a la evangelización en estado puro, donde su mayor valor sean las obras de hombres y mujeres, consecuencia de una fé adulta, hecha carne.
Los sacerdotes deben de gastarse y desgastarse por la evangelización, llevar su vacación de forma radical (otro Cristo).
Espero y deseo que sea así.
Ante esto, por muchas raíces cristianas que tengan, es terreno abonado para que entren los evangélicos con sus cosas, buenas y malas. Lo de la Teología de la Liberación, seguro que cometieron sus errores; pero no creo que sea la causa fundante de la presencia de "sectas" y evangélicos en estos países. Algo en la Iglesia se está haciendo mal, y no solo es achar la responsabilidad sobre la Teología de la Liberación; en muchos lugares, no se sabe ni lo que es eso.
Dejar que "el Ché" (un asesino tan sicópata al que los suyos tuvieron que dar de lado) fuese tenido por un liberador; que Camilo Torres (otro); que lo de Medellín; que Casaldáliga; que desde la UCA; que Boff, que no se llama así y es un bluf; que Gustavo Gutiérrez...
Ahora están en las sectas, por su fase antropológica, pero pasarán al laicismo radical en cuestión de poco.
Que ¿qué hemos bien? habrá que preguntarse.
¡Ven Espíritu Divino y manda tu luz desde el cielo...!
Ud. ha dicho "La iglesia evangelica..."
Le pregunto: cual de ellas?
Y los laicos debemos crecer, ayudar a la Iglesia y esto se empieza formándonos, informándonos y convirtiéndonos de veras al Señor, no andar buscando sucedáneos en "iglesitas" de bufet, o sea donde cada quien cree a la carta lo que quiere creer.
JAJAJAJAJ, si como no!
Cada secta evangelica tiene su propio 'papa' que es INDEPENDIENTE del otro.
Y si, estas SECTAS tienen JERARQUIA comenzando por el pastor que es el que manda y da ordenes a su entorno.
... sin esa jerarquia aplastante.
LF:
Le aseguro a usted que la inmensa mayoría de los pastores evangélicos ejercen mucha más autoridad sobre sus fieles que un obispo sobre sus sacerdotes -ni digamos sobre el resto de fieles-.
Y...los pobres iban a la parroquia en busca de otra cosa reflexionando muy acertadamente: "Para escuchar sobre política, nos vamos al club del partido tal o cual". Y así, no encontrando el Evangelio en tales comunidades, se pasaron a sectas o congregaciones, que, aún dentro de sus errores, se mantenían en el ámbito religioso.
Y,un factor eminente en semejante secularización, han sido, sin duda alguna, las obras más publicitadas de la Teología de la Liberación.
La tesis de la Sra. Forcades, declarando doctoralmente, que la Misa no es lo importante, sino la ayuda al prójimo, fue abundantemente predicada por religiosos y "lumbreras" de dicha teología.
En una "Parroquia universitaria", durante unas jornadas de revisión, muchos de sus miembros extremadamente politizados se preguntaban:"¿Qué nos diferencia de los marxistas?" Cuando alguien expresó, que TAL VEZ una persona llamada Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, se vio cargado de anatematismos.
Otro universitario, explicaba: "Jesús resucitó, ¿qué otra cosa es sino: 'El Che vive'?".
Y...muchos obispos nada decían, tolerándolo todo.
Otro factor es la pobreza. Generalmente el fenómeno se da mas en las barriadas y favelas, donde la gente desamparada y con muchas preocupaciones son fácil presa de los cantos de sirena.
Eso explica mucho que suban los índices de lo que se van del catolicismo. Para eso está como dije antes: La Evangelización, que implica no solo el anuncio de la palabra, sino también la solidaridad y el encuentro personal con el hermano, resaltando su dignidad de hijo de Dios
No David Espinel, la Iglesia Católica no pone la tradición sobre la Biblia, las reconoce un origen común. Como bien dice el Catecismo:
80 La Tradición y la Sagrada Escritura "están íntimamente unidas y compenetradas. Porque surgiendo ambas de la misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin" (DV 9). Una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el misterio de Cristo que ha prometido estar con los suyos "para siempre hasta el fin del mundo" (Mt 28,20).
81 "La sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo".
"La Tradición recibe la palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación".
Y si no es en base a una Tradición Apostólica, ¿cómo se puede saber, por ejemplo, qué libros pertenecen a la Biblia? ¿no podrían sobrar algunos o faltar otros?
Por otra parte totalmente de acuerdo con lo que dice el padre, no es casualidad que florezcan las sectas de todo tipo en los lugares dónde más triunfó la teología de la liberación.
Que Dios le bendiga,
La Iglesia Católica no puede volver a sus orígenes porque está anclada en sus orígenes ( que es lo que más se le reprocha)
La iglesia evangélica, es mucho más viva y más fresca en el sentido de que es mucho más viva y fresca una estilizada bailadora de samba- ya que estamos todos con la cabeza en Brasil- para un adolescente, que las Teresas de la Santa Iglesia.
La Iglesia Católica, como el amor de una madre, no es inmovilista, es inamovible.
1. La gente que va a los protestantes casi siempre son personas abandonadas pastoralmente. Abundan en barriadas de chabolas, barrios jóvenes y muy pobres, regiones apartadas, personas venidas de zonas rurales acostumbradas a no tener formación religiosa ni sacerdote...
2. La gente que se va a los protestantes no van buscando laxitud sino por el contrario, están dispuestos a renunciar a gran parte de su estilo de vida.
3. Es cierto que muchas iglesias protestantes usan la "teología de la prosperidad" para atraer a la gente. Conozco personas que se han hecho protestantes porque el Pastor les ha dicho que si se convierten les va a ir mejor en los negocios. Y a veces me parece que más que a Jesucristo, que también no lo niego, siguen al Pastor. Su figura es importantísima.
4. Problemas en el catolicismo latinoamericano: nivel muy bajo del clero (y de los obispos), muchas falsas vocaciones que van buscando seguridad económica, falta de una retribución fija al clero que hace que busquen las parroquias más pudientes y queden abandonadas las más necesitadas, que suelen atender miembros de órdenes religiosas, mucho más infiltradas de Teología de la Liberación. Falta de dinero y sacerdotes. Una atención pastoral a los indígenas basada solo en reivindicaciones socioculturales, pero pastoralmente abandonados por completo. No hay catequistas preparados. Un asfixiante centralismo en las capitales.
5. Allí donde un obispo, que mandan por cierto mucho más que en Europa, ha cambiado una diócesis para bien, han nacido las vocaciones. En Perú, en Yauyos en los 50 no surgían vocaciones ni de casualidad. Ahora es la diócesis peruana con menor ratio de sacerdotes pro habitante. La gente busca la VERDAD, no huye de la ortodoxia, si se le explica con naturalidad, sencillez e integridad.
6. En las diócesis "liberacionistas" el problema es mucho peor. Se diga lo que se diga, el liberacionismo procede de esquemas mentales europeos, que los religiosos nunca terminan de desprenderse. Así, se da la paradoja de que aparentemente están cerca de la gente, "oliendo a oveja", pero mentalmente muy lejos. Llegan lso protestantes, forman cuatro pastores locales y se llevan a la mitad. Normal.
7. La liturgia NO es el problema. Otro error es creer que la solución es imitar a los protestantes. Sí tienen cosas a imitar, pero la liturgia NO es el problema. Lo que hay que hacer es evangelizar y catequizar, formar grupos, que la gente sea capaz de formar a su tribu o comunidad. El problema es la falta de medios y de celo apostólico, agudizado por los indigenistas y liberacionistas, que vienen a ser los mismos.
Los verdaderos catolicos formados somos los que sabemos que el Rosario no es un adorno, las estampitas de santos no tienen poderes y los que sabemos que Mamita Maria intercede por nosotros mas no es la que tiene poder!!!
Nuestra iglesia se esta levantando otra vez! con espiritualidad y fuerza!!
Es verdad que algunas parroquias lo hacen (quizás muy pocas) pero no como algo sistematizado, en cohesión con la Iglesia local y nacional. Es verdad también, que la formación de evangelizadores requiere (necesariamente hoy en día) conocimiento de apologética.
En Venezuela contamos (que yo conozca) con el padre Héctor Pernía, salesiano, quien se ha dado a la tarea de recorrer todo el país enseñando apologética. También está con su blog, José Miguel Arraiz, pero José Miguel es mas universal, digámolos así, y eso es bueno. Pero hace falta conciencia de la situación, voluntad, iniciativa del episcopado (y de otros episcopados en el continente) y cohesión alrededor de la Iglesia de Cristo.
- Aquí y acullá. En este pérdida de individuos de la Iglesia:
-¿No será que para llegado el día el divino Pastor ya está probando la fidelidad de sus verdaderas ovejas de la de los falsos carneros.?
"5. Allí donde un obispo, que mandan por cierto mucho más que en Europa, ha cambiado una diócesis para bien, han nacido las vocaciones. En Perú, en Yauyos en los 50 no surgían vocaciones ni de casualidad. Ahora es la diócesis peruana con menor ratio de sacerdotes pro habitante. La gente busca la VERDAD, no huye de la ortodoxia, si se le explica con naturalidad, sencillez e integridad. "
Era una de las diócesis más pobres de Perú. Creo que Pablo VI la encomendó a los sacerdotes del Opus Dei.
Aunque en general estoy de acuerdo con su comentario, sobre todo con el tema de la liturgia, no con este punto:
"2. La gente que se va a los protestantes no van buscando laxitud sino por el contrario, están dispuestos a renunciar a gran parte de su estilo de vida."
Así pareciera, pero no es cierto. Uno puede "renunciar a gran parte de su estilo de vida" dentro de la Iglesia Católica, pero la ventaja innegable de los protestantes es que no hay que renunciar "a la parte que me gusta" de mi estilo de vida. No tengo que dejar a mi tercera esposa (ni a mis tres amantes), no tengo que renunciar a los métodos anticonceptivos, no tengo que preocuparme de los pobres, no tengo que decirle a nadie cuántos pecados he cometido ni de qué tipo...
En general la "fe" (comillas enormes) protestante se reduce a la asistencia regular al culto, al pago del diezmo en las comunidades que lo exigen y a algunos signos externos muy evidentes, como la renuncia (pública) al alcohol y a las imágenes religiosas.
Pero aún así, usted puede perfectamente ser "cristiano-evangélico" y mantener su botellita de ron y su estampita de San Goloteo bien escondida en casa, ir al culto de vez en cuando y hacer fraude con el diezmo -amén de las demás imperfecciones antes mencionadas- y NADIE LE DIRÁ QUE NO ESTÁ CUMPLIENDO. Es más: si el pastor se pasa de celo y le señala alguna falta, en la otra esquina hay otro pastor menos exigente.
Ser católico, aún con todo lo laxos que podemos llegar a ser, siempre es mucho más difícil. Hasta al más abandonado católico que dejó de ir a Misa a los 7 años se le exige para su vuelta una confesión, o por lo menos saberse el Padrenuestro o a qué hora arrodillarse en Misa. Para ser protestante, ni eso.
A México llegaron las sectas gracias a presidentes masones que se dieron cuenta que mientras México siguiera siendo católico nunca iba a permitir ser dominado por estadounidenses protestantes. Son un lastre que llegó ya hace 150 años y con nada hemos podido quitárnoslo. Pero bueno, de algo ha servido tanta secta, gracias a eso muchos católicos nos hemos preguntado si de verdad Dios quiere que seamos católico y por lo menos a mí me ha hecho conocer mucho sobre mi fe y especialmente de la Biblia.
No es complicado ver qué tipo de gente deja la Santa Iglesia para irse a una secta, son gente sin sentido común, gente ignorante de su fe católica, gente blanda, que se asustan por cualquier cosa, gente pobre que quiere prosperar económicamente, a la mayoría de ellos no les interesa la ortodoxia de la doctrina ni mucho menos de la Liturgia sino lo único que les basta es sentirse salvos. Eso sí, la mayoría de los que he conocido son gente de buena voluntad, ojalá eso fuera suficiente.
Que yo viva mi vida como buen cristiano a veces no basta, por eso insisto: hay que retornar al evangelio como anuncio de la Buena Nueva y debe hacerse organizadamente desde la Iglesia.
No estoy diciendo nada nuevo, pero creo que no es casualidad que el Papa Francisco haya escogido el nombre del pobre de Asís. Veremos como se desarrollan los acontecimientos. Interpretar "los signos de los tiempos" es una tarea siempre actual
«Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: ‘Vayan y hagan discípulos’; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados», afirmó.
Tomado de InfoCatolica.
De todos modos, me da la sensación de que el nivel medio del protestante latinoamericano está descendiendo bastante. Incluso diría yo el celo evangelizador.
Mañana si Dios quiere, ahora ya es muy tarde, leeré los comentarios del post de hoy.
DavidQ. Muchas gracias por tu contestación, que me parece muy buena.
Que descanséis.
Es una serie magnífica, sobre Isabel la Católica, muy bien documentada.
Le pido al Padre disculpas, si no es el sitio adecuado para decirlo, y si no fuera así, está en su derecho de borrar mi comentario.
Un saludo afectuoso.
¿que podemos aportar para recuperar terreno y para implantar la semilla del evangelio con la doctrina católica en aquellos que están a riesgo de caer en las sectas?
Para mí, que lo primero que tenemos que hacer es ser mejores católicos. No dije "buenos", dije "mejores".
Ser "bueno" o es un objetivo limitado, sinónimo de "pasable", o es algo imposible ("Sólo Dios es bueno"). Ser "mejor" es perfectamente posible, y es lo que Dios y la Iglesia nos piden todo el tiempo. Por muy santo o muy pecador que sea uno, siempre puede mejorar.
Cuando cada uno de nosotros sea mejor hoy que ayer, la gente empezará a darse cuenta que eso de ser católico es bueno, vale la pena, sirve para algo. Y entonces volverán los que se fueron y vendrán los que nunca habían venido.
Pero mientras nos limitemos a "tratar de ser buenos", en el mejor de los casos, o a "pasar desapercibidos" como somos ahora, las sectas seguirán creciendo.
Cuantos curas, trabajan pocas horas y las mas en el despacho, sentaditos en su cómodo sillón. No salen a la calle y no hablan con su feligresía, ni en las tiendas, ni en la calle paseando. Conozco bastantes que cuando salen, parecen adefesios, se quitan cualquier ropa que les pudiera delatar que son curas, y como la ropa que tienen es de los 90, van, como van.
Ahora estoy en el pueblo, y el cura viene desde Alcalá de Henares, dice la misa y se larga, habla 5 minutos con alguna mujer mayor y se acabó. Luego se queja que van a misa diaria 8 personas y los jóvenes hace mucho tiempo que ni pisan la iglesia. El domingo pasado, fuimos a misa el domingo y quitando a mis hijos, yo era el más joven, con mucha diferencia y tengo 43 años.
Igual digo que los testigos de Jehová, son una secta y que no son cristianos, también digo que no les importa ir durante muchas horas con la revista, dando testimonio a la gente, a ver que cura valiente dice a su feligresía que vallan de dos en dos, a predicar el evangelio, no va ni él.
Creo que nos falta persecución, durante años la iglesia se ha acomodado, al estado y somos templados, como los juncos que nos movemos depende de donde venga el viento, y dice la palabra " los quiero fríos o calientes, pero a los templados los escupiré de mi boca, porque no sois ni del mundo, ni de Dios". ( Dice esto más o menos)
Esto ha pasado a la iglesia que es templada, da lo mismo confesarse con el sacerdote, que con Dios mismo, da lo mismo ir a misa los domingos que no ir. Veladamente se admite el divorcio, las relaciones prematrimoniales, mandamos a nuestros ancianos a los asilos ( y ahora los sacamos por la paga), no se nos revuelven las entrañas cuando hablamos de aborto y eutanasia, es algo malo, pero no nos quema el corazón, por cada aborto.
Para mí la iglesia necesita una reevangelización, fuerte y contundente, pero “ Doctores tiene la iglesia”, espero que lo vean.
Es increíble cuando nos inventamos las explicaciones de las cosas. Padre Guadix usted se miente a si mismo y repite la desfachatadas mentiras que nos han repetido desde hace varias décadas de que la razón de situación tal en America Latina ha sido fruto de la TdL. Hay países en los que la TdL ni llego y la realidad es que las sectas y grupos pentecostales han crecido tanto mas como en cualquiera otro Pais donde la TdL tuvo mas influencia. Lo que usted y por estos lados de Infocatolica no se atreven a decir (claro, pq dejarian al descubierto sus propias opciones) es que fueron las opciones sobre todo pastorales en cuanto al nombramiento de obispos que desde inicios de los 80 no ha cesado y con ellos unas iniciativas pastorales pobres, miopes, sin ninguna continuidad y desadactadas a la realidad y el sentir de las gentes. Esto sin decir nada de la falta de Pastores. El quiebre y el golpe final vino dado con el Documento de Santo Domingo para infausta memoria. Que cuando se termino la conferencia no habían ni unas ideas claras de lo que se iba a presentar. Todo por el afán de los Lopez Trujillos, Lopez Rodriguez, Los Castrillon Hoyos, Francois Baque... etc de imponer un nuevo estilo y una nueva dirección en la Iglesia que ha dado estos frutos. Era el ano 1992 y ya para la época la TdL y la CEB iban en picada hacia tiempo y sus influencias eran escasas. Desde entonces han pasado 20 anos... y mire ahora donde estamos.
1-En cuanto a los pastores-Obispos el criterio de hombres buenos, pero sin ningún liderazgo, ni iniciativa y débil formación. Se propicio un tipo de obispo sin carácter ni personalidad, excepto que no fuera para ser unos autoritarios encerrados. Gentes muchas veces carentes de la mas mínima información general de como va la vida y el mundo. Gente que les cuesta hilvanar unas sencillas ideas o un pequeño discurso con coherencia, motivación y chispa de fe. Por el contrario, gente que solo sabe repetir ideas en bruto de documentos, cartas... y citaciones siempre ajenas al contexto. Y esto, no porque no hubiera personas con capacidad, liderazgo, formación, temple e ideas bastante claras para desempeñar tan magna tareas.
2.-Como siempre, el gran problema de vivir inventando con metodologías ajenas a nuestra realidad. Siempre programas que se intentan implantar como una camisa de fuerza sin ningún asidero en la realidad. A esto se agrego por doquier el nuevo estilo de propiciar los grupos y movimientos ya conocidos en detrimento de la vida parroquial como ente esencial y básico.
3.-La falta de continuidad de los proyectos y programas de pastoral. Cualquier Diocesis arranca un plan y ya al ano y medio se pierden los impulsos y los horizontes. Y claro, vuelta a empezar... nuevos experimentos. Un tema que mata terriblemente las parroquias es la falta de continuidad de los trabajos, proyectos y planes. Y la razón de ello tiene como base lo que ya he dicho.
4.- La falta de personal. Una parroquia con 11mil habitantes como en la ultima que estuve. Y una cultura acostumbrada al Padre... Resulta que las sectas, los grupos pentecostales y las iglesias por la libre instalan sus pastores allí donde nosotros vamos 1 vez al mes que luego acabamos visitando solo 7 u 8 veces al ano dicha comunidad. En un ano y medio de 11 a 25 comunidades con sus pequeños consejos, un animador, catequistas y otros grupos... aunque se comenzara en muchas primero por las casas celebrando misas. Y eso que el Párroco que me precedió hablaba de seguir suprimiendo comunidades. Mientras los protestantes están instalados y con cultos 3 y 4 veces por semanas cuando menos. Esto, que si no fuera gracias a la gran cantidad de Diáconos, animadores/as de comunidad que celebran unas paraliturgias dominicales, entonces si que le diría yo. Es que en este mismo orden, cuando nosotros venimos a organizar una comunidad en un barrio nuevo es porque ya los evangélicos y afines tienen ya instaladas 2 y 3 iglesias. Y a lo mejor nosotros hablando de suprimir una comunidad. O diciendo que no, que allí no se puede porque no hay las condiciones... que si la gente se dispone a crear las condiciones... y El Obispo diciendo que no, que no se puede llevar el Sagrario a tal o cual parte... que no se puede celebrar fuera del templo... que si la dignidad de las cosas sagradas... que si a la gentes hay que ensenarlas primero... y claro, cuando llegamos es demasiado tarde. Con las poblaciones en masas que han llegado desde los campos a las periferias la Iglesia no ha sabido prevenir espacios, personal y dedicación. De inmediato en un par de meses hay un barrio levantado de 60 o 70 viviendas... al poco tiempo ya hay una iglesia protestante hasta en una casuchita... nosotros duramos anos para tomar una iniciativa de establecer alli una comunidad. Y con todo y te encuentra obispos que van diciendo que no es así... que tiene que haber condiciones para luego crear una comunidad.
5.-El problema no es que se ha cambiado una vida eclesial basamentada en los sacramentos y la piedad popular por la politica... esa es una brutal mentira... es mas bien que seguimos sustentando una pastoral sacramentaria muy deficitaria... Pq si de piedad popular se habla, eso sigue ahi igualito. Aunque no podíamos pensar que las gentes del campo siguiera rezando el rosario al llegar a la ciudad que les exige un nuevo estilo de vida y un ambiente totalmente distinto. Nuestra falta de previsión nos ha pasado factura.
Por lo que veo, parece que todo se reduce a dos cosas:
1.- Las carencias de la propia Iglesia, que parece incapaz de dar testimonio auténtico de vida cristiana.
En este sentido, la "estrategia" de rebajar el nivel de exigencia se ha demostrado completamente ineficaz (o mejor debería decir completamente eficaz, si la vemos como estrategia para carcomer la Iglesia desde dentro: a fin de cuentas, el origen de esta laxitud está en la Teología de la Liberación y demás progresismos postconciliares).
Afortunadamente, la respuesta está ya en marcha y se llama "Nueva Evangelización". Imagino que no estaría de más disponer de un resumen o cuadro sinóptico que nos permita conocer los principales aspectos de esta iniciativa sin necesidad de tener que leer íntegramente los numerosos documentos que existen al respecto.
Imagino que una aproximación a ello podría ser este documento:
[http]://www.diocesisdesalamanca.com/uploads/media/Salamanca__2_.pdf
2.- La proliferación de sectas, que acogen a las personas que se han ido desencantadas de la Iglesia.
Se ha hablado largo y tendido en otros comentarios sobre esta cuestión, de modo que poco puedo aportar a estas alturas. Según lo veo, las sectas son sucedáneos de la verdadera religión, adaptadas al capricho de cada uno, para hacer como si cubriesen sus necesidades.
El problema es que los sucedáneos nunca pueden sustituir a lo auténtico: producen una sensación de bienestar pasajero, pero nunca llenan, siempre dejan un vacío tras de sí. Además, algunas sectas, destructivas, crean en sus adeptos un vacío adictivo que mueve a buscar irracionalmente más de la misma falsa respuesta, lo que a menudo conduce a la destrucción de la persona.
Estas sectas destructivas (que NO son todas) suelen captar adeptos mediante la identificación y explotación de sus debilidades, por ejemplo con ese conocido método que empieza con un inocente anuncio que ofrece un ejemplar "gratuito y sin compromiso" de un libro de autoayuda. Quien lo pide, está revelando que tiene baja la autoestima y que es, por tanto, más vulnerable: tras el envío, suele haber nuevos contactos intentando la captación de esa persona (se ofrecen nuevas lecturas, asistencia a actos, integración en "grupos", etc)... y a veces tienen éxito.
Así pues, las sectas prometen el camino fácil a la felicidad, tal vez con alguna renuncia más estética que otra cosa, nunca nada serio (al menos al principio: al adepto asegurado a veces le exprimen a base de bien).
Y claro, sin una Iglesia que claramente ofrezca la experiencia vital de un camino auténtico (aunque sea difícil) ¿quién va a resistirse a los cantos de sirena?
Un saludo.
Pero pienso que, independientemente que usted aperciba a los cristianos a ser mejores, antes que bueno, y que usted cumpla rigurosamente con ello (ciertamente muy loable y meritorio a los ojos de Dios) ello no cambia la situación de aquellos que no están en su entorno o área de influencia. Y estamos hablando de millones de personas que son presa de las sectas, y de otras en eventual riesgo.
Otra cosa: usted responderá por sí mismo, y no tendrá nunca la seguridad que los demás harán lo mismo. Por lo demás, esa ha sido siempre una exigencia cristiana: “sed perfectos como mi Padre celestial es perfecto”. Por cierto yo tampoco dije “bueno”, dije “buen cristiano”, que en ambos contextos, como usted y yo lo usamos, no se escribe igual, ni dice lo mismo.
Yo hablo de evangelizar, lo que supone igualmente (y no podía ser de otra forma) mejores cristianos para ese apostolado. Los frutos Dios los proveerá.
1. ¿Qué está implicado en ser casi,
2, y ¿qué está implicado en ser completamente, un cristiano?
(I.) 1. En el ser casi un cristiano está implicado, primero, una honestidad pagana.
Aun los paganos comunes esperaban unos de otros cierta honestidad, y muchos la practicaban. Ellos fueron enseñados que no debían ser injustos; que no quiten los bienes de sus prójimos; que no opriman a los pobres; que no usen extorsión contra nadie; que no engañen en los negocios; y, en lo posible, no deber nada a nadie.
2. Además, los paganos comunes estimaban la verdad y la justicia. Por tanto, ellos abominaban al perjurador, al que invocaba a Dios como testigo por una mentira; y también abominaban al que calumniaba a su prójimo y al mentiroso.
3. Y además, ellos esperaban cierto amor y ayuda mutua unos de los otros. Esto incluía alimentar a los hambrientos, vestir a los que no tenían ropa, y en general, dar a los necesitados las cosas que uno mismo no necesitaba. Hasta este punto iba la honestidad pagana, lo primero que está implicado en ser casi un cristiano.
(II.) 4. Una segunda cosa implicada en ser casi un cristiano, es el tener una forma de piedad; de aquella piedad que es prescrita en el evangelio de Cristo; el tener la apariencia exterior de un cristiano verdadero.
Por tanto, el casi-cristiano no hace nada de lo que el evangelio prohíbe. No toma el nombre de Dios en vano; bendice y no maldice; no jura, sino su comunicación es sí, sí, no, no. El no profana el día del Señor. El evita todo adulterio, fornicación, impureza, y aun toda palabra o mirada que pueda tener esta tendencia. El se abstiene de toda palabra ociosa, toda malicia, y todo tipo de bromas necias - en breve, de toda conversación que no edifica.
5. El se abstiene del "vino en el cual hay disolución", y de la glotonería. El evita, por cuanto dependa de él, todo conflicto y contención. Y si sufre alguna injusticia, no se venga a sí mismo, ni devuelve mal por mal. En todo lo que hace y dice, actúa según la regla: "Lo que no quieres que los demás te hagan a tí, no les hagas a ellos."
6. El se esfuerza para hacer bien a muchos; todo lo que su mano encuentra a hacer, lo hace con todas sus fuerzas, sea para sus amigos o para sus enemigos. Mientras tiene la oportunidad, hace toda clase de bien, para todos los hombres, tanto para sus almas como para sus cuerpos. El reprende a los malvados, instruye a los ignorantes, anima a los buenos, consuela a los afligidos, despierta a los que duermen, y guía a los que Dios ya despertó a la "fuente abierta para limpar del pecado y de la impureza".
7. El que tiene esta forma de piedad, usa también los medios de la gracia, en todas las oportunidades. Constantemente asiste a la casa de Dios - y esto no con una actitud de vanidad o de indiferencia, sino con seriedad y atención en cada parte del servicio. Especialmente cuando se acerca a la mesa del Señor, lo hace con una actitud que no dice nada más que: "Dios, ¡ten misericordia conmigo, que soy pecador!"
8. A esto añadimos el uso constante de la oración en familia, y los tiempos diarios de pasar tiempo con Dios en privado. El que practica todo esto, tiene la forma de piedad. Y entonces, falta solo una cosa más para que esta persona sea casi un cristiano; y esto es la sinceridad.
(III.) 9. Con sinceridad quiero decir, un verdadero principio interior de religión, de donde fluyen estas acciones exteriores. Y si no tenemos esto, entonces no tenemos honestidad pagana - no en la manera como lo demanda un poeta epicúreo. Aun este pobre perdido, en sus momentos sobrios, es capaz de testificar:
"Los hombres buenos evitan el pecado por amor a la virtud; Los hombres malos evitan el pecado por miedo al castigo."
Entonces, si alguien se abstiene de hacer lo malo, solo para evitar el castigo, el pagano ni siquiera lo toma por un buen hombre.
Entonces, si alguien no solo se abstiene de hacer lo malo, sino hace muchas obras buenas y usa todos los medios de la gracia; pero lo hace solo para no ser castigado, o para no perder a sus amigos o sus bienes o su reputación - de este hombre no podríamos decir que es casi un cristiano; es solo un hipócrita.
10. Por tanto, la sinceridad tiene que estar presente necesariamente en un casi-cristiano; un verdadero deseo de servir a Dios. El casi-cristiano tiene un deseo sincero de agradar a Dios en todas las cosas; en toda su conversación; en todas sus acciones.
11. Ahora probablemente alguien preguntará: "¿Será posible que alguien llegue hasta este punto, y sin embargo, sea solamente casi un cristiano? ¿Qué más, entonces, está implicado en ser completamente un cristiano?"
Yo respondo, Primero, que sí es posible llegar hasta este punto y ser nada más que un casi-cristiano. Esto lo aprendí no solo por la Palabra de Dios, sino también por la experiencia.
12. Hermanos, grande es mi audacia hacia ustedes en este asunto. Y perdónenme esta falta, si yo declaro mi propia locura desde las azoteas, por causa de ustedes y del evangelio. - Permítanme, entonces, hablar libremente de mi propia persona. Yo estoy contento con ser humillado para que ustedes sean exaltados, y con hacerme más vil para la gloria de mi Señor.
13. Yo mismo llegué hasta este punto por muchos años; diligentemente evitando toda maldad, para tener una consciencia completamente limpia; redimiendo el tiempo; usando toda oportunidad para hacer bien a todos los hombres; constantemente usando todos los medios de gracia; esforzándome para actuar con seriedad en todo; y Dios es mi testigo, haciendo todo esto con sinceridad, con un verdadero deseo de servir a Dios, para llegar a la vida eterna. Sin embargo, mi propia consciencia me testifica en el Espíritu Santo, que durante todo ese tiempo yo era solamente un casi-cristiano.
II. A la pregunta, ¿Qué más está implicado en ser un cristiano completo? - yo respondo:
(I.) 1. Primero, el amor a Dios. Porque así dice Su palabra: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas." - Un tal amor es este, que cautiva el corazón entero, que toma posesión de todos los afectos, que llena la capacidad entera del alma, y usa todas sus facultades. El que ama al Señor de esta manera, su espíritu se deleita continuamente en su Salvador, el Señor es su todo, y todos sus deseos son hacia Dios, y su corazón clama todo el tiempo: "¿A quién tengo en el cielo sino a ti? y no deseo nada en la tierra aparte de ti." No puede desear otra cosa, porque "él es crucificado para el mundo, y el mundo para él."
(II.) 2. Lo segundo que está implicado en ser un cristiano completo, es el amor al prójimo. Si alguien pregunta ¿Quién es mi prójimo?, respondemos: Toda persona en el mundo. Ni podemos exceptuar a nuestros enemigos, o a los enemigos de Dios. Cada cristiano les ama a ellos también como a sí mismo, sí, "como Cristo nos amó a nosotros".
El que quisiera comprender más completamente la clase de amor que es este, que considere la descripción por Pablo. Es "sufrido y benigno". "No tiene envidia". "No es jactancioso" - el que ama así, se hace a sí mismo el último y el siervo de todos. El amor "no hace nada indebido", sino se hace "todo para todos". "No busca lo suyo", sino solamente el bien de los demás, para que sean salvos. "El amor no se irrita, no guarda rencor" (el que tiene rencor, tiene falta de amor). "No es malpensado. No se goza de la injusticia, sino se goza de la verdad. Cubre todo, cree todo, espera todo, soporta todo."
(III.) 3. Algo más tenemos que considerar aparte, aunque no se puede separar de lo dicho; y este es el fondo de todo: la fe. Cosas muy excelentes se dicen de ella en la palabra de Dios. "Cada uno que cree", dice el discípulo amado, "es nacido de Dios." - "A los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." - Y "esta es la victoria que venció al mundo, nuestra fe." - Sí, nuestro Señor mismo declara: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; y no viene en condenación, sino ha pasado de muerte a vida."
4. Pero que nadie engañe a su propia alma. Debemos notar que la fe que no produce arrepentimiento, y amor, y buenas obras, no es esta fe verdadera y viva, sino una fe muerta y diabólica. Pues aun los diablos creen que Cristo nació de una virgen; que El hizo toda clase de milagros; que El sufrió una muerte sumamente dolorosa por nosotros, para redimirnos de la muerte eterna; que El resucitó al tercer día; que El ascendió al cielo y está sentado a la diestra del Padre; y que El regresará al fin del mundo para juzgar a los vivos y a los muertos. Todo esto lo creen los diablos, y todo lo que está escrito en el Antiguo y Nuevo Testamento. Pero con toda esta fe, ellos no son nada más que diablos. Ellos permanecen en su estado condenado porque les falta la verdadera fe cristiana.
5. La verdadera fe cristiana es, no solo creer que las Sagradas Escrituras son verdaderas, sino tener también una confianza segura de ser salvo de la condenación eterna por Cristo. Es una confianza segura que un hombre tiene en Dios, que por los méritos de Cristo, sus pecados son perdonados, y que él es reconciliado al favor de Dios; de lo que sigue un corazón de amor, para obedecer a Sus mandamientos.
6. Ahora, el que tiene esta fe, que purifica el corazón (por el poder de Dios que vive dentro) de orgullo, ira, deseos, de toda injusticia; que lo llena con un amor más fuerte que la muerte, hacia Dios y hacia toda la humanidad; un amor que hace las obras de Dios y se gloría en gastarse y ser gastado a favor de todos los hombres; y que soporta con gozo el reproche por causa de Cristo, el ser ridiculizado, rechazado, y odiado por todos los hombres, y aun todo lo que la sabiduría de Dios permita que le inflijan la malicia de los hombres y de los diablos. El que tiene esta fe, que así obra en amor, es no solo casi, sino completamente un cristiano.
7. ¿Quiénes pueden testificar de esto? - Les imploro, hermanos, en la presencia de Dios ante quien el infierno y la destrucción están descubiertos, y mucho más los corazones de los hombres, que cada uno pregunte a su propio corazón: ¿Soy yo uno de ellos? ¿Practico yo tanta justicia, misericordia y verdad, como lo requieren aun las reglas de la honestidad pagana? ¿Tengo yo por lo menos la forma exterior de un cristiano? ¿Me abstengo de hacer lo malo, de todo lo que está prohibido en la palabra escrita de Dios? ¿Hago yo todo lo bueno que mis manos encuentran a hacer, y lo hago con todas mis fuerzas? ¿Utilizo seriamente todas las ordenanzas de Dios, en todas las oportunidades? ¿Y hago todo esto con un deseo sincero de agradar a Dios en todo?
8. ¿No hay muchos entre ustedes que están conscientes de que nunca llegaron hasta este punto; que ni siquiera son casi-cristianos; que ni siquiera alcanzan al estándar de la honestidad pagana, y mucho menos a la forma de piedad cristiana? - y mucho menos que Dios haya visto sinceridad en ustedes. Ustedes nunca siquiera intentaron dedicar a Su gloria todas sus palabras y obras, sus negocios, estudios, diversiones. Ustedes nunca siquiera deseaban hacer todo lo hacen "en el nombre del Señor Jesús" para que sea "un sacrificio espiritual, aceptable a Dios por Cristo."
9. Pero, suponiendo que hiciste todo esto, ¿las buenas intenciones y los buenos deseos ya hacen un cristiano? De ninguna manera, si las intenciones no se cumplen. Alguien dijo: "El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones." Entonces, permanece la pregunta más grande de todas. ¿Está el amor de Dios derramado en tu corazón? ¿Puedes clamar: "Mi Dios, y mi todo"? ¿Deseas nada más que a El? ¿Te deleitas en Dios? ¿Es El tu gloria, tu delicia, tu corona de gozo? ¿Y está este mandamiento escrito en tu corazón: "El que ama a Dios, que ame también a su hermano"? ¿Amas a tu prójimo como a ti mismo? ¿Amas a cada persona, aun a tus enemigos, aun a los enemigos de Dios, como a tu propia alma? ¿como Cristo te amó a ti? ¿Y crees que Cristo te amó a ti, y se dio a sí mismo por ti? ¿Tienes fe en Su sangre? ¿Crees que el Cordero de Dios quitó tus pecados, y los echó a lo más profundo del mar? ¿que El borró la acusación que estaba en tu contra, la quitó y la clavó a la cruz? ¿Tienes realmente la redención por Su sangre, la remisión de tus pecados? ¿Y testifica Su Espíritu con tu espíritu, de que eres un hijo de Dios?
10. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que ahora está parado en medio nuestro, sabe, que si alguien muere sin esta fe y este amor, mejor le sería que nunca hubiera nacido. Despierta, por tanto, tu que duermes, e invoca a tu Dios: llámale el día que puede ser encontrado. No le des reposo hasta que El haga "pasar Su bondad delante de ti", hasta que El proclame sobre ti el nombre del Señor, "El Señor, el Señor Dios, misericordioso y lleno de gracia, tardo para la ira, y grande en bondad y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado."
No dejes que nadie te persuada con palabras vanas, que te contentes con algo menos que este premio de tu llamado sublime. Pero clama de día y de noche a Aquel quien, "mientras nosotros éramos débiles, murió por los impíos"; hasta que tú sepas en quien has creído, y puedas decir: "¡Mi Señor y mi Dios!" - Recuérdate de orar siempre y no debilitarte, hasta que tú también puedas alzar tu mano al cielo y declarar al que vive por siempre: "Señor, tú sabes todo, tú sabes que yo te amo."
11. Así, ¡que todos nosotros podamos experimentar lo que es, ser no solamente casi, sino completamente cristianos; ser justificados gratuitamente por Su gracia, por la redención que está en Jesús; saber que tenemos paz con Dios por Jesucristo; gozarnos en la esperanza de la gloria de Dios; y tener el amor de Dios derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo que nos fue dado!
Brevemente:
1. Yerra usted en cuanto a que la tDL ya no tenga influencia. Cierto que con el informe de la Sta Sede y la caída del Muro de Berlín, como tal, al menos en su versión marxista, no tiene sentido. Pero su cosmovisión del mundo, sus esquemas mentales permanecen. Con otros nombres, pero permanecen. Demasiadas veces la "opción preferencial por los pobres" se traduce en una Iglesia asistencialista y/o politiquera. Eso de la Nueva Evangelización no ha llegado a gran parte de la Iglesia latinoamericana, aunque a algunos desde fuera les parezca lo contrario.
2. Me parece algo confusa su descripción de los obispos. Yo diría, sencillamente, es un episcopado mediocre en general. No creo ser injusto si digo que muchos obispos europoeos en América no serían obispos en su país. Pero eso es también consecuencia de una formación sacerdotal también mediocre. De la que hay excepciones. En eso se va mejorando, poco a poco.
3. Nivel espiritual mínimo en parte del clero. En parte por falta de vocación. En parte por que es lo que han visto en el seminario y en sus compañeros. Mediocridad general.
4. Iglesia que carece de recursos materiales. Para evangelizar hace falta dinero. Las diócesis bastante tienen con mantener lo que se tiene. Los católicos están acostumbrados a recibir y no a dar.
5. No se puede comparar a un pastor con un sacerdote. Un pastor se forma en unos meses. Un sacerdote en seis o siete años. No es cierto que trabajen menos que un pastor, eso es injusto. Entre otras cosas, porque un pastor suele tener una comunidad pequeña a la que atiende una, dos o cuatro veces a la semana y le da tiempo para tener una profesión secular. No critico la dedicación del sacerdote. Lo que sí criticaría es la distribución del clero. No es normal que en barrios de clase media alta haya tantas iglesias como en cualquier cuidad europea, pero en los barrios pobres, no digamos las zonas rurales, haya una casi total ausencia de la Iglesia.
6. Se ha confiado en general en que la gente es religiosa por naturaleza y que lo seguiría siendo aún con ausencia de asistencia espiritual. La consecuencia es que existe una falta de educación y formación en la fe brutal. El abandono ha sido parte de la pastoral normal de las diócesis. Se consideraba lo normal. Y suficiente.
7. Me parece que en Latinoamérica hay una excesiva convicción de singularidad. Por ejemplo, la llamada a la Nueva Evangelización. Fuera de ambientes de RCC y algún otro grupito muy suelto, no existe la convicción de su necesidad.
8. El caso concreto de la selva amazónica es más complejo todavía. Allí las familias desestructuradas o informales son lo normal. El nivel de evangelización es inferior todavía al de la Sierra. Las distancias, enormes. Los medios, inexistentes. Los sacerdotes, la mayoría extranjeros más preocupados en asistencia material y en Pastoral indígena (=conservar sus tradiciones sin predicarles el Evangelio)que en predicar la Palabra de Dios. Consecuencia: masas de gente como ovejas sin pastor. Y más abundancia de iglesias protestantes que en otros lugares del Perú.
Perdóneme que haya intentado dar una respuesta a su pregunta. Le prometo que no vuelvo a hacerlo. Dejemos que sean otros los que evangelicen, tiene usted toda la razón. Mejor si también son otros los que se salvan.
Eso es clave porque al final no sabemos defender la Fe de los sofismas de estos días los lemas de feministas, el lobby gay, evangélicos, etc. Si no nos enseñan cual es la doctrina, porque es así y como defenderla uno se tiende a avergonzar de su fe y esconderla. También hay una influencia terrible del individualismo actual, o sea, los católicos muchas veces no formamos comunidades con los vecinos de la parroquia y cada uno se preocupa de sí (yo incluido), muchos por querer sentirse parte de algo se unen a cualquier cosa, sobre todo en esta sociedad que es (como he dicho) totalmente individualista siendo que el hombre es un ser social, hay que recomponer las comunidades.
Por último creo que se han olvidado muchas veces los sacerdotes de hablar de las cosas sobre naturales y se centran en solo lo social que es importante. Los evangélicos en cambio hacen todo un espectáculo para hablar de lo sobrenatural, los sacerdotes les copiaron en muchos casos la forma del discurso pero no el contenido. Decían que la Iglesia había ido con los pobres y estos se fueron con los evangélicos. Aquí de seguro alguno me va a decir que lo importante es la ética y la moral pero yo les digo ¿de qué sirve una religión que no habla de lo sobrenatural, cómo puede justificar una ética? Sin hablar de los dogmas sobrenaturales de la Fe toda preocupación social y sistema de reglas morales creadas queda sin base y se derrumba solo. Si olvidamos lo sobrenatural la Iglesia acabara sus días como una agencia de caridad que tarde o temprano desaparecerá cuando el Estado sea capaz de cubrir las necesidades de los pobres de que se preocupa mejor que ella.
En resumen enfrentamos una sociedad orgullosa de vivir sin virtud, con una educación religiosa que nos busca ser buenos más que creyentes, en un mundo donde la gente está desesperada por pertenecer a algo y donde por preocuparnos de lo social de manera absoluta olvidamos lo más importante para una religión, lo sobrenatural. Espero realmente haber sido claro.
Discúlpeme hermano. Es verdad que "emplacé" a dar respuestas y no solo diagnósticos y añadí: Que yo viva mi vida como "buen" cristiano a veces no basta. Y usted responde: lo primero que tenemos que hacer es ser mejores católicos. No dije "buenos", dije "mejores".
Esa "aclaratoria" suya, por la conexión con lo dicho en mi intervención, me permitió "aclararle", a su vez, que yo no había leído completamente su comentario. Eso fue todo
Lo último que usted dice no lo entendí, bueno, si, percibo una carga irónica. Usted dice, como dándome la razón: "Dejemos que sean otros los que evangelicen". Pero yo nunca dije que lo hicieran "otros". Yo hablé de la Iglesia, y como usted sabrá: la Iglesia somos todos los bautizados.
Después dice al final algo que ni entre líneas se podría extraer de mis intervenciones. Usted dice: "Mejor si también son otros los que se salvan" (?) ¿Cuales otros? ¿Será que quien evangeliza no se salva, y si los que reciben la predicación de la palabra?
Por otra parte, no se preocupe, que yo, si puedo, comentaré alguna de sus opiniones para destacar lo bien reflexionada que están
A veces podemos ser "mejores" y faltarnos humildad
Un abrazo en Cristo
"La Iglesia vive una primavera, lo ha dicho el papa, quienes son ustedes para contradecirlo."
(NOTA: ¿Es una ironía? En tal caso olvídese de la respuesta que sigue, que está escrita para el caso de que hable vd en serio)
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Es verdad, ¡Es primavera! ¡Olvidémonos la autocrítica y disfrutemos del paisaje!
Pues va a ser que no.
Desde luego, renovación hay en la Iglesia, qué duda cabe. El problema es que esa renovación nace precisamente del encarrilamiento de muchas cosas que estaban descarriadas dentro de la propia Iglesia. La "Nueva Evangelización" parte de la reflexión sobre nuestros propios errores, sobre cómo las mismas respuestas pueden no contestar las nuevas preguntas, sobre por qué muchos necesitan que se llegue a ellos por las nuevas vías que antes no existían, sobre de qué forma los que antes eran creyentes han caído en la incredulidad, incluso en el ateísmo militante.
No es un cambio de mensaje, una perversión como tantos quisieran, porque ni la Palabra ni el Magisterio han cambiado: es una revisión de los errores, una búsqueda de las ovejas descarriadas y una apertura a las nuevas formas y nuevas vías de comunicación que han surgido en el mundo moderno.
Y eso sólo tiene sentido cuando se ha visto que las cosas no van bien: cuando el resultado es malo, como pasa entre otros sitios en América, es imposible dictaminar honradamente que todo se ha hecho como se debía y es necesario ese autoexamen.
PD: No estoy seguro de si el Papa ha dicho o no lo de la "primavera", tal vez sí. Quienes sí lo han dicho han sido los anticatólicos que han creído que el nuevo Papa iba a ser tan anticatólico como ellos. Creo que algunos ya empiezan a darse cuenta de que el Papa es católico, mal que les pese.
Un saludo.
La Tradición, que Vd, desprecia, es una de las tres fuentes de la Revelación, junto con la Escritura (la Biblia) y el magisterio de los Papas.
Y no olvide que sin Iglesia Católica no habría Biblia, no se puede decir lo mismo respecto a las confesiones protestantes.
Por cieto, de tanto ver los árboles sobre todo si alguno se cae que hace ruido, no observamos el bosque que no para de crecer y además sin hacer ruido. Y es que la religión católica, es con diferencia, la mayoritaría en Brasil. Que hace cuatro siglos Europa estaba infestada de sectas protestantes como lo está ahora la América empobrecidada, con grandes apoyos económicos y políticos, y progresivamente, con el paso del tiempo y de los siglos, han sido absorbidas y anuladas en beneficio de la fe verdadera, de la católica.
Desde luego, puedo equivocarme, pero diría que si nosotros somos Iglesia, entonces nuestras carencias son carencias de la Iglesia. Si no fuese así, entonces nosotros seríamos ajenos a la Iglesia, pues ella estaría al margen y por encima de nosotros y nuestras circunstancias, y eso implicaría la falsedad de la comunión de todos los cristianos. ¿Propone vd eliminar la frase "la comunión de los santos" del Credo?
La Iglesia es una realidad compleja que existe en muchos planos diferentes, ya que es a un tiempo cuerpo místico de Cristo (que es a su vez cabeza de la Iglesia) y organización terrena integrada por personas falibles en comunión con (que no "equiparados a") los Santos.
Como cuerpo místico es cierto que no tiene carencias, pues comparte la completud y perfección del propio Cristo, y la Iglesia perdurará y el Mal no prevalecerá sobre ella.
Pero como comunión de seres (MUY) imperfectos, naturalmente que la Iglesia tiene carencias: cada vez que la Iglesia no es capaz de llegar a alguien (porque nosotros no somos capaces de llegar a ese alguien), o no es capaz de dar el ejemplo debido (porque nuestras vidas no son ejemplares o porque vivimos cobardemente escondidos), o no es capaz de hacerse entender (porque nosotros no somos capaces de explicar), ESO son carencias de la Iglesia que deben examinarse y corregirse (a la luz de la Fe, pero empleando la Razón, pues ambas colaboran entre sí).
Por lo demás, soy consciente del relativamente buen estado de salud de la Iglesia. De hecho, también soy consciente de que la propia Iglesia está destinada a vivir en tribulación, de modo que necesita esas etapas de contracción y expansión (árboles que caen y árboles que crecen, según su analogía) para mantenerse sana, ya que las contracciones destilan la santidad de quienes se mantienen firmes, mientras que las expansiones hacen partícipes a todos los demás de esa santidad concentrada que se ha destilado.
Un saludo.
Disculpe que interrumpa (me atrevo, ya que el diálogo es público): Las carencias nuestras NO SON carencias de la Iglesia. Por dos razones, una ordinaria y la otra sobrenatural.
La sobrenatural, es porque la Iglesia es Santa aunque esté formada de pecadores. Esa dualidad que existe desde el origen de la Iglesia y perdurará hasta el fin de los tiempos resulta inexplicable para la razón, pero es completamente cierta para la fe.
La ordinaria es mucho más simple: En la Iglesia mis carencias se complementan con sus fortalezas. Ya que tenemos muchos carismas ...
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I Co 12,8-10
"El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu; a otro, la fe, también el mismo Espíritu. A este se le da el don de curar, siempre en ese único Espíritu; a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas."
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...por muchos defectos que yo tenga, con mi única cualidad, si la tuviera, contribuyo a la fortaleza de la Iglesia.
Todos mis defectos, carencias y pecados juntos son incapaces de reducir un ápice la fuerza -no digamos la santidad- de la Iglesia Católica.
Claro que sí, como organización humana, la Iglesia puede sufrir problemas económicos, organizacionales o de relaciones públicas; pero no es por mis pecados y debilidades, sino por su propia naturaleza.
Y AÑADO: Se suele creer que para que un organismo tenga éxito tiene que estar forzosamente en constante crecimiento. Eso es falso. De hecho, los organismos vivos -y la Iglesia está viva- tienen ciclos de crecimiento y pausas durmientes, los árboles pierden hojas en invierno, desprenden frutos en otoño y vuelven a florecer en primavera. Cuando una parte de un organismo crece permanentemente le llamamos "cáncer", todo lo contrario de salud.
Me atrevo a especular que la Iglesia está en una de esas pausas, porque YO no la veo enferma. ¿Perdemos fieles? ¿No será que perdemos sarmientos secos que se separaron de la vid hace mucho?
Gracias por su interesante aportación, para nada inoportuna.
Obviamente, no puedo decir que esté en desacuerdo con vd, puesto que lo que dice es cierto, pero no termino de ver que lo que dice realmente contradiga lo que yo decía, puesto que me refería (y así lo señalaba) sólo a algunas de las facetas de la Iglesia, no a todas ellas.
Simplemente, si la Iglesia es un cuerpo en "comunión", entonces por fuerza todo el cuerpo debe participar de lo que suceda a sus partes, sea ésto para bien o para mal, como de hecho se dice un poco más adelante de lo que vd mismo citó: "Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo." (1Co 12, 26)
El cuerpo es uno y, como vd decía, reparte las funciones entre sus miembros, que son diversos. Pero precisamente porque es uno, si un miembro tiene carencias, todo el cuerpo sufre esas mismas carencias: no se pueden desligar las partes y sus carencias del todo.
Además, es necesario que todos tomemos conciencia de nuestra responsabilidad para con el resto de la Iglesia, ya que nuestra comunión nos interconecta a todos, y para eso es necesario interiorizar la realidad de la comunión:
- Si yo partiese de la base de que la Iglesia toda es perfecta y completa, independientemente de mí, entonces apenas tendría ningún acicate para perseverar en la búsqueda de la santidad, aunque sea por ese pueril y facilón "no va conmigo: es mi vida y hago con ella lo que quiero" con que nos machaca el hedonismo dominante en nuestra sociedad.
- Por el contrario, si yo tomo conciencia de que mis faltas afectan a todos, de que mis carencias son carencias de todos, incluso de que mis pecados pesan sobre todos (y eso incluye al propio Cristo, que tomó como suyos nuestros pecados en lugar de mantenerse en un cómodo plano superior, de modo que cada uno de mis pecados hace más y más pesada Su Cruz), entonces ya no hay un "mi vida" independiente: no tendré otra que responsabilizarme por la parte que me toca.
Así pues, me reafirmo en lo dicho: la Iglesia como Santa Madre, como cuerpo Místico, es Santa y Perfecta, y por ello es fuente de infinita Gracia. Pero al mismo tiempo, la Iglesia, como comunidad formada entre otros por gentes imperfectas y pecadoras como nosotros, como cuerpo del que formamos parte, comparte nuestras carencias: sufre nuestra falta de Fe y de compromiso, sufre nuestra cobardía y nuestro pecado, se debilita con nuestra tibieza.
Eso debe interpelarnos a cada uno de nosotros. Como decía Ortega y Gasset, "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo".
Y claro, resulta que "nuestra circunstancia", teniendo en cuenta la comunión de la Iglesia, no es cosa baladí...
Un saludo.
"¿Perdemos fieles? ¿No será que perdemos sarmientos secos que se separaron de la vid hace mucho?"
Eso que dice es a un tiempo cierto y falso. El matiz está en si considerar que la Iglesia se puede considerar sana "gracias a" o "a pesar de" esa pérdida.
Y la clave creo que nos la da el hecho de que Cristo quiere la salvación de TODOS, incluso de esos "sarmientos secos" de los que habla vd, y de hecho describió al Buen Pastor como aquel que sale a buscar la oveja perdida, aquel que celebra el regreso del hijo pródigo.
¿Y si esas desafecciones, esos fieles que se pierden, se deben a que la Iglesia les ha enviado un mal pastor, a que no ha cumplido con su deber de hacer llegar la Palabra como Dios manda? ¿En serio cabe interpretar que las consecuencias de esos errores son signo de salud? ¿Puede una Iglesia que se llame Católica (Universal) y Apostólica considerarse sana mientras pierde las almas que le han sido encomendadas?
Algunas veces el perder peso es signo de salud, pero otras es síntoma de enfermedad, y hay que tener mucho cuidado a la hora de determinar si es lo uno o lo otro.
Un saludo.
[http]://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2007/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20070509_interview-brazil_sp.html
"En su libro Jesús de Nazaret habla de una dramática crisis de fe. En América Latina tal vez no haya esta dramática crisis de fe, pero sí un debilitamiento. La teología de la liberación se ha sustituido con la teología de las sectas protestantes, que prometen paraísos baratos de la fe, y la Iglesia católica pierde fieles. ¿Cómo frenar esta hemorragia de fieles católicos?
Esta es nuestra preocupación común. Precisamente en esta V Conferencia general del Episcopado latinoamericano y del Caribe queremos encontrar respuestas convincentes y ya se trabaja con este fin. El éxito de las sectas demuestra, por una parte, que hay una sed generalizada de Dios, una sed de religión; las personas quieren estar cerca de Dios y buscan un contacto con él. Y, naturalmente, por otra, aceptan también a quien se presenta y promete soluciones a sus problemas de la vida diaria. Nosotros, como Iglesia católica, debemos hacer realidad precisamente lo que constituye la finalidad de esta V Conferencia, es decir, ser más misioneros y por tanto más dinámicos al ofrecer respuestas a la sed de Dios, ser conscientes de que la gente, y precisamente también los pobres, quieren estar cerca de Dios. Somos conscientes de que, juntamente con esta respuesta a la sed de Dios, debemos ayudarles a encontrar las condiciones de vida justas sea a nivel micro-económico, en las situaciones concretísimas, como hacen las sectas, sea a nivel macro-económico, pensando también en todas las exigencias de la justicia."
Un saludo.
Aún así, Cáritas desempeña una gran labor, pero podría ser mucho mallor, si el nacionalismo catalán, vasco, no exigiera tanto dinero, atención.
Tal vez, el nuevo papa Francisco, suponga un aliciente, un estímulo, o un renacimiento para la Iglesia católica.
Creo que la Iglesia católica es lenta en responder ante muchas críticas que recibe, a veces son críticas sin fundamento, otras son calumnias.
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