Fray Gorrón
Para fray Macario era importante el voto de pobreza. Por eso, entre otras cosas, no tenía carnet de conducir y se había prometido a sí mismo no tomar jamás un taxi. Eso sí, constantemente: ¿P. Manuel, me puede llevar en el coche de la comunidad a tal sitio, D. Fulano, sería tan amable de acercarme con su coche a tal lugar a recoger unas cosas, doña Menganita, me acercaría mañana a la estación de autobuses, que voy de viaje y tengo una maleta bastante pesada?
También valoraba mucho la pobreza el P. Senén. Por eso no solía llevar apenas dinero encima. Pero tampoco se privaba de nada. Buenas vacaciones en casas de familias distinguidas, comer en los mejores restaurantes, refrescos, cine, teatro… Padre ¿y la pobreza? Es que me invitan…
Fr. Alberto pasa todos los años unos cuantos días en la playa en casa de unos familiares a mesa y mantel. No paga nada ni por la casa, ni por la manutención. Si salen a comer fuera, ellos pagan. Si un refresco, invitado. Los viajes o con ellos, o con el billete pagado. No se priva de nada. Ellos pagan. Otro pobre.
Un día un hermano de Fr. Alberto le dijo: hombre, tú eres un pobre muy especial. Vives exactamente como nosotros que no tenemos voto de pobreza, y encima te pagamos los gastos. Si eres pobre, te quedas sin vacaciones como los pobres.
Igual Fr. Macario. Alguien le dijo: no es que no te gusten los taxis, lo que no te gusta es pagarlos. Si eres pobre ya sabes, transporte público, y si la maleta te pesa, te aguantas. Y al P. Senén algo parecido. La pobreza padre ¿le permite vivir en esos hotelazos, comer en esos restaurantes de lujo, acudir a los mejores teatros con la disculpa de que se lo pagan los demás?
También nos pasa a los curas. Recuerdo con qué desfachatez aquél párroco decía: yo todos los veranos voy a veranear a la costa. Y añadía entre risitas: a la costa de mi hermana…
No me imagino yo a San Francisco de Asís banqueteando cada día con la disculpa de le invitan.
La pobreza es un estilo de vida. Y quien ama la pobreza aprende a vivir como pobre. Y los pobres ni van en taxi gratuito, ni banquetean constantemente, ni marchan a la playa a costa de los demás. Sus vacaciones son austeras. Su estilo de vida muy sencillo. Han aprendido a vivir muy sobriamente, a dar lo que pueden a los pobres, y sobre todo a trabajar para no ser gravosos a nadie. El pobre de verdad trabaja, está siempre disponible, vive austeramente le inviten o no, y cuida mucho no abusar de los bienes de los demás.
Cuando alguien, en aras del amor a la pobreza, no paga taxis, pero se hace llevar en vehículos privados gratis, come en buenos restaurantes sin pagar jamás un euro, frecuenta buenos hoteles cuyas cuentas pagan otros, no se priva de un buen refresco que alguien abonará y encima dice que es que nosotros somos pobres… Ese alguien no es un pobre. Es simplemente un gorrón.
Evidentemente, no es lo mismo.
18 comentarios
Seguro que la Señora Rafaela suscribe el artículo de principio a fin.
Saludos.
Cuando se le llamo la atencion por esta actuacion nada ejemplar y otras mucho mas graves y de mayor calado, la respuesta fue que le invitaban.
Si en un politico esta claro que por su puesto no debe admitir donaciones, regalos ni besamanos, en un sacerdote mucho menos.
En todos lados, se cuecen esta habas.
"¿La alegría de un seminarista nace de haber ido a bailar el fin de semana con los amigos? O se centra en "el tener", por ejemplo en tener el último modelo de teléfono móvil, o la moto más rápida... El coche que se hace notar, «les digo verdaderamente, a mí me hace mal cuando veo a un cura o una monja con un coche último modelo. ¡No se puede! El coche es necesario, pero uno más humilde «y si te gusta un coche bonito, piensa solamente en cuantos niños en el mundo mueren de hambre»."
Aquí usted habla de frailes porque ellos tienen el voto de pobreza, pero en cuanto a los curas creo que ustedes no han hecho ningún voto al respecto, ¿o sí? aunque no lo hicieran son cristianos y el cristiano de por si tiene que ser pobre evangélicamente hablando.
Yo soy joven y todavía recuerdo hace como 4 años que el asesor espiritual de los jóvenes (lo llamaré padre Chocho) de la parroquia fue cambiado por el obispo a un pueblo muy chico y de esos que para nada se le antoja a uno vivir ahí. Y yo creo que fue buena elección del obispo, le cuento que en un tema de formación estábamos todos los jóvenes escuchando al padre Chocho hablando sobre los bienes materiales y nos decía que eran algo secundario y etc. etc. y la verdad fue incómodo porque un cura que cambia de carro como de calzones y siempre anda con la mejor ropa y come con las mejores familias de la ciudad, es amigo de políticos y artistas como que no convence hablándonos de humildad y desapego a lo material. Entonces él vió como que nadie se veía muy convencido y entonces dijo: Vean mi móvil, su móvil era un señor móvil, de esos más caros del mercado y recién estrenado, y nos dice: "lo material no es importante, yo bien puedo tirar este teléfono a la basura y mañana me regalan otro". Y que de un golpe contra el suelo lo rompe, y todo eso para demostrar desapego a lo material.
Durante este tiempo nos han cambiado de asesor de jóvenes varias veces y todavía recuerdo cuando nos pusieron a un sacerdote que no parecía una socialité como el anterior y una de las jóvenes dijo: "este padre no me gusta porque se ve muy sencillo, no tiene estilo" y otro dijo: "me gustaba más el padre Chocho porque era medio sangrón" acá sangrón se le dice a las personas que son especiales con el trato a las personas y eligen a quien sí hablarles y a quien no, la mayoría del tiempo por cosas banales.
y el último padre que nos pusieron es un ejemplo de sacerdote, trabaja muy bien y lo que sea, pero tiene un pequeñín problema con su obsesión por comprar la mejor marca de móvil, ropa, relojes, perfumes y demás, aunque a su favor diré que los feligreses le regalan mucho más de lo que él se ha de comprar con su propio dinero. Una vez el padre estaba presumiento su móvil comparándolo con el de una muchacha del grupo y le decía que el suyo ya estaba pasado de moda y que el que él se acababa de comprar era mejor, y pues era verdad, su celular (móvil) es el más caro que existe por lo menos acá en México.
A mí estas cosas me extrañan, pero no las comento con nadie, no le voy a echar más tierra a los sacerdotes que la que el mundo les echa ya. Una vez yo platicaba con ese padre sobre las cosas materiales y que me dice algo que me dejó sorprendido. Me dijo que él se compraba todo lo nuevo que salía para sentirse indentificado con los jóvenes y podernos comprender mejor. Me dejó helado, dudo mucho que la mayoría de los jóvenes de la parroquia tengan el ipad que se compró en cuanto salió a la venta. La mayoría de ahí somos de clase media, media baja y baja, yo entendería su punto si estuviera en una de esas parroquias donde se para puro rico, pero en el centro de la ciudad no va a encontrar esa clase de jóvenes que se compran cada artilugio que sale a la venta.
Tambien he conocido a otro que nunca, nunca acepto nada, ni siquiera por las misas que oficiaba.
Y de buen grado este ultimo explicaba que si cogia haria distincipnes ya que siempre habria gente que no podria o que no consideraban apropiado.
El que acepta todo es de la nueva escuela
El otro despues de desparramar amor alla por donde pasaba, hace unos años que falleció.
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