Misas con niños. Necesitamos sugerencias
En la parroquia celebramos una misa los domingos con una especial presencia de niños. He de decir que personalmente me siento un tanto dividido. Comprendo que una misa donde los niños estén especialmente presentes es bueno, y a la vez tengo miedo de que acabemos infantilizando la misa, que los mayores la vean como un entretenimiento y los niños no se enteren de mucho.
Ayer lo hablaba con mi compañero, que es el encargado más directamente de la formación de niños y jóvenes. Y nos preocupa tanto que el próximo consejo pastoral de la parroquia lo vamos a dedicar al asunto. De momento he pasado a los consejeros la Instrucción general del misal romano, la Instrucción redemptionis sacramentum y el Directorio para las misas con niños.
Pero quería preguntar a los lectores del blog qué experiencia tienen de misas con niños: si las ven útiles, si no merecen a pena, los errores más frecuentes, las cosas que echan de menos, sugerencias sobre cantos (en una parroquia, a falta de coro, van poniendo música enlatada en cada momento de la misa). Para nosotros les aseguro que sería de una gran utilidad.
La razón ea muy simple. A veces estas cosas las organizamos con los catequistas, buena gente donde los haya, y contando con los papás de los niños felices de que sus retoños “participen” (a ver qué entienden por participar). Pero pocas veces tenemos la ocasión de escuchar la voz de los fieles normales y corrientes porque no preguntamos o porque los “hartos” de algunas cosas se largan y ahí te quedas.
No saben lo que les agradecería sus sugerencias, su visión como fieles laicos en misa, o como sacerdotes que la celebran y viven. Los comentarios los haré llegar a la gente del consejo para que escuchen otras voces. Gracias por su esfuerzo y que Dios se lo pague.
97 comentarios
Otra cosa es que de vez en cuando -no como norma general- se permita a los críos hacer las peticiones, las ofrendas en días especiales, etc.
Pero creo necesario que se acostumbren a celebrar la Misa de la misma manera que los mayores. Y ya puestos, sería bueno formar a los padres para que eduquen a sus hijos en el valor de la liturgia y así puedan sacar lo mejor de la misma.
Una cosa es adecuar el mensaje a la capacidad intelectual y espiritual de los nenes y otras tratarles como si no hubieran salido todavía de preescolar.
Padre Jorge, la cosa es sería, la verdad no creo que sea buena idea ofrecer una misa a los niños adaptada a ellos. Ni siquiera cambiar los cantos. Lo mejor sería que se acostumbren a la misa tal cual los adultos la conocemos.
Lo primero decir que mucho de lo que personalmente considero errores a la hora de afrontar estas celebraciones se suele hacer con la mejor intención.
Primeramente, no veo adecuado hacer una misa exclusivamente de niños. Me explico: es habitual que haya una misa a la que van los niños que van al catecismo, pero es importante que cuando asistan vean y experimenten que allí participa un pueblo, una asamblea, y que esto incluye todas las edades.
Por ello veo mejor que sea una misa a la que asisten los niños, que una misa de niños.
Sumado a lo anterior, en cuanto a homilía, cantos... considero adecuado contar con que van a asistir los niños, pero que no se piense en exclusivo en ellos.
La razón es sencilla: muchas veces se infantiliza todo, se les dan unos cantos para niños, un mensaje para niños, y todo muy sencillito y pobre de contenido; pensando sobre todo en que estén entretenidos, jugando o casi jugando; cuando el niño llega a la adolescencia ya no mira hacia lo infantil (es más, seguramente lo rechace para afirmar su madurez), sino a las cosas de adultos (pese a la inmadurez general actual), y si todo lo que ha recibido en la Iglesia es un tratamiento infantil, dejará todo como algo para niños; sin contar con que en la adolescencia ya estará captando todo el veneno que hay en esta sociedad contra la Iglesia, y al haber recibido unos contenidos tan infantiles no tiene en su haber ninguna respuesta.
Por eso, algunos cantos alegres para ellos: si, pero que sean adecuados al momento. Si no cuadran para una lectura/día, cantos alegres... mejor que se aburran un poco. Y por supuesto: nunca cantos alegres, que gusten a los niños, pero sin contenido ni trasfondo.
En cuanto a la homilía, cuidar las palabras para que sea todo sencillo, pero si no entienden todo ya se les explicará en catequesis, o ya irán entendiendo con la edad.
Recordemos que ha habido bastantes niños Santos en la Iglesia, así que es claro que un niño puede entender más de lo que les solemos atribuir.
En resumen, contar con ellos, pero que no sea algo exclusivo para ellos. Que haya momentos en los que se cuide que entiendan todo (por ejemplo el inicio de la homilía), pero sabiendo que incluso viene bien que no puedan captar todo, porque verán que es algo también para adultos, y eso que no entienden ahora va quedando y puede servirles de ayuda con la edad.
Espero que sea de utilidad toda esta parrafada.
PD: y por supuesto estoy en contra de infantilizaciones como canciones con gestos y cosas así. No sirven más que para distraer al niño de la seriedad de lo que esta haciendo, deben aprender que no están jugando, que están participando de algo muy serio.
Tema delicado, pero no por los niños...
Lo primero que quiero comentar es la sutil diferencia entre "Misa CON niños" y "Misa DE o PARA niños".
Lo primero, genial. Los niños son signo del amor de Dios, y tienen un lugar destacado en la Liturgia. "Dejad que los niños se acerquen a Mí". Lo segundo, fatal. Porque para que se lo pasen bien, o no se aburran o lo que sea, desvirtuamos lo importante...
Entonces, ¿cómo lo hacemos?. Pienso que es fundamental que el niño viva la Eucaristía como el lugar privilegiado donde se encuentra con Jesucristo. Es decir, que tiene que saber qué significa cada rito, cada gesto, cada palabra pero -más aún- vivirlo, hacerlo carne. Esto supone un cambio en toda la catequesis. Hablar al niño de las Presencias de Jesús. De la Palabra de Dios, donde dios nos habla. Del Sagrario, donde está Él. En suma, introducir al niño en el Misterio.
Estoy, en parte, con Luis Fernando. Pero yo creo que es necesario que muchos "mayores" se acostumbren a celebrar la Misa de la misma manera que aquellos "niños" que han descubierto a Cristo en la Eucaristía. Con ese asombro y adoración que -a veces- descubro en algunos de mis hijos... No sé si me explico...
Y cosas concretas: fundamental, el silencio. De los mayores. Ayuda al de los niños. Que haya personas encargadas de los niños. Que tengan su propio sitio, donde puedan ver y oír bien. Que los cantos sean dignos, fáciles de cantar y con textos de la Escritura. La Homilía, corta y ceñida a las Lecturas. NO la hacen los niños, ni se les pregunta. La Misa no es un "examen", a los niños NO les gusta que les pregunten. No irse por las ramas. Ni intentar mostrar la gran sabiduría del cura. (En general, una buena Homilía es buena tanto para niños como para adultos)
Como sugerencia (aunque no está recogido que yo sepa en ningún sitio), tras la comunión, en el momento apropiado, se puede invitar a los niños que aún no han comulgado por primera vez a acercarse para recibir la bendición del sacerdote...
En definitiva; si los niños nos ven disfrutar, con respeto, de la Misa, aprenderán y disfrutarán. Si no...
Un saludo.
José Manuel Genovés.
Misa para niños sí, pero como la de adultos. Hay que darles dignidad a los niños, que la agradecerán, que la tienen, y no tratarlos como personas distintas. Pequeños sí, pero igual de personas que los mayores. Por tanto, inventos los justos.
A mí ya la foto con todos colgados alrededor del Altar, qué quiere que le diga, me produce escalofríos. Seré raro.
No debemos tratar a los niños como "tontos" (no lo son ni lo han sido nunca), hay que hacerles participar y tenerles una atención especial, pero sin "infantilizar" la Misa si están presentes los mayores.
Sugiero que en la Misa, ya sea con la presencia de niños o no, lo "accesorio" se realice con mucha agilidad y dinamismo (de lo contrario, se pierde concentración): estamos en un tiempo en el que todo "va muy deprisa" (es un signo de los tiempos), y es tan importante comenzar puntuales como acabar puntuales.
Mi sugerencia es que las misas para niños sean las mismas misas que para adultos, pero más cortas (sobre todo la homilía) y que se les explique a los niños cada momento de la misa. Que antes de la misa se les explique lo que van a ser las lecturas el sentido de la misa, la presencia en el sagrario, etc. Y que no hay mucha disparidad de edades.
Y me voy a explicar, al menos lo intentaré, con meridiana claridad: a un recién nacido no le damos de golpe un cocido de garbanzos, ¿verdad?, le damos sobre todo leche materna o su sustituta, luego papillas, y más adelante se le van añadiendo a su dieta solidos que pueda ir tolerando, poco a poco. Pues yo pienso lo mismo con respecto a la misa, está muy bien que haya esta gradualidad, o al menos una pequeña diferenciación.
Sobre la música padre, yo le podría recomendar bastantes temas, ya que me dedico precisamente los domingos a realizar los cantos de dos misas, una para feligresia en general y otra especialmente dedicada a niños, pero como el instrumento que uso es la guitarra creo que me voy a abstener, ya que según algunos de los que suelen opinar por estos lugares, los que hacemos el servicio del canto con guitarra somos llamados "guitarreros"*, y deberían poco menos que echarnos de las Iglesias.
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*Que por cierto quienes nos llaman guitarreros demuestran claramente su ignorancia supina, ya que un guitarrero es el que construye guitarras, un oficio precioso por cierto.
Se propicia la participación de los niños en cuanto a leer moniciones, si bien de las Lecturas siempre se encargan catequistas adultos. Normalmente leemos una Lectura, Salmo y el Evangelio, algo que he comprobado está recogido en el Directorio para las Misas con niños, cuyo enlace agradezco haya publicado Don Jorge. También se encargan los niños de llevar las ofrendas, leer las peticiones. Y el párroco es comprensivo pero sabe mantener el orden y el silencio, sobre todo cuando llega el momento de la Consagración, en el que hace especial hincapié en lo muy atentos que deben estar.
En fin, que creo que aunar respeto por la Liturgia y comprensión por los más pequeños, puede dar lugar a una Misa en la que tanto adultos como niños se encuentren cómodos. Los mayores no se encontrarán con una Misa incompleta y los niños podrán descubrir la belleza, riqueza y valor que tiene la Misa para un cristiano.
tienen un coro con guitarras y la homilia esta especialmende dirigida a ellos los niños se colocan en los primeros bancos y el sacerdote dialoga con ellos sobre las lecturas.
Esto esta bien ya que les permite afianzar las lecturas y estar mas atentos.
Sin embargo veo dos errores.
Se cambia el salmo por una cancioncilla del coro.
La segunda lectura directamente se omite por lo que me suele tocar leerla en casa.
Sin embargo creo que con los niños lo que mejor funciona es explicarles bien la misa en la catequesis.
¿ Cuantos niños saben que es una casulla? y ¿porque al empezar se hace la señal de la cruz? o porque nos ponemos de pie para escuchar el evangelio.
Los niños y los adultos nos aburrimos ante lo que no entendemos, por ello es importante que tengan unas nociones de liturgia
Mejor que una misa-espectáculo de una hora (que era lo que yo sufría en mi parroquia en la misa de niños)es una misa de 25 minutos, breve, bien celebrada y sin permitir que los niños se distraigan en cosas secundarias.
Por muy entretenida que se haga una misa (con cantos, ofrendas, el cura hablanco como si lo niños fueran tontitos), a los 20 minutos los niños ya se están revolviendo en sus bancos y deseando salir a la calle.
Hay cantos que se deberían de evitar en estas misas: (tipo: la misa es una fiesta muy alegre), los niños, aunque son niños, tontos no son, así que no tratarlos como si lo fueran; canciones que tengan contenido, que ayuden... Lo mismo podría decir de homilías...
Otro tema: Por si hay algún otro cura que lea estas palabras; yo ofrecería la posibilidad, en barrios de estudiantes o universidades, o en delegaciones universitarias, de misas específicamente para jóvenes, pensando sobre todo en aquellos jóvenes que se alejan de la Iglesia cuando se van a estudiar fuera de su casa, y una misa más activa, me refiero, más participativa, en el domingo a última hora y en periodo lectivo. En algunos lugares sé que se ofrece, y aunque cuesta arrancarlas, son experiencias geniales, tengo entendido que incluso los estudiantes erasmus participan.
Un abrazo
Ah, padre, ni se le ocurra usar las plegarias especiales para misas con niños. Si acaso use la II y la III que son más cortas, pero nada más.
Luego, no se sabe qué significa la "participatio actuosa" de los fieles. Parece como si todos los niños tuviesen que subir a leer, hacer peticiones, participar de las ofrendas... No es así. Se trata de una sugerencia no de una obligación. Muchas veces, son los mismos niños los que no quieren salir por vergüenza (lo cual es muy razonable), y deberíamos respetar sus gustos y no los de los padres.
Las Misas con niños son "Misas con derechos": "Mi hijo tiene derecho a llevar la patena, a leer como los demás...". Nos hace falta volver a centrar el tema de la Santa Misa para valorar lo que es en realidad. Mientras nos quedemos con "La Misa es una fiesta muy alegre" ni evangelizaremos, ni ofreceremos una catequesis, sino al revés: Aburriremos a los peques, infantilizaremos a los adultos, reduciremos a ceniza la liturgia, exaltaremos a la asamblea y echaremos del medio de Cristo, como Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza.
Esas Misas son una fuente de conflictos entre catequistas y crean graves distorsiones a la hora de entender qué es lo que se hace.
Creo que la mejor manera de evitarlo sería celebrar una Misa Dominical IGUAL que las demás, incluso con algo más de solemnidad (oraciones cantadas, Prefacio cantado...), y una homilía quizá más amena, con un lenguaje menos técnico (kerygma, liturgia, especies, forma, abluciones, ...) que no entienden (y que sería conveniente abordar en el marco de la Catequesis con tranquilidad).
Que Dios le bendiga, Padre.
a veces sí puede venir bien que el sacerdote filtre el "nivel teologico" de la predicacion en funcion del publico, y eso sea avisado a priori...quiero decir, una misa de niños a las 11 significa que el cura predica en un lenguaje más infantil que los niños van a comprender perfectamente pero que a un adulto le puede resultar tremendamente ñoño...pues me parece fenomenal.
si misa de niños significa que el cura tira globos y los niños se dan la mano en el altar en la consagracion...
Creo que la idea de repartir los documentos pontificios para tomar la decision es la mejor manera de asegurarse la mejor decision.
Y que nadie piense que hay que cambiar las palabras de las lecturas.El Evangelio está lleno de simpleza y claridad.
Con 6 años, en el colegio aprendíamos el capítulo 26 de San Mateo de memoria. Con 7 años, el capítulo 27.
Y los recitábamos de carrerilla. Y lo entendíamos perfectamente.
A veces tratamos a los niños de hoy como si no fueran a ser capaces de conocer a Dios porque son pequeños.
Pero resulta lo que Jesús nos dice es que nosotros nos hagamos como ellos, y no al revés.
Las misas se hacen pesadas para los ninos si son largas, pero veo a ninos en las misas tradicionales, algo mas largas, y no están intranquilos.
Creo que es muy recomendable llevar a los ninos a Misa tambien entre semana, al menos una vez. Ahi no hay Misas de familia, asi se acostumbran a la Misa más devota, sí están todos los que son, fuera de la parafernalia extra para los ninos.
Ahora, mi hermana esta feliz con su hija en la Misa especial para ninos, no tiene mucha fe, y al ver a la hija contenta, se anima a llevarla.
¿Misas infantiles? No. MISAS PARA NIÑOS.
Pero primero: antes, en la CATEQUESIS o en el Cole concertado (lo cual es, a lo peor, mucho pedir), que alguien empiece por el principio de todo, y les diga la verdad: que LA MISA ES EL SANTO SACRIFICIO DE JESUCRISTO.
Segundo: que sean MISAS, no unas cosas que no reconoce nadie y cuya liturgia --salvando la bena voluntad del oficiante-- ni es liturgia ni es "na´".
Tercero: que no se pierda en ellas el SENTIDO SACRAL Y MISTERICO del Sacrificio. Los niños son niños, pero no tontos, y captan lo que es un misterio en ocasiones mejor que los adultos; como tambien tienen sentido del RITO.
Cuarto: la MUSICA ASIGNATURA PENDIENTE. ¿ Por qué unos escolanos pueden cantar partituras serias, y a niños corrientes, de su misma edad, se les proponen tonterías supremas ? ¿ Así vamos a recuperar una música sacra de calidad ? En cuanto crezcan un poco los se avergonzarán de tantas letras tontas y tantas melodías ratoneras como hoy tenemos que soportar.
Quinto: cuidar mucho las HOMILIAS, BREVES, CLARAS Y ADAPTADAS.
Sexto: si es posible, con GRUPOS HOMOGENEOS de infantes y púberes, que para lo malo los niños están hoy muy preparados, y con trece años empiezan a pensar que Dios no existe (sic).
Con las ganas que tenía de decirle a alguien estas cosas tan simples, fruto de la observación cuidadosa de mucho tiempo. Con mi más profundo deseo de acierto.¡Que el Señor premie su desvelo. Amen!
A mi las misas "normales" de niños me repatean; los cánticos, el estilo, todo...
Pero este hombre se reviste con todos las vestimentas, enciende cirios por todos los sitios, luces, flores, cuida la liturgia, hace una parte de la misa cantada solemnemente y los niños tan contentos.
Todos los críos se ponen en los bancos de adelante, con las catequistas.
Además otros dos o tres hacen de monaguillos, y van aprendiendo la importancia de cuidar los detalles litúrgicos.
Los únicos elementos, digamos infantiles, son que los niños leen las lecturas y peticiones, y que la homilia se la dirigue a ellos, y les hace alguna pregunta.
El resto, solemnidad, cuidado litúrgico, seriedad; lo dicho, un gusto.
Imáginense que hasta algún día hizo una bendición con la Custodia del Santísimo, con incienso y todo, mientras los fieles, niños y padres permaneciamos de rodillas.
Vamos, que las misas de las familias, como las llama, de este hombre, a mi me parecen muchísimo más canónicas que el 90% de las misas normales por mi zona.
Así que anímese, que sí que se puede, y de paso, mientras explica a los niños porque en una fecha litúrgica se usa un color u otro, pues nos enteramos los padres, que estamos bastante necesitados de explicaciones para parvulitos en muchas cuestiones de estas.
Y mira que me insistía el párroco.Y pensaba: yo a pasar bochorno no vengo.
Considero que las Misas para Niños son muy convenientes, pero a la vez tremendamente complicadas. Hay que conjugar muchas cosas y las ha enumerado perfectamente. Y creo que no existe la formula perfecta, como en casi todo.
Pero creo que si queremos integrar en la Familia Parroquial a todos, no podemos olvidar al colectivo de los niños.
No creo que sea necesario desvirtuar el mensaje para hacerlo muy infantil, adaptarlo si, y por mi experiencia con un poco de "tacto" un mensaje "infantil" muchas veces cala mas fácilmente en los padres, que en gran cantidad de ocasiones, desde el punto de vista de la Fe, por desgracia, son como niños.
La parte mas complicada creo que puede ser la de conseguir que los niños, si son muy numerosos, estén callados y aprendan el respeto y la atención que deben tener en la Iglesia. Para esto vuelven a ser fundamentales los catequistas, que deberían estar durante la celebración, junto a los niños para controlarlos.
No se debe despreciar el potencial que pueden tener los niños incluso en la evangelización de sus padres.
Con Fe y con la ayuda del Espíritu Santo de la Misa para Niños se puede sacar tambien petróleo.
PD: se que es tremendamente complicado, pero un coro mixto de adultos y niños ayudaría muchísimo.
Un saludo.
En el blog de María Lourdes Quinn he hablado en un comentario de mis hijos y reproduzco un trozo:
Es una gozada ir con ellos a Misa, se portan fenomenal. Los Domingos, que es cuando el Cura dice una homilía, yo les habiso cuando empieza y cuando termina la homilía, luego les pregunto sobre qué ha dicho el Cura en la homilía, y entre los dos me lo dicen a su manera, entonces les doy algún premio. Cuando no han estado atentos, no ha habido premio.
Cuando íbamos a cualquier sitio si pasábamos cerca de una Iglésia, siempre querían ir a la Casa De Dios, a saludarle.
Mi opinión es que el comportamiento de los hijos es responsabilidad de los padres, y como tal, yo ponía mis medios para que su comportamiento fuera ejemplar, y lo conseguí.
Ahora mi experiencia, de la que creo que se puede sacar sustancia:
Yo recuerdo con especial cariño las misas celebradas en el colegio donde estudié en régimen de internado, Luis Braille, Se-villa, cuando estába en la carretera. Málaga. También recuerdo ir a otras celebraciones también para niños, que me daban verdadera vergúenza ajena por el alto nivel de ñoñería.
Recuerdo con mucho cariño al cuidador Don Miguel Ángel, quien nos preparaba y dirigía como un padre. Tenía mucha mano dura, mucho amor, y ningún ningún mimo. También a Don Doblas, quien coordinaba los coros de villancicos. Yo tocaba la guitarra en toda ocasión que me era posible: En el coro rociero y en 3 ó 4 coros de villancicos.
La que me refiero es una Misa muy simpática y tremendamente catequética. Ciertamente que era una Celebración especial, el sacerdote explicaba lo que hacía, pues tenga en cuenta que el alumnado era minusválido, y la mayoría ciegos.
También daba indicaciones oral de cuando hay que levantarse, sentarse o arrodillarse y la razón. Aunque parezca una tontería, no lo es: Los mayores también lo necesitan. Pero hágase a tiempo, sin interrumpir la locución. Las municiones bien usadas pueden ser excelentes.
Aquellas palabras después del «Santo Santo Santo» eran de gran respeto, «Ahora va a ocurrir un gran Milagro, el Milagro más grande: Cuando escuchéis las campanitas, nos vamos a arrodillar por que este trozo de pan se va a convertir en el Cuerpo De Cristo, y este vino en Su Sangre, aunque nosotros sigamos viendo pan y vino», era una de las impresionantes municiones que allí hacían esos buenos Sacerdotes: Corta, sencillísima, y de un muy alto valor, como se puede observar. Instruye a la feligresía en el comportamiento que se les pide, describe el Misterio de la transustanciación, y les hace consciente de la transcendencia del suceso, todo en una sola frase, ¡Toma ya!
La homilía era, una homilía. No es tan obvio. Nos hemos acostumbrado a que nos den gato por liebre. El Sacerdote ejercía de pastor y maestro, iniciándola con palabras como, «Nos sentamos a escuchar la lección de hoy, que no es otra que la que nos trae el evangelio. Tenemos que estar muy atentos, por que lo que les voy a contar nos va a servir para toda la vida». Estas homilías estaban cargadísimas de apologética. No había miedo ni complejos a hablar de pecado, infierno, purgatorio, cielo, buenos, malos, conversión, perversión, valores absolutos e innegociables, y normas morales claras con ejemplos, que casi siempre eran las mismas parábolas dichas por Nuestro Señor JesuCristo, y en muy pocas ocasiones, inventadas. Eran auténticas charlas agradables de escuchar tanto para un adulto como para un niño. Los niños estábamos entretenidos y atentos, para nosotros, niños, el Sr. Cura contaba cuentos realmente bonitos e interesantes, las parábolas. Y eso que la Misa era larga.
No eran todo rositas. El Sr. Cura tenía mano dura. No dudaba en castigar a los niños cara a la pared, o a irse a dormir media hora antes de lo habitual, si tenía que hacerlo, pero nunca, nunca ha echado a ningún niño de la celebración, ni ha aprobado que los cuidadores sacaran a ninguno. Los cuidadores ya se encargaban que cumpliéramos los castigos impuestos, ya...
No todos los niños eran cristianos en el colegio. Había musulmanes, ateos... Eso limitaba que hubieran más Celebraciones litúrgicas, y los últimos años que estuve internado sólo quedaban 3 ó 4 Misas al año: Navidad, Semana Santa, Cruces De Mayo y fin de curso. Sin embargo, prácticamente todos los niños querían asistir a aquellas Misas. Para los que no quisieran había teatro, pero no podían quedarse en los patios por que estaban todos los cuidadores en los actos.
Un musulmán obstinado en ir a Misa en contra de la voluntad de sus padres:
La religión le ocasionó alguna grave disputa familiar. Por órden de los padres se le tenía prohibido asistir a Misa. Pero igualmente iba, pidiendo que no se lo dijeran a sus padres ni le echaran fotos, y que si en alguna salía, la retocaran. Ya tenía edad para hacer eso, cursaba FP.
Como anétdota, una vez un niño, de los más pequeños, de primaria, no dejaba de llorar por que se murió su madre. El niño era de las Islas Canarias, y no era posible irse con su familia por motivos tanto económicos como humanos, pues era una familia desestructurada. Ese niño además de llorar estaba demasiado rebelde. Tenía a los cuidadores ya algo amargados, y decidieron sacarlo en el momento de la homilía. El cura que lo vio pidió que se lo acercaran. Le preguntó que por qué lloraba y el niño continuaba con la pataleta, hasta le pegó al Cura rompiéndole las gafas. Ese cura no dudó en revestirse de autoridad y decirle con voz firme, dura, «¡Mírame! ¿Sabes quien soy?», a lo que el niño respondió su nombre, el cual, no puedo recordar. El Cura le respondió: «Sí. Tienes razón, soy ...tal..., pero también soy Sacerdote, Cristo en la tierra. Yo te puedo perdonar tus pecados». El niño se echó a sus brazos y ese día el Sacerdote pronunció la homilía con el niño cogido, contándosela en voz baja al oído, como si ese niño fuese el único de la asamblea. El silencio, el respeto se palpaba en el ambiente.
- Misa de niños NO, mejor misa familiar.
- No tratar a los niños como enanos mentales, porque no lo son.
- Creo que es bueno preguntar a los niños en la homilía, para ver cómo entienden ellos el Evangelio / lecturas. Así se puede corregir, reforzar, acentuar, etc.
- La misa es MISA, no el festival de los aplausos (soy testigo "vamos a dar un aplauso a Jesús por ser tan bueno" "por que nos quiere"... Así hasta 14 aplausos en una sola celebración. No me salí por respeto al sobrino que hacía la comunión.
En todo caso, no hay que ir muy lejos: usted y yo no nos criamos bajo ese tipo de celebraciones y creo que no fueron necesarias.
Luego parece que para aprovechar la misa no es imprescindible entender absolutamente todo.
Los niños son capaces de una adoración profunda.
Ellos entienden quizás mejor que nosotros lo que es el sacrificio de Jesús.
Y eso es lo más importante que tienen que saber.
La Misa no es un juego, ni una obra de teatro, ni tampoco que hagan reír a los niños con vanas ocurrencias del hombre viejo.
Y el ejemplo de los adultos, ¿sirve de algo asistir a Misa sin reverencia ni respeto al Señor? Por no decir que sucede cosas así, a diario, pues aparte están las misas para niños.
El comentario de "Luisillo" es una triste realidad en que suceden en otras tantas parroquias, aplausos, risas, carcajadas, son cosas así, por la que no alegran al Señor, y hacen perder la fe de los niños. Y alegra al enemigo de las almas.
La misa es una realidad compleja en sí misma para cualquiera, incluso para un creyente con formación. Tal es su riqueza y su misterio. Nadie puede acudir a una realidad semejante sin mediaciones que le hagan más fácil no ya la comprensión, sino la capacidad de vivir un acontecimiento tan singular. Debe existir una formación previa, catequética sin duda, sobre lo que es la misa: su significado, lo que se celebra, comentar las partes que la integran y qué función tienen, por qué unas cosas se hacen antes que otras, con lo que se explicaría el sentido y la función de la liturgia, etc. Por supuesto, estas explicaciones no han de ser eruditas, pero tampoco que su sencillez altere los contenidos profundos de la ceremonia (su sentido sacrificial, la presencia viva y real del Señor, etc.) Todo este trabajo, insisto, ha de ser previo o, mejor, desplegarse paralelamente a medida que van asistiendo a misas. Sería bueno que participaran los padres en la medida de lo posible, bien en sus casas bien en la parroquia, pero compartiendo las enseñanzas que se van suministrando a sus hijos (y seguro de mucha utilidad también para ellos, pues nada más comúnmente ignorado que la liturgia).
La misa es como un bellísimo regalo que está muy bien envuelto. Poco a poco, por medio de esa formación, se irá desempaquetando, des-cubriendo ese enorme don del Señor a nosotros. Así veo yo que habría de ser vivido y explicado a los niños.
Si se da ese contexto formativo, la misa puede mantenerse inalterada. No hay que adaptar nada a nadie. Por la misma razón, en virtud de ese extraño principio de adaptabilidad, diseñemos misas para octogenarios, más breves, sin cantos, sin genuflexiones o pudiendo permanecer sentados todo el tiempo, pues a esas edades ya no se está para muchos trotes.
Dicho todo lo cual hay que reconocer que no hay nada para un niño como la presencia de sus padres vivendo con plenitud la misa. Eso quedará como recuerdo imborrable para toda su vida, y constituye un elemento evangelizador fortísimo, pues nace de la admiración, la identificación y el amor del hijo por sus padres. Inmediatamente, se interesará por aquello que tanto atrae a sus padres. Conozco por la literatura e incluso algún caso personalmente que esta fue la fuente de la vocación religiosa al sacerdocio o a la vida contemplativa de no pocos curas, monjes y monjas.
Siendo realistas, pues pocos padres hay por desgracia que vivan con profundidad el misterio de la Eucaristía, bueno será recorrer el camino que he descrito más arriba.
En mi opinión lo más apropiado es que los niños acudan en familia a la misa normal. Mejor un ambiente de recogimiento que un ambiente festivo que termina por ser desquiciante para niños y padres.
Para ser precisos con mi hija de tres años vamos a Misa mayor a las 12 del día a una parroquia normal misa normal precedida por el párroco la niña casi no se distrae entiende todo participa a su manera en la colecta y prepara en la mañana algo de marcado para compartir en el canasto para los pobres antes de comenzar la celebración. Participa en los cantos con toda la asamblea y poco a poco conoce todas las oraciones, Conclucion no se distrae. Al contrario por alguna cosa hemos asistido a"misas para niños" y ahí no pone atención se distrae siente que le falta algo. y no participa de la misma manera.
Conclucion los niños entienden mas sencillamente que los adultos las partes de la eucaristía, el porque de cada momento perciben la parecencia del Señor. Mi hija en la consagración me dice papa pasito que esta Jesús en el altar.
Yo he trabajado en pastoral infantil y juvenil muchos años. y si van a hacer actividades para niños que sea la catequesis o actividades fuera de la eucaristía y si son ludicas y culturales POR FAVOR FUERA DEL TEMPLO, Y LLEVARLOS MUCHO AL SANTÍSIMO A QUE HABLEN Y OREN AL SEÑOR.
YO me ofrezco a llevar mis espectáculos a las parroquias que lo necesiten son catequices de cuento y títeres para la familia, a cambio que no se celebren eucaristías para niños, yo en un patio, un salón comunal me apaño. Pero La eucaristía es el Misterio sagrado que merece el respeto y su lugar en nuestra fe.
Un saludo y firmes en la fe.
Jorge Iván Echavarría Q.
Se portan y enteran mejor: los chicos si son monaguillos, revestidos, alrededor del altar, a partir de 7 u 8 años, se pueden aburrir, pero no se mueven y de algo se enteran (esperan con entusiasmo la Vigilia Pascual con las velas y las campanillas sin freno). Y el resto: en los primeros bancos, donde parece que "el cura te ve", con homilías que puedan comprender pero hablando como a un adulto, las vocecitas raras les hacen revolverse, y cantos que conozcan (del tipo del grupo Betsaida, hasta las cantan con el acento que oyen siendo de Madrid). Y el rito, normal sin añadir ni quitar nada.
Empezaron haciendo las lecturas los niños. Un desastre porque nadie se enteraba. Subían al presbiterio, alrededor del altar para rezar el Padrenuestro. Otro desastre, porque se revolucionaban. Los cantos más de niños han dado lugar a los mismos cantos que hay en las misas de adultos, porque una vez que los conocen, los cantan igualmente. Inculso algún pequeño canto en latín, previamente explicado su significado. Les encanta.
La conclusión es que los niños se acostumbran a lo que se les acostumbra, y si el sacerdote tiene un poco de mano izquierda para dirigirles unas palabras de vez en cuando sin que suene a pueril, mejor que mejor.
5 minutos antes de empezar se reparten papelitos a algunos niños con lo siguiente para leer, que va cambiando cada domingo:
-Monición ambiental
-Las 3 frases del "acto de perdón"
-4 oraciones de los fieles
Los niños se ponen en los primeros bancos, siendo l@s catequistas quienes les acompañan durante la celebración. Los padres se ponen más para atrás.
De los cantos se encarga un minicoro con guitarras y pandereta, normalmente sólo 2 o 3 personas. Los cantos cambian según el tiempo litúrgico y los niños tienen la letra en una fotocopia que también incluye toda la plegaria eucarística en una fórmula para la misa con niños, más dialogada (ver aquíhttp://www.misas.org/sta.tic/descarga/p_eucaristica_ni2.pdf)
En la homilía el celebrante se acerca con micrófono inalámbrico a los bancos de los niños y va haciendo preguntas sobre el evangelio y explicándolo y relacionándolo con lo hablado en catequesis.
En el Padrenuestro se acercan todos los niños alrededor del altar y lo rezan cogidos de las manos.
La misa está planteada especialmente para los años previos a la 1ª comunión aunque también asisten de post-comunión. Se plantea además como una segunda parte de las catequesis, de modo que ir a catequesis es ir a la parroquia dos días a la semana, uno a catequesis propiamente, y otro a la misa de niños (aunque no se pase lista ni nada, lógicamente).
En mi parroquia funciona bastante bien, aunque entiendo que puede haber críticas, como voy leyendo por aquí.
Simplemente era contar lo que se hace en mi parroquia, para quien le sirva.
EL sermón corto, pero con enjundia. Se les hable del mal con ejemplos, del demonio con ejemplos, de las bienaventuranzas con ejemplos y así hasta el final, glosando las lecturas.
Muy útil el uso rotativo de monaguillo. Que se vayan fijando en la liturgia y en lo que toca y en qué parte se encuentran para ver si toca ayudar. Se fija el monaguillo y los que fueron y serán.
El niño se toma en serio lo que el adulto se tome en serio. Si ven globos, muchas palmas y disfraces y demás, entienden que están en un "sarao" y se comportan como corresponde.
Inmportante: las ofrendas. Si se hacen no sean cosas que luego recojan (lo que sería un paripé) ni cosas absurdas como un balón de fútbol, que no viene a cuento. [El sentido del ofertorio es, pues, clarísimo: sin ser él sacrificio, es el punto dentro de la misa en que se da forma y expresión litúrgica al hecho de que el hombre, mediante sus ofrendas materiales de pan y vino, interviene en el sacrificio de Cristo. Bellamente ilustra este sentido la ceremonia de recogida de los dones en el culto estacional antiguo o en las procesiones de ofrendas después de la reforma del 69: el sacerdote, representante de Cristo, baja en persona a la nave para solicitar las aportaciones de los hombres, que en manos de Cristo se convertirán en ofrendas de valor infinito.]
Le escribo desde Lima, Perú, y le cuento que voy con mi familia a la misa dominical "de" niños en mi parroquia.
El resultado final es positivo, creo que es un acierto que hayan estas misas. Le explico qué sucede:
- Celebrante joven y con sobrio sentido del humor.
- Respeto total a las normas litúrgicas.
- Siempre, en toda misa, no tenemos coro sino un "monitor" y cancionero para todos. Es decir: el monitor anuncia el canto y toca la guitarra, todos cantamos con él. En la misa de niños los cantos son reemplazados por unos infantiles pero con relación al misterio celebrado. No hay gestos ni bailes ni nada de eso.
- Para la homilía el celebrante invita a los niños a que se sienten al pie del presbiterio. Luego todos regresan a sus bancas.
- La homilía es dialogada y didáctica. A veces se habla también a los papás (sin diálogo).
- Los niños hacen las Lecturas, las peticiones y la colecta. Yo discrepo con que sean niños quienes lean las Lecturas porque son sagradas y deben ser bien leídas para garantizar su buen entendimiento.
Por mejorar yo veo que también se le debe dar más "carne" a los papás en la homilía.
Ojalá pueda enviarle algún video.
Mi trabajo está en el dibujo y el diseño y he hecho junto con el párroco un manual para seguir la Santa Misa en forma de cómic, la edición quedó a cargo de nuestra parroquia. No penséis que por estar contado como un cómic es poco serio, sobre todo vimos la necesidad de hacer este "Pequeño Libro de Misa" para evitar los abusos que día a día vemos crecer en nuestras celebraciones. Es ideal para los niños que van a hacer la primera comunión y también para mayores que han estado alejados de la Iglesia. Para más información podéis poneros en contacto con las Parroquias de Socuéllamos (Ciudad Real) http://www.parroquiassocuellamos.com/noticiasin.php?noticia=177
Es importante analizar el tema desde la perspectiva vivencial. Me parece que la Eucaristía para Niños es y debe ser muy importante. Talvez se hayan fijado que la mayoría de los niños pasan desapercibidos de lo que está ocurriendo en la Eucaristía, con relativa frecuencia los padres les llevan juguetes para que no pasen "aburridos" o no se "desesperen" y dejen a los padres "oir" la misa tranquilos.
Desde nuestra vivencia pastoral, vemos que en esencia, lo trascendental no cambia en una misa para niños, la Palabra de Dios es la misma, los ritos litúrgicos son los mismos, quien consagra es el sacerdote, en fin, lo escencial es igual.
Qué podríamos hacer diferente: Qué tal colocar unas sillitas o bancas alrededor del presbiterio con unas catequistas acompañándoles para que los guíen.(nosotros le llamamos a esto el coro de Angeles custodiando al Santísimo) También puede elaborarse unas hojitas apropiadas de la Asamblea con las lecturas bíblicas y algunas oraciones y cánticos para que también participen (los que saben leer. Sí es importante el coro, que el coro anime con canticos que participen los adultos y los niños. Sí es importante que la homilía sea inclusiva para los niños y para los adultos. Podría ser que al final a los niños se les regale algún dulce o galleta, para que sirva de estímulo a "no aburrirse" y algunas otras inicitivas más. A ver qué le parece Padre.
Muchas gracias por permitirnos expresarnos.
Bendiciones.
Una homilía breve, bien preparada, que cualquier adulto pueda comprender y explicar más tarde a los hijos. Instrucciones precisas de por qué hacemos esta o aquélla señal, por qué nos arrodillamos y por qué nos ponemos de pie.
Y fuera de eso, un poco de tolerancia -sobre todo entre adultos-, los cantos que todos nos sabemos y cantamos desafinados y mucha fe, que tarde o temprano hasta los papás podrán llegar a entender por qué van a Misa.
Llevo leyéndo este blog desde hace meses, pero hasta hoy no había comentado.
El tema que trae hoy me interesa y me toca de cerca. Soy padre de tres niños, entre cuatro y once años. Después de unos años de alejamiento, volvimos a la Iglesia poco antes de que mi hija mayor comenzase la catequesis para recibir su Primera Comunión.
Comenzamos a asistir a la misa de niños de mi parroquia y he de decir que no terminaba de convencerme. Adolecía de todos los problemas que ya se han comentado: aplausos, juegos, todos al altar para la paz, canciones poco litúrgicas, sustitución de lecturas por historietas más o menos "espirituales"...
Fuera de los meses de catequesis la misa de niños se interrumpía y asistíamos a la "de mayores", como ellos decían. Y lo mismo en el pueblo, durante las vacaciones. Y entonces yo sí que encontraba el silencio, la música y el respeto por la liturgia que me llenaba el corazón. Sin embargo, a mis hijos se les hacía pesado y difícil al principio y me decían que preferían la misa de niños. Teníamos un problema.
Dios es grande y quiso que ése fuese un magnífico vehículo de evangelización de nuestro hogar: mi mujer y yo aprendimos a valorar los aspectos positivos de asistir a una misa a la que nuestros hijos querían asistir y donde podían participar. Y los niños aprendieron por qué sus padres valoraban el recogimiento, los símbolos...
Al mismo tiempo, yo comencé a pedirle a Dios que nos ayudase a no vivir dos misas distintas, tan diferentes. Y con el tiempo, la misa de niños de la parroquia se ha ido transformando en una misa para familias siguiendo un modelo muy parecido al que otros muchos comentaristas han descrito: respeto por las formas litúrgicas, una homilía corta y adaptada a los asistentes, con una primera parte enfocada a los niños y una segunda a los mayores (y que muchos niños entienden perfectamente), los niños siguen participando de forma correcta (lectura de moniciones y peticiones, siendo monaguillos, pasando la cesta...), tenemos un pequeño coro (como ya se ha señalado, importante que sean niños y adultos) y las canciones se eligen con cuidado, los símbolos se explican...
Ahora mis hijos ya no se quejan de que hay una misa de niños y una de mayores que a veces les aburre. Han aprendido que sólo hay una Misa y que lo importante es el Sacrificio que allí celebramos, aunque a veces puedan leer o colaborar de alguna manera directa y otras no.
Lo curioso es que, al tiempo que yo sentía que Dios me daba lo que le había pedido, hay gente en la parroquia a los que el cambio no les ha gustado. Según mi experiencia, suelen ser personas no creyentes o no practicantes que traen a sus hijos a catequesis, pero a quienes les parece que la misa anterior gustaba más a los niños porque resultaba, por así decir, más fácil.
Para terminar, cuando hace unos años le pedí a Dios que me ayudara a volver a la Iglesia y evangelizar a mi familia, no supuse que me gastaría una pequeña broma: siempre he pensado que la música de órgano ayuda de forma especial a realzar el sentido de lo sagrado en la misa y estoy de acuerdo en que las guitarras han propiciado muchos disparates en las iglesias. Pese a lo cual, actualmente toco la guitarra con el coro de la misa familiar. Lo intento hacer con el máximo respeto e intentando que sirva para dar gloria a Dios y para acercarlo a los más pequeños.
1.- Brevedad:
Fundamental con niños, ya que su capacidad de mantener centrada la atención es mucho más limitada.
En realidad, más que "brevedad" es necesaria la "agilidad" (aunque a priori pudiera parecer que se pierda algo de solemnidad). Esa agilidad, además de ahorrar tiempo, llama la atención de los propios niños, que así se distraerán menos.
2.- Seriedad:
Me refiero a no banalizar la liturgia, que los propios niños (que NO son tontos, aunque se les suele tratar como a tales) perciban que lo que está sucediendo es importante y hay que poner los cinco sentidos en lo que se hace.
Se puede perfectamente ser a un tiempo serio y alegre, ya que con "serio" me refiero a "cuidadoso" y "respetuoso", no a "aburrido".
Además, por la seriedad se gana a menudo la respetabilidad, con lo necesario que es que los fieles, mayores y niños, perciban la misa como algo a respetar y no como un mero rato de ocio a su servicio.
3.- Claridad:
Es FUNDAMENTAL que la homilía sea clara, concisa y directa.
Los niños tienen una enorme curiosidad, y es muy importante cautivarla, pero al mismo tiempo disponen de un conocimiento limitado del mundo y de la doctrina, lo que obliga a evitar disquisiciones teológicas demasiado elevadas o tratar temáticas que apliquen exclusivamente al mundo adulto.
Así pues, la homilía debe exponer las ideas centrales de forma directa y breve, evitendo más fundamentación teológica que la imprescindible para dejar claro que no se dicen las cosas "porque sí".
Finalmente, para la claridad es de suma importancia el correcto uso de la voz, pronunciando con claridad y mostrando energía y convencimiento.
(SIGUE)
4.- Fidelidad:
Fidelidad a la liturgia, me refiero, evitando hacer experimentos circenses como las rondas de preguntas a los niños durante la homilía (incluso en lugar de la homilía, cosa no infrecuente), el uso de música más festiva que litúrgica o la inclusión de teatros varios.
La liturgia, completa y clara, y los cantos, alegres pero apropiados y sin excesos escénicos. Si son piezas "de siempre", muy conocidas y que puedan cantar los padres junto a sus hijos, mejor que mejor (que cuando la canción no se la sabe más que el coro, el nivel de atención cae en picado).
5.- Autoridad:
Los niños son niños, y eso no significa que tengan carta blanca para berrear sino que necesitan que se les enseñen las normas, aprender a saber estar.
El problema es que les cuesta asimilar que algunas normas de comportamiento son de aplicación universal (salvo excepción expresa), y por ello es demasiado habitual ver niños que actuan de forma radicalmente opuesta en el colegio, en su casa, en la casa de los abuelos... o en la iglesia.
Y ahí está el problema: en el colegio hay normas que pone (y debe hacer cumplir) el profesor; en casa hay las normas que ponen los padres; en casa de los abuelos, idem de idem, según dispongan éstos... y en la iglesia también debe haber normas claras, siendo el sr. cura quien las establezca y ponga orden llegado el caso.
Pero que no se confunda "autoridad" con "autoritarismo", ya que no se trata de ser mandón. Se trata de dejar claras las normas de comportamiento, y de aplicarlas con tacto pero con firmeza, cosa plenamente legítima (total, lo único que se pide es un poco de respeto).
Creo que con esto la misa de niños debería quedar bastante aquilatada y sin demasiados sobresaltos.
Un saludo.
1. El ejercicio vale la pena; desde el momento que lo recomienda la instrucción, es claro que la Santa Sede también participa de esta opinión.
2. La Misa CON niños, también es CON padres. Esto quiere decir que no es una Misa infantilizada. Debe servir a ambos públicos. Por ninguna razón debe parecer escuela. De hecho, a la mayoría de niños no les gusta la escuela. El asunto es usar un lenguaje claro.
3. Se debe coordinar con las actividades de catequesis de la parroquia. Si se menciona entre semana de qué se va a tratar el Evangelio, el asunto tendrá mayor significado. Si se explican otras cosas como el color de los ornamentos, las posturas del sacerdote, el uso de cada uno de los vasos sagrados, etc.; la Misa lejos de ser aburrida, será fascinante.
4. No es necesario abaratar o quitar seriedad a las cosas. A los niños les encantan los rituales. Si se dan cuenta, hasta las rutinas de lavarse los dientes las ritualizan. Todo está en que se explique de qué se trata. Es importante coordinar con la catequesis que se les enseñe a contestar a las Plegarias Eucarísticas específicas... esa es una de las dificultades.
5. Como ya dijeron muchos, Niños no quiere decir tontos. Esto también aplica en la música. Muchos niños tienen talento y disciplina y pueden hacer cosas hermosas. Hay muchos que tienen excelente voz, hay algunos que en sus clases particulares de piano, flauta, guitarra o violín ya han llegado a un punto en que pueden verdaderamente hacer música. Les garantizo que varios de ellos se apuntarán al reto. Además, se dan cuenta y se sienten orgullosos de hacer algo importante que le da realce a la celebración.
6. Eso no quiere decir que son los tiples de un coro del Renacimiento. Ustedes ya sabrán si eso es lo que quieren -o necesitan- o no. PEro, existen buenas composiciones modernas escritas para ese rango de voces y quedan excelentes. El kyrie "Tu que siempre nos perdonas", varios Glorias, varios Santos, el canto "Un niño se te acercó" y muchos otros pueden montarse con éxito.
7. Casi tomo ofensa personal cuando alguno dice que las cosas escritas para Misa con Niños -como las de Gabaráin- suenan a Luis Aguilé o a Cri Crí. No traten de copiar la interpretación de un disco. Lean la partitura e interpreten de acuerdo a su lugar, los recursos disponibles y sus circunstancias. La cosa es interpretar, no se trata de hacer "covers".
8. En cuanto a la disciplina, las encargadas de la catequesis deben convertirse por momentos en un comité de orden. Por supuesto que los padres deben colaborar, pero hay algunos que creen que allí están de vacaciones de us obligaciones de padres. Las catequistas no son babysitters.
9. También hay que ser tolerantes. Los bebes de brazos cuando tienen hambre lloriquean, no podemos por eso excluir a toda la familia. En muchos casos, los padres no van a Misa regularmente y están allí principalemente porque los hijos quieren estar en Misa. Aprovechen esa situación.
10. Adelante y con ganas. Las críticas serán abundantes, pero si se logra, los frutos también serán abundantes.
Miguel Ángel escribió: "un guitarrero es el que construye guitarras".
Guitarrero:
http://lema.rae.es/drae/?val=guitarrero
1. m. y f. Persona que hace o vende guitarras.
2. m. y f. Persona que toca la guitarra.
http://lema.rae.es/drae/?val=guitarrista
guitarrista.
1. com. Persona que toca la guitarra.
Lo que ud. ha colocado, es cierto, no es incorrecto, pero se usa más en sentido despectivo si no se usa como significado de la 1ª acepción, y si me dice ud. que no sabe ud. muy bien que está faltando a la verdad.
Pero para resumir, el sentido estricto de guitarrero es la 1ª apreciación, y en el sentido 2º la usan aquellos que se creen puristas en cuestiones litúrgicas, y lo usan para despreciar a quienes la usamos en la liturgia.
Una misa BIEN HECHA (nada de payasadas: ornamentos, inciensos, cirios y cánticos cuidados) sobrecoge, hace sentir que uno está en presencia de algo "grande", de algo que va más allá de la capacidad de entendimiento humano.
El protagonista debe seguir siendo Cristo, no el cura iluminado que usa casullas con imágenes de Batman y arroja el agua bendita con una pistola de agua. Debe quedar claro que vamos a Misa por Cristo, no por presenciar un show.
Los críos sentados en los bancos de adelante, donde puedan ver bien todo lo que ocurre y no se vean tentados a portarse mal.
Que se les explique en Catequesis el significado de la Misa. Hay una muy buena película de animación que puede resultar de ayuda para esto. Se llama "El Gran Milagro".
¿Homilías adaptadas? puede ser. Explicaciones con ejemplos, algunas preguntas dirigidas a los críos (recomiendo no preguntarle a un niño en particular, porque puede resultar muy tímido, pasará una vergüenza terrible y se le quitarán los deseos de volver), etc.
No a los cánticos excesivamente infantiles. Los chicos se dan cuenta si los tratan como a tontos.
Creo que podemos resumirlo todo en varios puntos.
1º Niño no es sinónimo de ñoño
2º Un niño tiene que aprender a comportarse en la Iglesia. Si los padres no han sido capaces, igual el cura les tiene que decir que deben comportase de forma respetuosa y explicarles las razones
3º La homilía, lógicamente, tiene que adaptarse al nivel de conocimientos de los niños. Puede que muchas palabras no las entiendan, y en este caso, está más que justificado que se les expliquen
4º Los niños de ahora no sufren ninguna deficiencia respecto a los niños de otro siglo. Pueden aprender a cantar algún canto gregoriano, pueden escuchar un órgano (en caso de haberlo), y si se presenta, pueden aprender a rezar alguna oración en latín. De hecho creo que los niños que van a las escolanías hacen cosas similares, y lo único que les diferencia tal vez es la buena voz y la disposición para la música.
Todos los comentarios y acertados y muy válidos. En pocas palabras NO A LAS MISAS DE NIÑOS, son una pesadez para los niños y para los demás feligreses.
Ese esquema que les dio por montar en las parroquias, desprestigian y descalifican el valor de la MISA. Misa es Misa y los Ordos ya han definido como se hace. Lo demás es demagogia y pedagogía barata.
Porque:
1. Los niños no son estupidos.
2. Entre más solemne y más seria la celebración, los críos se portan mejor.
3. Para títeres, música, aplausos, chistes y canciones de moda, celebraciones de cumpleaños, hay mejores lugares que una Iglesia.
4. Si los párrocos se comen el cuento de catequizar con Misas para niños, deberían entonces empezar a hacer Misas para adolescentes, Misas para amas de casa, Misas para ancianos, Misas para obreros, Misas para ejecutivos, Misas para enfermos, etc..etc... Así le llegarían a toda la feligresía.
5. Ponerle matices especiales a una Misa, en razón de la edad, me parece una sencilla cretinada. La Misa no es una presentación de teatro o programa de televisión que deba tener clasificación de acuerdo a si es apta para todo público, solo a partir de los 13 o se debe ir compañía de adultos responsables.
6. La catequesis de niños y adultos se hace fuera de la Misa.
7. Al igual que en las democracias, las creatividades y participaciones exageradas en la liturgia, se pagan muy caro.
Me parece entenderle, Miguel Ángel, que me dice que falto o que faltaría en cierto supuesto a la verdad.
Guitarrero y guitarrista funcionan como sinónimos. En ninguna parte del diccionario se dice que guitarrero es despectivo (el diccionario lo indicaría con la abreviatura despect.) ni que el sentido estricto es solo la primera acepción. Salvo que quiera enmendarles la plana a los académicos y lingüistas y seguir afirmando que miento (o su eufemismo faltar a la verdad). O acusarme de ignorancia supina, que podría ser.
Diferente es la intención que le ponga el hablante al usar la palabra. Pero en ese caso pueden usarse despectivamente otras palabras. Incluso el origen geográfico o el étnico.
Pero no siendo el objeto del post, no disturbemos más el tema. Al menos, no por mi parte.
1ª Con la presencia de ministros que asistan en el altar y el celebrante no sea: lector, monitor, acólito, director de coro
2º Cuidando el espacio celebrativo: sede, ambón, altar manteles, evangeliario ...
3º Cuidando de una forma especial la pastoral musical: cantos de calidad, animados por un coro aceptable o por un buen cantor (aunque haya que pagarle) y sostenidos por un buen organista (valga lo mismo que para el cantor)
4º Cuidando la formación litúrgica de los fieles para que aquellos que de buen gusto acuden a la llamada del Señor, empiecen a disfrutar de laLiturgia de la Iglesia, aquella que la Iglesia quiere.
EN EL TEMA DE LAS MISAS CON NIÑOS
Mi opinión, tras meditar todos los documentos que D. Jorge ha ofrecido a su consejo propondría:
Celebrar una Misa los Domingos especialmente participada por ellos(y por sus padres) avisando a toda la comuniad de la "particularidad de esta celebración".
El presupuesto inicial ha de ser siempre "mistagógico" debe introducir a los niños en esa etapa de su iniciación cristiana de forma pausada, paulatina, en la Liturgia de la Iglesia, partiendo de la misma experiencia litúrgica, de manera que llegado el momento de la Confirmación estén preparados para participar en una celebración "solemne" de la MIsa Dominical.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS:
1ª Una monición ambiental que sitúe a niños y padres y al resto de la Asamblea en la Celebración del día.
2º Lectura por parte de algún niño de los "tropos del acto penitencial"
3º Lectura de las peticiones por parte de niños y padres
4º En algunos días de especial solemnidad participar portando el pan yel vino (o los dones para los pobres por ejemplo en la Misa in Coena Domini)
5º Utilizar todas las variables que el misal nos ofrece, lo agradeceran los niños y el resto de la comunidad:
-En tiempo de pascua y algún domingo hacer la Aspersión del Agua
-Alternar las plegarias eucarísticas, usando especialmente las que hay específicas para niños (si de verdad acuden muchos)
6º Que el presbiterio y el aula litúrgica estén ambientados según la fiesta litúrgica, los signos hablarán solos
7º Los cantos: creo que deben ser similares a los de una Misa con el resto de la asamblea, cediendo algún momento concreto para algún canto más cercano a ellos.
Concluyo proponiendo el repertorio que se cantó en las últimas confirmaciones en mi parroquia uniendo el coro polifónico con el de niños del colegio
Canto de entrada: ENVÍA TU ESPÍRITU DE MADURGA
Acto penitenial: KYRIE I DE TAIZE CON LOS VERSOS CANTADOS
Gloria de LOURDES
Salmo: OH SEÑOR ENVÍA TU ESPÍRITU DE DEISS
Aleluya: IRLANDÉS (DE LOURDES)
Crismación: VENI CREATOR SPIRITUS (GREGORIANO CORO POLIFÓNICO)
Ofertorio: BENDIGAMOS AL SEÑOR DIOS DE TODA... (MÁS INFANTIL DE JÓVESNES)
Santo: atribuido a HAENDEL (CONOCIDO EN MISAS DE JÓVENES
Triple AMÉN CON TODA LA ASAMBLEA
Cordero de Dios de TAULÉ (También se canta habitualmente en las MIsas con Niños)
Comunión: ANIMA CHRISTI DE D. MARCO FRISINA
ALMA MISIONERA (MUY APRECIADO POR LOS JÓVENES
YA CONCLUIDA LA CELEBRACIÓN: Cuantas veces siendo niño
canto popular muy querido por niños y mayores, pero concluida la celebración
TODO ESTO BIEN CANTADO CON ÓRGANO, GUITARRA (DONDE CABE) Y TROMPETA
Verdad es que los arreglos de un servidor intentan ser lo más rítmicos posibles para hacerlos más agradables a los oidos de niños y jóvenes
CONCLUYO. LAVS DEO
El que toca la guitarra es guitarrista, hombre...
Por supuesto, toda misa válida tiene un valor infinito en sí misma, pero pregunta usted nuestras preferencias, así que entiendo que debemos obviar ese valor (que ya es obviar) y centrarnos en lo que "sacamos" de la misa.
Lo que yo querría de cada misa a la que asisto es que me acercase al Misterio, a Dios.
Entre lo que me ayuda a ello, la ortodoxia litúrgica, la unción del celebrante, el respeto de los momentos de silencio, la música cuando es arte sacro,...
Lo que me aleja de ello (y que es la desgraciada norma): las "morcillas" litúrgicas, guitarreos estridentes y coros desafinados perpetrando cancioncillas deleznables, las lecturas a la carrera o con una dicción tan deplorable que cuesta entenderlas, las peregrinaciones por el templo para darse la paz,...
Pues las misas para niños generalmente consisten en la institucionalización de algunos de esos factores u otros similares, desarreglo qque además suele provocar que las demás lacras no pretendidas se den con más facilidad.
Conclusión: a mí me aprovechan muy poco y no creo que a nadie, de la edad que sea, le hagan más bien que una misa en la que se respete el ars celebrandi.
Comentarios discrepantes pero todos argumentados, que es lo verdaderamente útil.
La adaptación mas bien podría venir en el tema y tono de la homilía y en la paciencia del cura. No creo que más que eso sirva realmente para fomentar la piedad de los niños.
Espero que le sirva.
Un laico de a pie.
Y le prometo al P. Jorge que ya no sigo con el off-topic y le pido mil diculpas.
Esto no quita que en la misa de niños estos puedan participar en las ofrendas, las lecturas, etc.
Una buena idea que se me ocurre es, lejos de hacer una misa festiva y larga, hacerla corta e intensa en lo espiritual, para que la sientan y a la vez no se aburran, y reservar A LA SALIDA un ágape, una gincana, algún juego catequético... Los catequistas seculares pueden tener sus fallos, pero en eso suelen ser expertos.
1.- las misas deben ser participativas, unos leen las lecturas, otros hacen las peticiones, otros las ofrendas, otros en el coro, los monaguillos sirviendo.
2.-Importante mantenerlos interesados en lo que están haciendo.
3.- Homilías sencillas con ejemplos claros.
4.- Durante la consagración los niños imitan a los mayores y si nosotros lo hacemos con suma reverencia y adoración ellos también sentirán lo mismo.
¡Ojo! ¡Dejad que los niños vengan a mi y no se lo impidáis!
Coincido con LF y los otros comentaristas que afirman que no debe haber un tipo de Misa especial para los niños. Argumentos de peso se han dado de sobra, así que sólo aportaré mi testimonio:
En mi parroquia de Versalles, hay una cantidad enorme de niños de diversas edades que van a Misa con sus padres. No hay una Misa para niños, así que puedes verlos en cualquiera de las misas del domingo aunque preferentemente asisten a las del domingo por la mañana, que son las solemnes. Asisten y participan en la Santa Misa de un modo admirable, ya sea como pueblo o como monaguillos. Su sentido de lo sagrado, del saber estar, del conocimiento de las diferentes partes de la liturgia es admirable.
Para el "más difícil todavía" les diré que se trata de la Misa en la forma extraordinaria, es decir, en latín, con el sacerdote de espaldas al pueblo, sin moniciones ni preguntas-respuestas, con órgano, coro (los propios padres, hermanos, primos, etc.), gregoriano, cantos propios del tiempo litúrgico, mucho silencio, diácono y subdiácono, seguir la Misa con un misalito ... Una "parafernalia" que no aguantarían muchos adultos.
Para mi el secreto es doble: unos padres bien formados que se esfuerzan en transmitir esa buena formación a sus hijos desde muy pequeños, y un ambiente en las misas propicio para que los niños eleven su nivel.
Por hacer una recomendación concreta, decir que en Francia es muy común que los niños lleven a Misa algún libro o misalito infantil con el que pueden seguir fácilmente la liturgia y del que se valen los padres para ir explicándoles "in situ" lo que ocurre en cada Misa.
En cualquier caso, ¡ánimo D. Jorge!
Lo primero es saber las edades de los niños.
Por si algun comentarista no lo sabe, no es el mismo comportamiento el de un niño de tres años que el de uno que se prepara para su primera comunión.
Mi opinión tras ver el éxito en mi parroquia con la misa en la que asisten los niños de catequesis, osea la llamada "misa de niños" es:
- Los niños, sentados delante por grupos de catequesis y acompañados-"vigilados" por un padre/madre de ellos que se turna cada domingo.
- La estructura de la Misa invariable, por supuesto. Las lecturas y salmo las leen los catequistas. Los niños hacen y leen las peticiones, con ayuda de las catequistas, cada domingo un grupo. El sacerdote deja alguna espontanea de los niños en la Misa. Es emocionante ver a un niño levantar la mano y pedir por su abuelita que murió esa misma semana o un familiar enfermo.
- Respecto a los cantos, una chica, que canta como los ángeles y toca la guitarra, y junto al sacerdote eligen los cantos, todos litúrgicos, estribillos fáciles y casi siempre los mismos. A los niños les encanta cantar y mientras cantan, aparte que oran dos veces, no se despistan. Y estos cantos, siempre con mensaje evangélico, seguro que los recordarán toda la vida.
-La homilía igual que si se la explicara a su sobrino. Con cariño y sin palabras complicadas. Y al final, mención a padres y adultos. Incluso a veces el nivel del niño es el mismo que el de los padres.
- Importante captar la atención de los niños en todo momento, explicar cada detalle de la litúrgia aunque sea repetido cada domingo. Si tiene su atención, ellos cantarán cuando se canta y estarán en respetuoso silencio cuando sea necesario.
-El sacerdote elige a algunos que hagan de monaguillos. Da gusto ver a los niños con los ojos abiertos a ver qué hay que hacer, cómo y por qué.
En mi parroquia funciona muy bien. Los niños quieren ir a Misa y los padres los acompañan y se quedan con gusto.
Por cierto, y como decía al principio, los niños de tres años imitan a los mayores, sus padres, los niños de siete años "ya son mayores". No imitan, aprenden.
El canto y la música es una buenísima herramienta.El problema es saber elegir los cantos y estribillos. Se puede recurrir a los clásicos o buscar aquellos que sean dignos, que los hay.
Otra cosa que se me ocurre es que pregunte directamente a los niños a ver que le dicen. Total si es para ellos, si van a participar, pues que opinen tambien.
Ya digo que es probable que tenga suerte en el sentido de que los niños no se pasan el tiempo correteando o, simplemente, hablando de modo que se les oiga y puedan molestar a los demás.
Es cierto que en alguna ocasión algún bebé puede dar un pequeño grito o llorar (por ejemplo porque hace títeres en el reclinatorio del banco). En esos casos, casi inmediatamente algún familiar calma al niño o lo saca de la iglesia hasta que se le pasa la llantina.
Y así las cosas, prefiero un templo con muchos niños (y sus padres, claro) que otro sólo con viejos como yo: mala señal para la vida de la Iglesia.
Por lo demás, la diferencia con el resto de Misas es que no hay un coro clásico (que, por cierto, suele echar para atrás a la gente que "canta" como lo hace el pueblo), sino una amable feligresa con su guitarra que canta canciones sencillas y fáciles de seguir por todos, que hay monaguillos y niñas ayudantes y lectoras en el presbiterio, que los niños de los bancos salen y se sientan en el par de escalones de subida al presbiterio para escuchar una homilía muy digna pero dirigida especialmente a ellos y que el celebrante se pasea antes ellos haciéndoles de vez en cuando preguntas sencillas relacionadas con el Evangelio del día, micrófono inalámbrico en ristre.
Esa es mi experiencia al respecto, por si te sirve, Jorge.
Que vayan los padres con los hijos a misa.
Que el celebrante no se olvide de: que hay niños.
- La homilía es larguísima (más de 20 minutos) y sólo para reproducir lo que dice la lectura, con algún que otro chascarrillo.
- Los cantos no se los sabe nadie, ni siquiera los niños.
- Como la celebración es más bien larga, los niños suelen portarse peor.
En mi opinión, una misa de niños tiene que celebrarse:
- Normalmente, o sea, sin globos ni marionetas, para que los niños se vayan acostumbrando a lo que es la Eucaristía.
- Con una homilía breve (el momento homilía es el más delicado y propenso para que los niños se aburran) pero que tenga una enseñanza (es difícil, lo sé, pero es que educar también es difícil para los padres)
- Puede haber más o menos participación de los niños (peticiones, ofrendas, etc.)
- Con cantos (esto a los niños les gusta y les entretiene)
- Un momento muy bonito en mi parroquia es el Padrenuestro: el sacerdote invita a los chiquillos a acercarse al presbiterio, rodear al Señor Eucaristía y cogerse de las manos para rezar. La escena del Evangelio de Jesús con los niños debió de ser bastante parecida... Como después se da la paz, los críos vuelven a su sitio para dar la paz a sus padres y no hay mucho jaleo.
- ¡¡Con monaguillos!!
- Y, por favor, si el cura pregunta algo a los niños en la homilía, que sean preguntas sensatas, lógicas y accesibles para los niños, que casi incluyan la respuesta, porque si no, es peor el remedio que la enfermedad.
A mí personalmente tampoco me gustan las Misas de niños y procuro no ir cuando no es necesario(porque hay otras muchas Misas); Pero tengo nietos y soy catequista y me doy cuenta de que los niños, sobre todo los que, desgraciadamente, no tienen la custumbre de ir a Misa porque sus padres no han ido hasta ahora, prefieren estas Misas, quizas algo más movidas pero sobretodo más participativas. Y hay veces que ganar a un niño es ganar a una familia. Tampoco es necesario hacer nada extraordinario, simplemente darles un poco de protagonismo y cantar las canciones que ellos se saben, que generalmente son las que nos sabemos todos.
Esta cuestión aparentemente trivial, no lo es en absoluto, ya que lo que la mayoría de la gente conoce de los niños es su caricatura. Este error es casi universal entre los pedagogos (que se desconectan de la realidad para elaborar sus teorías) y muy extendido en los propios maestros (que sí tienen contacto con la realidad pero la analizan a la luz de las erradas teorías de los pedagogos a quienes han estudiado), y así...
- ...a los niños se les trata como si fuesen tontos... cuando no lo son.
- ...a los niños se les trata como si no tuviesen curiosidad seria... de modo que casi siempre se les responde con bromas y evasivas, como si para ellos todo fuese un juego, y nunca un juego serio.
- ...a los niños se les considera gente "inferior"... y por eso se les desprecia condescendientemente.
Naturalmente, luego vienen las sorpresas...
- ...cuando dan muestra de una inteligencia que no se les suponía.
- ...cuando hay que andarles apartando de las cosas "adultas" (porque claro, se aburren con los bodrios "infantiles")
- ...cuando pagan a los adultos con la misma moneda, despreciándoles y no haciéndoles caso.
- ...cuando, en definitiva, empieza a verse que aprenden fuera de casa, de la escuela o de la iglesia, lo que no han conseguido aprender dentro... ¡Y entocnes el susto suele ser morrocotudo!
Los niños saben perfectamente cuándo se les respeta, cuándo se les trata con seriedad y honradez, cuándo se les dan cosas de calidad...
...y, en consecuencia, saben responder a ello reconociendo la autoridad, respetando, atendiendo y agradeciendo.
Como corresponde a la gente seria que son.
Un saludo.
ESA MISA ES PARA QUE LOS NIÑOS VAYAN PRACTICANDO LO QUE APRENDEN EN LA CATEQUESIS,ENSEÑOR A LOS NIÑOS ACERCARSE A JESU Y CONOCER EL VERDADERO AMOR, PONER UN GRANITO DE ARENA POR UNA SOCIEDAD MAS SANA.
LAS PERSONAS QUE NO LES GUSTAN ESTE TIPO DE MISAS, QUE NO DISFRUTAN DE LOS NIÑOS DEBEN IR A OTRA MISA.
Sólo una matización, y es que uno puede perfectamente "disfrutar de los niños" y, al mismo tiempo, no gustarle la mayoría de "este tipo de misas".
Y el problema no es que la misa sea "para niños" sino que demasiado a menudo sucede que, con el pretexto de que es para niños, la hacen "para tontos", con mucho de circo y poco de misa.
Un saludo.
Los tiempos han cambiado: el niño hoy día está bombardeado por multitud de estímulos y señales de comunicación cambiantes. La sociedad se mueve a través de mensajes muy rápidos (wasap, internet, twitter, messanger...). Muchos de los que prefieren una misas de niños utilizan estos medios - seguro- para comunicarse con familia, amigos, por motivos de trabajo, e incluso para darse a conocer y difundir sus pensamientos e ideología. -
-¿Por qué no una misa de niños en la que se produza un feed-back (estímulo-respuesta) entre el Sacerdote y los pequeños? Yo confio en el buen hacer de la mayoría de los Sacerdotes: para no salirse de lo que marca la Iglesia a la par que hacer atractiva ese tiempo para estar en más estrecha relación con Dios.
También confío en el buen hacer de la mayoría de los padres: los habrá que prefieran llevar a sus hijos a las Misas normales, y otros que prefieran llevar a sus hijos a las Misas de/con/para los niños.
Entonces, - ¿cuál es el problema? -
Desde mi punto de vista, el problema son las personas que no VIVEN la Misa, y por tanto que VIVEN la fe de una forma un tanto "light"; me refiero a los padres que sólo llevan a sus hijos a Misa para hacer la Comunion y después - muchísimos menos- la Confirmación. Entonces, - ¿pòr qué no hacer la misa para los niños más atractiva sin perder la profundidad del mensaje de Dios, y las normas básicas que manda la Santa Madre Iglesia? -
CONCLUYENDO, para no extenderme más. "Sugerencias para misas de niños": Tantas como opiniones y tipos de familias en la manera y forma de vivir su Fe. POR TANTO, CREO QUE LA FUERZA Y FORMA DE TRANSMITIR A LOS NIÑOS, es lo que realmente cuenta, y el grado de EMPATÍA con los NIÑOS es los más importante y RAZÓN DE PESO para mantener un tipo o modelo de MISA DE/CON/PARA los NIÑOS.
Soy mexicana y colaboro desde hace casi 20 años en la Misa con niños, los últimos 10 años como coordinadora del Equipo de misa con niños en la Parroquia Nuestra Señora Reina de los Ángeles en San Pedro Gza, Gcía, N.L., México.
Me encanta mi ¨trabajo¨, me gusta y disfruto la ¨Misa con niños, Me parece importante para esta labor hacer equipo con el sacerdote y para vivir con el niño y la familia la Fiesta de Jesús.
En los templos donde se lleva a cabo esta actividad las misas con niños tienen muchísima afluencia de gente, tanto de la comunidad como visitantes.
Nuestra manera de proceder para la misa la resumo así:
1. Celebrar la Eucaristía adaptada a los niños para que aprendan a vivir una misa completa. Sin olvidar que es una misa familiar donde se busca que el niño logre aumentar su fe y se enamore de Jesús con la guía de sus papas.
2. Tenemos presente que los niños deberán descubrir el gusto por la misa siendo parte importante y participativa de ella junto a sus familias. Comprender la palabra de Jesús para poder vivir la misa durante toda la semana.
3. Participación activa de toda la comunidad durante la Misa con niños, en oraciones, Cantos, representaciones del evangelio, dinámicas, actividades para casa, Premios.
4.Misa con niños busca lograr un compromiso tanto del niño como de sus padres, en puntualidad, participación, atención, respeto a la casa de Dios, respeto a los demás, respeto al sacerdote.
5.Durante este crecimiento de diez años con la comunidad de Misa con niños se ha logrado el apoyo e integración de familias al equipo de trabajo y a la comunidad. Se trabaja cada domingo en lograr el apoyo y comprensión en los diferentes lineamientos necesarios para la celebración. Hemos buscado la motivación y crecimiento en la participación de las diferentes actividades dentro de la misa con niños, como por ejemplo: Tareas-actividades para llevar a casa, dinámicas familiares, personales del Tiempo de Cuaresma y Adviento. Campañas del rezo del rosario. Campaña de orden y disciplina en la casa de Dios, campañas del año de la Eucaristía, por las vocaciones, ¨Buscando ser feliz¨, para conocer y reafirmar dones y frutos del Espíritu Santo. Campaña del Año de la Fe, etc..
Nuestra misa es de un tiempo de celebración de 30 minutos aproximadamente. Apoyados por monitor, ministros, coro, equipo de orden. Lectura del evangelio con una idea específica del mensaje del evangelio del domingo y que es representada para mejor explicación a los niños con personajes, ilustraciones, escenificaciones, etc. nos valemos de toda la didáctica que se usa para la enseñanza de niños. Dejando espacio para el mensaje de homilía del sacerdote. Cantos alegres, de reflexión con letra sencilla y de fácil comprensión para participación de todos.
Me parece importante resaltar que la Iglesia ha puesto este medio, misa con niños, para acercar a la gente. Cada uno de nosotros, padres de familia, conociendo a nuestros hijos podemos escoger el lugar más adecuado para buscar ese crecimiento espiritual personal y de los hijos.
Saludos desde México!!.
Margarita Castillo
Que paso en Lima?
Ya que preguntas por misas de niños, yo fui varios años con mis hijos a un misa en Venezuela, donde, conservando todo el ritual de nuestra iglesia se las ingeniaron para colocar unos títeres al lado del podium.
LOs titeres Solo despertaban durante la homilia, los titeres tenian dudas sobre los evangelios y el sacerdote (español) los iba respondiendo, con ayuda de todos los asistentes. Niños y adultos, que por responder recibíamos caramelos de premiosl
Lo maximo
Trate de pregunar si aqui habia eso, NO
QUe si se puede implementar con un padre joven , animado. Yo misma hago los títeres y con ayuda de catequistas lo implementamos. NO
Dificil porque aqui el Cardenal es de Opus Dei super rígido y cerrados y las ideas de innovación los aterran y agarran contra el Padre que sea atrevido.
De verdad que triste las misas de Lima.
POr eso la gente esta saliendo en manada a las iglesias evangelicas.
Las misas para niños,yo opino que no se pueden hacer largas en una celebracion donde los niños participan en las lecturas se sienten muy bien y los niños cuando participan salen contentos y estan deseando que llege el proximo dia para poder sentirse utiles.Yo siempre voy a la misa de doce que es para niños y el domingo pasado el parro les dijo a los que hicieron las lecturas que lo habian hecho muy bien y salieron muy satisfechos .De esta manera estos niños animan a otro a acudir a la Eucaristia.La misa es una fiesta sin que se haga teatro
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