Seguir los dictados de Gandhi
Rafaela se sentó en la primera fila. Habían organizado un par de charlas de formación para voluntarios de Cáritas abiertas a cristianos de toda la zona y pensó que podía ser una buena oportunidad de conocer cómo estaban las cosas y ver qué podía hacerse. El ponente, de campanillas: de la escuela de Cáritas, profesor, muchos títulos, muchas conferencias. La cosa prometía.
Bastantes oyentes, lo cual no estaba mal. Anunció que hablaría de la situación actual, de las causas y de posibles acciones. Al principio fue ofreciendo datos que quedaban un poco lejos: que si la India, que si número de ricos y pobres en el planeta, que si unos índices un poco raros… Rafaela hubiera preferido más bien datos de España, de Madrid o de los pueblos.
¿Y cuáles eran las causas de la pobreza? El ponente fue ofreciendo datos, ejemplos, curiosidades, de las que la buena de Rafaela empezó a captar cosas que no acababan de cuadrar: “la culpa de la crisis la tiene Estados Unidos”, “el egoísmo de los banqueros la agudiza”, “en España la causa principal está en la burbuja inmobiliaria”, o cosas como que “no nos vamos a fiar de Ángela Merkel y de Nicolás Sarkozy que exigen lo que ellos no hacen”, o se dejan caer cosas como que “si el estado tiene que dar dinero a los bancos, mejor que se quede con ellos” (¿nacionalizar la banca?), o a la pregunta de cómo es posible que Estados Unidos siendo el culpable de la crisis hoy tenga crecimiento positivo y cree empleo se responda diciendo que “bueno, ya se sabe que mucho empleo de Estados Unidos es empleo basura…” También puso como ejemplos de los problemas financieros del pasado en España los casos de Mario Conde o Ruiz Mateos, olvidando casos como el de Mariano Rubio… pero un olvido lo tiene cualquiera.
Rafaela es de pueblo, pero no tonta y ya se había dado cuenta de por dónde iban las cosas. No obstante, pidió a su sobrino que mirara por internet y se enterara de quién era el ponente. Los datos no fueron nada tranquilizadores: colaborador de la fundación Pablo Iglesias y de Iniciativa Socialista. Más preocupante era la charla prevista para el siguiente día con apartados tan interesantes como “Los grandes pecados del capitalismo”, o “Refundar el capitalismo o que el capitalismo nos funda” para acabar con el “interesantísimo” asunto de “Afrontar el futuro con lo que dijo Gandhi”.
No hubo segunda charla. Porque Rafaela habló con más gente que había asistido a la charla, y elevaron una muy enérgica protesta al señor obispo diciéndole que cuando ellos tienen ganas de saber lo que opinan los socialistas van a sus mítines, pero que esto era dar gato por liebre y que venían a otra cosa.
No. No es una fábula desgraciadamente en esta ocasión. Esto pasó. Y enseña que aquí o andas con cien ojos o se te infiltra en casa el enemigo aunque sea disfrazado de católico de toda la vida.
Y es que como decía Rafaela, a estas alturas, toda la vida en la Iglesia, y nos tiene que venir este individuo en nombre de Cáritas a decirnos que hay que hacer caso a Gandhi. Anda ya…
10 comentarios
Lamentablemente, es muy denso y complejo de entender. No pierdo la esperanza... a menos que un día me toque a mí hacerlo.
Muchos piensan que ser cristiano y comprometido con los más necesitados implica ser de izquierdas, comunista o "sociolisto". En realidad es ser CRISTIANO.
Algo tremendamente más comprometido, algo que implica mojarse, algo tan profundo que llena a la persona que lo practica en todo su ser.
No nos vendría mal adelgazar de consumismo e individualismo y engordar en caridad, solidaridad y compromiso... Tenemos que empezar a practicar más este "deporte"...
Y de paso, ya están demasiado manoseados...
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