Adoración perpetua. Hoy, dos meses
Hace un par de días. Salgo a pasear al perro y en ese momento abandonaba la capilla José Antonio. Pasadas las diez de la noche.
- ¿Qué tal, hay gente en la capilla?
- ¿Gente? Más que en la guerra…
Claro que depende de momentos, pero es así la cosa.
Los turnos se van cubriendo con bastante facilidad. Un 90 % son gente fija que semana tras semana acude a su cita con el Señor y que saben buscar suplencias y apoyos en caso de dificultad. El resto, sobre todo las horas centrales del día de sábados y domingos, sale adelante semana a semana a base de fe y generosidad. Es lo que más me asombra: la generosidad de los adoradores a la hora de cubrir huecos.
Estremecedor el trasiego constante de personas a la capilla. Si estás una hora, serán varias las veces que la puerta se abra dando paso a gente que viene a hacer su visita, un rato de oración, meditación, rezo del rosario. Especialmente las tardes son momentos a veces incluso de “overbooking”. No sería la primera vez que entro a las ocho, las nueve, las once! de la noche y me encuentro hasta doce o catorce personas rezando. Un domingo, a la una de la madrugada, éramos once. Cosas de Dios.
Un sencillo cesto, a los pies del Santísimo, recoge las peticiones que los adoradores dejan por tantas cosas: salud, problemas laborales, y de manera especial, por la fe y la conversión de los que quieren. Las peticiones no se tocan. Solo un servidor de vez en cuando porque en ocasiones, entre ellas, aparecen fichas de adoradores e incluso alguna petición que hay que resolver de forma inmediata. Emociona revisar papeles colocados ante el Señor y encontrar por ejemplo esto: por D. Jorge y D. Óscar (mi compañero) para que sean santos…
Notamos los frutos abundantes. Confesiones desgarradoras. Más gente en las misas de la parroquia, y, sobre todo, noto un ambiente especial. La parroquia está como más honda, más madura, más de Cristo, más de Dios.
No somos unos inconscientes, así que sabemos que hay que cuidar nuestro especial tesoro. Dios nos ha concedido un privilegio y no es cosa de dejarlo perder. Imaginamos las dificultades del futuro, especialmente nos da miedo el verano. Pero Dios proveerá.
Dos meses especiales. Dos meses de regalos de Dios. Un lujo que ha querido dejar entre nosotros.
Gracias a todos los amigos de Infocatólica por el apoyo, en la oración y echando horas. Que Dios os lo pague. He vuelto a dejar el planning de esta semana con los huecos libres en blanco. Si alguien puede echar una mano, se lo agradeceremos mucho.
10 comentarios
Gracias.
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Jorge:
Estamos intentado colgar el planning cada semana el lunes en el blog de la parroquia: http://parroquiamogas.wordpress.com/
Por cierto, como no podía ser menos, ahí está su parroquia en la lista de capillas de adoración perpetua:
http://adoracionperpetua.info/
Y el artículo que publicó en Alfa y Omega cuando se inauguró la capilla:
http://adoracionperpetua.info/detalle.php?id=686
Un saludo.
Bromas aparte, Dios proveerá. Sobre todo en manos y rodillas de aquéllos que "prefieren" no salir de veraneo "porque hay mucha gente en las playas en esta época". Que dicen las estadísticas que ronda el 27%, pero a mí no me crea.
Es la mejor inversión de futuro
En seguimiento del Santo Padre hágame el favor de poner una nota en el cesto de "recen por mí ". Ya sabe usted que a veces soy malillo... :-)
Propongalo al archipreste de su zona.
Eso asentará los frutos de la Adoración. Y hará mucho bien a los sacerdotes.
Sería lo ideal, pero temo que para eso se necesiten muchísimos más sacerdotes que los que ahora hay.
Así pues, aunque los sacerdotes pueden intentar hacer más horas de confesonario (como decía el otro día D. Jorge, por ejemplo haciendo algunos trabajos de oficina en el confesonario, apartándolos el rato que se acerque alguien a confesarse), me temo que las únicas formas que hay ahora de tener ese "confesonario perpetuo" son:
1.- El teléfono de guardia (me consta que lo hay en algunas parroquias), por el que cualquiera puede contactar directamente con el sacerdote a cualquier hora.
2.- El establecimiento de turnos entre muchos sacerdotes para que se pueda mantener un servicio de confesiones permanente, al menos el unos pocos lugares estratégicos. Lugares que se me ocurren son, básicamente:
- Las diócesis (que es donde se centraliza la gestión del clero y, por tanto, donde se puede coordinar a un mayor número de sacerdotes, a quienes por tanto se apartaría de sus muchas otras obligaciones durante menos tiempo)
- Las capillas de adoración perpetua (especialmente adecuadas tanto por la presencia del Santísimo como por el hecho de que permanecen abiertas las 24 horas; el único problema es que las confesiones podrían perturbar a los adoradores, dado el especial silencio que reina en estos lugares).
Un saludo.
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