Cómo cargarse una parroquia en cuatro días
En cuatro o en ocho, pero en definitiva en no demasiado tiempo. Levantar una parroquia es tarea ardua y que lleva su tiempo. Cargársela lo hace cualquiera y en un santiamén. Les doy unas pistas – consejos a sacerdotes que quieran acabar con una parroquia medio normal, que seguro que mis lectores completarán con sus propias experiencias.
Lo primero primerísimo es jugar con las misas. Por ejemplo, cambiar los horarios cada dos o tres meses, de forma que nadie acabe sabiendo a ciencia cierta cuándo hay misas en esa parroquia. Además, dejar a la gente sin misa alguna vez por despiste del párroco o porque surgió un problema. Si a esto añadimos la falta de puntualidad para empezar -qué más da empezar cinco, diez, quince minutos tarde- y para acabar –hoy misa de quince minutos y corriendo, mañana de cincuenta y cinco, pasado de cuarenta- vamos sumando puntos. Incorpórese a la estrategia celebrar cada día como se le ocurra al sacerdote del momento, y miel sobre hojuelas.
Procure hablar lo menos posible de Dios, conversión, pecado, gracia. A cambio, no olvide citar constantemente palabras como pobres, solidaridad y compartir.
No ponga horario de confesiones. Mejor aún, diga que confesarse es una bobada, pero que si alguien desea hacerlo que busque una parroquia del centro o que se lo diga al párroco a ver cuando tiene un hueco.
Tampoco horario de despacho. Mucho mejor decir que si alguien necesita algún papel que selo diga a Pepita, que suele venir a misa los domingos por la tarde.
El templo parroquial siempre cerrado excepto las estrictas horas de las misas. La disculpa de la inseguridad ciudadana es perfectamente válida.
No organice Cáritas. Total, eso es mejor que lo hagan los laicos solos, con total autonomía. Si había algo de catequesis de adultos no se pase por el grupo para coartar su libertad. Que sepan madurar ellos solos.
La catequesis de los niños y las primeras comuniones son inevitables. Pero para eso ya están las catequistas. Que se encarguen de inscribir, dar catequesis, reunirse con los padres y preparar la celebración. El sacerdote con celebrar la misa de las primeras comuniones ya hace su tarea.
Pare poco en la parroquia. El sacerdote lo que tiene que hacer es “insertarse”, por tanto salga mucho, frecuente los bares, eche la partida y salude a la gente por la calle. No olvide salir mucho de viaje, de vacaciones, aproveche lo que pueda para despejarse por el volumen de trabajo que desarrolla.
Bien, pues yo les aseguro que con este planteamiento no hay parroquia por fundamentada que esté que aguante un curso, y me doy largo pazo. Lo normal es que en tres meses no la conozca “ni la madre que la parió”. Y quizá me haya saltado alguna cosa.
27 comentarios
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Es mucho más eficaz responder, al feligrés que pregunta, "¡como si no tuviera nada mejor que hacer que estar en la parroquia a todas horas...!"
Un saludo. Y cúidese, que como siga con la Adoración Perpetua, la parroquia le va a durar muchos años...
José Manuel Genovés
:)
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Jorge:
No siempre es bueno reprimirse.
¿Puedo añadir que deje al "equipo laico habitual" hacer lo que quiera?. Por ejemplo, las lecturas aunque pronuncien de pena, ejercer de ministros extraordinarios de la comunión aunque el padre no tardaría ni cinco minutos en distribuirla él solo, juguetear con las rúbricas de las respuestas a voluntad,...
Un apunte. No siempre es que el cura no quiera o le dé igual. En el caso de mi párroco, creo de veras que intenta ejercer el sacerdocio lo mejor que puede; no tengo idea de por qué no cambia cuatro cosas obvias pero estoy seguro de que no es por dejadez.
Punto a favor de la Adoración Perpetua, es eso: es perpetua. Cuando hay exposición permanente del Santísimo uno nunca debe preguntarse ¿será este un buen momento para rezar, pedir, agradecer a Dios? La respuesta siempre es "sí", no importa si son las 3 am o las 9:48 pm.
Desde hace 6 meses, tome el hábito de confesarme cada primer sábado a las 6:30 de la mañana. ¿Soy el único loco? Tal vez sí, pero si puedo hacerlo es porque el confesor esta allí TODOS LOS DÍAS a las 6:30 am. Siempre. ¿Por que no voy a Misa diaria? Porque tengo una idea cercana de a que hora empieza, pero no sé a qué hora termina. Puede parecer un exceso de rigidez o militarismo, pero, ¿que creen ustedes que pasaría si Dios decidiera sacar el sol quince minutos antes hoy y 20 minutos tarde mañana? La parroquia también esta para malos y buenos y si hay algo en lo que malos y buenos nos podemos poner de acuerdo es en la hora.
1) Cambie los cargos que haya y revise las tradiciones de la parroquia: ¿para qué vamos a sacar a ese santo que le tenéis tanta devoción?
2) A los jóvenes ni caso, total, ¡para lo que van a durar en la parroquia tras confirmarse!...
3) A los movimientos... caña, a ver si se creen que mandan algo.
4)No informe de ningún acto diocesano o arciprestal. Según llega la publicidad, a la basura.
5) Innove en la liturgia con todo lo que se le ocurra: que el evangelio lo lea un laico (por aquello del sacerdocio común), que los cantos sean "modernillos" aunque no litúrgicos, que las lecturas se cambien por poesías de Neruda(por causas pastorales, claro)
6) Y sobre todo dedíquese a apostolados que le interesen y en los que se sienta querido y estimado, y mejor si es fuera de la parroquia. Ya se sabe que la parroquia no da alegrías.
7) Por supuesto no toque las campanas, no vaya ser que se enteren que hay misa y venga alguien y tenga que celebrar (verídico, conozco a un sacerdote, con varios pueblos, que procuraba librarse de alguna misa). Es que si no, no da tiempo ir a echar la partida al bar.
Sí, aunque parezca mentira, ocurre.
Laus Deo
Alguno de los sacerdotes que han pasado por la parroquia acostumbraba a confesar una vez al año, y a veces comentaba la poca asistencia que había... normal, después de todo el año sin confesar.
Yo señalaría un punto importantisimo: arrasar con todo lo que haya cuando se llega a una nueva parroquia, especialmente eficaz si se hace sin esperar a conocer la parroquia; y si lo haces sin hablar absolutamente con nadie, ya se borda la cosa.
Muy importante cambiarlo todo, pero solicitarle a todo el mundo que se apunte a mis nuevas propuestas. Después de tres cambios de sacerdote, en ese plan, ya veremos el miedito que le entra a la gente al anunciarse nuevo cambio. Y también las ganas que le entran a todo el mundo de lanzarse a participar en iniciativas varias.
Desde luego, siempre destruir es más fácil que construir; también parroquias.
Una colaboración para su listado.
-En las homilías, no hablar mucho de Jesús, ni del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia; puede llegar a ser considerado un cura radical e intolerante. Es mejor hacer un análisis neutral de la realidad política y social actual, con eso no se incomoda a la gente y se agrada a todo el mundo.
-Que las Eucaristías sean organizadas por doña Pepita y su séquito de colaboradoras. No saben leer, huelen a incienso y regañan a los que no son del monopolio de su partido, pero eso sí tienen buen corazón y le hacen siempre la segunda voz a las barbaridades del Párroco.
-Quitar cualquier signo o símbolo sagrado o que invite al recogimiento o a la espiritualidad. Pues ese no es el espíritu del Concilio Vaticano II. Lo mejor es tener templos como Sala de reunión de comunidad protestante, una mesa, dos sillas y una cruz. Adios imágenes, santos, flores, vitrales. Eso sí el Sagrario a un ladito y que no se vea mucho.
-Utilizar el templo solo para Eucaristías...Qué desperdicio...mejor utilizarlo para cualquier evento que requiera la comunidad. La conferencia sobre como criar hijos sanos, el taller inteligencia emocional y para ser abiertos y tolerantes, algún curso de Eneagrama, Nueva Era, o sanación reiki.
-La comuníón es comunión no importa quien la dé. Puede ser el cura, los ministros o cualquiera que pasó por ese momento en la Iglesia. En últimas si el padre está ocupado dando avisos parroquiales, mejor que feligrés la coja del copón y se autosirva.
Como nos hubiera enseñado García Marquez, la realidad supera la ficción.
Un Domingo por la tarde, Eucaristía a las 20.00, me presento a las 19.30, busco al Sacerdote, a ver: Sacristía? no, ¿Confesionario? no, para nada, ¿Templo comprobando los cirios y tal?, no, ¿dónde está el Cura?
Veo una señora que sale de la Sacristía:
.- Disculpe por favor...
.- Si, que quiere?
.- El Sacerdote por favor?
.- No está, para que lo quiere?
.- Para confesarme...
.- Un momento por favor...
Se va la buena señora, vuelve al cabo de 5- 10 minutos:
.- Que dice el Padre, que mañana venga sobre las 19.00 y lo confiesa...incluso si puede llame antes por el día para confirmar la hora...
El pecado no tiene día ni hora establecida, viene el tentador, te susurra, te engaña y ahí estás, otra vez en la muerte del pecado, es cierto que en este país cada vez se confiesa menos gente, pero, ¿no debería haber un servicio de urgencias Absolutorias? Algo más de misericordia por aquellos cuyo Ministerio les permite el perdón de los pecados?
Entiendo que tener un cura atornillado al confesionario hoy en día es una utopía, entiendo que para muchos sacerdotes estar todo el día en el confesionario es imposible, los obreros cada vez son menos y tienen mucho que atender, pero, un ratito de espera dentro del confesionario con el Breviario o el Rosario ¿no podría atraer a algún alma necesitada del Amor de Dios? Acaso los curas ya no creen en el poder de la Oración? porque lo estoy viendo, incluso el "Dios proveerá", para muchos hombres consagrados se está convirtiendo en algo irreal, esperan que ocurra para ver y creer.
Seguiremos rezando para que el Dueño envíe muchos obreros, y especialmente ahora, que nos envíe un Capataz que viva la "radicalidad" del Evangelio, como lo han hecho sus antecesores.
La Paz
1) Reformas innecesarias que cuestan más que las necesarias... Jaleo de salas, caos... por una supuesta comodidad y "dignificación".
2) Desacuerdo total y falta de comunión entre los sacerdotes: cada uno va por su lado y tocan temas comunes como catequesis de niños...
3) Excursiones sin ton ni son...
4) Crítica continua a la pastoral de los anteriores parrocos, cuando es evidente que ha sido mucho mejor, ante todo, por la prioridad de la fe y el primado de la caridad.
5) Falsa imagen de simpatia y cercania que contrasta con un desprecio absoluto a quien, ofreciendo un servicio responsable y coherente no ha estado de acuerdo con decisiones y actuaciones.
6) Pide obediencia absoluta y ciega. Es la base de toda predicación. Esa y las anecdotillas.
7) No sabe reconocer errores. Peor aún, no mide sus palabras y hiere. Tampoco así es capaz de disculparse, pese a que sabe que ha ofendido.
8) Imposible reunirse con el salvo que le digas "si" a todo lo que propone.
9) Apertura a todo, como si fuese relativismo puro: al final nada le importa con tal de que se haga lo que al final el quiere.
10) Pastoral con jóvenes "fijista", "Lo mejor es enemigo de lo bueno"... Y si algo funciona, mejor que no crezca, no se vaya a torcer.
11) Aderezado con un equipo sacerdotal para dar de comer aparte...
12) Quiero resaltar el tema de la caridad con la gente... Hay buen trato solo de quien puede sacar provecho (dar catequesis, mano de obra gratis, chofer...). A quien le pone un pero, sea del tipo que sea, le pierde completamente el respeto, aunque este tapado con buena cara y negación de hechos veridicos...
Bueno, hay que rezar mucho por el. Y por la gente que ha sufrido y sufre por ver como se carga una parroquia y por tanto desprecio... La fe a fuego se aquilata...
Hace todo lo que puede, que no siempre es todo lo que nos gustaría a los feligreses; pero quien hace todo lo que puede no está obligado a más.
Por lo general, somos los parroquianos los que no estamos a la altura. Salvo para criticarlo todo y ver lo que hace mal el párroco pocas veces se puede contar con laicos para nada.
PD.: Yo ya había salido de casa con dirección a la iglesia, que me gusta ir una hora antes para rezar el rosario arrodillado ante el sagrario...
“No ponga horario de confesiones.
Tampoco horario de despacho
El templo parroquial siempre cerrado excepto las estrictas horas de las misas
Pare poco en la parroquia”
Por no hablar del abuso de las ministras extraordinarias de la eucaristía, que ejercen sus oficios en todas las misas, aunque comulguen 20 personas.
Me parece que no le da la importancia que se merece la Reconciliación, de manera que sólo dice “voy a estar, por si alguien quiere confesarse” durante la Semana Santa. En realidad, prácticamente nunca permanece en la parroquia, pero debo decir en su defensa que el obispo siempre lo está mandando a estudiar posgrados, que tiene que ejercer permanentemente la docencia a 80 km del pueblo para no morirse de hambre, que tiene varias parroquias rurales a su cargo, que el pueblo es poco amigable y que los feligreses dejamos mucho que desear. Además de la horrible tibieza que parece tener nuestra fe, existen los infaltables grupejos de señoras mandonas acostumbradas a hacer su santísima voluntad en la parroquia durante décadas. Pero predica bastantes buenas homilías (aunque son un tanto “buenistas”) y no hace alarde de infidelidad a la doctrina y la disciplina de la Iglesia como el progre de 80 años que teníamos antes, que muuuuuy de vez en cuando viene a hacernos una visita, destrozar la liturgia y soltar una arenga feministoide en lugar de la homilía. Comparado con ese personaje, mi pobre párroco es el cura de Ars.
Dios quiera que se revitalice la fe en nuestro pueblo y que estos inconvenientes puedan subsanarse antes de que la parroquia se venga a pique :(
¡Listo, ya hice mi catarsis!
Estoy encantado, cada vez más, de las cosas que escribe en su blog. Con sacerdotes como Vd., los jóvenes tenemos un espejo en el que fijarnos para aprender. Me sorprende tanta amplitud de miras en un sacerdote de su generación, que por desgracia tanto ha abundado en desarrollar este plan destruyeparroquias. Muchas gracias de corazón.
solo quejas y mas quejas.
Encima sustituyó a un cura que daba unas homilías que daban más ganas de ir a misa.
Sin embargo el "nuevo" (lo pongo entrecomillado porque lleva ya un par de años, pero sigue igual, a pesar de que ha habido quejas, y él mismo manifestó que le habían llegado a sus oídos) no es que se enrolle (que también), es que no hay manera de saber qué nos quiere contar, hilando unos pensamientos con otros, sin sentido, sin coherencia... total, una misa a la que iba todo el barrio, se ha quedado en una decena de ancianos que no les es tan fácil desplazarse a otra.
¿No pueden las diócesis hacer algo al respecto? Hay otras posiciones donde este cura podría hacer una buena labor, sin embargo en esta se está cargando una parroquia.
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