Cosas de políticos: Tomás Gómez, Pujol y los de Uruguay
Tres por limitar espacio. Porque de políticos se podían contar mil cosas. Hoy quiero tocar tres de ayer mismo y que me han resultado especialmente interesantes.
1. Don Tomás Gómez es fuente inagotable de inspiración no para un católico, sino para cualquier persona con eso tan raro hoy como son dos dedos de frente. Pues este señor, diputado de la asamblea de Madrid por el partido socialista, ayer tuvo la desfachatez de acusar a la oposición de ser los nietos de aquellos que le robaron la infancia.
No acierto a comprender qué infancia le pudo robar nadie a D. Tomás Gómez. Lo que sí puedo decirle es que a un servidor los abuelos de los socialistas y comunistas de hoy le robaron la vida de 13 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas. Que sus abuelos arruinaron gran parte del patrimonio religioso de este país.
Pero desde luego quien ha arruinado la vida por generaciones de sus paisanos de Parla es D. Tomás Gómez, que ha conseguido convertir a este municipio madrileño en uno de los más endeudados de España: el cuarto agujero más grande del país. Pero no contento con esto, tiene a la federación socialista madrileña que preside con unas deudas que ha tenido que asumir el partido para no quedarse sin subvenciones. Como para andar quejándose de los abuelos de los demás.
2. Don Jordi Pujol, ex presidente de la Generalidad de Cataluña, está últimamente que se sale. Mira que llevamos tiempo que cada vez que los obispos opinan algo que es de su incumbencia saltan todos los políticos a la vez clamando contra la supuesta injerencia de los obispos en la vida política de este país. A ver si va a resultar que los obispos no pueden hablar de aborto, educación, responsabilidad, familia… Pues no. Todo es política. Pues para que vean. Llega ahora Jordi Pujol y pide a los obispos catalanes que apoyen un referéndum de autodeterminación para Cataluña. Pero bueno, ¿no habíamos quedado que los obispos no debían meterse en política? Sí, pero según convenga.
Pues a ver si espabilamos obispos, curas, religiosos y fieles y nos damos cuenta de una vez que los políticos lo único que quieren de la iglesia es aprovecharse de ella para que apoyemos y justifiquemos lo injustificable. Miren en Cataluña. Toda la vida diciendo que la iglesia no se meta en política pero las esteladas en las torres de los templos y ahora Pujol pidiendo a los obispos que les apoyen. Vaya tropa.
3. Muy bueno lo de Uruguay. Los políticos que apoyen con su voto el aborto no pueden acercarse a recibir la comunión. Normal. Aquí los políticos lo que quieren es estar al caldo y a las tajadas. Muy católico pero el partido es el partido y el poder es el poder. Pues se acabó. A ver si nos aclaramos. Que lo de ser católico es mucho más que el ratito de la misa y el golpe de pecho. Ser católico se demuestra en el parlamento, en la calle, en la vida, en los votos.
A tres cosas me he referido. Y porque no he querido más. Para que nos fiemos de los políticos. Ya ven.
9 comentarios
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Jorge:
Hoy parece que con lo único que no está de acuerdo es con mi nombre.
El Partido Socialista ha hecho muchísisimo daño a la Iglesia. Ha vertido sangre de mártires en la terrible persecución religiosa de los años 30 y sigue vertiéndola con sus impulsos al aborto. Es un partido anticristiano.
Sólo he conocido a un dirigente socialista coherente con su fe: Mercedes Aroz (renunció a ser socialista, claro). Todo el resto (Bono, Paco Vázquez, etc son ¿hipócritas? ¿tontos? ¿esquizofrénicos? ¿demasiado listos?
En vez de sentarles mal, deberían agradecer a los Pastores tan piadoso aviso. De su arrepentimiento por apoyar el aborto desde el poder político depende en gran parte su salvación eterna. Que terrible que la muerte sorprenda a estos políticos sin arrepentirse de su apoyo a las Leyes abortistas.
Yo me hecharía a temblar si fuese un político abortista por la estrecha cuenta que Dios a de pedir sin duda a los que tienen el poder de hacer y deshacer las Leyes.
¿Que podrán responder a Dios aquellos legisladores que tuvieron la impía osadía de legislar en contra de la Ley divina en materia tan grave como dar muerte a un niño inocente en el mismo vientre de su madre? Terrible juicio les espera. Deberían hecharse a temblar si tuviesen un dedo de frente.
A mi entender es lícito separarse de un Estado que impone una legislación que atenta gravemente contra la verdad y la moral católica como es la legislación española.
Si en los ciudadanos españoles quedase tan sólo un gota de verdadera sangre cristiana y católica, todos los ciudadanos de todas la Autonomías deberían alzarse y exigir la secesión de un Estado cuya legislación es profundamente inmoral.
Lo triste es que el soberanismo catalán, el vasco y otros no obedecen a este motivo de Fe católica sino a un vulgar oportunismo político rastrero y seguirían rigiendo en las Autonomías independizadas las mismas leyes anticatólicas.
Únicamente creo necesario matizar que la matanza genocida de creyentes y religiosos (genocida puesto que se perpetró con voluntad de exterminio) no fue cometida por los abuelos de los socialistas de hoy sino por los padres ideológicos de los mismos. Al fin y al cabo, la jauría de hoy está compuesta casi siempre por niñatos hijos de franquistas, más o menos talluditos.
Lo de Pujol, lo mismo: la libertad de expresión existe para que se respeten las declaraciones que a uno no le gustan (dentro de la legalidad y la legitimidad, que esto no es un cheque en blanco), ya que no hay mérito alguno en respetar las opiniones afines. Lógicamente, las mentalidades dictatoriales claman por la libertad de expresión para lo que les conviene y establecen la más férrea censura para aquellas voces que no les bailan el agua (en Cataluña, concretamente, el organismo censor se llama C.A.C.)
Y lo de Uruguay, pues que además de "Uru" me parece "Guay": no podemos olvidar que la comisión de abortos, su fomento, su respaldo o la colaboración necesaria a los mismos conlleva la excomunión "latae sententiae", es decir, automática. Así pues, los políticos que hayan votado a favor del aborto están excomulgados y, como ajenos a la Iglesia, no tienen derecho a acceder a más sacramento que el de la penitencia, cumpliendo la reparación que en él se le imponga (lo suyo sería una declaración pública de arrepentimiento y la votación en contra en las sucesivas votaciones; si no se quiere tal cosa, la dimisión; y si no se quiere ninguna de las anteriores, lo del perdón gratis total no cuela).
Por cierto, los políticos españoles, desde el Rey hacia abajo, están en general excomulgados por esta misma razón, ya que son excepción los que no han colaborado nunca a estos abortos que causan cada año tantas muertes en España como las que en su día causaba la Guerra Civil.
Un saludo.
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