La JMJ en mi parroquia. Así lo vivimos
Es apenas una pincelada. Pero las grandes historias se componen muchas veces de pequeñísimos detalles. Hoy, cuando estamos recordando el primer aniversario de ese acontecimiento de gracia que fue la JMJ Madrid 2011, quiero dejar en el blog una cosilla que escribí justo hace ahora un año, narrando la JMJ tal y como se vivía en la parroquia. Tuvimos la suerte de poder acoger a cientos de jóvenes y ser además sede para catequesis de obispos.
Esta era la pequeña crónica de una mañana en la JMJ justo hace ahora un año:
MIL COMUNIONES DIARIAS
Hoy, en lugar de un obispo dos. El encargado de la catequesis fue Monseñor Giancarlo Vecerrica, obispo de Fabriano. Pero vinieron dos. Bendito sea Dios.
Del aspecto del templo da buena razón la imagen. Tanta gente como ayer, si no es que había más. Un dato objetivo: cada día se están consagrando mil formas y apenas sobran. Por eso el título: estamos repartiendo casi mil comuniones diarias. A la hora de distribuir la eucaristía lo hacemos desde seis lugares que los voluntarios italianos señalan con banderas. Y necesitamos nuestro tiempo.
Fue emocionante cuando a las doce en punto de la mañana pedimos silencio y comenzaron a sonar las campanas. El obispo les dijo: ¡el papa está en Madrid! El aplauso resonó en el templo con la fuerza de más de dos mil manos jóvenes expresando su entusiasmo. Y el grito acompasado de palmas llenas de ritmo: Benedetto, Benedetto… Qué movida. Ya habían estado haciendo la ola en el templo y en el coro al inicio de la catequesis animados por la sonrisa de monseñor.
Hoy quiero destacar el trabajo abnegado de los voluntaroios que hacen que todo sea posible. Anoche nos fuimos a la cama casi a las dos, ya que los muchachos querían ver el partido Madrid – Barça y nosotros con ellos. Partido animado, ya que teníamos hinchas en ambos bandos. Acabó el encuentro y los del Madrid felices porque sus compañeros del Barça estaban alegres con el triunfo. Cosas de la JMJ.
Hoy, ya estaban los voluntarios desde antes de las ocho de la mañana preparando desayunos. Muchos. Y ofreciendo absolutamente todo. Se encargan de repartir los desayunos. Pendientes de que no nos falte el agua en ningún momento. Atienden los baños, proveen de papel higiénico y jabón, tiran la basura, barren y limpian constantemente. El despacho de Caritas se ha convertido durante estos días en consultorio médico donde un médico y dos ATS atiendes las pequeñas incidencias. Los voluntarios hacen también de pequeño servicio de orden tratando de evitar las pequeñas o grandes incidencias. Sin problemas, y eso que no se puede andar ni por el templo ni por sus alrededores.
Al acabar la celebración ha quedado todo dispuesto para mañana. La iglesia colocada, barrida y limpia. Los baños limpios y lavados con lejía. La zona de desayunos ordenada.
Una familia se ha llevado a casa a un muchacho con gastroenteritis y bastante fiebre. Bueno, al muchacho y a la novia, que no quería abandonar a su amor en estas dolorosas circunstancias. Otro voluntario tuvo que acompañar al hospital a un chiquillo con un posible esguince. Otro se dedicó a encontrar una farmacia de guardia para una emergencia.
El ambiente fantástico. Más de mil doscientos jóvenes, cuarenta sacerdotes concelebrando en misa, varios confesando todo el tiempo, y otros que ni siquiera pudieron entrar en el templo por imposibilidad material. Y al llegar la hora de marcharse, lo han hecho alegres, sin un problema y sin un papel en el suelo. Increíble.
¿Y nuestros huéspedes canarios, mejicanos y chilenos? Pues andan por ahí, disfrutando de estas jornadas. Salen antes de las diez de la mañana y la norma es que no regresan al lugar del hospedaje antes de las diez de la noche. Aquí desayunan su pack: zumo, batido y bollo, aunque los voluntarios no dejan de hacer café. Al regreso, duchas, y comodidad. Muchos se traen la cena y la toman tranquilamente. También, y de parte de la parroquia, cada noche les ofrecemos leche, galletas y algo de fruta. Como dicen los voluntarios (sobre todo las voluntarias) pobrecitos… tienen que venir agotados.
En estos días he de decir que la tranquilidad es total. Acogen las indicaciones con todo el cariño y las familias de acogida se muestran encantadas con la gente que tienen.
Dejo de escribir. Viene el papa. Me largo. ¡Bien venido, santidad!
PD. En mi blog de wordpress, hay una categoría que lleva por título “Jornada Mundial de la Juventud 2011”. Ahí están las crónicas de lo vivido esos días y algunas reflexiones a propósito de pequeños incidentes y otras hierbas.
5 comentarios
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Jorge:
Pues sí me he hecho la pregunta. La JMJ no es en absoluto la panacea. Pero sí ha dejado fruto en la parroquia en jóvenes y en adultos.
No sabes de lo que hablas. La fe no se puede medir ni en el número de jóvenes que asisten ni en nada que se le parezca. Eso me parece de un arrianismo asombroso.ç
La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.
Los anti JMJ's no entendéis la semilla que el Espíritu Santo ha sembrado en cientos de miles, si no millones, de los corazones de gente que no sabía a qué venía, que hacían el viaje por curiosidad, etc.
Dios es el que da el fruto.
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