Navidad en domingo
Por feliz casualidad, este año el día de Navidad cae en domingo
Esto me hace recordar una lectura que desde hace años marca mi día de Navidad, y que por este motivo les comparto.
El autor explica cómo, meditando en ese día de Navidad, se da cuenta de que en el intervalo de apenas una hora, iba a realizar los dos más grandes esfuerzos intelectuales que son dado exigirle a un ser humano.
Que expresión tan curiosa, ¿verdad? … los dos más grandes esfuerzos intelectuales posibles para un ser humano ¿en qué consistirá?
Todos, este domingo, podremos experimentarlo, pues cuando en la misa de Navidad nos topemos en el Evangelio con esta afirmación: “y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, ello nos enfrentará ante la situación de asimilar intelectualmente la idea del nacimiento de un niño que es Dios.
Pero es que, al poco rato, nos encontraremos ante unas manos alzadas con una hostia que, tras las palabras de la Consagración, nos situará ante el esfuerzo de aceptar que ese pedazo de pan es Dios.
Un Dios que se hace hombre, naciendo entre nosotros, y un trozo de pan que es Dios.
Todavía recuerdo casi de memoria las palabras con las que el autor concluía:
En verdad que no nos merecemos el Cielo, pero nuestros ojos se nos llenan de lágrimas de agradecimiento ante la bondad del Señor Omnipotente que, con un milagro perpetuo y una historia maravillosa, nos concede la posibilidad de ganarnos el Premio de los premios con algún merito por nuestra parte: la fe de creer que Cristo se hizo niño en un pesebre; y que no contento con esto, en cada misa se hace realidad en una blanca Hostia.
¡Feliz domingo de Navidad a todos!