Advientados
Muchas veces la clave del éxito de un gran evento es la ambientación previa.
La Iglesia, que es muy sabia, sabe esto desde siempre, quizá no en el sentido del marketing, pero sí en el de preparación antes de una gran celebración. Un tiempo de espera activa para celebrar la venida (adventus) de Cristo.
Esta puede ser además una manera práctica de entender el Adviento respecto a la Navidad.
Por ello, sugiere (entre otras) tres cosas concretas que debemos intensificar en Adviento. Se trata de intensificar porque el resto del año también hay que hacerlas.
Primero.- Intensificar las OBRAS DE PIEDAD, dirigidas a dar gloria a Dios y santificarnos amándole cada día más. Por ejemplo:
- la Santa Misa
- la Oración
- la Confesión y el examen de conciencia
- la Comunión y visita al Santísimo
Segundo.- Intensificar las OBRAS DE MISERICORDIA: actos de amor al prójimo dirigidas a atender necesidades espirituales o materiales.
Bien pudieran resumirse en estas nueve:
- Socorrer necesidades materiales
- Visitar a los enfermos
- Enseñar al que no sabe
- Dar consejo al que lo necesita
- Corregir y elogiar al próximo
- Perdonar al que nos ofende
- Consolar al triste
- Tener paciencia con los defectos del prójimo
- Rezar por vivos y difuntos
Tercero.- Intensificar la INSTRUCCIÓN como cristianos. Pues para dar fundamento a nuestro cristianismo es necesario formarse y profundizar en lo que significa ser cristiano. En concreto:
- buenas lecturas (especialmente la lectura espiritual)
- formación; mediante cursos, conferencias, libros y videos formativos
- ejercicios espirituales
Cuidemos mucho la “advientación” para celebrar como se merece la Navidad, ese tiempo en el que:
- el pasado se recuerda (la venida de Dios a la Tierra)
- el futuro se prepara (nuestro futuro encuentro con Cristo)
- y el presente… se aprovecha
La Navidad es la misma para todos, y sin embargo ¡qué diferente será para el que la prepara así y para el que no!
¡Buen Adviento!