Cardenal Sarah: ¿Quién se enfrentará a los modernos perseguidores de la Iglesia?
Las diócesis de Luçon y Maillezais nacieron el 13 de agosto de 1317. Para festejar este año el 700 aniversario de las mismas han contado con un invitado de excepción: el Cardenal Robert Sarah. En una visita que realizó en 2012 al mismo lugar, el Cardenal –que debe mucho de su vocación y formación a misioneros originarios de la Vendée, región en la que se encuentran estas diócesis- declaraba: “Si soy sacerdote, obispo y cardenal, ¡lo debo a la diócesis de Luçon!”
A modo de interludio entre los dos artículos que ya hemos publicado sobre la guerra de la Vendée (1 y 2) y el que publicaremos próximamente, les ofrecemos hoy la homilía completa que el Cardenal Sarah ofreció en la localidad vandeana de Le Puy du Fou el pasado sábado 12 de agosto de 2017.
Homilía de la misa de víspera del domingo XIX del tiempo ordinario por el Cardenal Robert Sarah:
Hermanos:
Ofrecemos esta noche el sacrificio de la misa por el descanso de todos los benefactores de Puy du Fou[1] fallecidos desde el comienzo de esta bella obra hace cuarenta años.
Por vuestro trabajo, todos los que hoy estáis aquí congregados, despertáis cada tarde la memoria de este lugar. El castillo de Puy du Fou, ruina dolorosa, abandonada por los hombres, se alza como un grito hacia el cielo. Con las entrañas abiertas, recuerda al mundo que, frente al odio por la fe, un pueblo se levantó: ¡El pueblo de la Vendée!
Queridos amigos, dando vida a estas ruinas, cada noche, dais vida a los muertos. Dais vida a todos aquellos vandeanos muertos por su fe, por sus iglesias y por sus sacerdotes.
Vuestra obra se eleva subre esta tierra como un canto que lleva consigo el recuerdo de los mártires de la Vendée. ¡Hacéis revivir a esos trescientos mil hombres, mujeres y niños, víctimas del Terror! Dais voz a aquellos a quienes se quiso silenciar, ¡porque rechazaban la mentira de la ideología atea! ¡Rendís homenaje a aquellos a quienes se pretende ahogar en el olvido porque rechazaban que se les arrancara la libertad de creer y de celebrar la misa!
Os lo digo solemnemente: vuestro trabajo es justo y necesario. Con vuestro arte, vuestros cantos, vuestras proezas técnicas, ofrecéis al fin una digna sepultura a todos esos mártires a los que la Revolución quiso dejar sin tumbas, abandonados a los perros y los cuervos. Vuestro trabajo es más que una obra simplemente humana: es como la obra de una Iglesia.
¡Vuestro trabajo es necesario, especialmente en nuestro tiempo, que parece embobado. Frente a la dictadura del relativismo, frente al terrorismo del pensamiento que, de nuevo, quiere arrancar a Dios del corazón de los niños, necesitamos reencontrar la frescura de espíritu, la simplicidad alegre y ardiente de estos santos y mártires.
Cuando la Revolución quiso privar a los vandeanos de sus sacerdotes, todo un pueblo se sublevó. ¡Ante los cañones, estos pobres solo tenían sus bastones! ¡Frente a los fusiles, sólo poseían sus hoces! ¡Frente al odio de las columnas infernales, sólo presentaban su rosario, su oración y el Sagrado Corazón bordado en su pecho!
Hermanos, los vandeanos simplemente pusieron en práctica lo que nos enseñan las lecturas de hoy. Dios no está en el trueno ni los relámpagos, no está en el poder o el ruido de las armas, ¡se esconde en la brisa ligera!
Frente al despliegue planificado y metódico del Terror, los vandeanos sabien bien que serían aplastados. Sin embargo, ofrecieron cantando su sacrificio al Señor. Fueron esa brisa ligera, brisa aparentemente barrida por la poderosa tempestad de las “columnas infernales”.
Pero Dios estaba allí. ¡Su poder se reveló en la debilidad! La historia –la verdadera historia- sabe que en el fondo los campesinos vandeanos triunfaron. Con su sacrificio impidieron que la mentira de la ideología se erigiera en maestra. Gracias a los vandeanos, la Revolución ha tenido que quitarse la máscara y revelar su rostro de odio hacia Dios y hacia la fe. Gracias a los vandeanos, los sacerdotes no se convirtieron en los esclavos serviles de un estado totalitario y pudieron ser los servidores libres de Cristo y de la Iglesia.
Los vandeanos oyeron la llamada que Cristo nos lanza en el Evangelio de hoy: “¡Confiad! ¡Soy yo, no temáis!” Cuando rugía la tempestad, cuando la barca hacía aguas por todas partes, no tuvieron miedo…tan seguros estaban de que, más allá de la muerte, el Corazón de Jesús sería su única patria.
Hermanos míos, los cristianos necesitamos ese espíritu de los vandeanos. ¡Necesitamos ese ejemplo! ¡Como ellos, tenemos que abandonar nuestros campos y cosechas, dejar sus surcos, para combatir no por intereses humanos, sino por Dios!
¿Quién se levantará hoy por Dios? ¿Quién se enfrentará a los modernos perseguidores de la iglesia? ¿Quién tendrá el coraje de levantarse sin otras armas que el rosario y el Sagrado Corazón, para enfrentarse a las columnas de la muerte de nuestro tiempo que son el relativismo, el indeferentismo y el desprecio de Dios? ¿Quién dirá a este mundo que la única libertad por la que merece la pena morir es la libertad de creer?
Como nuestros hermanos vandeanos de otro tiempo, estamos llamados hoy a dar testimonio, es decir, ¡al martirio! Hoy en Oriente, en Pakistán, en África, nuestros hermanos cristianos mueren por su fe, aplastados por las columnas del islamismo perseguidor.
Y tú, pueblo de Francia, tú, pueblo de la Vendée, ¿cuándo te levantarás con las armas pacíficas de la caridad y la oración para defender tu fe? Amigos, la sangre de los mártires corre por vuestras venas, ¡sed fieles! Somos todos espiritualmente hijos de la Vendée mártir. Incluso nosotros, los africanos, que hemos recibido tanto de los misioneros vandeanos que vinieron a morir entre nosotros para anunciar a Cirsto. Debemos ser fieles a su herencia.
Las almas de estos mártires nos rodean en este lugar. ¿Qué nos dicen? ¿Qué quieren transmitirnos? Para empezar su coraje. Cuando se trata de Dios no hay otro compromiso, ¡el honor de Dios no se disputa! Y ello debe empezar por nuestra vida personal, de oración y de adoración. Es tiempo, hermanos míos, de rebelarnos contra el ateísmo práctico que asfixia nuestras vidas. ¡Oremos en familia, pongamos a Dios en priimer lugar! ¡Una familia que reza es una familia que vive! ¡Un cristiano que no reza, que no sabe dejar sitio a Dios a través del silencio y la adoración, acaba muriendo!
Del ejemplo de los vandeanos debemos también aprender el amor al sacerdocio. Se rebelaron porque sus “buenos curas” eran amenazados.
Vosotros, los más jóvenes, si sois fieles al ejemplo de vuestros maores, ¡amad a vuestros curas, amad el sacerdocio! Debéis preguntaros: ¿Y yo, soy llamado a ser sacerdote, siguiendo a aquellos buenos curas martirizados por la Revolución? ¿Tendré la valentía de dar mi vida por Cristo y mis hermanos?
Los mártires de la Vendée nos enseñan además el sentido del perdón y la misericordia. Ante la persecución, ante el odio, guardaron en el corazón el deseo de la paz y el perdón. Recordad cómo el general Bonchamp liberó a cinco mil prisioneros solo unos minutos antes de morir. Sepamos enfrentar el odio sin resentimiento y sin acritud. ¡Somos el ejército del Corazón de Jesús y como él queremos estar llenos de dulzura!
Finalmente, de los mártires vandeanos, necesitamos aprender el sentido de la generosidad y el don gratuito. Vuestros ancestros no se batieron por sus intereses, no tenían nada que ganar. Nos dan hoy una lección de humanidad. Vivimos en un mundo marcado por la dictadura del dinero, del interés, de la riqueza. El gozo del don gratuito es despreciado y objeto de burla en todas partes. Sin embargo, solamente el amor generoso, el don desiteresado de la propia vida pueden vencer el odio por Dios y los hombres que es la matriz de toda revolución. Los vandeanos nos enseñaron a resistir estas revoluciones. Nos mostraron que frente a las columnas infernales, como frente a los campos de exterminio nazis o los gulags comunistas, ante la barbarie islamista, solo hay una respuesta posible: el don de sí, de toda la vida. ¡Solo el amor puede vencer el poder de la muerte!
Todavía hoy, tal vez más que nunca, los ideólogos de la revolución pretenden destruir el lugar natural del don de sí mismo, de la generosidad gozosa y del amor. Estoy hablando de la familia.
La ideología de género, el desprecio de la fecundidad y de la fidelidad son los nuevos slogans de esta revolución. Las familias son hoy como otras Vendées a las que hay que exterminar. Se planifica metódicamente su desaparición, como se hizo en otro tiempo en la Vendée. Estos nuevos revolucionarios se inquietan frente a la generosidad de las familias numerosas. Se burlan de las familias cristianas porque ellas encarnan todo lo que ellos odian. Están dispuestos a lanzar sobre África nuevas “columnas infernales” para presionar a las familias e imponerles la esterilización, el aborto y la anticoncepción. ¡África resistirá como hizo la Vendée! Por todas partes las familias deben ser como la punta de lanza de esta revuelta contra la nueva dictadura del egoísmo.
En adelante, en el corazón de cada familia, de cada cristiano, de cada hombre de buena voluntad, debe librarse una “Vendée interior”. ¡Todo cristiano es espiritualmente un vandeano! No dejemos que se ahogue en nosotros el don generoso y gratuito. Sepamos, como los mártires de la Vendée, extraer este don de su fuente: el Corazón de Jesús.
¡Oremos para que una poderosa y alegre Vendée interior se alce en la Iglesia y en el mundo!
Amen.
(Traducción: María Arratíbel)
Publicaciones en este blog sobre la guerra de la Vendée:
La guerra de la Vendée. Una cruzada en la Revolución.
La guerra de la Vendée (2): las causas
La Vendée (3): guerra y genocidio
[1] En la localidad francesa de Le Puy du Fou se encuentra un parque temático inaugurado hace 40 años, que recrea la vida de los vandeanos desde la edad media hasta la actualidad. (N de T)
47 comentarios
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También a mí me ha encantado saberlo. Como dice Sarah, en esos frutos se ve que los vandeanos no fueron derrotados.
Un abrazo
María
Hoy día de la Asunción de la Santísima Virgen María , Patrona de Francia .
No está todo perdido .
Gracias a María Arratibel por el post
Gracias a Dios por estos pastores que, en los tiempos que corren, hablan tan claro.
Ofrecerse a InfoCatólica (aquí somos todos voluntarios) para ayudar en las traducciones es un gran servicio de apostolado, que Dios pagará como él sabe hacerlo.
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Queridísimo padre Iraburu:
Llevo tantos años bebiendo de Infocatolica que nunca haré lo suficiente para agradecer todo lo que recibo.
¡Gloria a Dios!
Me parece que el Cardenal Sarah es todavía papable , pues nació en 1945 y tiene solamente 72 años .
Este Cardenal Sarah es un día de fiesta ante tantos días llenos de dolor.
Y que secretamente envidian. Es precisamente esa luz de la virtud la que impele, por humildad, a imitarla o, por soberbia y envidia diabólica, a destruirla. Como el niño, que rompe el castillo de arena hecho por otro. Detrás de ese espíritu destructivo está la envidia de los hombres que son esclavos del Diablo.
Por eso quizá la virtud genera división. Cristo con su ejemplo no vino a crear un consensos buenistas. Y por eso los tibios, que no quieren problemas, también odian los ejemplos virtuosos.
¡Olé por la claridad y valor del cardenal Sarah!
Ojalá en un futuro lo tuviéramos vestido de blanco.
Debe ser asi, el SEÑOR, de GRAN MAJESTAD, nos da el ejemplo en cada misa!!!!!!!!!!!!!!!Con la Santisima Virgén Maria, corredentora por exclencia, los mártires, desde Monseño Shi, y sucesores, hasta Asia Bibi, y tantos crucificados, degollados, VERDADERO GENOCIDEO, ignorado por occidente,Corredentores, por excelencia,las ordenes contemplativas observantes,AL MARTIRIO!!!!!!!!!Nos Espera la Visión Beatifica, la Santisima Trinidad, DIOS, recibimos sus beneficios en laq EUCARISTIA, DIOS VIVO!!!!!!!!!Pan Vivo que une el cielo con la tierra.
CRISTO DIOS NUESTRO SEÑOR!!Que Dios lo bendiga y lo haga con la iglesia.
Los Vandeanos!!!!!
El cardenal Sarah. No tienen suficiente valor. Está muy cómodo como está.
Muchas gracias, María Arratíbel.
¡Que Dios nos bendiga, nos ilumine y nos de fuerzas, para que no nos avergoncemos nunca de ser cristianos!
Muchas gracias María, Dios te siga bendiciendo y Nuestra Señora te siga guiando.
Fotos aqui de su viaje https://fr-fr.facebook.com/CardinalRobertSarah/
https://fr.aleteia.org/2017/08/16/rencontre-chaleureuse-entre-le-chanteur-vianney-et-le-cardinal-sarah-au-puy-du-fou/?utm_campaign=NL_fr&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_fr
¿Es así?
¿Va a ser él quien encabece esa "revolución" fusilando herejes y degollando modernistas? (porque esos y no otros son los enemigos que declara)
¿Tienen los cristianos que tomar como ejemplo a los rebeldes francesas y crear ejércitos que se rebelen contra el poder establecido?
¿Es esa la verdadera cara del cardenal Sarah? ¿Esa la "revolución y reforma de la reforma" que predica?
Me preocupa, aunque si la respuesta a estas preguntas es "SÍ" entiendo la razón por la cual Francisco lo ningunea.
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Estimado Hugo
De la homilía del Cardenal Sarah no se puede deducir algo así. Está hablando en todo momento de las armas de la oración,del Rosario, del Sagrado Corazón.
Saludos cordiales
María Arratíbel
Oremos en familia, pongamos a Dios en primer lugar.
Gracias Cardenal!!
Muchas palabras de supuesto escándalo por unos y una indiferencia total por los otros porque las personas que escriben sobre los vandeanos callan hipócritamente cuando se trata de los indefensos.
Muchas gracias
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