JMJ para todos
A mí las JMJ me han pillado mayor, y nunca he acudido a una de ellas, de modo que sólo las puedo imaginar por lo que me cuentan sus testigos, y por lo que leo y veo en medios informativos católicos y redes sociales. Algunas cosas hasta me sorprenden: a juzgar por los vídeos que se han compartido estos días en Facebook, se diría que, con motivo de las JMJ, hay una especie de festival internacional de la canción moderno-piadosa. También este estilo de pop cristiano, con coreografías incluidas, me pilla mayor, y me da por preguntarme si alguien ha supuesto que la juventud de hoy en día ya no tiene capacidad de asomarse a la Belleza y la trascendencia con el silencio, o con música católica, por ejemplo, de Tomás Luis de Victoria o Palestrina. Por cierto que se trata de música que está más viva en festivales paganos que en la propia liturgia para la que fue concebida…pero esta cuestión es otro cantar que tiene su sitio en otro blog de este portal.
A pesar de la incomprensión que tengo del marco musical de las JMJ, debo reconocer que también oigo y leo mucho de bueno. Muchos jóvenes las viven con entusiasmo, como una oportunidad de vivir abiertamente y sin complejos la fe que Dios les ha regalado. Conversiones, vocaciones al sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio, una fe más valiente…son muchos los frutos que producen este tipo de encuentros. Podríamos afirmar que para no pocos jóvenes católicos podría ser un bien acudir a una JMJ…pero no todos pueden hacerlo.
En la mañana del 22 de julio salieron de Pamplona (España) los tres autobuses del viaje que ha organizado la Diócesis de Pamplona-Tudela para acudir a la Jornada Mundial de la Juventud. En uno de esos autobuses viaja mi hermana pequeña con unas amigas, todas dispuestas a meterse en el cuerpo unos cuantos cientos de kilómetros, a dormir donde haga falta, a comer lo que sea…por ir a la JMJ. Sufrirán pequeñas o grandes incomodidades (todavía recuerda mi hermanica el barro de la JMJ de Madrid), volverán contentas y agotadas… pero no han tenido grandes dificultades para hacer el viaje. La oferta de la Diócesis, el plazo de inscripción…¡y al autobús!
Para algunos de estos jóvenes la experiencia de vivir su fe con otros miles de cristianos como ellos será nueva y esperanzadora…¡no están solos! Sin embargo, ¿cuántos miles de jóvenes han querido pero no han podido unirse a sus hermanos en la fe en Cracovia? Les hablo de los jóvenes católicos que sufren discriminación y/o persecución a causa de su fe en tantos países del mundo, que día a día viven su fe inmersos en comunidades que son minoría en el marco de sociedades mayoritariamente hostiles o que pertenecen a esa Iglesia necesitada que no puede organizar peregrinaciones para sus jóvenes.
Más de 3.500 jóvenes , gracias al apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada – ACN España podrán unir su oración a la de sus hermanos en la fe en Cracovia.
“Para muchos esta JMJ será un vuelco en sus vidas. Otros sentirán la caricia de la misericordia de Dios y el abrazo de la Iglesia universal que les demostrará que no están solos en su lucha por la causa de Cristo. Y para todos este encuentro con el Papa será la esperanza con la que necesitan volver a casa.”
Muchos otros, como decíamos, no pueden acudir. Y, sin embargo, también hay una JMJ para ellos: la de la oración.
Carlitos es cubano, y nos dice: “No somos ricos, pero nos arreglamos”, “ninguno de nosotros tiene dinero pasaporte o visado” para ir a Cracovia, de modo que han organizado en La Habana un evento similar. “No podemos estar en Cracovia pero nos uniremos a vosotros con nuestras oraciones.”
Martín vive refugiado en su propio país, Irak, después de haber sido obligado por el ISIS a abandonar su pueblo. A pesar de que podía haber abandonado Irak para vivir en Estados Unidos, decidió quedarse con su pueblo, y se ordenará sacerdote este año. Tampoco viaja a Cracovia porque ha decidido quedarse con su gente.
“Conectados a través de la oración” estarán el keniata Alex y sus amigos. Les gustaría estar en la JMJ, “pero no podemos porque somos pobres”. Con su trabajo de mecánico, Alex sostiene a su familia, dando gracias a Dios porque, a pesar de sus duras condiciones de vida, él vive algo mejor que muchos amigos suyos, quienes sólo comen una vez al día.
Anette tiene 22 años y vive en un pueblecito de difícil acceso en Papúa-Nueva Guinea, al que llegaron misioneros por primera vez hace sólo 16 años. Antes de eso “no conocíamos a Jesús”. Su sacerdote les habló de la JMJ, pero no pueden acudir: “Estaré unida a vosotros en mis oraciones”.
Para Michal no debería ser tan difícil ir a Cracovia, porque es polaco. Vive en la casa de La Comunidad del Arca, con gente con discapacidad mental: “Para ellos sólo eres bueno o malo”. A pesar de la cercanía geográfica no puede ir a la JMJ. “Debo quedarme con mis amigos, porque me necesitan”, “pero estaremos unidos en la oración”.
Magda es una cristiana israelí, que vive en Nazaret. Está dedicando su tiempo libre a ayudar a “refugiados que huyen de la guerra y de la violencia de Oriente Medio”. Su deber es “ayudar a aquellos que claman pidiendo esperanza”, por eso no acudirá a la JMJ. “Me uniré a ti con mis oraciones”
Unidos a los jóvenes católicos de todo el mundo, oremos:
„Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo, y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre”.
Te encomendamos en modo particular los jóvenes de toda lengua, pueblo y nación. Guíales y protégeles en los complejos caminos de hoy y dales la gracia de poder cosechar abundantes frutos de la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia.
Padre celestial, haznos testigos de tu misericordia. Enséñanos a llevar la fe a los que dudan, la esperanza a los desanimados, el amor a los indiferentes, el perdón a quien ha obrado el mal y la alegría a los infelices.
Haz que la chispa del amor misericordioso, que has encendido dentro de nosotros se convierta en un fuego que transforma los corazones y renueva la faz de la tierra.
María, Madre de Misericordia, ruega por nosotros.
San Juan Pablo II, ruega por nosotros.
Santa Sor Faustina, ruega por nosotros.
6 comentarios
La JMJ, es para crecer en la paciencia y en la humildad. Lo mejor de todo, es el agotamiento, las llagas en los pies, pues únicamente tenía la sandalias, sin calcetines, y con muchos dolores, y la paz en el corazón. Pues ser peregrino no es buscar comodidades, sino unirnos a Cristo, que también pasó por este mundo, y padeció el cansancio de los largos caminos para anunciar el mensaje de salvación, la conversión a todos. Tuvo hambre, sed, padeció mucho más que nosotros.
En Cuatro Vientos, realmente se ha había hecho notar el Espíritu Santo, tras el fuerte viento, la lluvia, el frío. No tenía chubasquero ni paraquas, pero un buen buen hijo de Dios, un sacerdote que conozco, me dejó su chubasquero, él tenía un paraguas. Aunque yo hubiera preferido seguir empapándome con la lluvia.
Me encontré también con otro peregrino, que venía de Latinoamérica, no estoy seguro ahora si era de Paraguay, que se había acogido a grupos de Valencia, que le ayudaba en sus gastos. Pero él perdió de vista al grupo que le acompañaba, y la verdad, no estaba demasiado preocupado, era un hombre jubilado, y estaba muy feliz, no se preocupaba por haberse perdido. Su confianza en el Señor le animaba a seguir adelante. Yo me perdí muchas veces, y es que los compañeros estaban mejor equipados y caminaban más aprisa, pero mis pies hinchados siempre me dejaba atrás. Y los cientos y cientos de personas peregrinas, era fácil perderse.
El roce continuo de las sandalias y calcetines, puede provocar mucha incomodidad, aunque no la serenidad y la alegría de quien sabe que camina tras las huellas de Cristo.
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Muchísimas gracias por tu testimonio.
María Arratíbel
Yo estuve en Roma en el 2000y cuando vino Juan Pablo II a Cuatrovientos y ya no hubiera querido ir ni fui a más de estos eventos.
Hay mucha gente y hay mucho de todo, pero probablemente yo era demasiado ingenuo en Tor Vergata, e iba con demasiada buena intención como para percibir lo negativo.
Ante todo es una experiencia eclesial. Ni me acuerdo de lo que dijo el Papa ni de la misa ni de la vigilia. Me impresionó Florencia, Turín y Roma. Creo que había leído a Dante el verano anterior y era la segunda vez que salía de España, o la cuarta, pero dos de ellas habían sido a San Juan de Luz y a Fátima y no cuentan, y la otra había sido una excursión del colegio y casi tampoco. Percibí algo de la Iglesia, hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación congregados en Cristo, no sólo en el sentido sincrónico sino también diacrónico: unos eslavos (quizás bielorrusos) que estaban al lado y unos negros que lo mismo contribuyeron a lo primero, lasa catacumbas de san Calixto a lo segundo.
Importa sobre todo ir con buenos sacerdotes. Los nuestros eran escépticos de todo, menos de Cristo, y por eso ninguna sobredosis de entusiasmo deterioró la experiencia.
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Que Dios te oiga, Gringo.
Saludos
Y ahi está en testimonio, de José Luis, psicologia de masas, es una enorme falta como dice el Padre Iraburu que pobrecitos, hace 50 años, no se les predique la Castidad,la hermosura de esa virtud, que nos acerca a Dios,tanto!!!Bienaventurados los limpios de corazón, porque alcanzarán a Dios.Aparte el enemigo, el Diablo , el Nuevo desorden Mundial, no quiere que se convierta nadie.Un enorme Cardenal dice que los movimientos, si no hay conversión no sirven para nada.
La lIturgia es la que Raúl de Toro, gran experto, Casto y Profano de El, tendria que ser porque es la hermosura en la tierra, y facilita que la Dios ilumine la Razón, nunca lo hace con la sensibilidad.San Juan de la Cruz.
En la Verdadera Belleza está la lucha, del mismisimo demonio.
Donde esta la Belleza está Cristo.
A.Solzhenitisn, la belleza salvará al mundo, siguiendo a Dostoievski, la Identifica con Cristo.
En un encuentro con San Juan Pablo II, esté le expreso,su esperanza en los jónenes.El Pensador lo miro, y comentan con esceptisismo, yo diría con realismo.Un enorme Cardenal manifiesta que si no hay conversiones no sirve, para nada, ir a Roma si no hay conversiíón Idem etc.
Que Dios te bendiga y lo haga con la iglesia.
y bueno no te comento lo que opinan mi hijos, mayoria varones, son muy jovenes, pero aman la belleza, lo bueno, Gracias a Dios!!!!
Aparte de sus profesiones, piensan!!la Razón con todo.
Un
Como alguien decía, se afianzan vocaciones, se cargan las pilas espirituales y se ofrece una imagen de una Iglesia joven y vigorosa, que es capaz de rezar en silencio, cantar a coro, gritar consignas sanas, mezclar naciones, razas, culturas y banderas sin enfrentamiento alguno. Que es capaz de presentar a Jesucristo como Salvador para el mundo.
¿Podían organizarse mejor? Seguro que sí, pero mover 2 millones de personas, como el domingo en el Campus Misericordiae, era un trabajo de titanes. No a todo el personal le agradan las muchedumbres, pero para mucha gente supone un vigor renovado en la fe. Y Cristo hace su parte. Si todos los veranos hubiera un encuentro de este tipo a nivel nacional, sería mucho más sencillo ir creando cultura católica con medios modernos, que es lo que un joven de hoy en día necesita. No porque otras herramientas no valgan, sino porque cada generación funciona de un modo distinto y debe ser evangelizada de forma que pueda acercarse al Señor.
Las autoridades y fuerzas de seguridad hablan maravillas de los católicos en este tipo de concentraciones, igual porque en comparación con otras no hay ningún tipo de problema. Y se podría seguir con una larga lista :)
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