Vasco de Quiroga: político, obispo y constructor de comunidades utópicas

El que mejor ha escrito, desde la fe y con extraordinaria clarividencia, sobre Vasco de Quiroga y otras cuantas figuras más de aquella gigantesca evangelización, ha sido el hispanista francés e hijo fiel de la Iglesia Jean Dumont, muerto hace escasos años.

Desde que leí su breve pero impactante "La hora de Dios en América" (publicado en Encuentro, editorial a la que agradezco el habernos permitido a los españoles disfrutar de casi toda la obra de Dumont), mi percepción de aquella España, de aquella América y de aquel siglo se limpió, se fijó y, ya puestos, se llenó de esplendor... para siempre.

Ah, y gracias, señor blogger, por el artículo de Reding

Lo que yo me pregunto es porqué toda esa patulea de teólogos de la TL no reivindican la excelsa figura de Vasco de Quiroga, mientras que sí lo hacen con la nada excelsa de De las Casas. Dudo que sea por desconocimiento de lo que hizo el abulense.

Dtscrepo de usted, D. Luis Fernando, ya que nadie puede dudar que Bartolomé de las Casas fue una figura excelsa; fué la primera y tal vez la única voz que se oyó en liberacion de los indios, por lo menos la que se oyo más clara, renociando incluso a la mitra de Chiapas:
Evidentemente hubo liberación en su teología, era de la escuela de San Esteban de Salamanca, la misma que produjo a Soto, Vitoria etc...personajes de cuya valía nadie duda, además eso de teología de liberación para mí es poner una albarda postiza, pues toda teología es estudio de Dios, y Dios es liberador.
Como colofon con un solo Dios solo puede haber una teología

Las Casas no tuvo hacia los negros ni la quinta parte de la finura que tenía con los indios. Su obra contiene expresiones hacia aquéllos que hoy serían tildadas de racistas sin paliativos. Amén de que por su culpa se abrió la veda a la horrible trata de africanos. Las Casas, además, tuvo varios indios a su exclusivo servicio (y a ver quién es el guapo que me lo desmiente) y se dejó financiar por encomenderos.
Encima fracasó entre baños de sangre con sus fundaciones de Vera Paz y otras(justo al contrario que Quiroga). Y luego dejó literalmente tirados a sus diocesanos de Chiapas para volverse al calor de la Corte y de su protector Carlos V.
Sin embargo, a Las Casas el cardenal Amigo le beatifica y Quiroga no llega ni a Siervo de Dios... Pero los indios de Michoacán nunca olvidan a su querido "Tata Vasco".

Los de la Teología de la Liberación idolatran a Las Casas por los textos incendiarios que perpetró contra la España cristiana de su tiempo. Escritos tan salvajes, desaforados y manipuladores de medias verdades que sacaron de sus casillas al apóstol de los indios "Motolinía", y que a Menéndez Pidal le parecían producto de la paranoia de su autor.
Textos perfectamente coherentes con la mentalidad del liberacionismo actual, eterno enemigo de la búsqueda de la verdad (la histórica y las demás) y de la necesaria coherencia entre pensamiento y vida.
Son textos ideales para que un profesor marxista se desfogue contra España y la Iglesia en una universidad jesuítica de la opulenta USA, pero no sirven absolutamente para nada más. Y lo que es para evangelizar, aprender o extender el bien, cómo se lo diría...