Totus tuus, Benedicto
"Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados por la palabra de Dios y por el testimonio que guardaban. Clamaban a grandes voces, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo, Verdadero, no juzgarás y vengarás nuestra sangre en los que moran sobre la tierra? Y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que estuvieran callados un poco de tiempo aún, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos."
Esos versículos del capítulo sexto del libro de Apocalipsis están hoy de plena actualidad. Los fundamentalistas islámicos, tomando como excusa la cita que Benedicto XVI hizo de Manuell II Paleólogo, vuelven a demostrar que están dispuestos a ayudar a completar el número de mártires por Cristo que ya reinan con el Señor en el cielo. La última, que se sepa, ha sido Leonella Sgorbati, monja católica asesinada en Somalia, según parece, por dos fieles de Mahoma. Y murió perdonando a sus asesinos.
Existe una gran diferencia entre el martirio en el cristianismo y el martirio en el Islam. Los cristianos morimos por Cristo, nos asesinan por Cristo, nos persiguen por Cristo. Los islamistas mueren por Alá. Pero mientras que el mártir cristiano, siguiendo el ejemplo de Cristo y del primer mártir, San Esteban (Hch 7,59-60), suele morir perdonando, el "mártir" islamista muere matando. Mientras que el Dios cristiano promete y concede la vida eterna y la corona de gloria a aquellos de sus hijos que mueren como corderos, el Islam promete un paraíso de huríes a los que mueren degollando aquellos corderos. Mientras que el mártir cristiano es semilla de evangelización y amor, el "mártir" islamista siembra odio, destrucción y muerte de inocentes. Y bien sabemos que uno recoge lo que siembra. Por eso el cristianismo tiene la capacidad de expandirse mediante la evangelización pacífica mientras que el Islam radical sólo puede aspirar a crecer mediante la guerra, el sometimiento y el terror. La Historia, maestra que nunca miente, es buena prueba de ello. Aunque desgraciadamente no siempre evangelización y paz han ido de la mano, es obvio que los grandes misioneros cristianos han sido hombres de fe y no de espada. Sin embargo, el Islam radical suele manifestarse como incapaz de conquistar el corazón de los hombres a través de su mensaje y por ello acude a una yihad que, por más que se empeñen algunos endulzadores de almendras amargas, no es sólo la lucha interior que el hombre emprende para ser mejor delante de Dios sino, como nos ha recordado estos días ("Le Monde", 17.09.06) el gran mufti de Arabia, Abdelaziz Al-Cheikh , es también la lucha armada contra el infiel que no se somete.
Este domingo pasado, tras lamentar lo sucedido después de su clase magistral en Ratisbona, Benedicto XVI volvió a predicar la única verdad que nos hace salvos. Dijo: "Pidamos a María Santísima que, mediante la meditación cotidiana de los misterios de Cristo, lleguemos a reconocerlo como nuestro único y verdadero Salvador, siendo siempre testigos de su amor."
Amén, Santo Padre, amén. Aquí nos tienes dispuestos no sólo a reconocer a Cristo como único y verdadero Salvador sino a predicarlo al mundo entero, aunque en ello nos vaya la vida.
Totus Tuus, Benedicto. Totus Tuus, Jesucristo.
Luis Fernando Pérez Bustamante
15 comentarios
No insultes a los islámicos, a mi no me gusta que ellos ofendan mi religión y por tanto no les ofendo como tu haces con ellos.
De todas formas, que tú hables de herejías tiene su "aquel".
El apocalipsis no es un libro de interpretación literal, no son echos que ocurrieron o van a ocurrir, y su mensaje es tema profundo de estudio entre los teologos dado su enorme contenido simbólico que a veces es muy abstracto.
Usarlo para hablar del asesinato de una religiosa es sacarlo de contexto. Y no debe usarse con ánimo de ofender al Islam, pues si ofendes al Islam ofendes a aquellos que creen tambien en nuestro Dios aunque con planteamientos distintos.
En el cristianismo tambien tuvimos martires en las cruzadas, aunque a estos no se les hizo santos porque no murieron por causa de su Fe, sino por matar infieles.
Te puedes llamar Cristiano Católico gracias también a que hace 1800 años los conservadores perdieron otra importante lucha, la de volver a admitir en la Fe a aquellos que en su día apostataron, como ocurría frecuentemente con las persecuciones.
Piense usted como quiera, pero respete.
1- ¿Cómo va a estar fuera de contexto una cita bíblica sobre los mártires en el cielo cuando estamos hablando de un mártir en la tierra?
Si no es capaz de citar al magisterio para demostrar que estoy errado, mejor cállese
2- Fíjese bien que yo hablo de fundamentalistas y del Islam radical. No considero que todos los musulmanes sean candidatos al martirio vía atentado suicida, pero tampoco veo a los más moderados plantando cara de verdad a los radicales.
3- Fíjese también que he señalado que a veces la evangelización no ha sido "pacífica". Pero mientras que el evangelio no permite la evangelización por la espada, el Corán (y los jadits) sí sanciona la expansión del Islam por vías militares. Usted lo ha dicho: no tenemos "mártires" canonizados por las Cruzadas. Sencillamente, no eran mártires.
Además, si acaso excluyendo mi breve etapa en la Nueva Era, no he filtreado con ninguna religión porque para mí la fe nunca ha sido un juego. Siempre he procurado seguir mi conciencia. Y precisamente por ello dejé de ser protestante. Y dejaría de ser católico en el muy improbable caso de que en conciencia no pudiera serlo.
Lo que no entiendo es cómo uno puede ser algo que en realidad no es. Ni se puede pretender ser protestante sin creer en el Sola Scriptura, el libre examen y el Sola Fide, ni se puede pretender ser católico estando en constante oposición al magisterio de la Iglesia.
Conozco bien al Newman católico y los problemas que tuvo tras su conversión. Jamás se pudo demostrar que dijera nada contrario al magisterio, cosa que ni de lejos pueden decir los "progres" de hoy. Por eso acabó siendo cardenal. No aspiro a tanto pero ya...
Ni te conocíamos ni sabíamos de tus andanzas, pero aún así, rezábamos por tu vuelta.
Y ahora, a seguir. A por ese otro Luis. Y a por el otro. Y a por el otro... No hay tiempo que perder.
Bienvenido a casa Luis.
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En las dificultades se manda con frecuencia a Dios a la mierda, te comprendo, yo lo he visto aunque no lo he vivido porque yo hago lo contrario.
Criticaré al magisterio en tanto este sea instrumento de injusticia y de error, y actualmente una parte del mismo pienso yo que lo és. Si tu no lo quiers ver es asunto tuyo pero deja de cuestionar hipocritamente la catolicidad del prójimo y cuestionate la tuya.
A ti por hacer esto no te excomulgarán, no tienes autoridad ninguna y lo que digas no escandalizará más que a algún cristiano. Ojalá buscases cosas menos apocalipticas para comentar.
Y el Catecismo cita dicho libro para, entre otras cosas, hablar de la Liturgia:
1137 El Apocalipsis de S. Juan, leído en la liturgia de la Iglesia, nos revela primeramente que "un trono estaba erigido en el cielo y Uno sentado en el trono" (Ap 4,2): "el Señor Dios" (Is 6,1; cf Ez 1,26-28). Luego revela al Cordero, "inmolado y de pie" (Ap 5,6; cf Jn 1,29): Cristo crucificado y resucitado, el único Sumo Sacerdote del santuario verdadero (cf Hb 4,14-15; 10, 19-21; etc), el mismo "que ofrece y que es ofrecido, que da y que es dado" (Liturgia de San Juan Crisóstomo, Anáfora)..... sigue
Y todavía es más claro su uso al hablar sobre el fin de los tiempos:
677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
Los ultraconservadores de los primeros siglos, que negaban la readmisión de los apóstatas, no estaban en la ortodoxia. Tan es así que muchos acabaron siendo herejes de verdad: donatistas o montanistas.
Entonces, igual que hoy, el magisterio de la Iglesia marcó la línea a seguir: readmisión del apóstata tras un periodo de penitencia por sus pecados.
Así que vete buscando otro argumento para meterte con mi condición de católico conservador porque ese no vale.
Yo acepto el magisterio de la A a la Z. Tú no. Yo dejo que el magisterio juzgue mis creencias. Tú, como en su día Lutero, Calvino y cía, juzgas al magisterio en base a las tuyas. Si a eso lo llamas ser católico, te engañas a ti mismo. Pero si eres feliz así, adelante.
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