Tiempos recios, por Monseñor Demetrio Fernández

Como bien dice mi querido amigo Francisco José Fernández de la Cigoña en su blog, a Aragón le ha tocado la lotería en cuanto a sus últimos nombramientos episcopales. Cosa que hay que agradecer al Papa y a su Nuncio en España. Además de buenos pastores, son valientes a la hora de denunciar el acoso laicista, ateo y anticlerical que estamos sufriendo. Siguiendo la estela del cardenal primado de España y, diría yo, del sentido común, los obispos aragoneses se han puesto a la cabeza del pueblo de Dios a la hora de defender nuestros valores y denunciar el cambio de sociedad que se nos quiere imponder desde las autoridades del país. Valga como ejemplo esta carta de don Demetrio Fernánez González, obispo de Tarazona.

Tiempos recios

"Tiempos recios" llamaba Santa Teresa de Jesús a los de su época, la del siglo XVI. Pero en esos tiempos se forjaron los mejores santos de la historia de España. Hoy también vivimos tiempos recios. Los acontecimientos se suceden a ritmo vertiginoso. No nos da tiempo a recibir una noticia cuando tenemos otra encima, peor que la anterior. Realmente, vivimos tiempos recios en el campo de la fe.

Imágenes blasfemas contra la Virgen y contra Jesucristo, que ofenden a Dios hiriendo lo más profundo de la sensibilidad cristiana, realizadas con esa intención expresa. Colaboración institucional en un suicido, que se presenta como muerte digna, desconectando el respirador y ampliando la noticia por todos los medios, abriendo camino a la eutanasia. Excarcelación de un criminal para obtener una rentabilidad política, sin arrepentimiento por su parte y con humillación para las víctimas. Las trabas de todo tipo a la enseñanza de la religión en la escuela, cuando la piden el 80 % de los padres en toda España (más del 82 %, en nuestra diócesis de Tarazona). La implantación de la asignatura Educación para la Ciudadanía, a través de la cual adoctrinar a nuestros niños y jóvenes sobre la ideología de género, en contra del parecer de sus padres. La desaparición del verdadero matrimonio del ordenamiento jurídico, con la unión de personas del mismo sexo y el divorcio exprés, etc. etc. Y lo que venga.

Son muchas cosas a la vez y ninguna sucede por causalidad o como un hecho aislado, sino que están relacionadas unas con otras. Se trata de imponer a la fuerza el Estado laicista, confesionalmente ateo. Se trata de borrar del mapa a Dios y a quien lo represente. Estamos asistiendo a una persecución declarada contra la religión y contra la Iglesia católica, que desborda las fronteras de nuestra patria, pero que ha encontrado en España un fuerte punto de apoyo. Una persecución con guante blanco, de manera que no se note y nadie pueda reaccionar. Pero en esta situación Dios quiere sacar bienes para nosotros, Dios quiere forjar grandes santos, si tenemos fe.

Se acusa a la Iglesia de trasnochada. Se la presenta como una institución obsoleta y pasada de moda, que sólo pretende mantener privilegios del pasado. Se rechaza frontalmente toda moral que venga dada al hombre o por su naturaleza humana o por la revelación de Dios. "Aquí no hay más ley ni más moral que la del Parlamento", me decía un alto cargo político. "Será para Vd., que vive de eso. Yo vivo de la ley de Dios", le respondí. "Y hay que obedecer a Dios antes que a los hombres", como declaró san Pedro ante los tribunales (Hech 5,29).

Tiempos recios, que nos invitan a reforzar nuestra fe, acercándonos más a Dios, y a demostrar esa fe en un testimonio de amor a los demás. En esta barca tan zarandeada por las olas, va Jesucristo con nosotros, que nos invita a echar de nuevo las redes y a no perder la confianza en su victoria. La Iglesia no tiene que imitar las formas del mundo para cumplir su misión, sino sacar de su entraña los mejores jugos maternales con los que alimentar al hombre de hoy, sediento de verdad y de justicia. Estos tiempos recios nos llevarán a una mayor autenticidad de nuestra fe.

Si no estamos dispuestos a perder nada, lo perderemos todo. Sólo sacaremos provecho de todo esto si estamos dispuestos al martirio, "a derramar nuestra sangre en la lucha contra el pecado" (Hbr 12,4). El cristianismo se ha difundido siempre con la valentía y la fortaleza de los mártires. Los mártires anuncian con fuego la verdad que nos salva, y están dispuestos a morir amando. El mártir sabe que nada ni nadie podrán separarnos del amor de Dios. Y eso es lo que siempre ha convencido.

Con mi afecto y bendición:

+ Demetrio Fernández
Obispo de Tarazona

16 comentarios

  
Hermenegildo
Totalmente de acuerdo con el Sr. Obispo, aunque creo que los tiempos actuales son incomparablemente más recios que los de Santa Teresa. La España de Santa Teresa era católica.
30/03/07 12:10 PM
  
endesacuerdo
Vivimos tiempos recios, sí, pero no son tan malos como algunos los pintan. Dios nos ha dado este tiempo también para disfrutar de él, para amarlo y para transformarlo. Estoy cansado de los análisis que siempre ven lo malo de todo y que no buscan más que dónde está la grieta. Las noticias, no son todas malas, y mucho menos cada vez peores. Creo que una visión más positiva de la realidad, más misericordiosa, es algo que falta a algunos obispos españoles, como a este. Estoy de acuerdo en casi todo el análisis, pero no en el punto de partida (la epistemología antievangélica episcopal). La botella siempre se puede ver medio llena o medio vacía. ...
30/03/07 12:27 PM
  
endesacuerdo
sss (sigo). Creo que en el análisis de la situación falta un "mea culpa" eclesial y "episcopal". Ahora, se nos llama a la "reconquista" a los católicos españoles (no me gusta la expresión, pero entiéndase...) y los obispos quieren contar con el pueblo para ello. No está mal que lo hagan, pero que lo hagan siempre. No vale ser capitán araña. Los obispos tienen una responsabilidad especial y quisiera llamarles la atención sobre su quehacer y la imagen pública que proyectan (vamos, que se miren un poco a sí mismos). Esto, evidentemente, no vale para todos los obispos. Hay matices, como en todo, incluso en esos análisis de profetas de calamidades.
30/03/07 12:42 PM
  
nachet
Enhorabuena, don Demetrio. Adelante, usted y todos los obispos de España. No escuchen los cantos de sirena que les aconsejan ponerse de perfil y no hablar alto para evitar incomodidades propias y ajenas, no moletsar al poder. No hagan caso a los que les quieren aletargados. Esos están en connivencia con sus enemigos.
En estos momento la Iglesia peregrina en España necesita obispos proféticos. Más que nunca.
Adelante.
30/03/07 12:50 PM
  
Carmen Bellver
¿Luis Fernando, no se ha pasado un poco el obispo con lo del martirio?.
Que hay una gran secularización de la sociedad, sí; que debemos manifestar bien alto nuestra fe, si; pero prepararnos para el martirio es exagerar.No hay ningún partido que le interese ir abiertamente contra la Iglesia.
30/03/07 1:27 PM
  
Ester
Carmen Bellver:
A todo llegaremos al paso que vamos..., no sé si sabes que en Toledo hace poco pegaron una paliza a un sacerdote tras cruzar una esquina mientras se dirigía al seminario, que le costó estar en el hospital varios días, y no es el primero al que le sucede...
30/03/07 3:06 PM
  
Montaraz
"Sólo sacaremos provecho de todo esto si estamos dispuestos al martirio" Reconozco que me ha emocionado. Estoy de acuerdo. Tal vez no nos llegue el martirio de la sangre, pero sí otras formas de martirio. Pero llegado el caso, como los mártires del norte de África ¿moriríamos por la eucaristía? Sine domenica non possumus.
Llegado el caso ¿testimomiaríamos con la vida nuestra fe? ¿Soportaremos los pequeños y constantes martirios que se nos avecinan?
30/03/07 4:19 PM
  
Nemo
El martirio no tiene por qué consistir necesariamente en entregar la vida en un solo acto. Quizá el Obispo se esté refiriendo al martirio como "testimonio" diario, sin miedos ni complejos, en un trabajo largo y penoso, día a día. En este segundo sentido, el "martirio" es, probablemente, más difícil de prestar que en el primero.
30/03/07 4:41 PM
  
Hermenegildo
Luis Fernando: esta carta no es la misma que ha colgado Pacopepe en su blog.
30/03/07 7:35 PM
  
Luis Fernando
Ya, pero como él no dio todos los datos de la carta a la que se refería, yo me pensé que era esta. En cualquier caso, esta es muy buena así que aquí se queda, je je.
30/03/07 8:00 PM
  
Joaquín Martínez
La estrategia de la provocación, la desesperación camuflada de fe, el odio pintado de amor.
Qué abismo con Teresa de Jesús. "Tiempos recios" los que nos darías si tuvieras más poder.
Jesús de Nazaret no andaba escupiendo a quienes llamamos pecadores.
Un poquito de pensamiento en medio de tanta propaganda.
Aún están a tiempo. Luego será el rechinar de dientes, o sea: TU CONCIENCIA, amigo hipócrita.
30/03/07 11:41 PM
  
Luis Fernando
¿A quién llamas hipócrita, Joaquín?
30/03/07 11:48 PM
  
Luis Fernando
Carmen, no, no se ha pasado con lo del martirio. No creo que estemos todavía ante la tesitura de tener que llegar a derramar nuestra sangre, pero sí te digo que hoy no lo veo imposible.
30/03/07 11:52 PM
  
gabi
Invado este blog para resarcirme del borrado que el día 30 me hace Carmen, la de Diálogo con fronteras. Hablando de la mala educación que reciben nuestros jóvenes, yo opinaba que negar el sacerdocio femenino es maleducar. Que hay mujeres más formadas que muchos sacerdotes, y sacerdotes que presumen de sus atributos masculinos. Dice borrarme por ser improcedente
31/03/07 1:34 PM
  
Montaraz
Carmen, si ese era el comentario que le borraste a Gabi, efectivamente era improcedente. Me parece muy bien que limites los cometarios al tema tratado, aunque sea de un modo flexible.
Sobre los tiempos recios, cualquier época han sido tiempos recios para el que se ha decidido por Cristo en su vida. La nuestra tiene sus peculiaridades, la más dolorosa esta apostasía silenciosa. Confiemos en el Señor, preparémonos para dar testimonio (martirio) de nuestra fe. ALguien recogerá los frutos, tal vez en el futuro.
31/03/07 4:43 PM
  
nachet
lo peor de Gabi no es que odie a la Iglesia, lo peor es que es ignorante.
01/04/07 12:10 PM

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