Os arrepentís porque estáis mal de la cabeza
Si alguien quiere saber de verdad qué modelo de sociedad desea el PSOE para toda España, sólo tiene que echarle un vistazo a Andalucía. Gracias a la voluntad mayoritaria de los andaluces que, inasequibles al desaliento, apoyan a los socialistas elección tras elección, el resto de los españoles sabemos lo que nos espera si el zapaterismo se prolonga durante 3 ó 4 legislaturas más. Algo que resulta mucho más probable de lo que pueda pensar el PP de Rajoy.
Fue en Andalucía donde se promovió por primera vez la investigación con células embrionarias procedentes de los óvulos fecundados de las clínicas de inseminación artificial. Es en Andalucía donde se han utilizado métodos soviéticos para asustar a los padres y alumnos que osaron objetar a la EpC. Es en Andalucía donde se han abierto ya las puertas a la eutanasia, bajo el disfraz de cuidados paliativos para enfermos terminales. Es en Andalucía donde los socialistas equiparan el Día del Orgullo Gay a la Semana Santa. Y es en Andalucía donde, desde ya mismo, al aborto se le considera como un “alivio” y se trata a las mujeres que se arrepienten de haber abortado como si fueran bichos raros con problemas psicológicos previos.
Con esta actitud del gobierno andaluz queda de manifiesto que los socialistas mienten cuando dicen que el aborto es un “drama". Si es un “alivio” no puede ser un drama. Es decir, el aborto les mola, les pone, les va, les priva. Tanto es así que se burlan de aquellas mujeres que, conscientes de que han matado a su hijo, tienen problemas de conciencia tras abortar. O sea, primero las animan a abortar, luego les ponen los medios para que lo hagan y si después sufren el síndrome post-aborto, las quieren convencer de que la causa de su depresión está en su psiquis previa al aborto.
Pero por más panfletos que publiquen, la realidad es la que es. Cuando una mujer va a una clínica abortiva sabe que no le van a extirpar un tumor ni a hacer una operación de cirujía estética. Sabe que van a matar al ser vivo que se está desarrollando en su seno. Por tanto, quienes de verdad tienen un problema psicológico de primer orden no son las mujeres que luego sufren pesadillas por realizar un acto tan infame. Las “enfermas” son las que tras haberse desecho de sus hijos viven como si no pasara nada. A las primeras la Iglesia les ofrece el perdón y la misericordia de Dios si es que se arrepienten de verdad. De las segundas sólo queda la esperanza de que algún día antes de su muerte lleguen a ser conscientes de la barbaridad que cometieron y puedan igualmente arrepentirse. De lo contrario, el infierno es su más que seguro destino. Y allá no habrá ningún gobierno socialista que pueda aliviar su sufrimiento.
Luis Fernando Pérez Bustamante