La Iglesia soñada
Hablo de la Iglesia soñada por muchos -no por mí, evidentemente-. Una Iglesia donde la moral sexual sea respetuosa con las opciones personales y no se condene la homosexualidad, la poligamia, la poliandria, etc. Una Iglesia que regale condones a la salida de cada celebración comunitaria, en especial a los jóvenes y a las parejas con dificultades económicas. Una Iglesia donde la liturgia sea modificada en base a los gustos de cada comunidad parroquial y no esté aprisionada por normas arcaicas. Una Iglesia donde no haya discriminación entre hombres y mujeres, de tal manera que éstas puedan acceder al sacerdocio, el episcopado y, ¿por qué no?, también al papado.
Una Iglesia donde el dogma pase a ser proscrito, pues impide la libertad de conciencia al obligar a todos a aceptarlo para ser miembros de la comunidad. Una Iglesia donde el Código de Derecho Canónico pase a ser una reliquia impía, recuerdo de un pasado de opresión. Una Iglesia que niegue la posibilidad de condenación eterna y se oponga a la existencia de un infierno que, sin duda, es contrario a la idea de un Dios bueno, misericordioso y guay. Una Iglesia consciente de que su libro sagrado, como el resto de libros sagrados, no deja de ser una colección de mitos moralizantes con cierto ropaje de verosimilitud histórica, que en todo caso no es testigo fiable de hechos históricos.
Una Iglesia donde sea cada vez más tenue la línea que separa a los laicos de los ministros ordenados, quienes desde luego deberían tener derecho a casarse, divorciarse y recasarse como el resto. Una Iglesia que no sea cerril ante el derecho de la mujer a decidir sobre lo que ocurre en su seno, a la manipulación de embriones humanos, a la aparición de nuevas formas legales de familia, a la laicidad en la educación.
Una Iglesia que no sea tan prepotente como para pretender ser la custodiadora de la verdad y que esté abierta a la idea de que casi todas las religiones son salvíficas. Una Iglesia donde sus miembros no tengan que pasar por el trauma del confesionario, pues además de que la idea del pecado está un tanto desfasada, siempre se puede acudir a confesiones comunitarias donde no haya necesidad de confesar las faltas personales. Una Iglesia que comprenda que sus misioneros deben de dedicarse sólo a atender las necesidades materiales y físicas de los más necesitados, pero sin hacer proselitismo en favor de la fe cristiana.
Una Iglesia que se dedique a defender a los pobres proponiendo políticas que todavía no han demostrado ser eficaces en país alguno, pero que sin duda lo serán porque así debe ser. Una Iglesia pacifista, en la cual desaparezca cualquier doctrina sobre la guerra justa. Una Iglesia que pida perdón por haber creído todo lo que creyó durante siglos……
…… Una Iglesia que deje de ser la Iglesia Santa, Católica, Apostólica y Romana.
Lutero tenía razón:
"Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el bautismo; el de más allá cree que hay otro mundo en el nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo no es Dios; otros dicen lo que se les antoja. No hay palurdo ni patán que no considere inspiración del cielo lo que no es más que sueño y alucinación suya."
Luis Fernando Pérez Bustamante.
39 comentarios
La cita muy buena.
Pues yo sueño en la Iglesia que engendra a personas como el Abbe Pierre, y no a lanza-condenas de internet, Luis Fernando. Sin ánimo de ofender, es la imagen que das a veces...
A tu pregunta respondo que en la Escritura se habla de una gran apostasía y sólo pueden apostatar los que previamente han creído. Con todo, no creo que estemos ante eso. Todo lo que ocurre es que estamos sufriendo todavía la digestión postconciliar, que ha resultado pesadísima.
Parasoñador, efectivamente yo soy muy malo, muy inquisidor, muy talibán y muy etc, etc. Nada que ver con el Abate Pierre ni con Santa Teresa de Calculta, que al menos era ortodoxa no como el francés.
Pero es que si algunos creen que en la Iglesia caben los que rechazan muchas de sus enseñanzas, digo yo que también cabemos los que denunciamos a los heterodoxos. Y si no cabemos, que vengan los pastores y nos lo digan. Que siempre habrá tiempo de hacer lo mismo desde "fuera".
Y no, no creo que a Cristo el Vaticano le pareciera el Templo de Jerusalén.
Entre disparate y disparate, tienes alguna idea "disparatada" que no estaría mal que colara.
Me ha parecido entenderte que si los pastores te dijeran que no hay sitio para los denunciantes de heterodoxias en la Iglesia, harías lo mismo desde fuera. Yo pensaba que dejarías de denunciar, al convertirte en heterodoxo tu mismo (o yo qué sé lo que has dicho ¿qué has dicho?)
1- Que "la liturgia no esté aprisionada por normas arcaicas."
2- Que "no haya discriminación entre hombres y mujeres, de tal manera que éstas puedan acceder al sacerdocio, el episcopado y, ¿por qué no?, también al papado."
3- "Una Iglesia donde sea cada vez más tenue la línea que separa a los laicos de los ministros ordenados, quienes desde luego deberían tener derecho a casarse,"
4- Una Iglesia en la que "se puede acudir a confesiones comunitarias donde no haya necesidad de confesar las faltas personas." (personales, supongo que querías decir)
5- "Una Iglesia que se dedique a defender a los pobres proponiendo políticas "
6- "Una Iglesia pacifista"
7- "Una Iglesia que pida perdón"
Y muchas otras cosas que dejo para mejor ocasión. Algunas de estas se cumplen en mayor o menor grado. Otras no. Pero yo quiero lo mejor para la Iglesia, por eso lo propongo.
Sólo me faltaba haberlo puesto como una encuesta en la que el análisis fuera:
- De acuerdo con todos: es usted sin duda miembro de la junta directiva de Somos Iglesia o entidades similares.
- De acuerdo con la mayoría: no se corte y acepte el resto para así ser el candidato perfecto para la junta directiva de Somos Iglesia y/ o cía
- De acuerdo con unos pocos: Léase los argumentos de Küng, Tamayo y cía, y luego decida hacia dónde quiere ir.
- En desacuerdo con todos: es usted un inquisidor-talibán-carca-tridentino preconciliar. No tiene remedio.
Esas normas tienen un porqué, una significo teológico, espiritual, cristiano. Son el fruto de siglos de tradición auténtica.
No podemos reinventar la rueda y menos dotarla de aristas, porque de lo contrario, no rodará.
El concepto "arcaico" habría que analizarlo. De todas formas son normas que pueden evolucionar. De hecho han cambiado antes, y pueden seguir cambiando, si es necesario, luego no hay nada malo en plantearlo.
Tengo que irme, pero aquí hay materia para varios días de "charla amistosa"
Efectivamente la liturgia ha sufrido reformas (a veces lo de sufrido es bastante literal), pero lo esencial de la misma es hoy igual que hace veinte siglos. Y lo que no puede ser es que cada comunidad parroquial o "grupo eclesial" se monte sus propias normas. Por eso mismo el Papa pidió a los kikos que corrigieran aquellas particularidades de sus misas que no son adecuadas.
Sofía: el celibato sacerdotal, la ordenación de varones, la confesión individual, la caridad entendida como actitud personal y comunitaria y no como política... tienen unas razones teológicas profundas y con mucho sentido. Antes de querer cambiarlas al albur de la moda actual, hay que tratar de conocerlas y comprenderlas. Recuerda que lo que no está de moda es lo único que no pasa de moda.
Pero más que la ortodoxia me preocupa el Espíritu que en tu caso Luis Fernando siempre sopla sobre papel escrito. No ha sido así en tiempos recios, cuando Teresa de Jesús, cuando Francisco de Asís, etc...
Al parecer ellos no eran muy ortodoxos y les costó lo suyo llevar adelante sus propuestas. Eso me asusta en vosotros, porque muy bien se pudiera ahogar el Espíritu con tanto ritual estricto.
Por lo demás te agradezco la referencia al post de Guillermo, siempre tan lúcido
Soberbia por pretender que las cavilaciones de cada cual pueden ser opuestas así como así a toda la Tradición Católica (que es dogma de fe, por cierto,por si a alguno se le había olvidado).
Comodidad que se observa en tanto afán por negociar la fe y la moral con el mundo, en rehuír el choque con el nuevo paganismo, en usar sofisticadas reflexiones teológicas (meramente humanas) para eliminar los aspectos de la fe y la moral que nos resultan difíciles de sobrellevar.
Por otra parte, ni Santa Teresa de Jesús ni San Francisco de Asís osaron jamás ni cuestionar la fe ni la autoridad de la Iglesia.
HUMANISMO SIN CREDOS.
La Iglesia no es tan santa en algunos aspectos: ha construido templos fastuosos para evangelizar a los pobres, cuando convenía antes prescindir de la "fastuosidad" para hacer más caridad....ect...ect...
Seria muy largo pero la lección ya la sabemos de sobra.
Pero cuando más nos acercamos a Cristo, más reconocemos que es verdaderamente santa, inmaculada, y la verdad no la tenemos en nosotros mismos, sino que es de Dios, y entra en todos los corazones bien dispuestos.
Que la Iglesia es santa es doctrinal. Pero es el Espíritu Santo quien enseña, y de Él aprendemos todos los que queremos aprender.
La ventaja del creyente auténtico es aceptar lo que enseña la Iglesia. ¿Nuestras opiniones personales son algo? Si no tiene relación con la fidelidad a la Santa Iglesia Católica, nuestras opiniones es menos que el humo que se disuelve en el aire. Aprendamos a conocer y comprender a la Iglesia Católica, defendámosla porque es Madre y Maestra para todos quien abre su corazón a Dios.
El Estado Español por ejemplo, cuando alguien no puede pagar alguna deuda, se le llega a deshauciar, y el banco se queda con sus pertenencias, el Estado Español acumula para sí mismo. Mientras que la Iglesia Católica, siempre sale en defensa de los desvalidos, de los enfermos, de los pobres, aunque no sean creyentes, siempre quiere lo mejor para cada persona.
Los no creyentes que se beneficia de la Iglesia Católica, algunos se vuelven generosos, y ya no ven con "antipatía" a la Iglesia Católica, que es la más importante bienechora de toda la humanidad.
Lo que nos hace verdaderamente humanos es el amor a la Iglesia Católica, porque en ella encontramos a Dios.
Esa es la realidad de lo que pretenden tantos eclesiásticos. Esa, y no otra, dura realidad.
Pervertir el dogma, al magisterio darle garrote y la liturgia como encuentro.
iglesia (en minúsculas) al aire de los tiempos, a su socaire más bien.
Y todos tan contentos, por la pendiente abajo saltando y cantando, que angosta es la puerta que quieren dejar atrás.
si, si...liturgia tipo supermercado, cojo esto de aquí, esto de allá, esto me gusta, esto no me gusta...pero esto que és??
En un telegrama, dirigido al cardenal Jean-Pierre Ricard, arzobispo de Burdeos y presidente de la Conferencia Episcopal, el Santo Padre «da gracias por su actividad en favor de los más pobres, mediante la cual ha dado testimonio de la caridad que procede de Cristo». El mensaje pontificio «confía a la misericordia divina y pide al Señor que acoja en la paz de su reino a este sacerdote que luchó toda su vida contra la miseria». El Papa «envía de todo corazón la bendición apostólica» «a la familia del difunto, a los miembros de las comunidades de Emaús y a todas las personas reunidas para la ceremonia de despedida».
Luis Fernando: ¿También Benedicto XVI es heterodoxo y se equivoca...?
Me alegro de la noticia:¡Bien por B16!
Ester,
debes estar confundida: yo no he dicho nada de eso
¿De verdad usted piensa que yo estoy en contra de la labor caritativa de ese hombre? ¿de verdad cree que a mí me molesta que uno vaya a los pobres a ayudarles?
¡Sólo faltaba!
Dice la Escritura que el amor cubrirá multitud de pecados. Y dijo San Juan de la Cruz que al final de la vida nos examinarán del amor.
Otra cosa es que yo crea que la heterodoxia no se puede justificar nunca. Ni aun siendo el mayor benefactor de los pobres del mundo. Pero en la muerte de ese hombre de paz conviene fijarse en el mucho bien que ha hecho. Lo que de malo pudiera tener, es cosa que Dios sabe perdonar.
"la heterodoxia no se puede justificar nunca. Ni aun siendo el mayor benefactor de los pobres del mundo"
¿Por qué? Si, como has recordado, nos examinarán de amor.
Tú has creído distintas cosas, ¿acaso no era de buena fe? Seguramente tus creencias protestantes te hicieron ser mejor que si no tuvieras fe. Probablemente lo único malo que hacías era dedicarte a acusar a los católicos de traidores a la verdadera fe. Yo no te entiendo mucho, porque a través de mis diferentes creencias, siempre he combinado mis convicciones firmes con un respeto a las ideas del que no piensa igual (no porque a mí me dé igual una cosa que otra, sino porque no tengo derecho a coaccionar a nadie)
Eso no está reñido con dialogar e intentar transmitir lo que yo pienso que es verdad.
Las parroquias hacen un servicio importantísimo, tanto espiritual como social, en los pueblos y barrios donde existen, mucho mayor que la mayoría de los locales supuestamente públicos.
Yo propongo a humanismo sin credos que se vendan los locales masónicos para hacer "un Centro Cívico, un Club Social, un Centro Cultural, un Centro Polivalente". ¿Que os parece?
A fin de cuentas, cualquiera puede entrar en una iglesia para ver lo que se hace y dice allí, y palpar los servicios que ofrece a todo el mundo, mientras las logias masónicas son clubs cerrados y egoístas donde para entrar hay que ser invitado y pasar por una serie de extraños rituales.
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