La Alta Crítica, hija del liberalismo teológico
La Alta Crítica, hija del liberalismo teológico, aceptada acríticamente por el mundo erudito católico.
Para que nadie se llame a engaño, aclaro desde ya que lo que vais a leer no es sólo cosecha mía. He usado el libro “Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento” del protestante Gleason L. Archer (Edicciones Portavoz Evangélico). Concretamente la edición revisada de 1987. La razón de utilizar el texto de Archer es bien sencilla: hay autores católicos que tratan este asunto pero en inglés y claro, no es plan de que os copie un tocho de texto en ese idioma
Alta Crítica. Un poco de historia.
La paternidad literaria de Moisés sobre el Pentateuco (5 primeros libros de la Biblia) no fue discutida prácticamente por nadie en todo el mundo hasta el siglo XVIII con el surgimiento de la filosofía deísta. Anteriormente sólo un judío panteísta llamado Benedicto Spinoza había sugerido en 1670 que la redacción final de la Torah había sido realizada por Esdrás pero nadie le hizo caso. Esta unanimidad iba a ser transformada en un desmadre de teorías más o menos bien elaboradas que venían a coincidir en una cosa: el Pentateuco es la compilación de diversos textos que fueron elaborados por diferentes autores a lo largo de 5 siglos mucho tiempo después de Moisés.
Todo comenzó cuando un médico francés, Jean Astruc, reparó en que en el primer capítulo del Génesis a Dios se le mencionaba solamente como elohim mientras que en el segundo era llamado principalmente Jehová. Astruc sugirió en 1753 que Moisés estaba citando a dos autores anteriores a él siendo que uno conocía Dios como elohim y otro como Jehová. En un primer momento las tesis del médico francés metido a crítico literario no tuvieron mucho éxito pero pronto el mundo “erudito” de la época se dio cuenta de que habían encontrado una mina de oro para regodearse en sus elucubraciones pesudocientíficas. No en vano por aquel entonces esos eruditos estaban enfrascados en la tarea de diseccionar la epopeya de Homero en diferentes fuentes y por lo que se ve decidieron aplicar a la Biblia las mismas técnicas descuartizadoras. El caso es que la hipótesis documental empezó a fundamentarse en la utilización de diferentes nombres divinos. Así tenemos que Johan Gottfried Eichhorn en las diversas ediciones de su Einleitung (1780-1783) dividió todo el libro del Génesis y los dos primeros capítulos del Éxodo en dos secciones a las que llamó Jahvista (J) y Elohista (E). Sugirió al principio que el propio Moisés se había encargado de editar y compilar los llamados relatos paralelos (creación, diluvio, etc) pero finalmente acabó aceptando que no sólo el Génesis sino todo el Pentateuco estaba dividido entre J y E y que Moisés no participó en la compilación final.
La fiesta había comenzado pero estaba sólo en sus inicios. En el 1792 el sacerdote católico Alexander Geddes sostuvo que la Torah fue compuesta en la era salomónica partiendo de varios fragmentos separados algunos de los cuales decía que eran incluso tan antiguos como Moisés o más (conmovedor el escocés Geddes).
Wihelm M.L.De Wette sostuvo en dos libros suyos (escritos en 1805-6) que nada del Pentateuco fue escrito antes de la época del rey David. De Wette sostenía que el Deuteronomio era el libro de la ley que halló Hilcías en el templo de Jerusalén en la época de la reforma de Josías (2 Reyes 22). También afirmaba que la composición de ese libro había sido una confabulación del rey y la clase sacerdotal (Hilcías era el sumo sacerdote) para conseguir evitar que se adorase y sacrificase a Jehová fuera de Jerusalén, lo cual garantizaría la monopolización por parte de la realeza y del sacerdocio de la ciudad santa de todos los ingresos económicos procedentes de los judíos que necesariamente tenían que acercarse a Jerusalén. Así que según Wette Deuteronomio fue fruto de una hábil treta del rey Josías que se sacó de la manga ese librito para someter a sus súbditos. Por lo que se ve, Wette debía creer que los judíos eran tan subnormales o idiotas como para aceptar que un rey, de la noche a la mañana, apareciera con el libro de la Ley en la mano que nadie antes había visto ni leído. El caso es que ya no sólo teníamos J y E sino también D (de Deuteronomio) como fuentes del Pentateuco. Al cabo del tiempo, un tal Johann Vater (1892) se enamoró en parte de la teoría de Geddes y dividió el Génesis en no menos de 39 fragmentos, lo cual llevaba a la partición de E en diversos elementos. Además dijo que aunque algunos de esos fragmentos eran de la época de Moisés, la edición final de todos no se produjo hasta la época del exilio babilónico (583-538 a JC). De Wette, como ya he dicho, era más pesimista respecto a la antiguedad de las primeras fuentes. Además sostuvo que nada de la legislación del Pentateuco podía ser encontrada en Jueces, Samuel y Reyes y que por tanto esa legislación fue originada en la monarquía judía. Supongo que algunos podéis pensar que Wette habría bebido mucho el día que sostuvo tal cosa pero no tengo pruebas para afirmarlo con rotundidad. En las décadas siguientes la discusión dentro del campo de los “eruditos” pro-diversidad de fuentes se alargó entre los que creían que Moisés fue realmente autor de parte del Pentateuco (incluso Franz Delitzsch sostuvo que el texto que no era propiamente mosaico tenía un origen en tradición oral tan antigua como el propio Moisés) y entre los que creían que todo era fruto de una redacción posterior. Prácticamente cada erudito tenía su propia teoría de cómo había sido escrito todo, así que no creo necesario exponer lo que pensaba cada uno de ellos.
No penséis que nadie se oponía a toda esta gente. Personas como Wilhelm Hengstenberg, Friedrich Keil, Joseph y William Henry Green sometieron a los eruditos de la escuela documental a una crítica devastadora que, curiosamente, nunca fue refutada efizcazmente por los liberales. Y si alguien sabe de alguno de estos que supiera defenderse bien, por favor, que nos lo diga.
Aunque Karl David Ilgen de Jena decidió en 1798 que el Génesis estaba dividido en 17 parte escritas por dos autores Elohistas (E1 y E2) y un Jehovista (J) no fue hasta 1853 cuando gracias a la obra de Hermann Hupfeld Die Quellen der Genesis (Las fuentes del Génesis) la teoría de la división de E en dos -E1 y E2- alcanzó fama. Posteriormente E2 pasó a llamarse P (origen sacerdotal. La P viene de “priester” que es sacerdote en alemán). El orden que Hupfeld dio a los diversos documentos fue el siguiente: PEJD. Ahora os voy a resumir brevemente las diversas teorías que otros eruditos liberales tenían sobre el orden cronológico en que fueron escritas las diversas fuentes.
Karl Heinrich Graf sostuvo que P (antiguo E2), a su vez, estaba dividido en una parte histórica y otra legal. El orden propuesto por Graf fue: P-histórico-,E, J, D, P-legal.
Abraham Kuenen dijo que Graf no tenía razón al separar P en dos partes pero cambió el orden de los documentos y los dejó así: J, E, D y P. Abraham además creía que la más antigua porción de P se originó a finales del siglo VI a C o primeros del V, es decir, mil añitos después de la muerte de Moisés. Pero vosotros ya sabéis eso de que un día es como mil años y viceversa, ¿verdad?.
Poco después de los escritos de esta gente aparece el personaje que iba a convertirse en el líder de toda la pandilla de teólogos y críticos liberales: Julius Wellhausen.
Sus dos obras principales fueron Die Komposition des Hexateuchs (Composición del Hexateuco), año 1876 y Prolegomena zur Geschichte Israels (Introducción a la historia de Israel), año 1878. Wellhausen apoyó el orden JEPD utilizando bases evolutivas, es decir, mantenía que la religión judía había evolucionado desde una primera fase animista y politeísta hacia el monoteísmo. Dado que por aquel entonces causaban furor tanto las teorías sobre la evolución de Darwin como la filosofía hegeliana se entiende fácilmente que las elucubraciones de Wellhausen fueron acogidas con un entusiasmo tremendo por casi todo el estamento científico del planeta. Si Darwin mantenía una evolución en lo material, ¿porqué no creer en una evolución del fenómeno religioso? Como véis, el razonamiento tenía una lógica interna aplastante, muy propia de las tautologías (razonamientos en círculos). Bueno sería recordar ahora que precisamente Darwin partía de unos presupuestos filosóficos a la hora de escribir su Origin of Species y que aunque en un principio su libro fue ignorado por la comunidad científica de su tiempo, acabó encontrando la aceptación, entre otros, de aquellos que estaban buscando la forma de minar la teoría política de que las monarquías se debían mantener por ser de elección divina. Si no había creación divina entonces la Biblia empezaba con un mito y no se la podía utilizar para apoyar ningún régimen monárquico. A algunos nos parecerán pueriles esos razonamientos tanto de unos (para apoyar el inmovilismo) como de otros (para anular la base principal de los inmovilistas) pero ya sabéis eso de que en política vale todo.
El caso es que la hipótesis o teoría documental alcanzó con Wellhausen sus mayores éxitos…. en su época. Lástima que en el siglo XX no quede absolutamente ningún teólogo o erudito liberal (sobre todo en Europa) que crea en esa teoría tal como la expuso Wellhausen. Es decir, aunque en este siglo los liberales no se han apeado de lo absurdo de las pretensiones de las que partió el propio Wellhausen, lo que sí han hecho es dejar a Julius y su teoría como una pieza de museo que tiene mucho más un valor simbólico que real.
Resumiento. He acá la descripción de los cuatro documentos de la Hipótesis Documental. Las fechas de composición son las sugeridas por Samuel R. Driver en 1891:
-J, escrito alrededor del año 850 a JC por un autor desconocido (¿quizás el mago Merlín?) en Judá, Reino del Sur. Este documento describe a Dios en términos antropomórficos y ponía énfasis en las reflexiones éticas y teológica en vez de en los sacrificios y rituales.
-E, escrito alrededor del año 750 a JC por otro escritor desconocido (¿quizás el Rey Arturo?) del Reino de Israel del Norte. Más objetivo en la narración de hechos concretos que J y más preocupado por el ritual y el culto. Además muestra una relación de Dios con el hombre a través de sueños y visiones en vez de representarlo antropomórficamente como por ejemplo la visita de Jehová a Abraham antes de lo de Sodoma y Gomorra (J)
Ambos documentos fueron reunidos en uno solo por otro autor desconocido (¿quizás Lancelot?) cerca del año 650 a JC.
-D, compuesto a las órdenes del sumo sacerdote Hilcías animado entusiásticamente por el rey Josías y bajo la influencia profética de Jeremías. Fecha: 621 a JC
-P, compuesto en varias estapas que empezaron con Ezequiel y su código de santidad (Levítico 17-26) -alrededor de 570 a JC-, a Esdras, el cual añadió las últimas secciones sacerdotales.
Resumen del desarrollo dialéctico de la Hipótesis Documental.
1- Astruc sostuvo que diferentes nombres divinos indican distintas fuentes, división J y E. Eichhorn ahondó en esta tesis.
2- De Wette definió a D como una elaboración de la época de Josías.
3- Hupfeld dividió E en dos: E1, conocido como P y E2 (parecido a J). El orden según él fue PEJD.
4- Graf divide P en dos: P1, porciones legales, y P2, porciones históricas. Su orden fue: P1, EJD, P2.
5- Kuenen dijo que Graf no tenía razón y que P era un solo documento. Dejó el orden en el clásico JEDP.
6- Wellhausen se encargó canonizar y llevar a los altares de la fe evolucionista y hegeliana el teorema JEPD.
Recapitulemos. Resulta que diferentes nombres divinos indican diferentes autores (Astruc, Eichhorn) pero luego la cosa no es exactamente así porque con un mismo nombre divino tenemos varios autores (Hupfeld). Y resulta también que el documento elohista P (E1) al ser el que más se diferencia en la temática de J tiene que ser el más antiguo (el uso de Jehová en el tiempo es posterior al uso de Elohim) pero tampoco eso está bien porque entonces no encaja con la teoría evolucionista de la religión judía y por tanto J es anterior a P(E1). O sea, J es más antiguo que E (todos los críticos hasta Graf) pero no, no, no, E es más antiguo que J (Kuenen, Wellhausen and cía.)…..
¡¡¡ Viva la Alta Crítica !!!
Sólo he tratado el asunto del Pentateuco, pero con el resto de la Escritura, especialmente el Antiguo Testamento, asistimos al mismo desmadre. Tengo la certeza de que si al Quijote se aplicaran los mismos criterios “científicos” de la Alta Crítica que se aplican a los textos bíblicos, resultaría que Cervantes habría escrito a lo sumo un par de capítulos, mientras que el resto de la obra sería de la autoría de al menos tres o cuatro negros. Pero nada, oye, eso es lo que se enseña a la mayoría de los seminaristas católicos en el mundo, sin ofrecerles la posibilidad de estudiar las tesis tradicionales. Así da gusto.
Luis Fernando Pérez Bustamante
38 comentarios
Aunque tu peña no lo notará.
Ya te lo dije, que estudies y te pongas al día, que ser inculto (en materia bíblica y teológica) no te da patente de corso para escribir lo que quieras.
¡Un poco más de nivel y de seriedad!
Respecto a mi opinión sobre lo que implican los datos, es la que tengo.
No entiendo a dónde quieres ir a parar.
No creo que para ti pueda ser importante el hecho de que el Pentateuco no lo escribiera Moisés.
Respecto a la historia redaccional, yo no conozco a los autores que citas, ni sé hasta qué punto acertaron en algo o sus hipótesis eran absurdas. Sólo conozco lo que aceptan casi todos los estudiosos de la Biblia, porque está bien fundamentado: que existían cuatro tradiciones que se funden en un solo volumen en cinco tomos. En la base de todo está la personalidad de Moisés y los acontecimientos del Éxodo, pero se construyeron en diferentes etapas 4 documentos que se refundieron más tarde. Charpentier lo explica bien.
De todas formas, nosotros nunca hemos dicho que el Pentateuco se lo dictó Dios a Moisés: no hay que confundirse con otras escrituras, de otras religiones, que afirman este tipo de cosas.
Tengo mucho trabajo y no puedo quedarme de charla, aunque me gustaría. Me alegro de que no seas dogmático en este asunto redaccional. No sé hasta qué punto se habrán dicho disparates, pero a mí nadie me ha enseñado ninguna cosa rara: he buscado informacion bíblica y la he encontrado (católica y superortodoxa) No destripan la Escritura, sino que la explican. Gracias a ellos las contradicciones aparentes se comprenden. Las Pontificia Comisión Bíblica está en contra de una lectura literalista de la Biblia. En realidad la lectura fundamentalista, según ellos, tuvo su origen en la Reforma. El estudio redaccional y de géneros es del mismo tipo que se aplica a toda obra literaria antigua, y eso no destruye el contenido de la fe, sino que ayuda a creer, porque explica mejor las cosas.
Te deseo una buena semana.
De todas formas, conviene leerse estos artículos del Catecismo:
115 Según una antigua tradición, se pueden distinguir dos sentidos de la Escritura: el sentido literal y el sentido espiritual; este último se subdivide en sentido alegórico, moral y anagógico. La concordancia profunda de los cuatro sentidos asegura toda su riqueza a la lectura viva de la Escritura en la Iglesia.
116 El sentido literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación. "Omnes sensus (sc. sacrae Scripturae) fundentur super litteralem" (S. Tomás de Aquino., s.th. 1,1,10, ad 1) Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.
¿Revelación escrita por Dios?
¿También el Nuevo Testamento?
Cielo santo, qué cosas hay que leer a estas alturas de la crítica textual y de la historia.
"La lectura fundamentalista parte del principio de que, siendo la Biblia Palabra de Dios inspirada y exenta de error, debe ser leída e interpretada literalmente en todos sus detalles. Por "interpretación literal" entiende una interpretación primaria, literalista, es decir, que excluye todo esfuerzo de compreensión de la Biblia que tenga en cuenta su crecimiento histórico y su desarrollo. Se opone, pues, al empleo del método histórico-crítico, así como a todo otro método científico para la interpretación de la Escritura...tiende a tratar el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu, y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una fraseología condicionadas por tal o cual época.
Tengo que seguir corrigiendo.
¿Os queda fe después de destripar todo lo que destripáis?.Este pistolero de la biblia y los dogmas y las reformas y contrareformas, tiene mucho tiempo libre
Si estudiaras un poquito más de filología, sabrías que Homero tiene la misma técnica de análisis, con resultados controvertidos, obviamente, que son la base de la crítica filológica moderna. También para estos textos hablamos de autores desconocidos, de modo que el chistecito del Rey Arturo y Lancelot, tiene más bien poca gracia. La ciencia llega a donde puede llegar. Los textos bíblicos son textos y, como tales, se les pueden aplicar exégesis propias de cualquier texto en el que ha intervenido la transmisión oral. De modo que nada de lo que has expuesto es ajeno a cualquier otra tradición filológica de textos antiguos en los que ha intervenido una etapa considerable de transmisión oral.
Sofía, dos cosas:
1- La Comisión Bíblia pontificia, creada por León XIII, dejó de ser un órgano magisterial desde el año 1971. Es un órgano meramente consultivo. Lo que dicen puede ser más o menos interesante pero se puede disentir de ello.
2- Insisto en que no estoy hablando de cómo interpretar la Escritura.
Silveri, ese toro lo cogí por los cuernos cuando era protestante. Ahora le cedo la muleta y el estoque a cualquier otro.
Te había escrito un montón de explicaciones, pero se han perdido en un FORBIDDEN: ¿prohibido el acceso? Es lo que me pasó la otra vez. Supongo que son problemas técnicos. Bueno, no rechaces el método histórico-crítico, que la Iglesia no lo rechaza.
Tengo que dejarlo. Supongo que habrá que copiar las cosas para que no se pierdan con los accesos prohibidos.
Buenas noches.
Excelente síntesis de la alta crítica, crítica poco "crítica" con ella misma.
Que el artículo esté bien escrito, no significa que Luis Fernando tenga razón respecto al método histórico- crítico. Que no le dé la razón no significa que esté que trino. Yo respeto mucho las ideas de los demás. He alegado algunas razones de la pontificia comisión bíblica respecto a la actitud errónea de la literalidad fundamentalista "que excluye todo esfuerzo de comprensión de la Biblia que tenga en cuenta su crecimiento histórico y su desarrollo. Se opone, pues, al empleo del método histórico-crítico, así como a todo otro método científico"
LF alega que no hay obligación de estar de acuerdo con esta comisión. Vale, pero es lo más cercano a una postura oficial católica. También dice que él no está hablando de interpretación, pero sí lo está haciendo, al menos indirectamente, al considerar esencial la autoría de Moisés para interpretar la Escritura (¿en el mismo plan literalista que el Corán?)
Sigo un poco con la comisión Bíblica: "(La interpretación literali...
Yo creo que la PCB tiene razón. Estáis en vuestro derecho de pensar lo contrario, pero no de desaclificar a los que no piensen como vosotros.
Un saludo cordial
Me ha parecido intesante descubrir que hay personas que se oponen a la hipótesis más aceptada.
Y ya dejo el tema, porque no tengo más tiempo.
Postura oficial de la Iglesia
A principios del siglo XX, la Iglesia Católica quiso zanjar la discusión encomendando a sus teólogos el análisis y evaluación de los argumentos en pro y en contra de la autoría mosaica del Pentateuco.
La Comisión Bíblica así formada publicó sus conclusiones en 1906, las cuales dicen que, si bien queda margen para la duda, los argumentos contra Moisés no son convincentes. Por lo tanto, la postura oficial del catolicismo es que el Pentateuco es sustancialmente obra de Moisés.
Esta conclusión se apoya en la obvia e incontrovertible antigüedad de los textos de la colección, aunque nadie discute que el autor puede haberse servido de escribas y amanuenses, incluso de equipos completos de ellos, que muy bien pueden haber incluido textos de cosecha propia, quitado secciones o modificado muchas otras. A ello se agrega la casi certez...
De modo que hoy (2007), a pesar de que la impronta general de los cinco textos puede muy bien atribuirse a Moisés, parece muy probable que en el Pentateuco se han reunido varias fuentes mediatas que habrían aportado contenido a la esencial autoría mosaica.
Los expertos admiten en el Pentateuco cuatro fuentes o escuelas ("tradiciones") principales:
Tradición Yahvista, datada entre los siglos X adC y IX adC;
Tradición Elohista, hacia el siglo VIII adC;
Tradición Deuteronómica, en torno al siglo VII adC; y
Tradición Presbiterial, entre los siglos VI adC y V adC.
Si tengo tiempo, luego diré algo sobre lo de Josías.
En cualquier caso, el que un libro se escriba en un año, no quiere decir en absoluto que e...
Aunque no haya que deificar la historiografía todos los biblistas hoy día aceptan como lo más probable la hipótesis de las 4 tradiciones, con la figura de Moisés al fondo. Yo no veo la necesidad de rechazar el método histórico-crítico. Es normal que haya habido distintas teorías, y que se hayan desechado las que no explicaban bien la formación de los textos. En realidad no hay ningún problema.
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LF:
Pues no, mucho no lo espero.
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LF:
Gracias.
El título, “LA ALTA CRÍTICA, HIJA DEL LIBERALISMO TEOLÓGICO” no puede ser más sugestivo ni más acertado.
He podido comprobar que Ud. no se presta a la tiránica servidumbre de lo “Políticamente correcto”, que eso le importa poco o nada.
Admiro su valentía, le felicito y le doy las gracias.
M. León
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LF:
Cristo nos hizo libres, no siervos de ninguna tiranía.
Paz y bien.
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LF:
La alta crítica es basura liberal modernista nacida en el protestantismo liberal y asumida en su esencia por el mundo de la erudición bíblica católico desde bastante antes del CVII pero sobre todo a partir del CVII.
No es una cuestión de géneros literarios, que nadie ha negado nunca. Va mucho más allá.
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