¿Y qué tal si la siguiente Visita Apostólica es a las universidades católicas de EEUU?

Como informamos hoy en InfoCatólica, el próximo viernes concluye la primera fase de la Visita Apostólica que el cardenal Rodé ordenó que se hiciera a los institutos de mujeres religiosas de vida apostólica en Estados Unidos. Si no estoy mal informado, al mismo tiempo se lleva a cabo la evaluación doctrinal requerida por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

A falta de que la Visitadora Apostólica, madre Mary Clare Millea, nos informe en apostolicvisitation.org de cómo han ido las cosas en esta primera etapa, ya tenemos algunas quejas de los de siempre. El sacerdote Richard McBrien, profesor de teología en la universidad “católica” de Notre Dame, anda infeliz porque a las visitadoras que quieren colaborar con la madre Clare se les exige que hagan una profesión pública de la fe católica y un juramento de fidelidad a la Sede Apostólica. Ocurre que en esa profesión se ha de mostrar la disposición a aceptar TODO lo que enseñe el magisterio de la Iglesia, incluso aquello que no ha sido definido infaliblemente o de forma definitiva. O sea, al padre McBrien le molesta que a las visitadoras se les pida que declaren que son plenamente católicas. Y argumenta en su artículo que con unas visitadoras así, la Visita Apostólica estará ideológicamente escorada. No está claro si después de escribir semejante cosa se sentó más ancho que Pancho en su sofá, con una pierna mirando a Canadá y la otra a México, pero yo no lo descartaría.

¿Qué es exactamente lo que propone el profesor de teología en Notre Dame? ¿que algunas visitadoras fueran católicas al 80%? ¿que, por ejemplo, un tercio de ellas no hiciera caso de lo que enseña el punto 25 de la Lumen Gentium? ¿quiere alguna Forcades yankee enredando por ahí? Pues no. Las visitadoras han de ser lo que Roma quiere que sean, porque para eso es Roma quien ha ordenado la Visita. Y aunque Roma no puede indagar en el fuero interno de todas ellas, al menos les pide que hagan una profesión pública de la fe católica en su integridad. Vamos, que no quieren a monjas que miren con buenos ojos la disidencia doctrinal. Para eso no habrían ordenado una Visita. Se hubiera dejado todo en el actual estado, realmente penoso y con las religiosas divididas en dos organizaciones (o sea, algo así como dos CONFERs).

Digo yo que después de la que se montó con el empeño de la universidad católica de Notre Dame de conceder el honoris causa a Obama en contra de la oposición frontal del episcopado estadounidense, lo mejor que podrían hacer los profesores de dicha universidad es mantener un prudente silencio durante los próximos sopotocientos meses. Más que nada para que a Roma no se le acabe la paciencia y ordene una Visita Apostólica a todas las universidades católicas del país, de cara a analizar si algunas merecen seguir llevando el adjetivo de católicas o más bien hay que retirarlo. Esa sí que sería una Visita Apostólica “sustanciosa".

Luis Fernando Pérez Bustamante