El ciego necio y el sordo sabio
1ª Cor 2,14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Érase una vez un ciego necio que dedicó buena parte de su vida a negar la existencia de los colores. No sólo eso. En su estupidez, se pasaba las horas atacando especialmente a aquellos que decían vivir felices en lugares que se caracterizaban por poseer una belleza natural digna de contemplarse. Su actitud no era sino fruto del complejo que tenía por su incapacidad física. A tanto llegó su necedad que cuando le ofrecieron una cura a su ceguera, se negó a recibirla porque "es mentira que la gente vea". Era la encarnación viva del refrán "no hay peor ciego que el que no quiere ver".
Érase una vez un sordo sabio que, aunque no podía escuchar sonido alguno, gustaba de ir a conciertos y representaciones de ópera. Cuando le preguntaban porqué un sordo como él asistía a esos acontecimientos, su respuesta era siempre la misma: "En la ópera veo al actor que está detrás de cada tenor, de cada barítono, de cada soprano. Y en los conciertos consigo discernir si la pieza musical es buena y está bien tocada, cuando contemplo el efecto que crea en los rostros de la gente". Cuando se encontró la curación a su sordera, aquella persona vivió siempre como un regalo lo que para el resto era algo natural.
En todo lo relacionado con la vida espiritual y la fe cristiana, el mundo está lleno de ciegos y sordos, que ni ven ni pueden oir. Pero los hay necios y sabios. Tan irracional es el ciego que niega la existencia de colores y arremete contra el pintor de paisajes naturales, como el ateo que niega la existencia de Dios y se burla de la fe del creyente. En vez de mantener una actitud de "no lo veo o no lo entiendo, pero lo respeto y no lo combato", se dedica a escribir contra lo que ni ve ni entiende, mostrando de esa manera al mundo su complejo por no ver y no entender.
Aunque no abundan, también hay ciegos y sordos espirituales que saben apreciar los beneficios que la fe produce en el creyente. Ni ven la luz de Cristo ni oyen el sonido del aleteo de las alas el Espíritu, pero no se cierran a que sus ojos y oídos puedan ser abiertos. Es por eso que, indefectiblemente, antes o después llegará para ellos el día en que vean, oigan, crean y se gocen en ver, oír y creer. Y quién sabe si tú, lector que has aprendido a andar en la Luz del Señor y oyes la voz del Espíritu Santo en tu corazón, puedes llegar a ser instrumento para que los ciegos vean y los sordos oigan.
Luis Fernando Pérez Bustamante
25 comentarios
Bien sea por falta de respeto a los demás, bien por propia maldad, odio o resentimiento (si yo soy ciego, todos los demás han de serlo también), o porque les conviene que la sociedad esté cegada por ilusiones ópticas o ensordecida por el ruido, para manejarla mejor a su antojo, satisfaciendo su afán de poder y de dinero. Estos manipuladores son los que crean las ilusiones ópticas y el ruido ambiente.
Son como el perro del hortelano, que ni come. ni deja comer.
Título: "De corazón a corazón.A LFPB"
No me van a negar que lo que yo pienso tiene la misma validez que lo que ellos dicen...
Y así todo el artículo.
Llamas ciegos y necios y estúpidos a los que discrepan de lo que tú vives.
Y si eres tan buen cryeente como pareces ser, iluminado por la luz del Espíritu y todo eso... ¿por qué te dejas llevar por los insultos a quien no piensa como tú?
¿No te aprece que lo mismo se te podría decir a tí?
No creo que este post esté insultando a nadie. Ser ciego o sordo, puede ser una desgracia, pero nunca un insulto. Al ciego de la historia no se le llama necio porque no vea. Su necedad consiste en que él ataca e insulta a los que ven.
No discuto que la historia no pueda ser reversible. Pero en ese caso, la moraleja sería que todos deberíamos respetar a las demás personas, aunque su visión de la realidad sea diferente de la nuestra.
Que ese personaje, cuya especialidad es menospreciar toda creencia y a cualquier creyente, hable de agresión... es de risa.
Me ha llamado la atención el titular del artículo y he recordado que ayer, en "Humanismo", dejé una respuesta al comentario de LUISFER. Como no encontraba el "recibí", y leo hoy este encabezamiento, pues me dije, digo. ¡Ya está! Y efectivamente. La misma parábola. Reproduzco mi respuesta de ayer.
"LUIS FERNANDO. ¡Muy buena tu parábola, apropiada y oportuna!. Escucha esta otra. Era un hombre tan capaz de apreciar el resplandor deslumbrante y cegador de la luz, que despreciaba y atacaba a quienes veían los colores del arco iris tal como eran, sin brillos ni fulguraciones. Tal era su soberbia y necedad que, cuando el oftalmólogo le diagnosticó que sufría alucinaciones y que se corregiría su exceso con el implante de un filtro, él, engreído, se negó a recibirlo y porfiaba que "parece mentira que la gente no vea tanta lu...
Es lo que dice Jesús de Nazaret: "Si fuerais ciegos, no tendríais pecado. Pero vosotros decís que veis, por eso vuestro pecado permanece en vosotros" (Jn.9,41)
Comentario por emérito agusto 14.04.07 @ 21:52
El apólogo del sordo, muy entrañable. ¿Te gustan las sinfonías? Pues no olvides que en una orquesta existen diversidad de instrumentos que desarrollan distintas melodías. Pero todos juntos completan la composición. El monocordismo es muy pesado y pobre.
Venga. No nos comportemos como niños inmaduros, ni unos ni otros.
LUIS FERNANDO. Te conocía por comentarios en diversos blogs. Por eso, no me llamaba la atención el tuyo. Pienso seguir en la misma línea. Hoy ha sido una excepción. Aunque no significa que no "curiosee" cuando vea algo que merezca la pena. En principio, mañana sí que entro a ver tu respuesta. Si existe, claro.
1- El uso de varios nicks se hace en un mismo post. Es decir, no es que se usen diferentes nicks para diferentes artículos o diferentes blogs, cosa más o menos aceptable y que yo mismo he hecho en otros foros y blogs. No, es que se usan para comentar un solo tema, sirviendo para apoyarse a sí mismo. Eso es ridículo.
2- El personaje que hace eso ayer mismo acusaba a una de las comentaristas habituales de este blog de usar varios nicks.
Buenas noches.
Ahora lo importante. Aseguras: "Yo tengo bastante claro que lo que yo veo, no lo veo yo sólo. Somos millones de cristianos los que andamos en la luz de Cristo." ¡¡Toma, a mí me ocurre lo mismo respecto a lo que "yo veo"!! ¿Tiene algo que ver el "número" con que se tenga o no razón? El cristianismo es la religón mayoritaria, pero, ¿tiene la mayoria absoluta respecto a la "humanidad"? ¿Te parece que echemos mano del sarcasmo de las moscas y la mierda?
Jesús se valió del episodio del ciego de nacimiento para hacer "ver" que los que "veían" estaban "ciegos". Reléetelo. Piensa en el puritanismo leguleyo de los fariseos y lo que pretende dar a entender Jesús. Y de paso te lees también la parábola del fariseo y el publicano que van al templo. Uno, el "cump...
Cada cual tenemos o hemos tenido nuestra "experiencia" religiosa. Tú eres "rico" en "ellas". Eres el "sanpablo" del siglo XXI. Pues, vale.
Pero no pienses que la única experiencia válida es la tuya. ¿Que sigues a Cristo y a la Iglesia católica de Roma (no a la "cristiana")? Pues vale. Pero no desprecies a los demás.
Dejanos seguir necesitando gafas de miopes. Pero tú ponte unas gafas de sol.
Aún así, y aunque nos odien, escupan, critiquen o maldigan, seguimos rezando por vosotros, sólo por eso: porque somos cristianos.
Ladran, luego cabalgamos!
En fin, SÓLO DIOS BASTA.
Al fin y al cabo, el evangelio de Juan dice que Cristo es la luz que alumbra a TODO hombre. Por tanto todos, en algún momento de sus vidas, tienen la oportunidad de decir sí a la luz.
Pues si todo es cuestión de "gracia", no quieras hacerme más "gracias" porque creo que no pegan con tu carácter reflexivo e intransigente.
¿Te has leído ya la parábola del fariseo y el publicano? No es mía, ¿eh? Es de quien te "ilumina" con su resplandeciente luz.
No, no la conozco.
Pero ¿qué he de hacer? ¿negar lo que Dios me ha regalado? ¿negar que su gracia me salva y me sostiene?
¿Acaso no sabes que el reconocer que es por gracia implica que uno acepta su propia incapacidad para merecer tanta benignidad?
Sería un desagradecido si negara lo que Dios ha hecho en mi vida. Sería un estúpido ególatra si pretendiera haber merecido esa gracia. Y faltaría a la verdad si no dijera que esa misma gracia está disponible para todo aquel corazón que no se cierre a Dios.
Que Dios te conserve en su santa gracia por siempre jamás.
Y precisamente el fariseo era el que pretendía basar su salvación, su justificación, en lo "bueno" que era. O sea, pelagianismo.
El Magnificat lo proclamó la única persona, salvedad hecha de su Hijo, que fue siempre llena de gracia, de tal forma que permaneció siempre en santidad. No es mi caso. Es más, yo no "presumo" de estar en gracia. Pero de bien nacidos es ser agradecido. Y le doy gracias a Dios por haberme mostrado sus caminos. Y no dudo que Cristo ilumina a todo hombre, así que no soy más privilegiado que nadie. De hecho, egoístamente podría pensar que habría sido mejor recibir la gracia de la salvación justo antes de morir y no siendo joven, cuando la necedad podría llevarme a desecharla.
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